Forista Daniel, estás en problemas en relación con la doctrina de la Justificación; revelada al apóstol Pablo (2Cor.5:21), y estás basando tu salvación en tus propios méritos, mide tus palabras:
Luc 18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
Forista Daniel, no presuma de presentarse al foro como un dechado de obediencia a los mandamientos del Señor.
El Señor conoce lo que hay en el hombre, el conoce sus pecados más ocultos, aquellos que usted no los considera "pecados" pero que el Señor los condena, leemos:
RVR1960 El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas
si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. (Mat_19:17)
Si como afirmas, solo te consideras tu mismo como discípulo de tu "Yeshua" y poco le interesa lo que diga Pablo, haga entonces como hicieron los Russellistas, mandaron hacer una biblia de acuerdo a las creencias de ellos.
En tu caso específico, entonces Mateo 19:17 quedaría así:
RVR1960 El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino dos: Dios y Daniel, el forista. Más
si los demás, quieren entrar en la vida, guarden los mandamientos.
RESUMEN
En los días del Ministerio del Señor, al igual que hoy, muchos vienen equivocándose en su relación con Cristo, porque se creen con méritos suficientes en sí mismos, en su obediencia a los mandamientos, y se desligan de la verdad de la total ruina y depravación del ser humano.
Por lo tanto, están siempre pensando en "hacer algo" para asegurar el favor de Dios, o presentarse con méritos de criatura para su aceptación; en lugar de confesarse como pecadores perdidos, reos al infierno, necesitados, urgidos, de la gracia de Dios en Cristo Jesús.
La gente de ese tiempo y también en este tiempo, no pudieron entender al Hijo de Dios, no comprendieron sus Palabras, o las interpretaron mal.
No percibieron su intención de salvarlos, porque el vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
El Señor no vino por personas como el forista Daniel, pues Daniel no necesita la Obra de la Redención, sino simplemente la "obediencia" a sus mandamientos, como un pasaporte que lo catapulta al cielo, sin necesidad de Redención.
Así fue el pensamiento de muchos que se perdieron en el tiempo del Señor, por su soberbia, leemos:
Luc 18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Luc 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Luc 18:13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Luc 18:14
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
¿QUIEN FUE JUSTIFICADO?
¿El que guardaba todos los mandamientos?
De ninguna manera, ese se fue para el infierno por soberbio y menospreciador de los demás.
¿Por qué fue justificado el Publicano?
"SE PROPICIO A MÍ, PECADOR"
Porque estaba arrepentido de sus pecados, estaba humillado completamente ante la Santidad de Dios, no quería ni aún alzar sus ojos al cielo, y su mente y su corazón estaba centrada en el propiciatorio, que para el conocimiento judío, era el lugar donde el Sumo Sacerdote, esparcía la sangre de una víctima inocente que pagaba con su vida, los pecados del ofrendante.
La Doctrina de la Justificación, precisamente revelada por medio del apóstol Pablo, dice claramente:
"AL QUE NO CONOCIO PECADO, DIOS LO HIZO PECADO"
¿Quién es ese?
El Hijo de Dios, a quien Dios puso como propiciación por nuestros pecados
¿CÓMO?
Sí como lo oye, Cristo es la propiciación por nuestros pecados.
Jamás hizo pecado ni se halló engaño en sus labios, no obstante, Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros, leemos:
Isa 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Quién debiese estar crucificado allí en el Altar de la Cruz, era yo, pero Cristo lo hizo por mí. El pagó la sentencia del pecado, porque la paga del pecado es muerte, el pagó la sentencia que mis pecados merecían.
¿CON QUÉ PROPÓSITO?
Para que nosotros fuésemos JUSTICIA DE DIOS EN CRISTO.
Somos justificados por medio de la Fe para que sea por Gracia.
Nosotros no merecemos esa salvación tan grande, pero por medio de la Fe en Cristo, la gracia de Dios llega a nuestras almas.
"Una mirada de Fe al que ha muerto en la Cruz, infalible la vida nos da"
«Justificados por la sangre» —esto es, por la muerte de Cristo en su aplicación a nosotros, porque tal es el significado de la figura sacrificial de la que la palabra «sangre» es la expresión en el Nuevo Testamento.
1Jn_1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros,
y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
La gracia es el principio por el que Dios justifica al pecador; la fe es el principio por el que se recibe el beneficio; y la muerte de Cristo es la única base sobre la que todo esto es posible:
Somos «justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús»
¿Entonces la obediencia a los mandamientos la tiramos al pote de la basura?
Rom 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
Rom 6:2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él?
La Gracia de Dios no da licencia para pecar. Este fue uno de los errores más groseros de los fariseos de la época del Señor, y entendían que podían practicar el pecado porque para eso existía la gracia de Dios, al respecto el apóstol Pablo se refiere en estos términos:
Rom 3:8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos):
Hagamos males para que vengan bienes?
Y Juan señala tajantemente:
1Jn_3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1Jn_5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues aquel que fue engendrado por Dios se guarda así mismo y el maligno no le toca.
Es nuestra responsabilidad no pecar, para eso se nos ha sellado con el Espíritu Santo, quién redarguye la conciencia, antes de pecar:
"Mira fulano, no lo hagas, Cristo jamás hizo eso, agrada a Dios"
Quiero terminar este mensaje, diciéndole al forista Daniel, que los que estamos justificados por gracia, no podemos pretender este beneficio sobre una base de mérito, leemos:
Luc 18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Luc 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Y en su caso, escribiríamos:
"Guardo todos los mandamientos de Yeshua"
Ni tampoco sobre una base de promesa bíblica, como por ejemplo:
Isa_45:22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Porque si pudiéramos ganarnos el derecho a ser Justificados, no habría necesidad de redención.
En vano Cristo hubiese ido a la Cruz.
Tampoco Dios se ha comprometido a Sí mismo a conceder la justificación por medio de un pacto hecho con los hombres, porque en tal caso, no habría lugar para la gracia de Dios.
2Ti_1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo
y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
LA GRACIA ES SOBERANA Y ES LIBRE