El epígrafe trata sobre la causal de divorcio en iguales condiciones. Es decir, si el que comete adulterio o fornicación es el hombre, pues este es el traidor. Por tanto, la culpabilidad recae sobre el, nada mas que sobre el.
Obvio.
Dios no da por inocente al culpable.
Pero la existencia de foristas, que considerando su propia condición culpable y probablemente escondida ante los ojos de su mujer, miran para otro lado., usan el nombre de Cristo para justificar su pecado... pensando que defendiendo posturas bajo la ley, van a ser considerados inocentes.
Craso error.