IMPOSICIÓN DE LA IDEOLOGÍA DEL GÉNERO
Mario E. Fumero
El fenómeno de la homosexualidad, o de tendencias sexuales contrarias a lo natural, ha existido siempre a lo largo de toda la historia de la humanidad, e incluso, se registra en la Biblia el clásico caso de dos ciudades, como Sodoma y Gomorra que confronto un fenómeno de degradación sexual tan grande que fue destruida por Dios.
No cabe duda que prominentes hombres de la historia, como Alejandro Magno y muchos emperadores romanos aparentemente fueron bisexuales, y muchos actos de lujuria respecto a depravación sexual existieron en la antigüedad, y los mismos fueron aceptados y tolerados.
En nuestro tiempo los que, usando su libre albedrío para ejecutar actos sexuales fuera de lo normal, han tomado el camino de buscar otra identidad sexual contraria a la biológica, no sólo para dar rienda suelta a sus deseos, sino que han elaborado toda una agenda nivel mundial con consigna, banderas, y reclamos por medio de los cuales quieren establecer leyes que legalicen su condición y repriman a los que piensen contrario a ellos.
Vale la pena aclarar que toda persona debe ser respetada en sus derechos personales, sin importar su raza, nacionalidad, creencia o tendencias sexuales y no se le debe discriminar por ello, hasta ahí estamos de acuerdo, pero no es aceptable que un derecho individual en tu forma de pensar o ser como te dé la gana, nos sea impuesto sobre los valores tradicionales y biológico de la raza humana.
El que una persona quiera cambiarse de género y de nombre es un problema que legalmente se puede resolver, aunque todos sabemos que científica y biológicamente seguirá siendo lo que es, aún después de muerto, pues cada partícula de su cuerpo tendrá en los ADN su sexo original, el cual inexorable y biológicamente nunca se podrá cambiar, aunque el sistema jurídico lo puede hacer.
El problema de los movimientos LGTB no está en que pidan respeto y derechos, algo que es correcto, sino en el hecho de que tratan de imponerlo por medios legales y que nos quieren obligar a tener que aceptar lo que ellos proclaman por medio de su bandera, ideología, actitudes, y lo peor de todo, su imposición jurídica, que puede llevarnos al extremo de privarnos a nosotros del derecho de proclamar los principios bíblicos que dan origen a la familia y a la raza humana.
Llegará el momento en que se le exigirá a los pastores casar a parejas del mismo sexo, u obligarnos a aceptar en los programas de trabajo social a personas contrarias a nuestros principios, por lo que sus reclamos nos pueden conducir a sanciones al no aceptar la imposición de su ideología que los derechos de uno, no anula lo de otros, y también que muchos muertos que se atañen a prejuicio sexual, pueden tener otras muchas causas, pero esto se usa como una bandera para imponer una ideología que aún se trata de enseñar en las escuelas a los niños.
Hoy los movimientos LGTB reclaman el poder cambiarse el nombre, y no hay problema si así lo permite la ley, pero mañana exigirán que se establezca un tercer sexo como en los Estados Unidos, que además del masculino y femenino, está el sexo X, y después irán para que los niños que nacen no se les determine el sexo biológico, después aprobar el matrimonio gay, y por último la adopción de niños, hasta llegar al extremo de perseguir y encarcelar a los que no estén de acuerdo con esta ideología, que aunque puede ser ley, no tiene un respaldo biológico ni científico.
No cabe duda que llegará el momento en que volveremos a la edad media, que se impuso la inquisición para los que no pensaran como el Papa, así también los grupos LGTB llegaran a destruir las biblia por ser un libro que discrimina y condena ciertas tendencias sexuales que se vuelve ley, y amparado en estás leyes, nos veremos entonces indefenso para defender el matrimonio bíblico y original y pastores irán preso, e iglesias cerradas, como ocurre en Suecia, Canadá y algunos Estados de la unión norteamericana..
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