Legalizar el aborto, celebrar el matrimonio gay y aceptar que existen infinidad de géneros, no mágicamente no te convierte en una nación super desarrollada, solo en un país sin desarrollo más fácilmente explotable por el orden progresista mundial.
No fueron ningunas de estas cosas que hicieron grande a Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, Dinamarca, Suecia, etc. Estas cosas apenas se han materializado en esos países en nuestro tiempo, en los últimos 20-39 años, para entonces, estos países ya estaban bien desarrollados y adelantados en su tiempo (relativos a otros).
En todo caso, estos desarrollos recientes, entre otros, son los signos reveladores del actual deterioro y despilfarro de la riqueza de estas naciones históricamente del "primer mundo". Endeudados, en guerras interminables inútiles, en declive moral y quedándose atrás en los estándares educativos a nivel mundial, pronto surgirán nuevos poderes. ¿Quienes? Las naciones que abrazan lo que alguna vez hizo grande a estos países: una fuerte vértebra moral y espiritual y la libertad cívica. En síntesis, el Evangelio como fundamento, y la libertad económica como superestructura.
Ningún imperio, ninguna nación, ninguna civilización, por muy exaltado y poderoso que haya llegado a ser, puede durar para siempre como el rey de la colina resistiendo continuamente al DIOS del cielo y a Su Rey ungido sobre la Tierra.
La nación que tiene al SEÑOR como Su Dios,
esa será bendita (Salmos 33:12).
Legalizar el aborto, celebrar el matrimonio gay y aceptar que existen infinidad de géneros, no mágicamente no te convierte en una nación super desarrollada, solo en un país sin desarrollo más...
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«Pues miren, el día del Señor ya viene,
el día terrible de su furia y de su ira feroz.
La tierra quedará desolada,
y con ella los pecadores serán destruidos.»
Isaías 13:9 NTV
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