Es que, lo que nosotros creemos que es justo no lo es para Dios. Por eso vino Jesús al mundo, para enseñarnos que la justicia no es ''Ojo por ojo, diente por diente''. Jesús como tal no fue justo según nosotros lo entendemos, fue muy injusto consigo mismo porque lo que hizo por los demás no se lo merecía nadie, nadie se merecía tanto perdón y amor, y mucho menos los que le crucificaron. Ser injusto con uno mismo, ceder con los demás, es ser justo para Dios, y eso es lo que lo hace tan hermoso.
Paga por la consecuencia eterna de los pecados, y permite que la consecuencia temporal de estos puedan ser perdonados si uno quiere a través de su Fe y su Voluntad siguiendo su ejemplo, a través de Él. Como te dije, Cristo no nos puede perdonar si no lo permitimos, porque Cristo no vino a perdonar a la fuerza, nos dio la oportunidad de que pudiésemos elegir el perdón, y elegirlo no es simplemente decir ''Sí'', hay que decirlo de corazón, y decirlo cada segundo de nuestra vida tanto en nuestra Fe, razón y obra. Y si lo piensas, es justamente eso lo que lo hace tan maravilloso. No quiso imponer su perdón, no esperó que la gente lo valorase, no impuso su perfección, solo dio la oportunidad de que la tuviesen a costa de su vida. Un regalo tan delicado y profundo, tan perfecto y divinamente
justo aunque injusto dentro de nuestra perspectiva humana.
Esto era así en el tiempo del antiguo testamento, y desde la llegada de nuestro Señor, ahora se puede hacer a través de la vida, de la vida de Jesús. Uno puede quitar el pecado de sí mismo si sigue el ejemplo de Cristo, si lo elige a Él como camino, lo cual es muy difícil y casi nadie lo consigue, pero se puede.
Dios no ''intentó'' quitar el pecado del mundo con el diluvio, tan solo lo reinició para que a través de la estirpe de Noé pudiese haber un pueblo que le amase e hiciese su voluntad, ya que antes del diluvio la corrupción presente no lo permitía.
Corintios 5:15-17
15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Si lees los versículos de los lados, es bastante obvio que a lo que se refiere es que ahora a Cristo no lo percibimos con la carne debido a su muerte, ahora lo percibimos con el espíritu y la Fe (No se refiere a una desvinculación). Justamente el hecho de que diga ''A nadie conocemos según la carne'' quiere decir que ahora nos conocemos entre nosotros como hermanos de Cristo a través del Espíritu Santo, lo cual abogaría todavía más a la posibilidad de una Madre espiritual. Además, siguiendo tu lógica con la que no estoy de acuerdo... incluso si al morir Cristo dejó de ser María su Madre, entonces con más fuerza sería ella la Madre de los apóstoles, porque dejó de ser Madre de Dios para ser Madre de los Apóstoles por mandato de Dios.
Juan 27: Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Aún así, no parece que Cristo le diga a su Madre que ya no es su Madre. Tampoco me parecería coherente que Cristo dijese eso cuando se hizo hermano de todos. ¿Por qué iba a hacerlo? Sería cruel e innecesario que en un momento tan doloroso destituyese a su Madre como Madre. Más bien parece un consuelo, una entrega de amor a sus discípulos.