No hubo ninguna influencia. Ni la mas mínima. Fue todo lo contrario: fue Maria quién recibió la influencia del Hijo de Dios. Cuando?
Hch 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.
Hch 2:2 Y de repente llegó del Cielo un estruendo, como de una ráfaga de viento impetuoso, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados.
Hch 2:3 Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos,
Hch 2:4 y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía hablar.
Recuerde que Maria estaba allí:
Hch 1:14 Todos estos estaban unánimes, dedicados constantemente a la oración, con las mujeres, y María, la madre de JESÚS, y sus hermanos.
Hasta entonces, ni siquiera había algo en común entre Maria y Jesús:
Jua 2:4 JESÚS le dice: Mujer, ¿qué tengo en común contigo? Aún no llega mi hora.
Hola Leon
El pasaje que mencionas ha sido traducido tambien así:
Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús se encontraba allí. 2 También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 3 Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo:
—Ya no tienen vino.
4 —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.
De hecho, el pasaje de las bodas de Canaán muestra que Jesús tenía en tanto valor a su Madre, que finalmente accedió a lo que le pedía. Lo mismo cuando, agonizante, Jesús se la encomienda a su discípulo amado.
Pero mi reflexion va principalmente enfocada a la INFANCIA de Jesús.
Si amamos a Jesús, ¿cómo no tener en altísima estima a la mujer que lo amamantó, que estuvo a su lado cuando tuvo fiebre, o vómitos, o frío, o sed, o llanto, o un sueño intranquilo? ¿Cómo no reconocer a quien le enseñò a hablar? Fue esa facultad, la del lenguaje, la que algún día Jesús usaría para trasmitirnos su Palabra, y sus palabras son vida. ¿Cómo no honrar la memoria de quien guió sus primeros pasitos y lo levantó del suelo una y otra vez? Fue esa facultad de caminar la que despues lo llevaria por las aldeas de Judea y Galilea predicando el reino.
Yo repruebo toda veneración a María que nos desvíara de Dios y de Jesús, a quien envió.
Pero si nuestro cariño a su figura no nos desvía, a mí me resulta sana y natural.
