-Ellas -algunas esposas de ancianos- se quejaron a ellos demandando una pronta disciplina, a lo que ellos bajo presión accedieron, suspendiéndome como maestro y predicador (yo no era anciano).
Cuando en una asamblea, la mujer es la que controla a los ancianos, es una afrenta a la gloria de Dios en Cristo Jesús.
Nosotros tuvimos un caso semejante, hace muchos años, donde la esposa de un anciano, desde la banca, acostumbraba con sus gestos, mostrarle el reloj a su esposo, de modo que ella era la que cerraba el culto.
Pues ese hermano anciano, fue destituido de su cargo.
La escritura enseña claramente que la mujer es gloria del varón, aquí está el texto:
1Co 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios;
pero la mujer es gloria del varón.
Cuando una mujer ministra, es la gloria del varón la que usurpa la gloria de Dios en Cristo Jesús.
Entonces, este caso suyo, solo sirvió para fortalecer el gobierno del hombre, pero en nada glorifica a Cristo.