LA CENA PASCUAL
Esta comida nada tiene que con la Cena del Señor. Leemos:
Éxo 12:11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová.
Éxo 12:14 Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.
La Cena Pascual era un memorial de la redención de los primogénitos de Israel, los cuales fueron librados de la muerte como consecuencia del sacrificio de un cordero cuya sangre fue puesta en los postes y dinteles de las casas de los hebreos, la noche anterior al Éxodo.
Recordemos que desde el primogénito del Faraón, pasando por demás primogénitos de Egipto, pasando hasta los primogénito de los animales, todos fueron muertos en este Juicio Divino.
LA CENA DEL SEÑOR ES OTRO ASUNTO.
Es un error apelar al AT para relacionar la Cena del Señor como una continuación de la Cena Pascual, porque la Escritura es tajante respecto a esto:
1Co 5:7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua,(C) que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
Luc_22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
La Cena del Señor es el antitipo de la Cena Pascual:
En 1Cor.11 encontramos el orden y el privilegio de la Cena:
1Co 11:17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.
El centro de adoración de la Cena del Señor es Cristo, pero allí en la asamblea de Corinto se estaban reuniendo para lo peor.
1Co 11:18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.
El diablo había logrado dividir la asamblea en grupos.
1Co 11:19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.
Los que son aprobados por Cristo, son aquellos que se aferran al orden y a la solemnidad que debe imperar cuando se hace memoria del Señor a través de los símbolos.
En contraste, algunos habían sido arrastrados por hacer de la Cena del Señor una ocasión para llenar sus barrigas y emborracharse.
1Co 11:20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.
1Co 11:21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.
En contraste, algunos habían sido arrastrados por hacer de la Cena del Señor una ocasión para llenar sus barrigas y emborracharse.
1Co 11:22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
La Cena del Señor no es la ocasión para este tipo de desórdenes carnales.
Habían creyentes adinerados que llevaban bastante vino y comida, avergonzando de este modo a los creyentes pobres.
1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
Esta es una revelación directamente recibida de Cristo por el apóstol, pues no se habían escrito los evangelios ni ningún otro escrito que diese instrucción sobre el tema.
"LA NOCHE QUE FUE ENTREGADO, TOMÓ PAN Y HABIENDO DADO GRACIAS LO PARTIÓ"
El Pan nos habla de los sufrimientos del Señor en su camino hacia el altar de la Cruz.
El adorador lo contempla siendo azotado (Sal.129:3), escupido, abofeteado, le arrancaron la barba (Is.50:6) y su rostro destruido a puñetazos (Is.52:14).
"TOMAD, COMED, ESTO ES MI CUERPO QUE POR VOSOTROS ES PARTIDO"
1Co 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
La Copa con su contenido de vino, nos habla de su preciosa sangre derramada en el altar de la Cruz.
Y nos recuerda que sin derramamiento de sangre no es posible el perdón de los pecados...pero no cualquier sangre, porque la sangre derramada por los miles de sacrificios no tenían poder para quitar el pecado, solo anunciaban el Sacrificio del Cordero de Dios en Cristo. Leemos:
Heb 10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
El adorador se halla infinitamente agradecido por la misericordia de Dios ante un altísimo precio pagado por Cristo, precio de dolor, precio de sufrimiento, de angustia, de pasión y muerte.
Pero también la resurrección le enseña al adorador que las exigencias de la Justicia de Dios fueron plenamente satisfechas por el Sacrificio de su Hijo.
Hemos sido redimidos por la sangre del Cordero de Dios, y su sangre ha sido puesta en nuestras casas, leemos:
Heb 3:5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
Heb 3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
Cristo nos ha sacado de Egipto, que en sentido espiritual es el mundo y nos trasladado ya por fe, a los lugares celestiales con él, leemos:
Efe_2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
"HASTA QUE ÉL VENGA"
De manera que la Cena Pascual se queda aquí en la tierra como testimonio a Israel, y la Cena del Señor nos traslada al cielo por tal motivo la Iglesia la celebra cada primer día de la semana, el día de su resurrección, hasta que él venga por nosotros.