INGLATERRA DEFIENDE AL CRISTIANISMO:
Después de LA REFORMA, Inglaterra se convirtió en el país escogido por Dios para resguardar el cristianismo bíblico y cristocéntrico (el cristianismo de los primeros apóstoles) que había sido restaurado después de tan importante acontecimiento. Ante esta realidad, los enemigos del Cristianismo (Roma y el Diablo) intentaron atacar y destruir a Inglaterra por todos los medios posibles.
Roma no podía estar más feliz cuando en 1553 fallecía el Rey Eduardo VI (protestante hijo de Enrique VIII) y ascendía al trono la arpía Mary Tudor (María la Sangrienta). Mary Tudor era una fanática católica con un odio enfermizo hacia el protestantismo. Esta mujer gobernó Inglaterra con un puño de hierro. Durante su reinado quemó a 284 creyentes de la Biblia en la hoguera, incluyendo traductores de la Biblia y a muchos otros Reformadores. Muchos protestantes huyeron de Inglaterra para escapar de su reinado de terror.
Mary Tudor deseaba que Inglaterra permaneciera católica. Para lograrlo, ella necesitaba un hijo. Entonces, en 1554 se casó con el futuro rey Felipe II de España, para quedar embarazada y criar un heredero católico. Felipe quería a Inglaterra de su lado en una alianza contra Francia, así que estaba dispuesto. Pero no sirvió de nada. En vez de tener un bebé, la infeliz desarrolló cáncer y murió en 1558 sin herederos.
El 17 de noviembre de 1558, Elizabeth (Isabel I) de 25 años y protestante, empezó a gobernar Inglaterra. El Papa y los jesuitas estaban furiosos. Intentaron muchas veces terminar su reinado. Los jesuitas conspiraron para terminar con su vida, pero Dios no permitió que la tocaran. Inglaterra se convirtió entonces en un refugio para cristianos verdaderos.
En 1559 los traductores Reina y Valera quedaron bajo la protección de Inglaterra. Reina se convirtió en pastor al poco tiempo de los protestantes que huían de España, y Valera recibió su grado de “bachelor” (Licenciatura) en la Universidad de Cambridge y fue hecho instructor en Oxford.
Entonces, Mary Stuart, “La Reina de los Escoceses”, fue persuadida para convertirse en la Reina de Inglaterra. Pero su matrimonio con el malvado Henry Stuart fue un desastre. Sin embargo, una bendición llegó: un hijo, James, en 1566. En 1567, Henry Stuart fue asesinado, Mary fue exiliada, y su hijo de un año James VI se convirtió en Rey de Escocia.
Mary escapó hacia Inglaterra, pero fue arrestada y, años después, en 1587, fue ejecutada por conspirar para asesinar a la Reina.
Sin importar lo mucho que lo intentara, Satanás no pudo quitar del trono a la Reina Elizabeth.
Entonces el Papa romano entró en escena. Pío V afirmó que la Reina Elizabeth era una “católica rebelde” y la excomulgó en 1570. El Papa afirmó que ningún católico tenía que obedecerla más. Pero su lloriqueo cayó en oídos sordos. En verdad, los católicos ingleses no eran protestantes, ¡pero tampoco eran traidores!
Entonces los jesuitas susurraron al oído del Rey Felipe II, “¡DESTRUYE A INGLATERRA CON TU ARMADA!”
La Contra Reforma: La Armada Española
El Rey Felipe II estaba orgulloso de su Armada Española. Sus barcos eran temidos, y su armada era experta en el arte de la guerra naval. Felipe II conspiró para poner al jefe de su universidad en Douay, el jesuita William Allen, a cargo de Inglaterra mientras se pervertía de vuelta al catolicismo. Entonces Edmund Champion (otro jesuita) se arrastró (cual gusano) hacia Inglaterra con misioneros jesuitas para comenzar una invasión secreta. Sin embargo, Dios intervino: Edmund y otros dos sacerdotes fueron capturados y ejecutados. Pero un cuarto jesuita, Robert Persons, huyó a España y pronto ayudó a atacar Inglaterra.
Inglaterra solo pudo reunir 80 barcos, pero su Reina los estimuló, y les dijo: "Sé que sólo tengo el cuerpo una mujer débil y frágil, pero tengo el corazón y el estómago de un rey ..." Estaban listos para pelear. Pero por más que lo intentaran, ¡difícilmente podrían hacer una sola abolladura!
Superados en número y sin municiones, parecía que nada detendría a estos invasores. Pero algo lo hizo:
La Armada Española fue derrotada por ... ¡EL VIENTO!
DIOS ENVIÓ EL VIENTO PARA DERROTAR A LA ARMADA ESPAÑOLA
Los barcos fueron empujados violentamente por el viento hacia el Mar del Norte. Muchos se hundieron en tormentas o se estrellaron contra las rocas de las Islas Británicas. ¡Las tropas habían fallado incluso en poner un solo pie en Inglaterra! Los 10,000 sobrevivientes cojearon en sus maltratadas embarcaciones. La reina y toda Inglaterra (incluidos los católicos) alabaron a Dios por la victoria. Felipe sabía que era Dios quien los venció cuando gritó: "¡Envié la Armada contra los hombres, no contra los vientos y las olas de Dios!"
Entonces Felipe recibió otro golpe: ¡nunca recibió un centavo del Papa! Bajo Felipe, España había perdido el dominio del mar. Y su Armada nunca volvió a ser la misma. A partir de este punto, su armada se hundió mientras que la armada británica se elevó a una potencia mundial. Felipe aprendió demasiado tarde: ¡Nunca luches contra Dios!
Entonces los jesuitas fallaron en cada intento contra Inglaterra:
¡No lograron mantener a un católico en el trono!
¡No lograron derrocar ni siquiera a un gobernante protestante!
¡No lograron hacer que los católicos ingleses se rebelaran!
¡No consiguieron que España conquistara Inglaterra!
¡LOS JESUITAS ERAN GRANDES PERDEDORES!
Elizabeth reinó durante 45 años, falleció en 1603. Aunque no lo crean, el siguiente en la línea al trono de Inglaterra no era otro que el hijo de Mary Stuart. James VI de Escocia ahora se convirtió en James I de Inglaterra.
Dios sabía que era hora de perfeccionar su Biblia en Inglés. Todo estaba listo: idioma, personas y Rey.