Calvinismo para torpes UwU

Al calvinista fanático hay que dejarlo. Ignorarlo.
Es como un fanático de izquierda.
Pero es así como decís y muchos creyentes honestos no dejan el calvinismo porque se quedan sin nada.
Es lo que les pasa a los católicos honestos que reconocen muchas cosas que les décimos.
Asi es.

Pero el calvinismo puro en muchos sentido es peor que muchos otros como sistema teologico.

Porque aunque digan Dios, Creador, padre, Resureccion, etc. Los valores o la voluntad de ese Dios son completamente opuestas a lo que creen los no calvinistas.

Aunque son cristianos, porque tienen la fe...
 

El grave problema del calvinismo es eso escondido entre líneas de Calvino y que enseñó que no creía que el Espíritu Santo continuaba actuando a la muerte de los Apóstoles porque estorbaba la predicación del Evangelio y esto me fue dado a estudiar por el Espíritu Santo, para que no sea engañado como muchos y me entere del grave problema de las Asambleas de Dios ya que muchos pastores que fueron aceptados en sus cargos se dejaron llevar por esta teología, y es contradictoria con el pentecostalismo y hace mucho daño, porque es como un cáncer que debe ser extirpado de raíz y siempre creí en la prestación también los arminianos y esa fue mi confusión solo que ahora creo a modo armiano en la predestinación por la presciencia de Dios.​




CESASIONISMO, CONTINUISMO, DONES ESPIRITUALES, PENTECOSTALISMO

¿Continuismo o cesacionismo?​




13 marzo, 2020 pensamientopentecostalarminiano
Por Fernando E. Alvarado

INTRODUCCIÓN

Nadie puede encerrar o atar al Espíritu Santo. Nadie puede impedirle hacer Su voluntad o detener Su obra, pues es Él quien continúa “repartiendo a cada uno sus dones como él quiere.” (1 Corintios 12:11, BLP). Sin embargo, esto es lo que muchos teólogos de línea reformada o calvinistas, quienes se identifican a sí mismos como cesacionistas (es decir, que niegan la continuidad de los dones espirituales y su vigencia para nuestra época) pretenden hacer. Ellos afirman que, al sostener dicha postura, buscan proteger las doctrinas de la suficiencia y la finalización de la Escritura. Sin embargo, esta es una excusa. Hay motivos siniestros detrás de esta doctrina, como su incredulidad y el temor de que esta incredulidad sea expuesta si se aventuran. Lejos de admitir su error teológico, los cesacionistas prefieren crucificar a Cristo con sus plumas, sólo para callarle, antes que admitir que luchan con la incredulidad. La incredulidad persistente de muchos calvinistas y otros sectores del protestantismo no les permite ver que la continuación de las manifestaciones sobrenaturales del Espíritu no compromete la suficiencia y la finalización de la Escritura. Pero en su intento por desprestigiar al pentecostalismo, los cesacionistas afrentan a Dios y niegan la veracidad de la Biblia, libro que pretenden defender. Si de verdad creyeran en la Biblia, lo cesacionistas tendrían que admitir la continuidad de los dones del Espíritu para nuestra época al igual que los pentecostales.

LA BIBLIA ENSEÑA EL CONTINUISMO

Los pentecostales y carismáticos creemos firmemente en la continuidad y validez de los dones del Espíritu para nuestra época. Afirmamos que no hay evidencia bíblica, o cualquier otro tipo de evidencia, que siquiera se acerque a sugerir que los dones carismáticos han cesado. El estudioso honesto de la Biblia debe reconocer la presencia constante, de hecho, dominante, y en todo el Nuevo Testamento de los dones espirituales. A partir de Pentecostés, y continuando a lo largo del libro de los Hechos, siempre que el Espíritu se derrama sobre los nuevos creyentes, ellos experimentan su charismata. No hay nada que indique que estos fenómenos se limitan a ese grupo y a ese momento. Esto parece ser algo extendido y común en la iglesia del Nuevo Testamento. Cristianos de Roma (Romanos 12), Corinto (1 Corintios 12-14), Samaria (Hechos 8), Cesarea (Hechos 10), Antioquía (Hechos 13), Éfeso (Hechos 19), Tesalónica (1 Tesalonicenses 5), y Galacia (Gálatas 3) experimentaron los dones milagrosos y de revelación. Es difícil imaginar cómo los autores del Nuevo Testamento podrían haber hablado más claramente acerca de cómo debe lucir el cristianismo bíblico. En otras palabras, la evidencia apunta en contra del cesacionismo.
Contrario a la afirmación de muchos cesacionistas, los dones milagrosos no fueron señal exclusiva de los apóstoles, sino un privilegio común a todos los cristianos ungidos con el Espíritu Santo. En otras palabras, muchos hombres no apostólicos y mujeres, jóvenes y viejos, en toda la amplitud del Imperio Romano, ejercieron sistemáticamente estos dones del Espíritu. El libro de los Hechos nos relata que Esteban y Felipe ministraron en el poder de señales y prodigios. Otros, que ejercían los dones milagrosos, aparte de los apóstoles, incluyen: (1) los 70 que fueron enviados en Lucas 10:09, 19-20, (2) al menos 108 personas, entre los 120 que estaban reunidos en el aposento alto en el día de Pentecostés, (3) Esteban (Hechos 6-7), (4) Felipe (Hechos 8), (5) Ananías (Hechos 9), (6) miembros de la iglesia en Antioquía (Hechos 13), (7) conversos anónimos en Éfeso (Hechos 19:06), (8) la mujer en Cesarea (Hechos 21:8-9), (9) los hermanos sin nombre de Gálatas 3:5, (10) los creyentes en Roma (Romanos 12:6-8), (11) los creyentes en Corinto (1 Corintios 12-14); y (12) los cristianos de Tesalónica (1 Tesalonicenses 5:19-20).
También hay que dar espacio a la explícita y frecuentemente repetida intención de los dones del Espíritu: esto es, la edificación del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:07; 14:03, 26). Si bien es cierto los dones espirituales fueron esenciales para el nacimiento de la iglesia, ¿Por qué habrían de ser menos importantes o necesarios por causa de su continuo crecimiento y maduración?
También existe la continuidad fundamental o la relación espiritualmente orgánica entre la iglesia en Hechos y la iglesia en siglos posteriores. Nadie niega que fue una época o período de la iglesia primitiva que podríamos llamar “apostólica”. Debemos reconocer la importancia de la presencia física y personal de los apóstoles y su papel único en sentar las bases de la iglesia primitiva. Pero en ninguna parte del Nuevo Testamento se sugiere que ciertos dones espirituales estaban ligados única y exclusivamente a ellos, o que los dones cesaron cuando los apóstoles murieron. La iglesia universal o cuerpo de Cristo que fue establecido y dotado por el ministerio de los apóstoles es la misma iglesia universal y el cuerpo de Cristo hoy. Estamos juntos con Pablo y Pedro y Silas y Lidia y Priscila y Lucas, todos miembros del mismo cuerpo de Cristo. También hay que tomar nota de 1 Corintios 13:8-12. Aquí Pablo afirma que los dones espirituales no “pasarán” (vv. 8-10) hasta la llegada de lo “perfecto”. Si lo “perfecto” es de hecho la consumación de los propósitos redentores de Dios, como se expresa en el cielo nuevo y la tierra nueva después del regreso de Cristo, podemos confiadamente esperar que continúe la bendición y el empoderamiento de la iglesia con los dones hasta ese momento.
Un punto similar se hace en Efesios 4:11-13. Allí Pablo habla de los dones espirituales como la construcción de la iglesia “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”(v. 13; cursivas mías). Dado que esto último con toda seguridad aún no ha sido alcanzado por la iglesia, podemos anticipar con confianza la presencia y el poder de tales dones hasta que llegue ese día.

ARGUMENTOS VIEJOS Y GASTADOS​

Aunque los cesacionistas argumenten que las señales y prodigios, así como ciertos dones espirituales, solo sirvieron para confirmar o autenticar a los apóstoles, y que cuando los apóstoles murieron estos dones terminaron, el hecho es que ningún texto bíblico dice que señales y milagros o dones espirituales de un tipo en particular autentican los apóstoles. Señales y prodigios autenticaron a Jesús y el mensaje apostólico acerca de Él. Si las señales y maravillas fueron diseñados exclusivamente para autenticar apóstoles, no tenemos ninguna explicación de por qué los creyentes no apostólicos (como Felipe y Esteban) estaban facultados para realizarlas (1 Corintios 12:8-10). Por lo tanto, esta es una buena razón para ser un cesacionista solo si se puede demostrar que la autenticación o certificación del mensaje apostólico fue la única y exclusiva finalidad de tales demostraciones de poder divino. Sin embargo, en ningún lugar en el Nuevo Testamento es reducido a certificación el propósito o función de lo milagroso.
Los milagros, en cualquier forma, sirvieron para otros varios propósitos distintos: doxológicos (para glorificar a Dios: Juan 2:11; 9:03; 11:04; 11:40, y Mateo 15:29-31.); evangelístico (para preparar el camino para que el evangelio sea dado a conocer: Hechos 9:32-43); pastoral (como expresión de la compasión y el amor y el cuidado de las ovejas: Mateo. 14:14, Marcos 1:40-41), y edificación (para edificar y fortalecer a los creyentes: 1 Corintios 12:07 y el “bien común”, 1 Corintios 14:3-5, 26). Todos los dones del Espíritu ya sean lenguas o enseñanza, de profecía o de misericordia, curación o ayuda, se les dio (entre otras razones) para edificación, construcción, aliento, instrucción, consolación, y santificación del cuerpo de Cristo.
Tal vez la objeción más frecuentemente escuchada de parte de los cesacionistas es que el reconocimiento de la validez de los dones de revelación, como la profecía y la palabra de sabiduría, terminarían socavando la firmeza y la suficiencia de las Sagradas Escrituras. Pero este argumento se basa en la falsa suposición de que estos dones nos proporcionan verdades infalibles iguales en autoridad al texto bíblico en sí. También se escucha la apelación cesacionista a Efesios 2:20, como si en este texto se describen todos los posibles ministerios proféticos. El argumento es que los dones de revelación, como la profecía, estaban vinculados únicamente a los apóstoles y, por tanto, diseñados para funcionar solo durante el llamado período fundacional de la iglesia primitiva.
Un examen detallado de la evidencia bíblica concerniente tanto a la naturaleza de los dones del Espíritu, así como su amplia distribución entre los cristianos indica que hubo mucho más de este don que simplemente los apóstoles imponiendo la fundación de la iglesia. Por lo tanto, ni la muerte de los apóstoles, ni el movimiento de la iglesia más allá de sus años fundacionales, tiene influencia alguna sobre la validez y continuidad de los charismata hoy. Por último, aunque no es técnicamente una razón o argumento para ser un continuista, no puedo pasar por alto la experiencia. El hecho es que he visto todos los dones espirituales en funcionamiento, probados, confirmados, y experimentados de primera mano en innumerables ocasiones. La experiencia, al margen del texto bíblico, prueba poco. Pero la experiencia ha de tenerse en cuenta, sobre todo si muestra o encarna lo que vemos en la Palabra de Dios.

CONCLUSIÓN

Señores cesacionistas: Jesús dijo que íbamos a recibir poder cuando el Espíritu Santo, viniese sobre nosotros. Entonces, ¿dónde está el poder? Ustedes, que no creen en la continuidad de los dones sobrenaturales: Ustedes dicen que tienen el Espíritu, que todos los creyentes lo tienen, así que ¿Dónde está el poder? ¡Hipócritas! Pretenden que lo tienen redefiniéndolo. Lo cierto es que cuando los discípulos fueron llenos del Espíritu en el libro de los Hechos, hubo tales manifestaciones de poder que provocó que los no creyentes temblaran. ¿Dónde está el poder? Es cierto que una demostración del poder divino no siempre implica milagros, pero ¿Hay alguna manifestación del poder entre ustedes? ¿Ninguna en absoluto? ¿Dónde está la autoridad divina en su discurso? ¿Dónde está la sabiduría divina en su consejo? ¿Dónde está la audacia divina en sus acciones? Ustedes tienen sus métodos expositivos, sus grados de seminario, sus documentos de ordenación, y los libros de este o aquel teólogo en sus estantes. Pero ustedes no tienen el poder.
La continuidad de los dones y su necesidad y presencia en nuestra época es incuestionable. Esta es la herencia de todos los cristianos, y el equipo necesario de todo ministro del evangelio. Dios no nos ha dado un espíritu de debilidad, sino un espíritu de poder; el poder de creer y el poder para derrotar el cinismo y la incredulidad. El continuismo del movimiento pentecostal es bíblico y no pretendemos disculparnos por ello. Señores cesacionistas ¡Ya basta de tanta hipocresía y espíritu fariseo y anticristiano hacia sus hermanos en la fe! ¡A paz nos ha llamado el Señor!
Me alegro que hayas recapacitado un poco pero todavía tenés que revisar tu creencia mormona de la preexistencia humana.
 
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Reacciones: rey pacifico
Asi es.

Pero el calvinismo puro en muchos sentido es peor que muchos otros como sistema teologico.

Porque aunque digan Dios, Creador, padre, Resureccion, etc. Los valores o la voluntad de ese Dios son completamente opuestas a lo que creen los no calvinistas.

Aunque son cristianos, porque tienen la fe...
¿Pero vos te crees que los arminianos están en lo correcto?
 
No es que los conoscas pero el calvinismo es mas conocido por lo general que el arminianismo y me parece que ya con la base que tiene es muy peligroso para entender el cristiansmo y el evangelio. Los que no son calvinistas la mayoria no se dicen arminianistas por eso digo.
 
Los cincos puntos del Arminianismo.

1.- Libre albedrío o habilidad humana. Aunque la naturaleza humana fue totalmente afectada por la caída, sin embargo, Dios en su gracia capacita la voluntad del pecador para que libremente se arrepienta y crea, o rehúse hacerlo. Cada pecador, capacitado por la gracia de Dios, tiene libertad para creer o rehusar creer, y su destino eterno depende de cómo use dicha libertad. La libertad con la que Dios capacita al hombre caído, consiste en poder escoger libremente entre el bien y el mal en la esfera de lo espiritual. El pecador puede cooperar con el Espíritu de Dios y ser regenerado o resistir la gracia de Dios y perderse para siempre. El pecador necesita la asistencia del Espíritu Santo, pero no tiene que ser regenerado por el Espíritu antes de que pueda creer, ya que la fe es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente, y precede al nuevo nacimiento. La fe es un don de Dios; y el hombre lo puede recibir y ejercer para vida eterna, o rechazarlo para condenación.

2.- Elección condicional. Dios escogió para salvación, antes de la fundación del mundo, a todas aquellas personas que, asistidas por su gracia habilitadora, creen en Cristo. Esto se debe al hecho de que Dios vio de antemano que dichos individuos habrían de responder positivamente a su llamado, arrepintiéndose y creyendo en Cristo. Dios escogió solo a aquellos que él vio de antemano que voluntariamente creerían en el evangelio, asistidos por su gracia resistible.

3.- Redención universal o expiación general. La obra redentora de Cristo brinda a todos los hombres la oportunidad de ser salvos, y garantizó la salvación de todos los que habían creído y preservado hasta la muerte de Cristo, y también garantizó la salvación de todos los que habrían de creer y perseverar después de la muerte de Cristo. A pesar de que Cristo murió por todos los hombres, solo los que creen en él son salvados. Su muerte es suficiente para la salvación de todos los hombres, pero solo eficaz en los que creen.

4.- El Espíritu Santo puede ser resistido eficazmente. Él Espíritu Santo convence de pecado al mundo, y hace todo lo que se ha determinado para traer a cada pecador a la salvación. El llamado del Espíritu, sin embargo, puede ser resistido, ya que el hombre es hecho libre por la gracia de Dios. El Espíritu no regenera al pecador hasta que éste cree; la fe (que es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente) precede al nuevo nacimiento. Dios ha determinado que su llamado, a través del Espíritu Santo, pueda ser libre y voluntariamente aceptado o resistido. El Espíritu Santo obra eficazmente trayendo a Cristo solo a aquellos que no le resisten. El Espíritu no imparte vida hasta que el pecador responde, arrepintiéndose y creyendo voluntariamente en Cristo. Dios, por tanto, ha determinado que Su gracia no actúe de forma irresistible; sino que la misma puede ser resistida por el hombre.

5.- El caer de la gracia o el perder la salvación. Algunos arminianos creen que el ser humano, una vez salvo, no perderá su salvación y otros piensan que la salvación pueda perderse por no perseverar en la fe.
 
Al calvinista fanático hay que dejarlo. Ignorarlo.
Es como un fanático de izquierda.
Pero es así como decís y muchos creyentes honestos no dejan el calvinismo porque se quedan sin nada.
Es lo que les pasa a los católicos honestos que reconocen muchas cosas que les décimos.
Es como hablarles a un adventista del 7mo dia sobre el sabado y la necesidad de guardar el sabado o sino lo guardas es porque estas adorando la Bestia...
 
Los cincos puntos del Arminianismo.

1.- Libre albedrío o habilidad humana. Aunque la naturaleza humana fue totalmente afectada por la caída, sin embargo, Dios en su gracia capacita la voluntad del pecador para que libremente se arrepienta y crea, o rehúse hacerlo. Cada pecador, capacitado por la gracia de Dios, tiene libertad para creer o rehusar creer, y su destino eterno depende de cómo use dicha libertad. La libertad con la que Dios capacita al hombre caído, consiste en poder escoger libremente entre el bien y el mal en la esfera de lo espiritual. El pecador puede cooperar con el Espíritu de Dios y ser regenerado o resistir la gracia de Dios y perderse para siempre. El pecador necesita la asistencia del Espíritu Santo, pero no tiene que ser regenerado por el Espíritu antes de que pueda creer, ya que la fe es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente, y precede al nuevo nacimiento. La fe es un don de Dios; y el hombre lo puede recibir y ejercer para vida eterna, o rechazarlo para condenación.

2.- Elección condicional. Dios escogió para salvación, antes de la fundación del mundo, a todas aquellas personas que, asistidas por su gracia habilitadora, creen en Cristo. Esto se debe al hecho de que Dios vio de antemano que dichos individuos habrían de responder positivamente a su llamado, arrepintiéndose y creyendo en Cristo. Dios escogió solo a aquellos que él vio de antemano que voluntariamente creerían en el evangelio, asistidos por su gracia resistible.

3.- Redención universal o expiación general. La obra redentora de Cristo brinda a todos los hombres la oportunidad de ser salvos, y garantizó la salvación de todos los que habían creído y preservado hasta la muerte de Cristo, y también garantizó la salvación de todos los que habrían de creer y perseverar después de la muerte de Cristo. A pesar de que Cristo murió por todos los hombres, solo los que creen en él son salvados. Su muerte es suficiente para la salvación de todos los hombres, pero solo eficaz en los que creen.

4.- El Espíritu Santo puede ser resistido eficazmente. Él Espíritu Santo convence de pecado al mundo, y hace todo lo que se ha determinado para traer a cada pecador a la salvación. El llamado del Espíritu, sin embargo, puede ser resistido, ya que el hombre es hecho libre por la gracia de Dios. El Espíritu no regenera al pecador hasta que éste cree; la fe (que es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente) precede al nuevo nacimiento. Dios ha determinado que su llamado, a través del Espíritu Santo, pueda ser libre y voluntariamente aceptado o resistido. El Espíritu Santo obra eficazmente trayendo a Cristo solo a aquellos que no le resisten. El Espíritu no imparte vida hasta que el pecador responde, arrepintiéndose y creyendo voluntariamente en Cristo. Dios, por tanto, ha determinado que Su gracia no actúe de forma irresistible; sino que la misma puede ser resistida por el hombre.

5.- El caer de la gracia o el perder la salvación. Algunos arminianos creen que el ser humano, una vez salvo, no perderá su salvación y otros piensan que la salvación pueda perderse por no perseverar en la fe.
Ya el punto 1 está mal.
 
1.- Libre albedrío o habilidad humana​
. Aunque la naturaleza humana fue totalmente afectada por la caída, sin embargo, Dios en su gracia capacita la voluntad del pecador para que libremente se arrepienta y crea, o rehúse hacerlo.​
Dios no capacita al caído para creer.
Si no estámos más o menos como los calvinistas.
El hombre caído y pecador puede creer o no y es su decisión.
Cada pecador, capacitado por la gracia de Dios, tiene libertad para creer o rehusar creer, y su destino eterno depende de cómo use dicha libertad.
Es una mezcla.
Vuelven a poner, capacitado por la gracia.
Entonces Dios decide a quien capacita.
La libertad con la que Dios capacita al hombre caído, consiste en poder escoger libremente entre el bien y el mal en la esfera de lo espiritual.
Falso.
El pecador puede cooperar con el Espíritu de Dios y ser regenerado o resistir la gracia de Dios y perderse para siempre.
El pecador solo puede creer.
Solo cuenta su fe.
Ninguna obra vale.
El pecador necesita la asistencia del Espíritu Santo, pero no tiene que ser regenerado por el Espíritu antes de que pueda creer, ya que la fe es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente, y precede al nuevo nacimiento. La fe es un don de Dios; y el hombre lo puede recibir y ejercer para vida eterna, o rechazarlo para condenación.
Acá tratan de diferenciarse con el calvinismo.
Pero es más de lo mismo.
 
Vamos a hablar del punto 1.

Dios no capacita al caído para creer.
Si no estámos más o menos como los calvinistas.
El hombre caído y pecador puede creer o no y es su decisión.

Es una mezcla.
Vuelven a poner, capacitado por la gracia.
Entonces Dios decide a quien capacita.

Falso.

El pecador solo puede creer.
Solo cuenta su fe.
Ninguna obra vale.

Acá tratan de diferenciarse con el calvinismo.
Pero es más de lo mismo.
Yo no creo que ''creer'' y tener ''fe'' es lo mismo.

Se dice que los demonios tambien creen y estan fuera de la gracia de Dios.

El hombre tiene la capacidad innata de buscar a Dios y de creer.

Pero la Fe viene luego, es la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve. Esa esperanza solo puede tenerse con el Espiritu Santo que nos fortalece.
 
Vamos a hablar del punto 1.
Yo no creo que ''creer'' y tener ''fe'' es lo mismo.
Se dice que los demonios tambien creen y estan fuera de la gracia de Dios.
El hombre tiene la capacidad innata de buscar a Dios y de creer.
Pero la Fe viene luego, es la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve. Esa esperanza solo puede tenerse con el Espiritu Santo que nos fortalece.
Fe es aquello que se cree sin verlo.
Por eso decimos que nos movemos por fe o por vista.
Lo que se ve ya no necesita de fe.
Yo no tengo fe de que el sol existe.
Lo veo.
La fe viene siempre por el oír y nunca por el ver.
Se apoya siempre en alguna proclama.
 
Pero se puede tener fe en cualquier cosa.
Eva puso su fe en la palabra de la serpiente.
Lo ateos ponen su fe en palabras que dicen que Dios no existe.
 
Fe es aquello que se cree sin verlo.
Por eso decimos que nos movemos por fe o por vista.
Lo que se ve ya no necesita de fe.
Yo no tengo fe de que el sol existe.
Lo veo.
La fe viene siempre por el oír y nunca por el ver.
Se apoya siempre en alguna proclama.
Creer es un instante. Decidis creer o no creer, eso lo hace el hombre sin la necesidad del Espiritu Santo.

Sin embargo, la fe es casi como un saber sin saber. Es mas que creer. Y la fe trae al cristiano por medio del Espiritu Santo una vida nueva mas acorde con la voluntad de Dios y alli estan las obras.
 
Yo creo que alguien puede creer en Jesucristo como Hijo de Dios, como Salvador de la humanidad, que murio en la Cruz para perdon de los pecados y resucito a los 3 dias y sin embargo terminar condenado eternamente al preferir las tinieblas.
 
Noe halló gracia porque Dios así lo quiso.
Le preservó la vida un tiempo a causa del plan me Dios.
Luego, y aunque no ahogado, también murió.
-Cierto que Noé halló gracia porque Dios así lo quiso, pero su puntual obediencia como pregonero de justicia y en todos los detalles de la construcción del arca y lo que al diluvio siguió, no fue a disgusto ni a regañadientes. "Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé" (Gn 6:9).
 
-Cierto que Noé halló gracia porque Dios así lo quiso, pero su puntual obediencia como pregonero de justicia y en todos los detalles de la construcción del arca y lo que al diluvio siguió, no fue a disgusto ni a regañadientes. "Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé" (Gn 6:9).
Lo que nos interesa en este tema es dejar en claro que Noé no sobrevivió porque fuera un hombre sin pecado.
El también era hijo de desobediencia y de ira como cualquier hijo de Adán.
Y la biblia no puede contradecirse.
No hay JUSTO ni aún uno y esto lo incluye a Noé.
Noé era justo en su hombre interior.
 
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Reacciones: Ricardo
Génesis 6
5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

Génesis 6
17 Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.