Re: Cafe Virtual Cristiano: "Ya No hay Hombres, Ya no Hay Mujeres, Somos Uno en Crist
Re: Cafe Virtual Cristiano: "Ya No hay Hombres, Ya no Hay Mujeres, Somos Uno en Crist
Comparto con todas las mujeres cristianas este aporte , el Shaddai les de paz .
De igual forma, el ministerio femenil que comúnmente se desarrolla dentro de la iglesias es en vías de satisfacer las necesidades que están sólo aquí enfrente. La gran mayoría de ellas se divisan por tradición, aunque no necesariamente se estén enfocando o en verdad viendo. Eso mismo lleva a una generalización de necesidades, desvirtuando la importancia de ser específicas con el servicio que se ofrece. Entonces se habla de necesidades espirituales, sociales, emocionales, pero no se definen específicas, y no tienen la atención especial que requieren.
Es necesario corregir el enfoque ministerial como mujeres. Así como para ayudar a los ojos de corta proyección se usan lentes que dirigen el enfoque amplio, el servicio femenil también necesita rectificar su visión del ministerio que como mujeres es desarrollado. Para ello es necesario que la visión sea ampliada.
I. La proyección se basa en una visión específica
A. La visión completa (Jn 4.35)
Después que el Señor habló con la mujer samaritana, los discípulos regresaron a él trayéndole comida. La falta de apetito físico de Jesús en ese momento los asombró, pues ellos consideraban que esa era la necesidad urgente que debían satisfacer para él. Es en medio de esta confusión que él los invita a desvestirse de la miopía ministerial y con ello a hacer dos acciones que toda mujer necesita hacer para cumplir su parte dentro del ministerio a las mujeres.
Alzad vuestros ojos. Esta invitación del Señor es a dejar de ver las necesidades que descansan sobre la punta de la nariz, y a contemplar el panorama completo. La palabra aquí traducida alzad está en una forma imperativa que implica que se comience a hacer algo. Eso significa que en la práctica, los discípulos estaban lejos de tener sus ojos enfocados en el panorama general y se encontraban sólo viendo lo inmediato, lo urgente: la comida del Señor. El reto para ustedes mujeres es que deben levantar sus ojos de aquello que desde su perspectiva son las necesidades de las mujeres, a lo que es la realidad integral de la mujer cristiana. El llamado a levantar los ojos implica dejar una actitud de indiferencia, despertar a una verdad a la cual en gran manera se ha estado ajena, a tomar conciencia, y por lo tanto, tomar acción práctica en el involucramiento dinámico del servi-cio. Es el llamado a poner el enfoque en el lugar correcto, como la ayuda que los lentes dan en los casos de miopía.
Mirad. El Señor demandó de sus discípulos algo más que un simple movimiento físico para un cambio de enfoque de la vista. No solamente se necesita un panorama completo, sino también una visión específica. Para ello el Maestro usó una palabra que describe la acción de ver con actitud de contemplamiento. Es la acción de observar de manera que se puedan percibir los detalles, las minucio-sidades. Es un desafío a no sólo darse cuenta, sino a darse por aludidas. En otras palabras, debe ser de su incumbencia. De nuevo el Maestro usó una forma imperativa que implica que algo debe comenzar a hacerse. Ha llegado el momento de dejar de soslayar e interesarse en las realidades totales, si ha de ocuparse en ministrar a mujeres.
B. La visión específica (Ef 4.11-13)
Uno de los privilegios que se tiene como miembros del cuerpo de Cristo es que ninguna mujer que sirve a otras puede tener visiones individuales de lo que es el ministerio. La visión específica del ministerio a la mujer no puede ser según la perspectiva personal, sino según la perspectiva de Dios. Eso implica que se debe tener una visión común. Esa visión común no es algo ajeno, ni tampoco algo desconocido. El Señor ha tenido el cuidado de darla a conocer y se encuentra en Efesios 4.11-13. Cuando se lee el versículo 11 por lo general se tiende a ver como si este principio estuviera enfocado a un liderazgo meramente masculino. Casi nunca se aplica este pasaje al ministerio desarrollado por mujeres. Sin em-bargo, dentro del cuerpo de Cristo no se tiene sólo líderes varones. Tampoco se puede negar que las capacidades de liderazgo que cada mujer desarrolla, proviene del Señor. Eso sería una contradicción a la afirmación de Pablo en 1 Corintios 12.11. Por lo tanto, Efesios 4.11 incluye a mujeres dotadas por el Espíritu para ejercer funciones de liderazgo dentro del cuerpo de Cristo. Teniendo esto claro, se ha de decir que el liderazgo que se ejerza, el ministerio que se desarrolle, ya sea este pastoral, de enseñanza o de evangelismo, va hacia un fin determinado: «Con la proyección de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto» (Ef 4.12-13).
Re: Cafe Virtual Cristiano: "Ya No hay Hombres, Ya no Hay Mujeres, Somos Uno en Crist
Dice la Santa Palabra, que no solo de pan vivira el hombre y la mujer, este hermoso sitio virtual, nos servira para compartir el alimento solido para quienes no vemos diferencia entre hombres y mujeres conforme a Galatas 3, asi podremos de partir virtualmente, videos, reflexiones, estudios, testimonios, etc. con mis hermanos y hermanas en la fe, asi que invito a quienes asi asumen su amor a la projima y al projimo a disfrutar de nuestro:
Cafe Virtual Cristiano, que lo presento aqui:
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Asi presento este alimento solido que comparto con mis hermanas y hermanos en la fe:
Galatas 3:25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
3:26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
3:27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
Comparto con todas las mujeres cristianas este aporte , el Shaddai les de paz .
De igual forma, el ministerio femenil que comúnmente se desarrolla dentro de la iglesias es en vías de satisfacer las necesidades que están sólo aquí enfrente. La gran mayoría de ellas se divisan por tradición, aunque no necesariamente se estén enfocando o en verdad viendo. Eso mismo lleva a una generalización de necesidades, desvirtuando la importancia de ser específicas con el servicio que se ofrece. Entonces se habla de necesidades espirituales, sociales, emocionales, pero no se definen específicas, y no tienen la atención especial que requieren.
Es necesario corregir el enfoque ministerial como mujeres. Así como para ayudar a los ojos de corta proyección se usan lentes que dirigen el enfoque amplio, el servicio femenil también necesita rectificar su visión del ministerio que como mujeres es desarrollado. Para ello es necesario que la visión sea ampliada.
I. La proyección se basa en una visión específica
A. La visión completa (Jn 4.35)
Después que el Señor habló con la mujer samaritana, los discípulos regresaron a él trayéndole comida. La falta de apetito físico de Jesús en ese momento los asombró, pues ellos consideraban que esa era la necesidad urgente que debían satisfacer para él. Es en medio de esta confusión que él los invita a desvestirse de la miopía ministerial y con ello a hacer dos acciones que toda mujer necesita hacer para cumplir su parte dentro del ministerio a las mujeres.
Alzad vuestros ojos. Esta invitación del Señor es a dejar de ver las necesidades que descansan sobre la punta de la nariz, y a contemplar el panorama completo. La palabra aquí traducida alzad está en una forma imperativa que implica que se comience a hacer algo. Eso significa que en la práctica, los discípulos estaban lejos de tener sus ojos enfocados en el panorama general y se encontraban sólo viendo lo inmediato, lo urgente: la comida del Señor. El reto para ustedes mujeres es que deben levantar sus ojos de aquello que desde su perspectiva son las necesidades de las mujeres, a lo que es la realidad integral de la mujer cristiana. El llamado a levantar los ojos implica dejar una actitud de indiferencia, despertar a una verdad a la cual en gran manera se ha estado ajena, a tomar conciencia, y por lo tanto, tomar acción práctica en el involucramiento dinámico del servi-cio. Es el llamado a poner el enfoque en el lugar correcto, como la ayuda que los lentes dan en los casos de miopía.
Mirad. El Señor demandó de sus discípulos algo más que un simple movimiento físico para un cambio de enfoque de la vista. No solamente se necesita un panorama completo, sino también una visión específica. Para ello el Maestro usó una palabra que describe la acción de ver con actitud de contemplamiento. Es la acción de observar de manera que se puedan percibir los detalles, las minucio-sidades. Es un desafío a no sólo darse cuenta, sino a darse por aludidas. En otras palabras, debe ser de su incumbencia. De nuevo el Maestro usó una forma imperativa que implica que algo debe comenzar a hacerse. Ha llegado el momento de dejar de soslayar e interesarse en las realidades totales, si ha de ocuparse en ministrar a mujeres.
B. La visión específica (Ef 4.11-13)
Uno de los privilegios que se tiene como miembros del cuerpo de Cristo es que ninguna mujer que sirve a otras puede tener visiones individuales de lo que es el ministerio. La visión específica del ministerio a la mujer no puede ser según la perspectiva personal, sino según la perspectiva de Dios. Eso implica que se debe tener una visión común. Esa visión común no es algo ajeno, ni tampoco algo desconocido. El Señor ha tenido el cuidado de darla a conocer y se encuentra en Efesios 4.11-13. Cuando se lee el versículo 11 por lo general se tiende a ver como si este principio estuviera enfocado a un liderazgo meramente masculino. Casi nunca se aplica este pasaje al ministerio desarrollado por mujeres. Sin em-bargo, dentro del cuerpo de Cristo no se tiene sólo líderes varones. Tampoco se puede negar que las capacidades de liderazgo que cada mujer desarrolla, proviene del Señor. Eso sería una contradicción a la afirmación de Pablo en 1 Corintios 12.11. Por lo tanto, Efesios 4.11 incluye a mujeres dotadas por el Espíritu para ejercer funciones de liderazgo dentro del cuerpo de Cristo. Teniendo esto claro, se ha de decir que el liderazgo que se ejerza, el ministerio que se desarrolle, ya sea este pastoral, de enseñanza o de evangelismo, va hacia un fin determinado: «Con la proyección de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto» (Ef 4.12-13).