SI.
Ojo, una cosa es que ya no estamos BAJO LA LEY que es obvio y otra diferente es que LA LEY LA QUITO Cristo.
TU AFIRMAS QUE CRISTO LA QUITO!!! ERROR.
Podes decir lo que quieras y aún hacerme decir lo que yo no dije.
Pero eso, lo único que demuestra es tu incapacidad de leer y entender.
Si pusieras un poco de buena voluntad y dejarás de manejarte de manera bipolar, amigo, enemigo, entonces podríamos compartir con mejores resultados.
Si yo para vos soy un cristiano equivocado romanista y no sé cuántas cosas más vas a ponerte siempre a la defensiva y te vas a cerrar a cualquier cosa que te diga.
La ley no la quito Cristo, la diferencia es que la ley para los que estamos en Cristo ya no nos condena, maldice, ni mata.
Suponete que matás a alguien en un estado con pena de muerte.
La ley entonces te persigue para ajusticiarte.
Mientras que huyas la ley te seguirá persiguiendo siempre.
Ahora tanto si la ley te agarra y te mata en la silla eléctrica o si morís aplastado por un camión, la ley ya no te persigue más.
Pero no te persigue más, no porque fue abolida o quitada sino porque vos dejaste de vivir bajo el sol y estás 2 metros bajo tierra.
Bien muerto.
Tampoco si estás bien muerto y enterrado 2 metros bajo tierra el pecado tendrá poder sobre ti. Los muertos no se emborrachan, ni fornican, ni nada.
Ni la ley ni el pecado tienen poder alguno en los cementerios.
Otro ejemplo.
Suponete que le prestaste a Lázaro 10000 dólares para comprarse un terreno y lo estás persiguiendo para que te los pague porque se los gastó en otra cosa.
En una de tus visitas a su casa para cobrarle te enterás de que murió.
Entonces te volvés a tu casa entendiendo que ya no podrás cobrarle.
Pero a la semana te enterás que un tal Jesús le resucitó y entonces te vas para la casa a cobrarle lo que te debe.
Tu siendo cristiano quebrantas la ley y te pones a practicar pecado, vas a tener graves consecuencias de ese pecado por quebrar la ley. ¿O no?
Este tema es complicado pero lo dejamos para después de que entiendas la diferencia entre la resurrección de Lázaro y la de Jesús.