-El orden que establece Pablo en cuanto al arrebatamiento que él y los tesalonicenses esperaban, era la resurrección de los justos, para que junto con los vivos entonces transformados, fueran tomados de este mundo para ser llevados junto a Cristo (Juan 14:3). Véase la coincidencia del final de ese texto "...para que donde yo esté, vosotros también estéis" con la de 1Ts 4:17 "...y así estaremos siempre con el Señor". No hay rapto ni secuestro porque nadie será llevado contra su voluntad. Estoy siendo riguroso.
Ser riguroso implica aceptar:
1-Que la audiencia original a quienes Pablo escribió esas palabras , NADA tiene que ver con nosotros. Ni nos tenía en mente Pablo cuando escribió esas palabras.
2- Que ni habrá "arrebatamiento" alguno (al menos no al uso de como lo interpretan los futuristas) como tampoco ningún "rapto".
Somos arrebatados para Dios, cuando morimos y nuestros espíritus escapan de las garras del diablo que nos quería arrastrar tras sí al fondo del lago de fuego.
Esto es ser de verdad "riguroso".