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Por: Luis Eduardo Barón
La película de Mel Gibson “La Pasión de Cristo”, revivió al detalle las últimas 12 horas de Jesús, su horrible tortura y el suplicio que vivió en la Cruz.
Más allá de los comentarios sobre el quién condenó a muerte a Jesús, los críticos han coincidido que la película se ciñe a los Evangelios, pero algunos creen a Gibson le faltaron algunos detalles y que “se le fueron las luces” en otros.
Sus quejas van desde inexactitudes relacionadas con el estilo del peinado y la ropa hasta la falta de contexto evangélico en el filme donde sus protagonistas hablan en arameo.
Los expertos dicen que éste fue su primer error, ya que el griego era la lengua hablada en Jerusalén durante el tiempo de Jesús, junto con el arameo y algo de hebreo hablado por los judíos.
"¡Jesús habla con Poncio Pilatos y Pilatos con Jesús en latín!", exclamó John Dominic Crossan, un profesor de estudios religiosos en la Universidad De Paul de Chicago, dedicada a estudios católico-romanos. "Tendría que haber sido griego", dijo.
El latín se reservaba para los decretos oficiales o era utilizado por la élite. La mayoría de los centuriones romanos en Tierra Santa hablaban más griego que latín, dijeron historiadores y arqueólogos.
Pero los expertos dijeron que los errores no terminan con el uso de la lengua incorrecta.
Según Crossan, quien habla latín, esta lengua fue tan mal pronunciada en la película que resulta casi incomprensible.
El filme "caracteriza a Jesús con el cabello largo, Jesús no tenía el pelo largo", dijo el antropólogo físico Joe Zias, quien ha estudiado centenares de esqueletos encontrados en excavaciones arqueológicas en Jerusalén. "Los hombres judíos de la antigüedad no tenían cabello largo".
"Los textos judíos ridiculizaban el pelo largo como algo romano o griego", dijo Lorenzo Schiffman, de la Universidad de Nueva York.
Junto con abundantes escritos de la época, los expertos también señalan un friso en el Arco de Tito en Roma, erigido para celebrar la victoria tras la caída de Jerusalén en el año 70 de nuestra era, que muestra a los hombres judíos, cuando son capturados, con cabello corto.
La representación errónea de Jesús en el arte occidental a menudo ha inducido a los directores de cine a cometer errores al representar a Jesús, dijeron los expertos.
Uno de los aspectos más polémicos de la película es su retrato de Pilatos sentenciando a Jesús a la crucifixión de manera reticente, bajo la presión de una turba de matones y un intrigante sacerdote judío.
Los eruditos admiten que la escena es fiel a los Evangelios, pero algunos expertos dicen que es imperativa una perspectiva histórica. "Es importante ver el contexto histórico. No sólo por ser fieles a la historia, sino también por ser fieles a los pasajes del Evangelio", dijo el padre Michael McGarry, rector del Instituto Ecuménico Tantur, en Jerusalén.
Los Evangelios, dijo, fueron escritos muchos años después de la crucifixión, en un tiempo en el que los primeros cristianos consideraban que era políticamente acertado "suavizar a Poncio Pilatos como una forma de apaciguar" a los romanos, quienes los gobernaban.
"Poncio Pilatos era un hombre muy cruel y brutal. Y no le importaba en absoluto ejecutar a otro judío. Había matado a tantos antes que a Él (Jesús)", dijo McGarry, quien no había visto el filme, y sólo comentaba respecto a la historia de la época.
La crucifixión era un castigo común en tiempos de Jesús, aplicado por los romanos para castigar a los judíos rebeldes. Los romanos crucificaban tantos judíos, dijo Zias, que "al final les faltaban cruces y lugar".
La representación de la crucifixión fue la parte del filme más llena de errores para Zias, quien estudió el esqueleto de un hombre judío crucificado de la época de Jesús, los únicos restos encontrados de una víctima crucificada en la antigüedad.
Zias dijo que Jesús no habría llevado toda la cruz a la crucifixión ya que las vigas verticales fueron mantenidas permanentemente en su lugar por los siempre eficientes romanos.
"Nadie tiene la capacidad física para llevar tal cosa (una cruz entera). Pesa cerca de 150 kilos", dijo Zias. "Él (Jesús) llevó como máximo la viga transversal". Tampoco habría llevado un taparrabos en la crucifixión, como lo hizo el actor James Caviezel que interpretó a Jesús en la película.
"La crucifixión era una forma de 'terror de Estado'. Humillaban a la víctima crucificada. Todos estaban desnudos. Hombres, mujeres y niños", dijo Zias.
Jesús, agregó, debió haber sido atado o clavado a la cruz por las muñecas, y no por las manos como se muestra en el filme. "No se puede crucificar a una persona por las manos, porque allí no hay nada más que piel y músculos. Se rasgaría".
Para otros la película se quedó corta en el verdadero dolor y castigo que recibió Jesús. Los Evangelios dicen que su rostro era irreconocible por los latigazos infringidos y si bien es difícil de imaginar que un ser humano fuese capaz de resistir tal sufrimiento, también es cierto que Él no era humano, era el hijo de Dios.
Gracias a la película, las últimas horas de Cristo han tomado nuevamente significado para las religiones cristianas, por eso queremos revivir el artículo publicado en nuestra edición de marzo del año 2002 donde se hace un análisis sobre su sufrimiento y las causas de su muerte.
¿De qué murió Jesús?
Expertos médicos, historiadores y arqueólogos han examinado en detalle la ejecución que Jesucristo voluntariamente soportó. Todos coinciden en que Él sufrió una de las formas más duras y dolorosas de pena capital jamás imaginada por el hombre. En este mes en el que recordamos su pasión y muerte, queremos hacer a los lectores de La Guía un breve sumario de algunas cosas que sabemos por la historia, la arqueología y la medicina acerca de sus últimas horas...
Jesús tenía el peso del mundo sobre sus hombros. Incluso antes de que la crucifixión empezara Él mostraba claramente síntomas físicos relacionados con un intenso sufrimiento. La noche antes de la ejecución sus discípulos dicen haber visto a Jesús en "agonía" sobre el Monte de los Olivos. No sólo no durmió en toda la noche, sino que parece haber estado sudando abundantemente. Tan grande era el sufrimiento que había pequeños vasos sanguíneos que se rompían en sus glándulas sudoríferas y emitían gotas rojas tan grandes que caían al suelo (véase Lucas 22:44). Este síntoma de intenso sufrimiento se llama hematohidrosis.
Jesús estaba físicamente agotado y en peligro de sufrir un colapso si no recibía líquidos (lo cual aparentemente no sucedió). Este es el hombre al cual los soldados romanos torturaron.
Habiendo pasado por manos judías, ahora era el turno de los romanos. Se sabe que los golpes infringidos por los soldados romanos, eran muy cruentos, dejando heridas por todo el cuerpo. Los romanos diseñaban sus látigos para cortar la carne de los cuerpos de sus víctimas. Estos golpes fueron concebidos para ser dolorosos hasta el extremo. También causaría una concentración de líquido alrededor de sus pulmones. Además, una corona de espinas fue impuesta sobre su cuero cabelludo la cual era capaz de irritar gravemente los nervios más importantes de su cabeza, causando un dolor cada vez más intenso y muy agudo, a medida que las horas pasaban.
En el estado de sufrimiento de Cristo, estos golpes eran suficientes para matarle. Su cuerpo estaba horriblemente magullado, cortado y sangrante. Tras no haber ingerido alimento alguno durante muchas horas, y después de haber perdido líquidos por medio de abundantes hemorragias, Jesús estaría gravemente deshidratado. Esta tortura brutal ciertamente le habría llevado a lo que los médicos llaman colapso (shock), y el colapso mata.
Además, Jesús fue obligado a cargar con el travesaño de madera sobre el cual moriría. Imagine el efecto de cargar con algo extremadamente pesado si usted estuviera en esa condición.
Al ser colgado completamente desnudo ante la multitud, el dolor y el daño causado por la crucifixión fue concebido para ser tan sumamente intenso que uno anhelaría constantemente la muerte, pero podría perdurar días sin ningún desahogo.
Según el Dr. Frederick Zugibe, la perforación del nervio medio de las manos por un clavo puede causar un dolor tan increíble que ni siquiera la morfina sería de ayuda, un dolor intenso, ardiente horrible, como relámpagos atravesando el brazo hacia la médula espinal. La ruptura del nervio plantar del pie con un clavo tendría un efecto así mismo terrible. Además, la posición del cuerpo sobre una cruz, pensada para hacer extremadamente difícil la respiración.
Frederick Farrar describe el efecto torturador pretendido: "Porque de hecho una muerte por crucifixión parece incluir todo lo que el dolor y la muerte puedan tener de horrible y espantoso: vértigo, calambres, sed, inanición, falta de sueño, fiebre, tétano, vergüenza, todo intensificado hasta el punto en el que puede ser soportado, pero llegando hasta un poco por debajo del punto que daría al sufriente el consuelo de la inconsciencia".
El examinador médico, Dr. Frederick Zugibe, cree que Cristo murió de un colapso debido a la pérdida de sangre y líquido, más un choque traumático por sus heridas, además de una sacudida cardiogénica que causó que el corazón de Cristo sucumbiera.
James Thompson cree que Jesús no murió por agotamiento, ni por los golpes o por las 3 horas de crucifixión, sino que murió por agonía de la mente la cual le produjo el rompimiento del corazón. Su evidencia viene de lo que sucedió cuando el soldado romano atravesó el costado izquierdo de Cristo. La lanza liberó un chorro repentino de sangre y agua (Juan 19: 34). No tan solo prueba esto que Jesús ya estaba muerto cuando fue traspasado, sino que Thompson cree que ello también es una evidencia del rompimiento cardíaco. El renombrado fisiólogo Samuel Houghton cree que tan solo la combinación de crucifixión y ruptura del corazón podría producir este resultado.
Lo único cierto es que Cristo murió de dolor para salvarnos. El hombre más importante de todos los tiempos sufrió la más salvaje agonía por amor.
http://www.revistalaguia.com/articulo.php?id=264&edicion=46