Buenos días en Cristo para ambas, escribo desde la frontera entre Venezuela y Colombia.
Ambas foristas se identifican como enemigas de la PLENITUD DEL PADRE EN EL HIJO, haciendo a un lado las Escrituras:
Col_2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
"YO Y EL PADRE UNO SOMOS" (Jn.10:30)
Jua_14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Jua_14:11 Creedme que YO SOY en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
REFLEXIÓN BÍBLICA
La Escritura enseña que la Santidad del Hijo se eleva a un triple nivel igual a la del Padre, leemos:
Isa 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
No hallamos ningún otro atributo del Eterno, que se triplique de esta manera, pues no leemos que sea tres veces misericordioso; tres veces omnisciente, solo su Santidad.
Allí en el escenario de gloria que vio Isaías, y las palabras que escuchó, no solamente "Santo, Santo, Santo", sino también las siguientes:
Isa 6:9 Y dijo: Anda, y dí a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.
Isa 6:10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
Palabras que el Espíritu Santo las asocia a Jesús en el N.T. leemos:
Jua 12:37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;
Jua 12:38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo:
Señor, ¿Quién ha creído a nuestro anuncio?
¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
Jua 12:39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
Jua 12:40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los
ojos, y entiendan con el corazón,
Y se conviertan, y yo los sane.
Jua 12:41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
No se puede dudar que Jesús es Jehová en el A.T.
Selah
¿Tenía Jesús en sí mismo algo que fuera de él por ser él Dios, parte de una Trinidad,
o es la “plenitud” que mora en él algo que llegó a ser de él por decisión ajena?
Colosenses 1:19 (VV [1977], BC) dice que toda la plenitud moraba en Cristo porque
“tuvo a bien el Padre” que así fuera. LT dice que fue porque “Dios quiso”.
Juan 10:30:
Al decir: “Yo y el Padre somos uno”,
¿quiso decir Jesús que fueran iguales?
Algunos trinitarios dicen que sí. Pero en Juan 17:21, 22 Jesús oró con relación a sus seguidores:
“Que todos ellos sean uno”, y agregó: “Para que ellos sean uno así como nosotros somos uno”
Obviamente los discípulos de Jesús no llegaron a ser todos parte de una Trinidad.
Pero sí llegan a participar de cierta unidad de propósito con el Padre y con el Hijo,
la misma unidad que une a Dios y a Cristo.
“El que me ha visto ha visto al Padre”... ¿en qué sentido?
¿Qué quiso decir Jesús con esa declaración?
Algunos individuos creen que si uno que ha visto a Jesús ha visto al Padre también,
Jesús tiene que ser el Dios Todopoderoso, plenamente igual a su Padre, Jehová.
¿El que me ha visto ha visto al Padre,” que Jesús es Dios Todopoderoso?
Veamos.
Repetidas veces las Escrituras se refieren a Jesucristo como aquel a quien Dios “envió”
como su representante principal.
(
Vea, por ejemplo, Juan 3:17, 28, 34; 5:23, 24, 30, 37.)
Es interesante el hecho de que la Biblia
a menudo describe a personas que representan a otras personas
como si ellas fueran las personas representadas.
Considere dos ejemplos:
(1) El Evangelio de Mateo relata que, después de pronunciar el Sermón del Monte,
Jesús entró en Capernaum, donde “un centurión se presentó ante él, rogándole” que sanara a su esclavo. (Mat. 8:5-13)
No obstante del relato paralelo en Lucas 7:1-10
nos enteramos de que el centurión “envió a
los ancianos de los judíos
[a Jesús] para pedirle que fuera y sanara a su esclavo.”
(2) En el Evangelio de Marcos leemos que “Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo,
se presentaron ante él,” pidiendo:
“Concédenos sentarnos, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu gloria.” (Mar. 10:35-37)
Sin embargo, Mateo relata que en realidad fue “la madre de los hijos de Zebedeo,”
quien como representante de éstos en realidad le hizo la petición a Jesús.—Mat. 20:20, 21.
Por supuesto, de estos relatos bíblicos nadie llegaría a la conclusión
de que aquellos ancianos judíos y el centurión eran coiguales,
o que la madre y sus hijos, Santiago y Juan, eran coiguales.
Semejantemente, nadie debería llegar a la conclusión de que Jesús y Dios son coiguales
sencillamente porque cosas declaradas acerca de Jehová Dios
en ciertas partes de la Biblia se aplican a Jesucristo en otras partes.
La verdadera razón de esto es que Jesús representa a Dios
¿Se debe a eso que el Hijo de Dios dijera: “El que me ha visto ha visto al Padre”?
Sí, pero en esa expresión hay más envuelto que mera representación. La petición,
“Señor, muéstranos al Padre,” sugiere que Felipe quería que Jesús proveyera a sus discípulos
una manifestación visible de Dios, como las que fueron concedidas
en visiones a Moisés, Elías e Isaías en tiempos antiguos. (Éxo. 24:10; 1 Rey. 19:9-13; Isa. 6:1-5)
Sin embargo, en dichas visiones los siervos de Dios vieron, no a Dios mismo,
sino representaciones simbólicas de él. (Éxo. 33:17-22; Juan 1:18)
La contestación de Jesús indicó que Felipe ya tenía algo mejor que visiones de esa índole.
Puesto que Jesús reflejaba perfectamente la personalidad de su Padre,
a quien solo el Hijo ‘conocía’ plenamente, el ver a Jesucristo era como ver a Dios mismo.—Mat. 11:27.