Jesús fue el bebé de María. Nació de su vientre. María, una virgen, se quedó embarazada por el poder del Espíritu. Sin el semen de un hombre, ella quedó embarazada. El bebé creció, y dio a luz con dolores a su hijo Jesús. Y cielos y tierra se alegraron y gozaron de que nos había nacido un Salvador: un bebé gestado en el vientre de una mujer israelita, como todo bebé es gestado en el vientre de una mujer israelita, pero no por voluntad de hombre ni de mujer. La fecundación no se produjo por simiente masculina mediante un acto sexual, sino que María fue fecundada por el poder del Espíritu Santo. María se encontró encinta por el poder del Espíritu. ESTO DICEN LAS ESCRITURAS.
María quedó encinta por el poder del Espíritu Santo.
Obviamente, el bebé que nació de ella portaba los rasgos característicos de su madre, así como toda la carga de ADN de su madre, ADN o "carne" que fue el recipiente del pecado para poder condenar al pecado en ella (Rom 8:3). Cristo tuvo un cuerpo como el nuestro, con las mismas pasiones y debilidades, pero Él fue sin pecado porque no había concupiscencia en Él (Stg 1:15). ¿Y cómo condenó el pecado en su carne? Otro milagro. Nuestros pecados fueron milagrosamente cargados SOBRE el que no tenía pecado.
Así pues, Él "bajó del cielo" sin semen masculino, sino por una fecundación milagrosa. Su cuerpo terrenal mientras andó entre nosotros tenía la carga genética de María. Jesús sólo portaba el ADN de María, no el de José.
Esta doctrina nueva del "Jesús-probeta-extraterrestre" es una herejía. Muchos siguen en su error... y otros le bailan el agua.
Amor,
Ibero
