Re: 7 ARGUMENTOS NO RELIGIOSOS ANTE EL HOMOSEXUALISMO
EDUARDO SILVA
¿Y este otro argumento no religioso, te agrada?
¿Qué dice la ciencia sobre la homosexualidad?
Nadie nace homosexual o lesbiana. El pretendido argumento de un desorden genético, aunque existen estudios que “aparentemente” lo avalan, sin embargo es poco contundente y aún en estudio. Actualmente, la homosexualidad ha sido objeto de varios artículos científicos que los medios de comunicación han difundido con titulares sensacionalistas, pero que no reflejaban adecuadamente la realidad de los hallazgos. Hasta ahora, no es concluyente que la homosexualidad se deba a un asunto genético. Más bien podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que la condición homosexual no es genética sino que se trata de un comportamiento adquirido.
Estudios científicos concluyen que los ex-homosexuales son más que los actuales;… es decir, son más los que se han vuelto a una vida normal, que los que siguen en sus inclinaciones homosexuales. Por tanto, si verdaderamente la homosexualidad obedece a un origen o alteración genética; ¿Cómo se explica que ellos, si traían un gen homosexual; muchos homosexuales, por diversas razones, ya sea morales, psicológicas, religiosas etc. han dejado de serlo? Si la homosexualidad es genética, el homosexual debería morir homosexual.
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Así tenemos por ejemplo el síndrome de Down, que obedece a una alteración genética, y el resultado es que quien nace con síndrome de Down es irreversible, muere bajo las mismas características; las que no se pueden cambiar ni por decisión propia o voluntaria de quien la padece, ni por educación, o a través de recursos religiosos; salvo excepciones, en donde se ha cambiado ligeramente algunas inclinaciones, pero jamás transformar a la persona. Esto no acontece con los homosexuales.
Igualmente, los estudios que se han realizado en gemelos idénticos (monocigóticos) que comparten el mismo paquete genético, demuestran sin lugar a dudas la fragilidad del argumento de la “homosexualidad genética”; pues si hipotéticamente la genética determina la orientación sexual, debería darse la misma orientación en cada gemelo; pero todos los estudios a éste respecto, han dado, en los mejores casos, solo un 57 % de la misma orientación sexual en gemelos idénticos, y en el 43% restante, se encontraron diferentes tendencias o preferencias sexuales en gemelos idénticos, unos homosexuales y otros heterosexuales, a pesar de compartir la misma información genética. Es evidente que estos estudios más que apoyar la homosexualidad genética, la derriban; pues o serían ambos gemelos homosexuales o ambos normales; la realidad es que el gemelo que es homosexual es porque decidió ser homosexual, y el normal es porque decidió no ser homosexual.
Luego, también, si eventualmente se nace homosexual (origen genético), significaría que la homosexualidad es moralmente aceptable; y el rechazo de los homosexuales hacia los heterosexuales sería innato; lo que supone entonces que sería moralmente aceptable el rechazo de los heterosexuales hacia los homosexuales y esto, no se podría catalogar como discriminación.
Lo cierto es que la heterosexualidad genética es inobjetable, pues ésta tiene descendencia, lo que es normal; mientras que los homosexuales no pueden reproducirse; lo que indudablemente los califica como anormal.
Asimismo, acercándonos más al abismo inmoral, debemos considerar un doble estándar en las pretensiones de los homosexuales, al exigir derechos, aduciendo genética en sus instintos u orientación sexual; pues entonces, de la misma manera, podría alegar aceptación el que nace con instintos hacia los jóvenes (pedofilia), o el que nace con deseos irrefrenables de robar (cleptomanía) o deseos irrefrenables de violar, o de practicar el incesto.
¿O debemos decir que solo la atracción homosexual es genética y moralmente buena mientras que la pedofilia no lo es? ¿Qué pasaría con todos aquellos que nacen con la tendencia innata de mentir, robar, odiar, violar, etc. ¿Deberían ser ellos moral y legalmente aceptables debido a que nacieron así?
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Si no existiera un rechazo general y considerado inaceptable en la sociedad, la pedofilia y la cleptomanía por ejemplo; seguramente que los pedófilos, los cleptómanos, violadores, y varios otros que nacen con ciertas tendencias, mucho tiempo estarían ya empecinados en estudios genéticos, para justificar sus inclinaciones. Esto demuestra cómo, una conducta inmoral e inaceptable como es la homosexualidad, ha ganado terreno sutilmente, a través de los tiempos, pues han luchado y presionado, gracias a los recursos económicos y lugares de preeminencia que algunos homosexuales tienen, para que una conducta claramente reñida con la moral y con los preceptos divinos, sea mirada con buenos ojos por la sociedad actual.
Lo cierto y concluyente, es que la homosexualidad se da como costumbre aprendida en la niñez o en la juventud; ya sea por experiencias traumáticas de violación, por causa de la promiscuidad, por padres disfuncionales, por orfandad, madres posesivas, padres débiles, maltrato físico entre los padres o hacia los hijos, infidelidad matrimonial, divorcio, etc. Lo que frecuentemente podrán llevar a un niño o joven varón a la homosexualidad. El ambiente o las razones psicológicas, influyen fuertemente sobre las conductas sexuales desviadas o preferencias sexuales; pero difícilmente estas obedecen a una razón genética. Se concluye entonces que la homosexualidad es un comportamiento aprendido, y cualquier cosa aprendida puede, con la ayuda correcta, ser olvidada.
Así es que la gran mayoría de psiquiatras y psicólogos, coinciden en que la homosexualidad es tratable; es decir, se puede curar. Ellos consideran la homosexualidad como una desviación psicológica motivada o producto de varios factores como el maltrato en la niñez, la desconfianza, la soledad, una profunda falta de auto-aceptación, etc. y todas estas taras son tratables por la psiquiatría o la psicología. El psicólogo holandés Gerard J.M. Van Den Aardweg señala que en un tercio de sus pacientes homosexuales la curación es completa, mientras que en el resto, el tratamiento es más lento, seguramente por la poca colaboración de aquellos homosexuales que insisten en permanecer en su estilo de vida. Sin embargo Van Den Aardweg, rechaza la resignación e insiste en que la homosexualidad es tratable y curable.
Asimismo, desde una perspectiva evolutiva (teoría de la evolución de Charles Darwin), si hipotéticamente la homosexualidad tiene un componente u origen genético; se da una paradoja; y es que la homosexualidad masculina no podría darse o persistir a través del tiempo evolutivo, pues los individuos que son portadores de los genes asociados a la homosexualidad no pueden reproducirse. Si la reproducción no se da en los homosexuales, y estos para hacerlo, recurren a parejas normales como un hombre y una mujer; estarían evidenciando categóricamente que lo normal, es un hombre y una mujer, y no dos hombres o dos mujeres. La evolución sostiene la acción selectiva de las especies; es decir, a través de las generaciones se van perdiendo características que no sirven o perjudican para una mejoría de las especies. Considerando esta premisa, los homosexuales y lesbianas ya no existirían; pues no tienen la capacidad de reproducirse, y si lo hacen, es a través de métodos heterosexuales. Por tanto, los homosexuales serían una aberración de la raza humana, y el proceso de selección o perfeccionamiento continuo o evolutivo, les desecharía, por un proceso natural, por su incapacidad de reproducirse sexualmente y no cooperar con la continuación o supervivencia de las especies.
Claramente esto quiere decir que o la homosexualidad, o la teoría de la evolución, está equivocada; ¡o simplemente ambos!
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También entre otras técnicas de reproducción de los homosexuales en su afán por preservar descendencia; es que recurren a la técnica llamada úteros o vientres de alquiler o madres sustitutas; lo que, paralelamente a ser un método de dudosa moralidad, está claramente manifestando que las relaciones homosexuales son lo anormal, y quiéranlo o no, deben recurrir a lo que sí es normal.
Luego, por otra parte, las organizaciones gays, también argumentan que en los animales también se da la homosexualidad, y que por lo tanto eso valida la de los seres humanos.
Pero el hecho de que no exista científicamente la homosexualidad en los animales, desvirtúa el argumento de la homosexualidad y la genética; pues si se da en el ser humano, debería darse también en los animales.
Es cierto que ocasionalmente existen algunas conductas sexuales distintas a la reproducción, que pueden darse por ejemplo en ciertas etapas de la edad de los animales (juventud), que terminan configurando el comportamiento sexual animal, se debe por ejemplo al sometimiento a los machos líderes de una manada, juegos de la edad juvenil de los monos, al cautiverio de ciertos animales (zoológicos) etc., pero no es menos cierto que finalmente la conducta sexual normal de los animales, obedece a instintos naturales de reproducción, en donde se da una relación sexual 100 % entre individuos del sexo opuesto. Por tanto los animales nunca pueden ser considerados propiamente tal como homosexuales.
Sin embargo, cualquier conducta humana, incluida la conducta sexual, puede ser objeto de decisión, es decir, se puede poner o no por obra; lo que no ocurre con los animales; decidir una conducta, no es parte de la capacidad animal.
Los animales se domestican, formando en ellos condicionamientos que se apoyan sobre los instintos animales. En cambio la conducta humana, se apoya en el cultivo de la inteligencia que le permite tomar decisiones libremente; por lo que puede voluntaria y libremente, decidir si obrar o no; y si obrar lo bueno o lo malo;resistir o rechazar sus inclinaciones que le impiden obrar bien, o fomentarlas y cultivarlas cuando sus inclinaciones le ayudan a ser una persona normal.Por ejemplo, controlar la ira en aras de una buena convivencia social;… resistir las tentaciones que afectaran su moral, las buenas costumbres, o educación religiosa; cultivar el amor en la familia, para una perfecta convivencia con el esposo y una mejor educación de los hijos, etc.
Por otra parte, en el plano médico, las estadísticas muestran la gran incidencia que tienen, especialmente en la población homosexual, las enfermedades de transmisión sexual, por razones muy obvias, y que caracterizan a los homosexuales. El hecho de que las relaciones sentimentales de ellos se basen exclusivamente en la búsqueda de placer carnal sin responsabilidad; obviamente por la imposibilidad de procrear (finalidad heterosexual), hace prácticamente imposible la monogamia entre homosexuales o lesbianas. Eso permite que exista una gran facilidad para transmitir las enfermedades infecciosas, pues cada homosexual mantiene relaciones con diferentes compañeros; muchos de ellos ocasionales.
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El 47 % admite haber tenido relaciones con algún par de cientos de hombres, otro 28 % con más de trescientos, y los que se podrían considerar “casi” monógamos, con 10 o algo menos en toda su vida.
Científicamente, el recto no está creado para las relaciones sexuales, pues es parte del aparato digestivo, es el último tracto intestinal que está destinado a asimilar los últimos alimentos útiles para el organismo; por tanto el recto contiene vasos linfáticos extremadamente desarrollados, que reabsorben casi todo (incluso los medicamentos y los virus).
En un estado normal (entre los heterosexuales), esta función no es peligrosa, pues el recto es el conducto que abre su esfínter solo para expulsar su contenido pero sin dejar entrar nada. Pero en el caso de las prácticas anormales o antinaturales de los homosexuales, el mismo conducto abre la puerta a muchos, diferentes y peligrosísimos tipos de virus que en una vida normal no tendrían casi oportunidad de éxito.
Ya antes de la aparición impresionante y del bum del SIDA entre los homosexuales, muchos de los homosexuales promiscuos, estaban infectados ya con el virus de la hepatitis B. Esta enfermedad contagiosa especialmente a través del semen y de la sangre, yque tiene una gran incidencia mortal, paradójicamente tienen casi el mismo tratamiento medicamentoso que el VIH y se emparentan con él.
Las consecuencias negativas, tanto físicas como mentales del estilo de vida de los homosexuales y las lesbianas, han dado como resultado un promedio de longevidad bastante más bajo que en el resto de la población. Esto se debe no sólo al SIDA, sino a que los ataques al corazón, el cáncer, las fallas hepáticas y otras enfermedades y peligros (como el suicidio, depresiones, separaciones, etc.), son bastante más frecuentes entre ellos. Comparados con los heterosexuales, los homosexuales tienen 8 veces más propensión a contraer hepatitis; 14 veces más a contraer la sífilis y 5.000 veces más a contraer el SIDA. En efecto, un estudio reciente ha mostrado que menos del 2% de los homosexuales alcanzan los 65 años de edad. En cambio, en el resto de la población masculina la edad promedio para morir de un hombre casado era de 80 años y el 80 % viven más de 65 años. Entre las lesbianas que murieron, la edad promedio era de 45 años y sólo el 26% murió de edad avanzada.