A mi me parece interesante y estimulador el hecho de que este creyente, con su actitud bondadosa y hospitalaria, se haya ganado el criterio tan favorable de un personaje reconocido como una de las principales colunnas de Iaglesia del Primer Siglo. El discernimiento y la espiritualidad de este Apostol, (Probada en todos las cartas y libros escritos por él) nos permite discernir que no eran huecas palabras, eran elogios cargados de Verdad y de certesa, y para que no pueda existir duda al respecto, se citan testigos; Todos, Nosotros, y Vosotros. O sea, la generalidad de todos los creyentes que habian tenido la oportunidad y el privilegio de conocer a este varon, podrian dar testimonio de esta realidad.
La enseñanza se resume en una Exhortación; esforcemos y pidamos que nuestro buen testimonio pueda ser avalado por Todos, por nosotros, y por vosotros.
No nos cansemos de hacer el bien, sin dejar por ello de defender lo que La Palabra nos ha revelado como cierto y verdadero, pero mientras hacemos esto, intentemos que nuestra imagen como creyentes en El Eloah que creo los cielos y la Tierra, no sea empañada con nuestras, malas actitudes.
Un abrazo a todos los que de buena fe y corazón alegre, sin sectarismo, han dado sus valiosos aportes; a Esther, a Armando, y sobre todo a Ricardo, no por que haya dicho mas verdades que otros, sino por que el abrir estos epígrafes que nos invitan al dialogo ameno y amable, salió de él.
No desfallezcas Ricardo. Se aprecia en alto grado tu labor y tu sencillez.
David