Re: ´1914 ¿cumple profecia?
Hola David,
Si eres observador, los que requieren de una exactitud perfecta en fechas, son exactamente, los testigos de Jehová. Ellos afirman, que Jesús tomó el reino definitivamente en 1914, lo que requiere que Jerusalén haya sido destruída, definitivamente en 607 a.C.
Que tal Felix.
Te agradezco esta información que me has facilitado, pero aunque sé que me va a costar un poco de tiempo, voy averiguar este asunto con la máxima profundidad que me sea posible.
Cuando te dije que me daba igual que hubiese una diferencia de 10, 20. o 40 años, me refería a que para los hombres, sean o no científicos, son hombres, y fácilmente equivocables, por lo que me da un poco igual que la mejor enciclopedia diste 20 años del 607, porque al fin y al cabo seguro que se trata de un error humano al ubicar esos acontecimientos en el tiempo.
Son muchas las profecías cumplidas, o sea todas, mejor dicho, ¿por qué entonces esta iba a ser, no calculable?
Es decir, se profetizó la llegada de Ciro con unos 200 años antelación, se determinó que Babilonia no sería reconstruida, y hasta hoy así es, se profetizó la llegada de Cristo y la fecha y así fue, se profetizó como murió y que no le sería quebrado ningún hueso, siendo practica habitual de los ejecutados por los romanos y así fue. Nada ha fallado.
¿por qué entonces esta iba no se iba a poder calcular? Porque si de hecho usamos las fechas que proponen, nos llevan a años en que nada relevante sucedió para verificar que sería entonces la coronación de Rey de Cristo.
Entiendo que si ciertas autoridades en el mundo de la arqueología dicen algo, todos nosotros, indocumentados, los creamos. Pero es imposible que Dios falle.
¿Tú crees en el cumplimiento de las profecías, o no?
También debes de saber, que muchas publicaciones las basan en los datos que aportan otros, no todos lo que publican libros, son descubridores del contenido, por lo tanto si todos copian un error, todos erran.
Además, que datos aportan los arqueólogos para que puedan ser contrastados con su tablillas, de eso si que no he visto nada, y por desgracia no entiendo el inglés.
Por cierto, en cuanto a esta dirección que me proporcionas, no me conduce a este tema, quizás lo esté haciendo mal, pero he copiado y pegado en barra de direcciones y lo encuentra, pero no lo que espero.
http://es.encarta.msn.com/encycloped...onosor_II.html
De todas formas, y hasta que pueda averiguar mejor todo este asunto, te adjunto a continuación, un completo análisis del entendimiento y coincidencia profética, que yo mismo te he confeccionado.
Creo que vale la pena leerlo así, en conjunto.
La gran mayoría de las profecías ya se han cumplido con total precisión, otras están cumpliéndose en la actualidad, y solo unas pocas, auque sin lugar a dudas las más importantes, están a punto de cumplirse.
Deberíamos esperar, que las profecías sirviesen para algo, no solo para vaticinar el futuro, cosa que a veces resulta algo complicado de entender, sino para algo mucho más importante. Y efectivamente así es, las profecías tienen un objetivo mucho más importante, y este es el de dar credibilidad a la Biblia, como Palabra realmente de Dios y no de los hombres. La propia Biblia así lo explica
(Daniel 9:24) . . .para imprimir un sello sobre visión y profeta. . .
De esta manera, si efectivamente podemos descubrir el cumplimiento fiel y exacto de una profecía, escrita varios cientos de años atrás ¿no debería esto darnos garantías del poder sobre humano de las Escrituras?
Si así lo crees, te invito a que analices una de ellas, la cual, para llegar a poder calcularse y entenderse, ha sido necesario tener en cuenta diferentes porciones de las Escrituras, que distan en el tiempo unas de otras varios cientos de años, lo que le da, todavía mayor poder a la Biblia, al demostrar de qué manera tan compleja está estructurada la Biblia en algunas de sus porciones.
Esta profecía se le conoce como la profecía de los “siete tiempos”
En ella, un rey pagano babilónico llamado Nabucodonosor, recibe una visión mientras está durmiendo. Dios dueño de la visión que el rey recibe, quiere transmitir un mensaje a la humanidad. Este mensaje profético tiene dos cumplimientos, uno de carácter inmediato y que recae sobre el propio rey, y otro cumplimiento para el final de los días, el cual nos afecta especialmente a nosotros.
Antes de desarrollar la profecía, explicaremos cual es la intención de la misma de una manera lo más resumida posible.
El mensaje que Dios estaba dando al rey de Babilonia, era, para que tanto él como el resto de reyes de la tierra, sepan que todo cuanto hay sobre la tierra, pertenece al mismísimo Dios, de manera que estos reyes que nada son, dejen de enseñorearse, y creerse que son muy poderosos, cuando en realidad no son más que polvo. Precisamente, el rey de Babilonia que recibe la visión, tenía esta cualidad de orgulloso, altivo y prepotente.
Por otra parte, debido al mal comportamiento que habían tenido la gran mayoría de los reyes que se habían sentado sobre el trono de Judá, en Jerusalén, Dios permitió que esta ciudad santa, elegida por el propio Jehová, fuese destruida por fuerzas enemigas. En este caso, fue Babilonia, un imperio tanto militar como comercial en aquellos tiempos, entró militarmente en Jerusalén, destruyéndola, matando a una gran cantidad de judíos, y llevándose a otros muchos al cautiverio como esclavos a Babilonia.
Esto no hubiera ocurrido, si el pueblo de Israel hubiese sido obediente y leal, al Dios que los sacó de la esclavitud de Egipto, ya que podían contar con la protección de Dios como pueblo elegido, como había venido siendo, desde la salida de Egipto, y de esta manera habían llegado a ser un pueblo invencible.
A consecuencia de este abandono de Dios a su pueblo, y con ello la derrota militar de los judíos frente a las tropas babilónicas, el propio rey Nabucodonosor se creció, creyéndose el ser más poderoso de la tierra.
Dios se dispuso a explicarle mediante el sueño, que aquello no era así, sino que a quién Él quiere darlo lo da, y a quien quiere quitárselo, se lo quita.
Le quitó a Israel, y se lo dio a Babilonia. Pero no solo el rey tenía que aprender la lección, sino que también nosotros, tanto los judíos de aquella época, como los que vivimos en el tiempo de hoy, debemos saber que Dios existe en verdad, y que a Él se le debe todo el poder y el derecho real a gobernar sobre los hombres.
Antes de que Babilonia entrase en Jerusalén, reinaba sobre Judá, el último rey que lo haría como elegido de Dios y que se sentaría sobre un trono divino. El rey Sedequías o Sedecías.
A consecuencia de su desobediencia a Dios, Jehová le profetizó su destrucción, diciéndole que no volvería a reinar ningún hombre más sobre Israel, como ungido de Dios, hasta que venga alguien con verdadero derecho (Jesús), y lo hizo de la siguiente manera.
(Ezequiel 21:25-27) 25 ”Y en cuanto a ti, oh mortíferamente herido e inicuo (malvado) principal (rey) de Israel, cuyo día ha llegado en el tiempo del error de[l] fin, 26 esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Remueve el turbante, y quita la corona. Esta no será la misma. Póngase en alto aun lo que está bajo, y póngase bajo aun al alto. 27 Ruina, ruina, ruina la haré. En cuanto a esta también (la corona real), ciertamente no llegará a ser [de nadie] hasta que venga aquel que tiene el derecho legal, y tengo que dar [esto] a él’. (este es el rey profetizado por todos los profetas, Jesucristo)
En resumen de todo lo explicado hasta ahora, Dios mediante la profecía, quiere indicarnos en qué momento de la historia de la humanidad, Jesucristo, el rey prometido, será entronizado y empezará a mandar sobre el reino que se le da.
Tras esta breve explicación, pasamos a tratar la profecía que Dios dio al rey de Babilonia.
Los siete tiempos establecidos.
Resumen de la profecía.
Nabucodonosor, recibe un sueño, en él, se le indica que su reino le será quitado por siete años y luego le será devuelto, pasado este tiempo.
Esta profecía no tiene importancia en el rey babilónico, pero si en la representación profética en cuanto al reino de Dios.
Se le quita a Sedequías, rey del pueblo de Dios, y pasados siete años proféticos se le devuelve el derecho real al reino de Dios, ahora con Cristo.
26 Todo apunta, pues, a que los “siete tiempos” de Nabucodonosor abarcaron siete años. En las profecías, el año medio consta de 360 días, es decir, doce meses de treinta días cada uno (compárese con Revelación [Apocalipsis] 12:6, 14). Por consiguiente, los “siete tiempos”, o siete años, del rey fueron 360 días multiplicados por 7, o sea, 2.520 días. Ahora bien, ¿qué puede decirse del cumplimiento principal del sueño? Los “siete tiempos” proféticos duraron mucho más de 2.520 días, tal como indican las palabras de Jesús: “Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones” (Lucas 21:24). Esa ‘holladura’ comenzó en 607 a.E.C., fecha de la destrucción de Jerusalén y del cese de las funciones del reino típico de Dios en Judá. ¿Cuándo terminaría? En “los tiempos de la restauración de todas las cosas”, cuando la soberanía divina respecto a la Tierra se manifestara de nuevo mediante una Jerusalén simbólica, el Reino de Dios (Hechos 3:21).
27 Si contáramos 2.520 días literales a partir de la destrucción que le acaeció a Jerusalén en 607 a.E.C., (año en el que Babilonia destruyó a Jerusalén) no llegaríamos más que al año 600 a.E.C., un año que carece de relevancia en las Escrituras. La soberanía de Jehová no se manifestó sobre la Tierra ni siquiera cuando los judíos liberados regresaron a Judá en 537 a.E.C., pues a Zorobabel, el heredero del trono de David, no se le hizo rey, sino gobernador de la provincia persa de Judá.
28 Puesto que los “siete tiempos” son proféticos, a los 2.520 días hemos de aplicarles la regla bíblica “Un día por un año”, que se da en una profecía relativa al asedio de Jerusalén por parte de Babilonia (Ezequiel 4:6, 7; compárese con Números 14:34). Por lo tanto, los “siete tiempos” en los que las potencias gentiles dominarían la Tierra sin la interferencia del Reino de Dios, abarcaron 2.520 años. Comenzaron en el séptimo mes lunar (15 de Tisri) del año 607 a.E.C., con la desolación de Judá y Jerusalén (2 Reyes 25:8, 9, 25, 26). Desde esa fecha hasta el año 1 a.E.C. transcurrieron 606 años. Los 1.914 años restantes nos llevan al año 1914 E.C. Por consiguiente, los “siete tiempos”, o 2.520 años, finalizaron el 15 de Tisri (el 4/5 de octubre) de 1914 E.C.
29 En ese año se cumplieron “los tiempos señalados de las naciones” y Dios le dio la gobernación “al de más humilde condición de la humanidad”, Jesucristo, a quien sus enemigos consideraron tan despreciable que hasta lo fijaron en un madero (Daniel 4:17). A fin de entronizar al Rey Mesiánico, Jehová soltó las ataduras simbólicas de hierro y cobre del “tronco con las raíces” de su propia soberanía. De ese modo, el Dios Altísimo permitió que de este saliera un “brote” real como manifestación de la soberanía divina respecto a la Tierra, por medio del Reino celestial en manos del mayor Heredero de David, Jesucristo (Isaías 11:1, 2; Job 14:7-9; Ezequiel 21:27).
¿Cómo podemos corroborar que esto es así?
Más de 600 años después de que el rey Nabucodonosor invadiera Judá, el apóstol Juan, recibió una importante visión del fin de los días, a la que se le llamó Revelación (Apocalipsis), en ella se confirma que siete tiempos son los 2.520 días que podemos calcular mediante la aplicación de los treinta días por mes profético, según nos queda constatado en
(Revelación 12:6)
6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que la alimentaran allí
mil doscientos sesenta días
(Ahora, curiosamente repite en el versículo 14, lo mismo que ha dicho en el 6, solo que ya no nombra los mil doscientos sesenta días, ahora ese tiempo lo ha convertido en un tiempo y tiempos y medio tiempo, como podemos ver a continuación.)
14
Pero las dos alas de la gran águila le fueron dadas a la mujer, para que volara al desierto a su lugar; allí es donde es alimentada por un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la cara de la serpiente.
Este importante detalle que acabamos de ver, pasa desapercibido a los ojos de cualquiera, sin embargo, está así dispuesto, para que se le pueda dar el valor a los siete tiempos de la profecía de Daniel.
Luego, si un tiempo y tiempos y medio tiempo, que son tres tiempos y medio son (1.260 días), siete tiempos son justo el doble (2.520 días), después aplicamos la regla bíblica de un día por un año, según Ezequiel 4:6, 7; y en Números 14:34, y son 2.520 años, lo que tuvieron que pasar desde la invasión de Babilonia a los judíos, hasta que se coronase nuevamente a un rey que procediera de la línea de Judá (rey David), y que tuviese la aprobación divina.
¿Pero cómo podemos saber que este cumplimiento es real?
Debemos recurrir a otras partes de la Biblia, para reforzar el desarrollo y entendimiento de la profecía. Por ejemplo, ¿qué debería pasar para que nosotros pudiésemos saber, ya que 1.914 es un año del que todavía viven personas que nacieron entonces, para reconocer que realmente la profecía se cumplió?
Observemos algunos puntos de interés:
1º Notemos como el rey David, por inspiración divina, escribe lo siguiente, en el libro de los Salmos (Libro escrito 460 años antes de Cristo)
(Salmo 110:1-2) 110 La expresión de Jehová a mi Señor es:
“Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”. 2 La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sión, [diciendo:] “Ve sojuzgando en medio de tus enemigos”.
Si Jehová, es el Dios David, ¿quién es entonces su señor, aquel que debería esperar sentado a la diestra de Dios hasta que Jehová pusiese a sus enemigos bajo sus pies? Pues es aquel al que Dios le daría la vara o cetro de la gobernación real y que tendría el derecho por concesión divina a gobernar al mundo, Jesucristo.
(Desde David hasta el nacimiento de Jesús, todavía tuvieron que pasar 14 generaciones.)
Por lo tanto, si la cita de Salmos dice que Jesucristo tendría unos enemigos, y que debería esperar hasta que Jehová autorice la derrota de estos, indica, que para derrotar al enemigo debe de haber una guerra o similar, ¿se confirma esto en la Biblia? Sí, ni más ni menos que 550 años después, en el libro de Apocalipsis.
(Revelación 12:7-12) 7 Y
estalló guerra en el cielo: Miguel (Jesucristo) y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron, 8 pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9
De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él. 10 Y oí una voz fuerte en el cielo decir: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios
y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios! 11 Y ellos lo vencieron debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas ni siquiera al arrostrar la muerte. 12 A causa de esto, ¡alégrense, cielos, y los que residen en ellos! . . .
Es innegable, que la cita de David en el libro de los Salmos, tiene aquí en Apocalipsis, su cumplimento profético, es decir, los enemigos de los cielos han sido derrotados y arrojados a bajo. Ya están como banquillo para sus pies.
También el apóstol Pablo aclara el asunto y refuerza la cita de David, al decirnos que después de cumplir con su deber de salvación al hacer sacrificio por nosotros, Jesucristo, subió a los cielos para sentarse a la diestra de Dios, hasta que llegue el momento adecuado.
(Hebreos 10:12-13) 12 Pero este [hombre] ofreció un solo sacrificio por los pecados perpetuamente, y se sentó a la diestra de Dios, 13 esperando desde entonces hasta que se coloque a sus enemigos como banquillo para sus pies.
Ahora ya no hay duda de quién era aquel Señor que el Rey David menciona en el libro de Salmos.
Pero, seguimos sin saber con pruebas visibles para nosotros, que aquello fue real. Por lo tanto, continuemos reforzando todo este asunto con más pruebas bíblicas.
2º El propio Jesucristo nos da la solución o punto de unión de lo que hemos visto hasta ahora.
Jesús estaba recriminando el mal comportamiento que desde hacía siglos, había tenido el pueblo de Israel con todos los profetas envidos por Dios, y de su proceder injusto con el prójimo, y su notable indiferencia ante las normas justas de Dios. Por eso les dice, que su casa, es decir la casa de Israel queda abandona a ellos mismos, es decir “sin protección divina”. ¿Desde cuando y hasta cuando? Desde como hemos visto anteriormente, el rey Sedequías fue derrotado por Babilonia y quitada la gobernación real como representación divina, y hasta que lo vean venir, según la cita de Mateo 23:39, o hasta que se cumplan los tiempos señalados por las naciones según Lucas 21:24. Ambas citas hablan de un mismo tiempo, un “HASTA” que determina que habrá un momento en que se pondrá fin al abandono del pueblo de Jehová.
El pueblo físico de Israel mató a Jesús, no iba a ser este el pueblo elegido para el fin de los días, sino el Israel espiritual. Pero este es otro tema de estudio.
(Mateo 23:37-39) 37 ”Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella..., ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron. 38
¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes. 39 Porque les digo: No me verán de ningún modo de aquí en adelante hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’”.
(Lucas 21:20-24) 20 ”Además, cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. 21 Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de [Jerusalén] retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella; 22 porque estos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo; 24 y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones;
y Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.Entonces, según el evangelio de Mateo, después de que Jesús les dijese todas estas cosas, se acercaron sus discípulos con inquietudes respecto a las cosas que él había estado diciendo, y le preguntaron lo siguiente:
(Mateo 24:1-8) Partiendo en seguida, Jesús se iba del templo, pero sus discípulos se acercaron para mostrarle los edificios del templo. 2 En respuesta él les dijo: “¿No contemplan todas estas cosas? En verdad les digo: De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada”. 3 Estando él sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él los discípulos privadamente, y dijeron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. 4 Y en contestación, Jesús les dijo: “Cuidado que nadie los extravíe; 5 porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: ‘Yo soy el Cristo’, y extraviarán a muchos. 6 Ustedes van a oír de guerras e informes de guerras; vean que no se aterroricen. Porque estas cosas tienen que suceder, mas todavía no es el fin. 7
”Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. 8 Todas estas cosas son principio de dolores de angustia. O lo que es lo mismo, el principio del fin.
Por fin en esta cita ya podemos ver con nuestros propios ojos el cumplimiento profético, no solo de la correspondiente profecía de Daniel en la visión del gran árbol del rey Nabucodonor, sino también la de Jesús según Mateo y Lucas, y la de Juan en Apolcalipsis. Porque en realidad, la confluencia de las cuatro profecías se hacen manifiesto en un mismo acontecimiento.
De hecho, la expulsión de Satanás y los suyos, se realiza primero en el Cielo, y después será en la Tierra.
- Año 609 a.c. según el profeta Ezequiel, profetiza que Dios quitará la representación divina sobre el trono de Israel hasta que venga el que tiene derecho legal para ocuparlo. (Jesucristo). Esta profecía empieza a cumplirse en el año 607 a.c.
- Entre el año 600 y el 550 a.c. Daniel, profetiza los siete tiempos señalados que pasarían para que la gobernación real representada por un ungido de Dios, volviese a ser otra vez. Tendría una fecha de cumplimiento exacta, y hemos visto que esta se marca como el año 1.914 ( Durante este periodo, se deja abandonada a Israel en manos de las naciones)
- Unos 200 años después, el rey David, dice que su Señor tendrá que sentarse a la diestra de Dios, a la espera de que se ponga a sus enemigos bajo sus pies. Acto que representa la victoria de una aplastante guerra, y a partir de la cual, el vencedor toma posesión de su nuevo cargo. En este caso, rey ungido de Dios, Jesucristo.
- Más de 400 años después, el propio Jesús dice, que el tiempo en el que las naciones tendrán autoridad sobre el pueblo espiritual de Dios, tendría un fin, y este se sabría por que coincidiría con un suceso único en la historia de la humanidad, “ se levantará nación contra nación, y reino contra reino”. Si tenemos en cuenta que las palabras que preceden a estas, dicen “habrán guerras y rumores de guerras, pero no se atemoricen porque todavía no es el fin”, nos da la seguridad de que levantarse, nación contra nación, y reino contra reino, indica una guerra de gran envergadura, fácil de diferenciar. La Primera Guerra Mundial, de hecho, así la bautizó el mundo, y no la Biblia.
- Unos setenta años después de que Jesús dijera estas palabras, el apóstol Juan, mediante una visión, recibe el privilegio de ver, de forma simbólica, como se desarrollarían los acontecimientos que tendrían lugar durante todo el periodo que abarcaría el tiempo del fin. En esta visión, se da una explicación muy clara de por qué, habría una guerra de gran envergadura. Leémos directamente del libro de Apocalipsis
Apocalipsis 12:7-12 7 Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron, 8 pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9 De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él. 10 Y oí una voz fuerte en el cielo decir: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios! 11 Y ellos lo vencieron debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra del testimonio que dieron, y no amaron sus almas ni siquiera al arrostrar la muerte. 12 A causa de esto, ¡alégrense, cielos, y los que residen en ellos!
¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo”
Luego aquí vemos cual es el motivo, Satanás, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo, antes de que se le ponga fin a su reinado como gobernante de la Tierra, está intentando llevarse consigo, a la mayor cantidad de gente posible. Parte de sus planes, consiste en apartar a la gente de Dios, haciéndolos creer que este no existe, en crear odio entre las gentes, hasta el extremo de que se odien unos a otros y se maten en guerras crueles, como las internas de un mismo país, o sea, guerras civiles, que carecen de precedentes, antes de 1.914. Estos acontecimientos bélicos han acompañado a la humanidad desde su origen, pero ya entonces, a consecuencia del desafió de Satanás contra Dios, la humanidad quedó en manos de este ángel rebelde durante un tiempo señalado por Dios, lo suficiente para que pueda demostrarse, que la humanidad bajo la gobernación de este ser, es inviable. De hecho, no hay excusa, aunque sí motivos, para el proceder violento, injusto, y malvado, que ha tomado la humanidad desde siempre, y en cuyos tiempos de ahora, en una civilización “CIVILIZADA” donde la tecnología, y el confort, y la calidad de vida han llegado a la gran mayoría de los hogares del mundo. Y sin embargo, el odio, la corrupción, el crimen organizado, la desintegración de la familia, la perdida de los valores morales, la violencia desmedida en el seno de la familia, y otras características propias de este tiempo, reinan por toda la Tierra.
¿Es fruto de la casualidad, o se están cumpliendo las profecías con precisión matemática?
Asegurémonos de todas las cosas, mientras todavía quede tiempo apropiado para hacerlo.
Nadie te pide que creas ciegamente, los testigos de Jehová pueden ayudarte de forma totalmente DESINTERESADA, a que conozcas cuales son los verdaderos propósitos de Dios para la humanidad.