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Está diciendo una burrada y que un espíritu es una cosa y piense en la estupidez que está afirmando, porque no es una cosa, sino una persona divina, y como dice el mata burros de que es un espíritu y dice ; "ser inmaterial y dotado de razón.
Los burros rebuznan, que no razonan... Veamos si lo puedes razonar:
Imagina que exhalas tu aliento...
Ese aliento ¿eres tú?
Claro que lleva de ti muchas cosas, tu aroma, tu tibieza, incluso tu voz.., mas ¿eres tú eso?
Nooo... Tú eres mucho más que ese aliento...
Aunque ese aliento, de ti, mucho porta, pues a propósito lo emitiste.
Mas tú no eres esa mera exhalación..
De Dios Padre vienen muchas cosas, y todas son bendiciones: el grandioso don que es la vida misma, el cambio y la novedad, la frescura y la inocencia, la permanencia y constancia, la libertad de elegir, para errar y corregir, el bienvenido calor, la muy bendita luz, la claridad del saber, la científica confianza, la matemática estable, el amor en sus mil formas, la afinidad deliciosa, la armonía indescriptible, la forjadora templanza, la ignota sabiduría, la bendita previsión, la fiable providencia, la paz, bendita y estable, la cariñosa certeza, toda virtud y color, todo cántico y sonido hermoso, toda pureza y verdad, todo cuanto es perfecto, todo cuanto es inmutable, todo candor y niñez, toda hermosura y belleza, todo cuanto es adorable, y diáfano, y luminoso. ¡Qué estrechas son las palabras para abarcar lo inefable! ¡Qué parcas quedan, las pobres, en nuestro exiguo intelecto!
Pero el Padre es MUCHO MÁS que todo lo que nos da...
De Él emanan muchos bienes, pero ninguno es Él Mismo, ni todos juntos son Él.
Su Amor es incomprensible, supera nuestro entender...
Y de ese Amor recibimos tan sólo lo que nos cabe en nuestro pequeño vaso.
Lo que emana es tan bendito que ni cabe imaginarlo.
No nos cabe; nos desborda...
Su Espíritu es Santidad. Lo Santo
quiere llenarnos. Su Amor es anegador, desbordante, inconcebible, increíblemente bueno. Mas nuestro vaso es chiquito, desconfiado y receloso. ¿Quién se abrirá a Sus primores? ¿Quién será un niño ante el Padre?
No un sabedor, no un erudito ni un sabio, sino un perfecto ignorante... El que sabe que no sabe..., el que se deja enseñar...