¿Que es el espíritu santo?

¿Qué me dices de la transfiguración de Jesús?

¿Eso fue ontológico?
:geek:

La transfiguración no cambia nada ontológico.

El texto dice que su rostro resplandeció y sus vestidos se volvieron blancos (Mt 17:2).
Eso es manifestación de gloria, no declaración de esencia.

Moisés también resplandeció (Éx 34:29).
Los ángeles resplandecen (Lc 2:9).
Esteban resplandeció (Hch 6:15).

Ninguno de ellos es Dios por eso.

La transfiguración muestra honra otorgada, no naturaleza divina compartida.
 
  1. Punto central: Juan 17:5 muestra que el Padre da gloria al Hijo: “glorifícame… con la gloria que tuve contigo”. Eso habla de procedencia y don, no prueba por sí sola que el Hijo sea idéntico al Padre por esencia.
  2. Parallelismo bíblico (Moisés): Dios mostró su gloria a Moisés (Ex. 33:18–23) y lo trató de modo único (Nm. 12:7–8). Dios le permitió ver su presencia y lo distinguió; eso no convirtió a Moisés en YHWH. Es un ejemplo claro: recibir o experimentar la gloria de Dios ≠ ser Dios por naturaleza.
  3. Conclusión corta: igual que con Moisés, que la gloria de Dios se manifieste en el Hijo (Jn 17) indica revelación, comunión y exaltación concedida por el Padre, no una prueba automática de identidad ontológica. Pedir pruebas textuales contrarias: cita un versículo donde Jesús diga “soy el mismo Ser que el Padre” en esos términos explícitos —no aparece así en el texto.


Claro. Aquí van textos explícitos donde seres creados actúan en/ con la gloria de Dios sin ser Dios ni iguales a Él:

1. Ángeles reflejan la gloria de Dios
  • “La gloria del Señor los rodeó de resplandor” (Lc 2:9).
    Ese resplandor no es propio del ángel, es la gloria del Señor manifestada por medio de él.

2. Moisés refleja la gloria de Dios
  • “La piel de su rostro resplandecía por haber hablado con el Señor” (Éx 34:29-30).
    Moisés refleja la gloria que no es suya, sino de Dios.

3. El rostro de Esteban brilla por la gloria divina
  • “Su rostro les pareció como el rostro de un ángel” (Hch 6:15).
    Nuevamente, gloria derivada, no propia.

Punto:
Si un ángel o un hombre puede manifestar gloria divina prestada, entonces “venir en la gloria del Padre” no implica igualdad de esencia, sino actuar investido de la gloria/autoridad del Padre, tal como dice literalmente el texto.

Tu argumento requeriría que Jesús dijera:
“vengo en MI gloria”,
pero el dice:
“en la gloria de MI PADRE”.

Por eso Mateo 16:27 respalda mi punto:
gloria recibida, no gloria por naturaleza.



¿Qué dice entonces el texto?

Dice exactamente esto:


Nada más. Nada menos.

El pasaje no dice “en mi gloria”, no dice “en nuestra gloria”, no dice “en la gloria que compartimos como iguales”, ni nada parecido.

Dice “en la gloria de su Padre”, lo cual implica:
  • procedencia: la gloria pertenece al Padre,
  • delegación: el Hijo viene revestido de esa gloria,
  • subordinación: la recibe, no la origina.
Eso es exactamente lo que está escrito.
Ninguno de los textos que presentaste dice que los ángeles o los profetas vinieron en la gloria del Padre. Por mucho que lo intentes no lograrás demostrar eso.
 
El problema no es citar Juan 17:5, sino lo que esa oración significa según el mismo capítulo.

Jesús pide ser glorificado (v.5)
y explica qué tipo de gloria es (v.22):

“La gloria que tú me diste, yo les he dado.”

Si la gloria que tuvo “antes del mundo” fuese esencial,
entonces Jesús estaría diciendo que los discípulos comparten una gloria ontológica divina, lo cual es imposible.

La única lectura coherente con el capítulo es:

-Gloria dada por el Padre, no gloria esencial.
-Compartida en misión y presencia, no en naturaleza.

Por eso pedir no significa recuperar algo perdido, sino recibir lo que el Padre otorga.

Tu interpretación exige “gloria por esencia”;
el texto sólo habla de gloria concedida.

Y este patrón no es único:
Dios también glorificó a Moisés y su rostro resplandeció (Ex 34:29–35).
¿Era Moisés eterno, consustancial o divino por eso? Evidentemente no.
Ser glorificado por Dios nunca convierte a alguien en Dios.

Lo mismo ocurre aquí:
Jesús recibe gloria del Padre; no la posee por origen propio.

Respecto a Juan 17:10 (“lo mío es tuyo y lo tuyo mío”):
El contexto inmediato es la misión y los discípulos (vv. 6–12).
No está hablando de ontología, sino de autoridad delegada y obra compartida.

Mi punto sigue vigente:
Juan 17:5 no dice que Jesús reciba de vuelta una gloria esencial perdida.
Dice que el Padre glorifica al Hijo, igual que glorificó a Moisés, a los discípulos y a otros siervos.

Eso es gloria otorgada, no gloria intrínseca.
-Cuando nosotros leemos en la Biblia acerca de la gloria de Dios, no entendemos otra cosa que precisamente eso. Nada sabemos de una "gloria ontológica", "gloria esencial", "gloria concedida", "gloria otorgada", gloria intrínseca" ¡son demasiadas glorias!
-Tú clasificas y calificas a tu gusto, de modo que acabas por leer lo que el texto no dice.
-Jesús nunca "perdió" ninguna gloria, pero aquello de lo que se despojó el Padre se lo devolvió.
 
-Cuando nosotros leemos en la Biblia acerca de la gloria de Dios, no entendemos otra cosa que precisamente eso. Nada sabemos de una "gloria ontológica", "gloria esencial", "gloria concedida", "gloria otorgada", gloria intrínseca" ¡son demasiadas glorias!
-Tú clasificas y calificas a tu gusto, de modo que acabas por leer lo que el texto no dice.
-Jesús nunca "perdió" ninguna gloria, pero aquello de lo que se despojó el Padre se lo devolvió.

Dices que hay “demasiadas glorias”, pero no soy yo quien las inventa:
es Jesús quien distingue tipos de gloria en el mismo capítulo.

En Juan 17 aparecen dos glorias:
  1. La gloria que el Padre da al Hijo (17:5)
  2. La misma gloria que el Hijo da a los discípulos (17:22)
Si no distingues entre tipos de gloria, entonces debes aceptar que:

— los discípulos poseen la misma gloria que Jesús tenía “antes de que el mundo fuese”,
— y por tanto comparten esa gloria eterna.

Pero tú mismo sabes que eso es imposible.

Por tanto, la distinción no es un capricho:
la exige el propio texto, porque la gloria del v.5 no puede ser igual a la del v.22 en esencia,
solo en misión, honra y unidad.

Además, la Escritura muestra una y otra vez que Dios glorifica a seres que no son Dios:
Moisés, ángeles, profetas, la iglesia.
Ninguno se vuelve divino por eso.

Eso significa que:
  • “Ser glorificado” ≠ “ser Dios”.
  • “Tener gloria con Dios” ≠ “poseer esencia divina”.
Finalmente, dices que Jesús no “perdió” gloria, pero que el Padre “se la devolvió”.
Si nunca la perdió, entonces no hay nada que devolver.
Y si el Padre se la “da”, entonces no es intrínseca.

Una cosa no puede ser recibida y al mismo tiempo propia por naturaleza.

El texto sigue siendo claro:

Jesús es glorificado por el Padre,
no porque posea gloria eterna auto-originada,
sino porque el Padre se la otorga.
 
Ninguno de los textos que presentaste dice que los ángeles o los profetas vinieron en la gloria del Padre. Por mucho que lo intentes no lograrás demostrar eso.

No necesito que los ángeles o los profetas “vengan en la gloria del Padre” para sostener mi punto; sólo necesito demostrar algo simple:

Manifestar la gloria de Dios no implica igualdad ontológica con Dios.

Y eso ya está demostrado con los textos citados:
  • Un ángel puede aparecer rodeado de la gloria del Señor (Lc 2:9).
  • Moisés puede reflejar la gloria de Dios (Éx 34:29–30).
  • Esteban puede resplandecer por acción divina (Hch 6:15).
Ninguno de ellos es Dios por eso.

Por lo tanto, que Jesús diga “en la gloria de mi Padre” (Mt 16:27) no establece identidad de esencia, sino origen:
la gloria pertenece al Padre y el Hijo actúa investido de ella.

Tu objeción (“no dice que vinieron en la gloria del Padre”) no refuta mi argumento, porque:
  1. Mi punto no depende de que usen la misma frase, sino del mismo principio bíblico:
    gloria manifestada ≠ gloria esencial.
  2. Jesús no dice “mi gloria”, sino “la gloria de mi Padre”.
    Eso confirma procedencia y delegación, no igualdad ontológica.
El texto sigue diciendo exactamente lo que señalé
  • La gloria es del Padre.
  • Jesús viene en esa gloria.
  • Eso implica autoridad recibida, no esencia compartida.
Si quieres argumentar lo contrario, necesitarías un pasaje donde Jesús afirme explícitamente que posee la gloria del Padre por naturaleza propia,
no por don del Padre. Ese versículo no aparece.
 
No necesito que los ángeles o los profetas “vengan en la gloria del Padre” para sostener mi punto; sólo necesito demostrar algo simple:

Manifestar la gloria de Dios no implica igualdad ontológica con Dios.

Y eso ya está demostrado con los textos citados:
  • Un ángel puede aparecer rodeado de la gloria del Señor (Lc 2:9).
  • Moisés puede reflejar la gloria de Dios (Éx 34:29–30).
  • Esteban puede resplandecer por acción divina (Hch 6:15).
Ninguno de ellos es Dios por eso.

Por lo tanto, que Jesús diga “en la gloria de mi Padre” (Mt 16:27) no establece identidad de esencia, sino origen:
la gloria pertenece al Padre y el Hijo actúa investido de ella.

Tu objeción (“no dice que vinieron en la gloria del Padre”) no refuta mi argumento, porque:
  1. Mi punto no depende de que usen la misma frase, sino del mismo principio bíblico:
    gloria manifestada ≠ gloria esencial.
  2. Jesús no dice “mi gloria”, sino “la gloria de mi Padre”.
    Eso confirma procedencia y delegación, no igualdad ontológica.
El texto sigue diciendo exactamente lo que señalé
  • La gloria es del Padre.
  • Jesús viene en esa gloria.
  • Eso implica autoridad recibida, no esencia compartida.
Si quieres argumentar lo contrario, necesitarías un pasaje donde Jesús afirme explícitamente que posee la gloria del Padre por naturaleza propia,
no por don del Padre. Ese versículo no aparece.
Exacto, lo que dije: por mucho que lo intentes no lograrás demostrar que los ángeles y los profetas hayan venido en la gloria del Padre tal como ha de venir el Hijo del Hombre (Jesucristo).

Mateo 16
27 Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y ENTONCESRECOMPENSARÁ A CADA UNO SEGÚN SU CONDUCTA.

Recalco: la Biblia en ningún momento muestra a ningún ángel o profeta que vengan en la gloria del Padre.

¿Qué significa la preposición en?

HELPS Word-studies
1722 en (una preposición) - propiamente, en (adentro, dentro de); (en sentido figurado) "en el reino (esfera) de," como en la condición (estado), es decir, en la cual algo opera desde adentro (dentro de).
 
Exacto, lo que dije: por mucho que lo intentes no lograrás demostrar que los ángeles y los profetas hayan venido en la gloria del Padre tal como ha de venir el Hijo del Hombre (Jesucristo).

Mateo 16
27 Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y ENTONCESRECOMPENSARÁ A CADA UNO SEGÚN SU CONDUCTA.

Recalco: la Biblia en ningún momento muestra a ningún ángel o profeta que vengan en la gloria del Padre.

¿Qué significa la preposición en?

HELPS Word-studies
1722 en (una preposición) - propiamente, en (adentro, dentro de); (en sentido figurado) "en el reino (esfera) de," como en la condición (estado), es decir, en la cual algo opera desde adentro (dentro de).

Que ningún ángel o profeta “venga en la gloria del Padre” no cambia el punto central, porque Jesús tampoco dice que “viene en su propia gloria”, sino precisamente en la gloria de otro: la del Padre.

Y eso, en cualquier contexto bíblico, significa procedencia, no igualdad de esencia.

Ahora bien, tu énfasis en la preposición en (ἐν) tampoco te ayuda, porque:
  1. ἐν + dativo no implica “naturaleza compartida”, sino “esfera”, “medio”, “modo”, o “autoridad bajo la cual alguien actúa”.
    Ningún léxico estándar define ἐν + dativo como “identidad ontológica”.
  2. Mateo 16:27 no dice:
    • “en su propia gloria”,
    • ni “en la gloria que comparte por naturaleza con el Padre”.
      Dice literalmente:
      “en la gloria de su Padre”.
      Eso marca posesor (la gloria es del Padre) y procedencia (el Hijo viene revestido de ella).
  3. El Hijo viene “en la gloria del Padre” para ejecutar juicio.
    Pero Jesús mismo dice que ese juicio le fue dado por el Padre (Jn 5:22,27).
    Otra vez: autoridad otorgada, no esencial.
  4. Si quieres usar ἐν como “operar desde dentro”, el texto te juega en contra:
    el Hijo opera dentro de la gloria del Padre, lo que implica que la gloria no es suya por origen, sino el ambiente/esfera en la que actúa porque el Padre la concede.

Nada en Mateo 16:27 dice ni insinúa que “venir en la gloria del Padre” signifique “ser de la misma esencia que el Padre”.
Esa es una lectura teológica posterior, no una implicación lingüística del texto.

Si quieres probar igualdad ontológica, necesitas un pasaje donde Jesús diga explícitamente que la gloria del Padre es suya por naturaleza, no donde él claramente afirma que pertenece al Padre y viene en ella.

Ese versículo sigue sin aparecer.
 
Es interesante hacer notar que la gloria que el Hijo tuvo con el Padre, desde la eternidad, es la misma y compartida:

"Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese" Jn 17:5

No dice "la gloria que me gané por portarme bien, como presumen algunas sectas arrianas como la de Russell.

Sea notorio, que:

1) La gloria de El Padre y la gloria de El hijo, es exactamente la misma: "tuve contigo", no dice "la yuya" y "la mía", pues "Todo lo del Padre es del Hijo"

2) Que el hijo y su respectiva gloria está al mismo nivel que el Padre.

3) Estar al lado de El Padre y compartir la misma gloria le resultaría imposible a cualquier criatura, "un dios" (cmo mal traducen los arrianos, Jn 1:1), creación (como alegan los russellitas acerca de El Hijo), o lo que sea (cualquier cosa creada).

Es imposible. Por tanto, El Hijo es Dios.

La pregunta correcta, entonces, es ¿De dónde les viene esa incredulidad a los herejes arrianos?

Desde luego que esa incredulidad, no viene de Dios.

Por tanto, su padre, es otro distinto a Dios.
 
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Reacciones: Eddy González
Es interesante hacer notar que la gloria que el Hijo tuvo con el Padre, desde la eternidad, es la misma y compartida:

"Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese" Jn 17:5

No dice "la gloria que me gané por portarme bien, como presumen algunas sectas arrianas como la de Russell.

Sea notorio, que:

1) La gloria de El Padre y la gloria de El hijo, es exactamente la misma: "tuve contigo", no dice "la yuya" y "la mía", pues "Todo lo del Padre es del Hijo"

2) Que el hijo y su respectiva gloria está al mismo nivel que el Padre.

3) Estar al lado de El Padre y compartir la misma gloria le resultaría imposible a cualquier criatura, "un dios" (cmo mal traducen los arrianos, Jn 1:1), creación (como alegan los russellitas acerca de El Hijo), o lo que sea (cualquier cosa creada).

Es imposible. Por tanto, El Hijo es Dios.

La pregunta correcta, entonces, es ¿De dónde les viene esa incredulidad a los herejes arrianos?

Desde luego que esa incredulidad, no viene de Dios.

Por tanto, su padre, es otro distinto a Dios.

Tu lectura de Juan 17:5 añade tres cosas que el texto no dice:

1) “La misma gloria” no implica “misma esencia”

Que Jesús diga “la gloria que tuve contigo” no significa que fue gloria por naturaleza, porque el mismo capítulo define ese tipo de gloria:

Juan 17:22

“La gloria que tú me diste, yo les he dado”.
Si la gloria del v.5 fuera esencial y eterna,
entonces los discípulos compartirían gloria esencial y eterna también.
Absurdo.
Luego la gloria es dada, no ontológica.

“Conmigo / contigo” indica compañía, no “gloria autosuficiente”.

2) Compartir gloria ≠ compartir nivel ontológico

La Biblia tiene casos claros:
  • Moisés refleja la gloria de Dios (Éx 34:29–30)
  • Ángeles aparecen rodeados por la gloria de Dios (Lc 2:9)
  • Esteban refleja gloria divina (Hch 6:15)
Ninguno se convierte en Dios por estar en presencia de Su gloria.
Por lo tanto, estar “al lado” y “compartir gloria” no implica igualdad de esencia.

3) “Es imposible para una criatura” es tu conclusión, no la del texto

Nada en Juan 17:5 dice:
  • que esa gloria es esencial,
  • que esa gloria es inaccesible a una criatura,
  • que compartir gloria = ser Dios.
Esa es tu teología, no la afirmación de Jesús.

Jesús mismo explica que todo lo que tiene le fue dado por el Padre (Jn 5:26, 5:22, 5:27, 13:3).
Si fue dado, no es originado en sí mismo.
Eso contradice la idea de eternidad autosuficiente.

Lo más importante:

En vez de concluir “por tanto el Hijo es Dios”, deberías demostrar:

**¿Dónde dice Jesús:​

‘yo soy el mismo Ser que el Padre’ ?**

Ese versículo no existe.

Y Jesús sí distingue claramente:
  • el Padre tiene vida en sí mismo por ser fuente (Jn 5:26)
  • el Hijo tiene vida en sí mismo porque la recibe
Esa diferencia hace imposible tu conclusión.

Cierre breve

Juan 17:5 habla de gloria dada y compartida,
no de identidad de esencia.

La acusación final sobra; no aporta nada exegético.
 
Jesús es glorificado por el Padre,
no porque posea gloria eterna auto-originada,
sino porque el Padre se la otorga.

FORISTA SIEPPETES:


ESTÁS HABLANDO DEL HOMBRE JESÚS


LA GLORIA DEL HIJO ETERNO Y LA DEL PADRE UNA SOLA GLORIA ES

EN ESTE CONTEXTO DE GLORIA ETERNA, DEBE SER UBICADA LA MENCIÓN DEL SEÑOR:

Jua_17:5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

EXTRAERLA DE SU CONTEXTO ETERNO ES HEREJÍA ARRIANA.
 
Dices que hay “demasiadas glorias”, pero no soy yo quien las inventa:
es Jesús quien distingue tipos de gloria en el mismo capítulo.

En Juan 17 aparecen dos glorias:
  1. La gloria que el Padre da al Hijo (17:5)
  2. La misma gloria que el Hijo da a los discípulos (17:22)
Si no distingues entre tipos de gloria, entonces debes aceptar que:

— los discípulos poseen la misma gloria que Jesús tenía “antes de que el mundo fuese”,
— y por tanto comparten esa gloria eterna.

Pero tú mismo sabes que eso es imposible.

Por tanto, la distinción no es un capricho:
la exige el propio texto, porque la gloria del v.5 no puede ser igual a la del v.22 en esencia,
solo en misión, honra y unidad.

Además, la Escritura muestra una y otra vez que Dios glorifica a seres que no son Dios:
Moisés, ángeles, profetas, la iglesia.
Ninguno se vuelve divino por eso.

Eso significa que:
  • “Ser glorificado” ≠ “ser Dios”.
  • “Tener gloria con Dios” ≠ “poseer esencia divina”.
Finalmente, dices que Jesús no “perdió” gloria, pero que el Padre “se la devolvió”.
Si nunca la perdió, entonces no hay nada que devolver.
Y si el Padre se la “da”, entonces no es intrínseca.

Una cosa no puede ser recibida y al mismo tiempo propia por naturaleza.

El texto sigue siendo claro:

Jesús es glorificado por el Padre,
no porque posea gloria eterna auto-originada,
sino porque el Padre se la otorga.
-Jesús cuando habla de "gloria" nunca las distinguió en las cinco formas que tú usas.
-Renunciar voluntariamente a la gloria junto al Padre nunca significó perderla.
 
Que ningún ángel o profeta “venga en la gloria del Padre” no cambia el punto central, porque Jesús tampoco dice que “viene en su propia gloria”, sino precisamente en la gloria de otro: la del Padre.

Y eso, en cualquier contexto bíblico, significa procedencia, no igualdad de esencia.

Ahora bien, tu énfasis en la preposición en (ἐν) tampoco te ayuda, porque:
  1. ἐν + dativo no implica “naturaleza compartida”, sino “esfera”, “medio”, “modo”, o “autoridad bajo la cual alguien actúa”.
    Ningún léxico estándar define ἐν + dativo como “identidad ontológica”.
  2. Mateo 16:27 no dice:
    • “en su propia gloria”,
    • ni “en la gloria que comparte por naturaleza con el Padre”.
      Dice literalmente:
      “en la gloria de su Padre”.
      Eso marca posesor (la gloria es del Padre) y procedencia (el Hijo viene revestido de ella).
  3. El Hijo viene “en la gloria del Padre” para ejecutar juicio.
    Pero Jesús mismo dice que ese juicio le fue dado por el Padre (Jn 5:22,27).
    Otra vez: autoridad otorgada, no esencial.
  4. Si quieres usar ἐν como “operar desde dentro”, el texto te juega en contra:
    el Hijo opera dentro de la gloria del Padre, lo que implica que la gloria no es suya por origen, sino el ambiente/esfera en la que actúa porque el Padre la concede.

Nada en Mateo 16:27 dice ni insinúa que “venir en la gloria del Padre” signifique “ser de la misma esencia que el Padre”.
Esa es una lectura teológica posterior, no una implicación lingüística del texto.

Si quieres probar igualdad ontológica, necesitas un pasaje donde Jesús diga explícitamente que la gloria del Padre es suya por naturaleza, no donde él claramente afirma que pertenece al Padre y viene en ella.

Ese versículo sigue sin aparecer.
Según la Biblia, que el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre equivale a que vendrá en su propia gloria.

Mateo 16
27 Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces compensará a cada uno según sus obras.

Mateo 25
Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con Él, entonces se sentará en el trono de su gloria.
 
Santo es ÚNICAMENTE EL PADRE.
Y no hay nada ni nadie más de donde fluya santidad.
Que algunos hijos Suyos puedan recibirla o la hayan recibido de hecho... es asunto diferente. Es otra disquisición. La cual nada discute sobre el postulado original, a saber, que no hay más santo que EL SANTO DE LOS SANTOS. EL PURO ENTRE TODA PUREZA.

Así que el Espíritu Santo, por indiscutible deducción, sólo puede ser una EMANACIÓN o FUERZA ACTIVA del Padre, del ÚNICO SANTO.
¿Le quieres ver cual "persona"? ¿Le querrás ver como "cosa"? ¿Qué más da cómo lo llames? La pregunta es: ¿Le recibes?
 
Tu lectura de Juan 17:5 añade tres cosas que el texto no dice:

1) “La misma gloria” no implica “misma esencia”

Que Jesús diga “la gloria que tuve contigo” no significa que fue gloria por naturaleza, porque el mismo capítulo define ese tipo de gloria:

Juan 17:22


Si la gloria del v.5 fuera esencial y eterna,
entonces los discípulos compartirían gloria esencial y eterna también.
Absurdo.
Luego la gloria es dada, no ontológica.

“Conmigo / contigo” indica compañía, no “gloria autosuficiente”.

2) Compartir gloria ≠ compartir nivel ontológico

La Biblia tiene casos claros:
  • Moisés refleja la gloria de Dios (Éx 34:29–30)
  • Ángeles aparecen rodeados por la gloria de Dios (Lc 2:9)
  • Esteban refleja gloria divina (Hch 6:15)
Ninguno se convierte en Dios por estar en presencia de Su gloria.
Por lo tanto, estar “al lado” y “compartir gloria” no implica igualdad de esencia.

3) “Es imposible para una criatura” es tu conclusión, no la del texto

Nada en Juan 17:5 dice:
  • que esa gloria es esencial,
  • que esa gloria es inaccesible a una criatura,
  • que compartir gloria = ser Dios.
Esa es tu teología, no la afirmación de Jesús.

Jesús mismo explica que todo lo que tiene le fue dado por el Padre (Jn 5:26, 5:22, 5:27, 13:3).
Si fue dado, no es originado en sí mismo.
Eso contradice la idea de eternidad autosuficiente.

Lo más importante:

En vez de concluir “por tanto el Hijo es Dios”, deberías demostrar:

**¿Dónde dice Jesús:​

‘yo soy el mismo Ser que el Padre’ ?**

Ese versículo no existe.

Y Jesús sí distingue claramente:
  • el Padre tiene vida en sí mismo por ser fuente (Jn 5:26)
  • el Hijo tiene vida en sí mismo porque la recibe
Esa diferencia hace imposible tu conclusión.

Cierre breve

Juan 17:5 habla de gloria dada y compartida,
no de identidad de esencia.

La acusación final sobra; no aporta nada exegético.

Na,

Buen intento, pero solo eso.

Todo se te ha explicado perfectamente ya,

Pero te encanta darle la vuelta a la perdiz a ver si ahora si la puedes asar,

Pero mira, no te hagas el sueco:

Jesucristo es la Roca y solo Dios lo es por definición.

Pero en vez de que entiendas por una sola vez en tu vida, que Jesucristo es la Roca, prefieres reducirlo a criatura, relativizarlo, circunscribirlo y maniatarlo por haberse hecho hombre

Aunque sé que lo negarás y le darás la vuelta hasta la náusea, cual gato con bola de estambre y procurarás darle otra explicación, acorde a tu incredulidad, el hecho es que, así son las cosas:

Jesucristo es la Roca, con independencia a tus cortinas de humo, tu malabarismo y tus salidas al duro estilo Mandrake.

Ya le buscarás y encontrarás (seguro estoy) otras explicaciones heterodoxas, pero así son las cosas, arriano, que no cristiano.

Tu filosofía, (que no teología) es una mezcla de tu profunda incredulidad mezclada con algo de pseudo-intelectualismo, escepticismo, bastante de estupidez y empecinamiento, un claro olor al fétido russellismo, el arrianismo primitivo y desde luego, el islam.
 
Última edición:
ES
Santo es ÚNICAMENTE EL PADRE.
Y no hay nada ni nadie más de donde fluya santidad.
Que algunos hijos Suyos puedan recibirla o la hayan recibido de hecho... es asunto diferente. Es otra disquisición. La cual nada discute sobre el postulado original, a saber, que no hay más santo que EL SANTO DE LOS SANTOS. EL PURO ENTRE TODA PUREZA.

Así que el Espíritu Santo, por indiscutible deducción, sólo puede ser una EMANACIÓN o FUERZA ACTIVA del Padre, del ÚNICO SANTO.
¿Le quieres ver cual "persona"? ¿Le querrás ver como "cosa"? ¿Qué más da cómo lo llames? La pregunta es: ¿Le recibes?

Está diciendo una burrada y que un espíritu es una cosa y piense en la estupidez que está afirmando, porque no es una cosa, sino una persona divina, y como dice el mata burros de que es un espíritu y dice ; "ser inmaterial y dotado de razón.​

 
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ES

Está diciendo una burrada y que un espíritu es una cosa y piense en la estupidez que está afirmando, porque no es una cosa, sino una persona divina, y como dice el mata burros de que es un espíritu y dice ; "ser inmaterial y dotado de razón.​

Los burros rebuznan, que no razonan... Veamos si lo puedes razonar:
Imagina que exhalas tu aliento...
Ese aliento ¿eres tú?
Claro que lleva de ti muchas cosas, tu aroma, tu tibieza, incluso tu voz.., mas ¿eres tú eso?
Nooo... Tú eres mucho más que ese aliento...
Aunque ese aliento, de ti, mucho porta, pues a propósito lo emitiste.
Mas tú no eres esa mera exhalación..
De Dios Padre vienen muchas cosas, y todas son bendiciones: el grandioso don que es la vida misma, el cambio y la novedad, la frescura y la inocencia, la permanencia y constancia, la libertad de elegir, para errar y corregir, el bienvenido calor, la muy bendita luz, la claridad del saber, la científica confianza, la matemática estable, el amor en sus mil formas, la afinidad deliciosa, la armonía indescriptible, la forjadora templanza, la ignota sabiduría, la bendita previsión, la fiable providencia, la paz, bendita y estable, la cariñosa certeza, toda virtud y color, todo cántico y sonido hermoso, toda pureza y verdad, todo cuanto es perfecto, todo cuanto es inmutable, todo candor y niñez, toda hermosura y belleza, todo cuanto es adorable, y diáfano, y luminoso. ¡Qué estrechas son las palabras para abarcar lo inefable! ¡Qué parcas quedan, las pobres, en nuestro exiguo intelecto!
Pero el Padre es MUCHO MÁS que todo lo que nos da...
De Él emanan muchos bienes, pero ninguno es Él Mismo, ni todos juntos son Él.
Su Amor es incomprensible, supera nuestro entender...
Y de ese Amor recibimos tan sólo lo que nos cabe en nuestro pequeño vaso.
Lo que emana es tan bendito que ni cabe imaginarlo.
No nos cabe; nos desborda...
Su Espíritu es Santidad. Lo Santo quiere llenarnos. Su Amor es anegador, desbordante, inconcebible, increíblemente bueno. Mas nuestro vaso es chiquito, desconfiado y receloso. ¿Quién se abrirá a Sus primores? ¿Quién será un niño ante el Padre?
No un sabedor, no un erudito ni un sabio, sino un perfecto ignorante... El que sabe que no sabe..., el que se deja enseñar...
 
Los burros rebuznan, que no razonan... Veamos si lo puedes razonar:
Imagina que exhalas tu aliento...
Ese aliento ¿eres tú?
Claro que lleva de ti muchas cosas, tu aroma, tu tibieza, incluso tu voz.., mas ¿eres tú eso?
Nooo... Tú eres mucho más que ese aliento...
Aunque ese aliento, de ti, mucho porta, pues a propósito lo emitiste.
Mas tú no eres esa mera exhalación..
De Dios Padre vienen muchas cosas, y todas son bendiciones: el grandioso don que es la vida misma, el cambio y la novedad, la frescura y la inocencia, la permanencia y constancia, la libertad de elegir, para errar y corregir, el bienvenido calor, la muy bendita luz, la claridad del saber, la científica confianza, la matemática estable, el amor en sus mil formas, la afinidad deliciosa, la armonía indescriptible, la forjadora templanza, la ignota sabiduría, la bendita previsión, la fiable providencia, la paz, bendita y estable, la cariñosa certeza, toda virtud y color, todo cántico y sonido hermoso, toda pureza y verdad, todo cuanto es perfecto, todo cuanto es inmutable, todo candor y niñez, toda hermosura y belleza, todo cuanto es adorable, y diáfano, y luminoso. ¡Qué estrechas son las palabras para abarcar lo inefable! ¡Qué parcas quedan, las pobres, en nuestro exiguo intelecto!
Pero el Padre es MUCHO MÁS que todo lo que nos da...
De Él emanan muchos bienes, pero ninguno es Él Mismo, ni todos juntos son Él.
Su Amor es incomprensible, supera nuestro entender...
Y de ese Amor recibimos tan sólo lo que nos cabe en nuestro pequeño vaso.
Lo que emana es tan bendito que ni cabe imaginarlo.
No nos cabe; nos desborda...
Su Espíritu es Santidad. Lo Santo quiere llenarnos. Su Amor es anegador, desbordante, inconcebible, increíblemente bueno. Mas nuestro vaso es chiquito, desconfiado y receloso. ¿Quién se abrirá a Sus primores? ¿Quién será un niño ante el Padre?
No un sabedor, no un erudito ni un sabio, sino un perfecto ignorante... El que sabe que no sabe..., el que se deja enseñar...
La diferencia entre lo que cree un musulmán y lo que tú crees, en realidad, es mínima.
 
Na,

Buen intento, pero solo eso.

Todo se te ha explicado perfectamente ya,

Pero te encanta darle la vuelta a la perdiz a ver si ahora si la puedes asar,

Pero mira, no te hagas el sueco:

Jesucristo es la Roca y solo Dios lo es por definición.

Pero en vez de que entiendas por una sola vez en tu vida, que Jesucristo es la Roca, prefieres reducirlo a criatura, relativizarlo, circunscribirlo y maniatarlo por haberse hecho hombre

Aunque sé que lo negarás y le darás la vuelta hasta la náusea, cual gato con bola de estambre y procurarás darle otra explicación, acorde a tu incredulidad, el hecho es que, así son las cosas:

Jesucristo es la Roca, con independencia a tus cortinas de humo, tu malabarismo y tus salidas al duro estilo Mandrake.

Ya le buscarás y encontrarás (seguro estoy) otras explicaciones heterodoxas, pero así son las cosas, arriano, que no cristiano.

Tu filosofía, (que no teología) es una mezcla de tu profunda incredulidad mezclada con algo de pseudo-intelectualismo, escepticismo, bastante de estupidez y empecinamiento, un claro olor al fétido russellismo, el arrianismo primitivo y desde luego, el islam.

Los insultos no responden nada.

Decir “Jesús es la Roca” no prueba que sea Dios, porque la Biblia usa “roca” para otros sin hacerlos divinos.

Isaías 51:1–2 dice:
Mirad a la roca de donde fuisteis tallados… mirad a Abraham”.
Si ser llamado “roca” hiciera a alguien Dios, entonces Abraham también lo sería.

Mi argumento era Juan 17:5: Jesús pide gloria que le fue dada, y Juan 17:22 muestra que esa gloria no es esencia divina, porque también se da a los discípulos.

Hasta que no muestres un texto donde Jesús diga:
“Yo soy el mismo Ser que el Padre”,
cambiar de tema no responde lo que estamos discutiendo.
 
Según la Biblia, que el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre equivale a que vendrá en su propia gloria.

Mateo 16
27 Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces compensará a cada uno según sus obras.

Mateo 25
Pero cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con Él, entonces se sentará en el trono de su gloria.

Mateo no está enseñando dos glorias ontológicamente idénticas, sino dos expresiones distintas de la misma misión:

  1. Mateo 16:27 — “en la gloria de su Padre”
    -La gloria es del Padre; Jesús viene investido con ella, igual que su autoridad para juzgar también le fue dada (Jn 5:22–27).
  2. Mateo 25:31 — “cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria”
    -Aquí Mateo habla de la gloria que el Hijo recibe para ejercer ese juicio.
    No dice que esa gloria sea suya por naturaleza ni que sea idéntica a la del Padre.

El mismo Jesús explica que todo lo que tiene lo recibió del Padre (Jn 5:26; 5:22; 5:27; Mt 28:18).

Por tanto, que Jesús venga “en la gloria del Padre” (Mt 16:27) y “en su gloria” (Mt 25:31) encaja exactamente con eso:
gloria recibida para ejecutar la obra del Padre, no gloria ontológica autosuficiente.

Los dos textos juntos no prueban igualdad de esencia; prueban misión delegada.
 
FORISTA SIEPPETES:

ESTÁS HABLANDO DEL HOMBRE JESÚS


LA GLORIA DEL HIJO ETERNO Y LA DEL PADRE UNA SOLA GLORIA ES

EN ESTE CONTEXTO DE GLORIA ETERNA, DEBE SER UBICADA LA MENCIÓN DEL SEÑOR:

Jua_17:5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

EXTRAERLA DE SU CONTEXTO ETERNO ES HEREJÍA ARRIANA.

Hablas de “gloria eterna del Hijo” como si el texto lo dijera, pero Jesús mismo define esa gloria de otra manera dentro del mismo capítulo:

“La gloria que me diste, yo les he dado…” (Juan 17:22)

Si la gloria del v.5 fuera eterna, esencial y propia por naturaleza, entonces tendrías que aceptar que los discípulos también recibieron gloria eterna esencial.
Absurdo.

Por lo tanto, la gloria en Juan 17 no es ontológica, sino dada.

Además, Jesús NO dice en ninguna parte:
  • que la gloria del v.5 sea “una sola gloria eterna” compartida por esencia,
  • ni que sea auto-originada,
  • ni que pertenezca al Hijo por naturaleza.
Eso lo estás añadiendo tú.

Juan 17 solo afirma:
  1. el Padre glorifica al Hijo (acción del Padre),
  2. Jesús tuvo esa gloria “contigo”, no “por sí mismo”,
  3. y esa misma categoría de gloria es dada a otros (v.22).
Eso encaja exactamente con lo que dije:
es gloria otorgada, no auto-originada.

La acusación de “arrianismo” no reemplaza un verso que diga lo que tú afirmas. Ese verso no existe.