Re: LA LEY ESTA ABOLIDA PARA EL QUE ESTA EN CRISTO
He ahi el dilema, vigente ¿como para que? Es decir, cuando hablamos de "abolición" es que la ley si era un medio para algo... no era una simple imposición sin ningún propósito, entonces no podemos ignorar éste propósito con el fin de que ahora siga "vigente" algo que en realidad si fué abolido por Cristo en la Cruz.
No negamos la utilidad de la ley como medio para aprender de la santidad, la pureza y el caracter de Dios, pero no tenemos que cumplirla para obtener lo que a través de este cumplimiento se promete... ya que lo que promete, ya lo tenemos en Cristo.
o no?
Entiendo tu confusion, y lo que debemos analizar es lo que significa "ley". Porque para la mayoria de evangelicos cuando escuchan ley, no importando el contexto, la toman como un todo. Tambien otro argumento es de que no se puede dividir en ceremonial, civil, moral, salud, etc...
pero la palabra Torah, o como mal se a traducido: ley
esto es de el comentario Vine
LEY
A. NOMBRES 1. nomos (νόμος, G3551) , relacionado con nemo, dividir, distribuir; significaba primariamente aquello que es asignado; de ahí, uso, costumbre, y luego ley, ley prescrita por costumbre, o por estatuto. El término ethos, costumbre, se retuvo para la ley no escrita, en tanto que nomos vino a ser el nombre establecido para la ley en tanto que decretada por un estado y establecida como la norma para la administración de la justicia. En el NT se usa: (a) de ley en general (p.ej., Rom_2:12,13, expresándose allí un principio general relacionado con la ley; v. 14b; 3.27: «¿Por cuál ley?», esto es, «¿Por razón de qué tipo de principios, ha sido excluida la jactancia?»; 4.15b; 5.13, refiriéndose al período entre la transgresión de Adán y la promulgación de la ley; 7.1a); contra aquellas gracias que constituyen el fruto del Espíritu «no hay ley» (Gl 5.23). «El objetivo ostensible de la ley es el de reprimir las malas tendencias naturales del hombre en su estado caído; pero en la experiencia la ley no solo resulta ineficaz, sino que en realidad provoca una mayor actividad en estas tendencias.
La intención del don del Espíritu es impulsar al creyente a una vida en la que las tendencias naturales no tengan lugar, y producir en él las tendencias contrarias. La ley, por ello, no tiene nada que decir en contra del fruto del Espíritu; por tanto, el creyente no solo no se encuentra bajo la ley (v. 18), sino que la ley no halla lugar en su vida, en tanto que, y hasta allí donde, sea conducido por el Espíritu» (de Notes on Galatians, por Hogg y Vine, p. 298). (b) de una fuerza o influencia conduciendo a la acción (Rom_7:21,23a), «otra ley» (jeteros, en el sentido de «diferente»); (c) de la ley de Moisés, la ley del Sinaí: (1) con el artículo determinado (p.ej., Mat_5:18; Joh_1:17; Rom_2:15,18,20,26,27; 3.19; 4.15; 7.4,7,14,16,22; 8.3,4,7; Gl 3.10,12,19,21, 24; 5.3; Eph_2:15; Phi_3:6; 1Ti_1:8; Heb_7:19; Jam_2:9); (2) sin el artículo, destacándose con ello la ley de Moisés en su carácter como ley (p.ej., Rom_2:14a; 5.20; 7.9, donde el acento en la cualidad recae en el hecho de que «el mismo mandamiento que era para [que él creía que sería un medio de] vida», en realidad era «para [tenía el efecto de revelar su verdadero estado de] muerte»; 10.4; 1Co_9:20; Gl 2.16,19,21; 3.2,5,10a,11,18,23; 4.4,5,21a; 5.4,18; 6.13; Phi_3:5,9; Heb_7:16; 9.19; Jam_2:11; 4.11). Con relación a la afirmación de Gl 2.16 de que «el hombre no es justificado por las obras de la ley», la ausencia de artículo antes de nomos indica la afirmación de un principio, «por obediencia a ley», pero es evidente que lo que está a la vista es la ley de Moisés. Aquí el apóstol está manteniendo que someterse a la circuncisión involucra la obligación a guardar toda la ley.
La circuncisión pertenece a la parte ceremonial de la ley, pero, en tanto que la ley de Moisés se puede dividir entre lo ceremonial y lo moral, no se hace tal división, y ni tan solo se asume, en las Escrituras. La afirmación mantiene la libertad del creyente ante la ley de Moisés en su totalidad como medio de justificación; (d) por metonimia, de los libros que contienen la ley: (1) del Pentateuco (p.ej., Mat_5:17; 12.5; Luk_16:16; 24.44; Joh_1:45; Rom_3:21; Gl 3.10); (2) de los Salmos (Joh_10:34; 15.25); de los Salmos, Isaías, Ezequiel y Daniel (12.34); de los Salmos e Isaías (Rom_3:19, con los vv, 10-18); Isaías (1Co_14:21); de todo ello se puede deducir que «la ley» en su sentido más inclusivo era un título alternativo para referirse a «las Escrituras». Las siguientes frases especifican leyes de varios tipos: (a) «la ley de Cristo» (Gl 6.2), esto es, bien dada por Él, como en el Sermón del Monte y en Joh_13:14,15; 15.4, o
la ley o principio mediante el cual vivió el mismo Cristo (Mat_20:28; Joh_13:1). No se trata de verdaderas alternativas, porque la ley impuesta por Cristo fue siempre aquella por la cual Él mismo vivió en los «días de su carne». Él confirmó la ley como siendo de autoridad divina (cf. Mat_5:18); sin embargo, Él dio una norma más elevada de vida que la obediencia rutinaria a la entonces vigente versión legal de la ley, norma que, sin anular la ley, Él encarnó en su propio carácter y vida (véase, p.ej., Mat_5:21-48). Esta rotura con el legalismo se ve especialmente en relación con la parte ritual o ceremonial de la ley en su aspecto mas amplio. Él se mostró superior a todas las interpretaciones humanas de la ley; (b) «la ley de la fe» (Rom_3:27), esto es, un principio que exige solo fe de parte del hombre; (c) «la ley de mi mente» (Rom_7:23), aquel principio que gobierna la nueva naturaleza en virtud del nuevo nacimiento; (d) «la ley del pecado» (Rom_7:23),
el principio mediante el cual el pecado ejerce su influencia y poder a pesar del deseo de hacer lo recto; «del pecado y de la muerte» (8.2), siendo la muerte el efecto; (e) «la … ley … de la libertad» (Jam_1:25; 2.12), término inclusivo de todas las Escrituras, no una ley obligatoria impuesta desde fuera, sino encontrando una obediencia bien dispuesta a través del deseo y delicia del ser renovado que está sometido a ella. Este considera sus interioridades y se deleita en sus enseñanzas. Está «bajo la ley (ennomos, «en ley», implicándose en ello unión y sumisión) de Cristo» (1Co_9:21; cf., p.ej., Psa_119:32,45,97; 2Co_3:17); (f) «la ley real», en el sentido de «regia» (Jam_2:8), esto es, la ley del amor, regia en la majestad de su poder, la ley de la que dependen todas las demás leyes (Mat_22:34-40; Rom_13:8; Gl 5.14); (g) «la ley del Espíritu de vida» (Rom_8:2), esto es, el principio animador por el cual el Espíritu Santo actúa como el Impartidor de vida (cf. Joh_6:33); (h) «una ley de justicia (Rom_9:31), esto es, un principio general presentando la justicia como el objeto y resultado de guardar una ley, particularmente la ley de Moisés (cf. Gl 3.21); (i) «la ley del mandamiento carnal» (RV; RVR: «conforme a la descendencia»), esto es, la ley concerniente al sacerdocio aarónico, que designaba a hombres condicionados por las circunstancias y limitaciones de la carne. En la Epístola a los Hebreos la ley es considerada especialmente en relación con el contraste entre el sacerdocio de Cristo y el establecido bajo la ley de Moisés y en relación con el acceso a Dios y la adoración. En estos respectos la ley «nada perfeccionó» (7.19). Con esto, se declara, «queda abrogado el mandamiento anterior … y … hay la introducción de una mejor esperanza». Esta queda establecida bajo el «nuevo Pacto», pacto este que queda instituido sobre la base de «mejores promesas» (8.6). Notas: (1) En Gl 5.3, la afirmación de que la aceptación de la circuncisión constituye al hombre deudor para cumplir «toda la ley» considera a la ley como constituida por mandamientos separados, cada uno de ellos esencial para el conjunto, y proclama la unidad de la ley; en el v. 14, la afirmación de que «toda la ley» se cumple en el solo mandamiento del amor considera los mandamientos separados como combinados para constituir una sola ley. (2) En Rom_8:3, «lo que era imposible para la ley» es, lit., «la incapacidad (adunaton, neutro del adjetivo adunatos, incapaz, utilizado como nombre) de la ley». Esto puede referirse bien a «la debilidad de la ley» o «aquello que era imposible para la ley», como traduce la RVR. Esta última traducción es la preferible; el significado viene a ser el mismo en efecto. La ley ni podía dar libertad de la condenación ni impartir vida. (3) Para la aparente diferencia entre la enseñanza de Pablo y la de Santiago con respecto a la ley, véase bajo . (4) Para nomodidaskaloi, «doctores de la ley» (Luk_5:17, y en singular en Act_5:34; 1Ti_1:7), véase DOCTOR, Nº 2.
2. nomothesia (νομοθεσία, G3548) (Nº 1, y tithemi, colocar, poner) denota legislación, promulgación de la ley (Rom_9:4 «la promulgación de la ley»). Véase , y cf. B, Nº 1.
B. Verbos 1. nomotheteo (νομοθετέω, G3549) , (a) usado intransitivamente, significa hacer leyes (cf. A, Nº 2); en la voz pasiva, ser provisto de leyes (Heb_7:11 «recibió … la ley», lit.: «fue provisto con la ley»); (b) usado intransitivamente, significa ordenar por ley, establecer; en la voz pasiva (Heb_8:6). Véase ESTABLECER, Nº 5.
2. paranomeo (παρανομέω, G3892) , transgredir la ley (para, contrario a, y nomos, ley). Se usa en el participio presente (Act_23:3), y se traduce «quebrantando la ley»; véase QUEBRANTAR.
C. Adjetivos 1. nomikos (νομικός, G3544) denota relacionado con la ley; en Tit_3:9 se traduce «acerca de la ley», describiendo «discusiones»; véase INTÉRPRETE, Nº 2.
2. ennomos (ἔννομος, G1772) se traduce «bajo la ley» en 1Co_9:21; «legítima», de una asamblea (Act_19:39). Véase BAJO, A, Nº 1, y también , A.
3. anomos (ἄνομος, G459) significa «sin ley» (a, privativo) y tiene este significado en 1Co_9:21, cuatro veces. Véanse INICUO, LEY (SIN), TRANSGRESOR.
D. Adverbio anomos (ἀνόμως, G460) , sin ley (forma adverbial de C, Nº 3). Se usa en Rom_2:12, dos veces, donde «sin ley han pecado» significa en ausencia de alguna ley revelada específicamente, como la ley del Sinaí; «sin ley también perecerán» predica que la inexistencia de tal ley no impedirá su condenación. La ley de la conciencia no está a la vista aquí. La frase siguiente «bajo la ley» es, lit.: «en ley», no lo mismo que el adjetivo ennomos (C, Nº 2), sino dos palabras por separado.