Re: El Vaticano publica nuevo documento sobre la unicidad de la Iglesia
A continuación le paso la opinión de uno de los historiadores e intelectuales más respetados de América Latina:
[/QUOTE]¿Cuál ´Papa de Hitler´?
Jean Meyer
18 de diciembre de 2005
FUE Pío XII (Papa de 1939 a 1958) un cómplice de Hitler, un antisemita en simpatía con el nazismo, que por un silencio criminal facilitó el genocidio perpetrado en Europa contra los judíos? Este es un rumor que empezó a correr en 1963 cuando el alemán Rolf Hochhuth sacó su obra de teatro El Vicario y que culminó con El papa de Hitler de John Cornwell (1999) y la película de Costa Gavras, Amén (2002). El bombardeo ha sido tan fuerte durante los últimos 40 años que la opinión pública, hasta entre los católicos, se quedó con la idea de un papa más cercano a Hitler que a Jesús (un judío, claro).
Muchos creen que Pío XII, y con él la Iglesia católica han dicho "amén" a la masacre; que ese papa "era el ideal para los indecibles diseños de Hitler" (Cornwell).
El proceso intentado, y casi ganado, contra Pío XII es un ejemplo fantástico del volteo de la opinión. Al final de la guerra mundial, este hombre pasaba por ser el papa de la paz, un justo que había salvado muchos judíos: por eso el Congreso Judío Mundial, "en nombre de toda la comunidad judía, expresa una vez más su profunda gratitud por la mano protectora que Su Santidad dio a los judíos perseguidos en aquellos tiempos de terrible prueba". En 1955 la Unión de comunidades judías de Italia proclama el 17 de abril como día de gratitud por la ayuda pontificia durante la guerra. Cuando murió Pío XII, todos celebraron su actuación. En la ONU, Golda Meir, entonces secretaria de Relaciones de Israel, dijo: "A lo largo de los 10 años de terror nazi, cuando nuestro pueblo sufrió un espantoso martirio, la voz del papa se levantó para condenar al verdugo y para expresar su compasión por las víctimas". El mismo día, el rabino de Roma asegura que "los judíos recordarán siempre lo que la Iglesia hizo por ellos, bajo la orden del papa, en el momento de las per-secuciones raciales".
Comentando esa "orden del papa", los servicios de seguridad nazis informaron a Hitler que el mensaje de Navidad de 1942 estaba "dirigido contra el nuevo orden europeo representado por el nacional-socialismo. Pío XII acusa virtualmente al pueblo alemán de injusticia con los judíos. Se ha hecho el aliado y el amigo de los judíos. Defiende, pues, nuestro peor enemigo político, la gente que quiere destruir al pueblo alemán".
Ribbentrop, secretario de Relaciones de Hitler, ordenó a su embajador en el Vaticano protestar contra esta "ruptura de la tradicional actitud de neutralidad" y señalar que a Alema-nia no le faltan "medios físicos de represalias". Se planeó el secuestro del papa, y el jefe de los SS, Heinrich Himmler, el antiguo maestro de primaria, dijo que su sueño más caro era ver al papa, revestido de todas sus ornamentas pontificias, colgado en la plaza San Pedro de Roma.
El escritor israelí Pinchas Lapide, cónsul de Israel en Milán en vida de Pío XII, publicó en su libro Roma y los judíos (1967) que "la Iglesia católica, bajo el pontificado de Pío XII, fue el instrumento que salvó por lo me-nos 700 mil y probablemente 860 mil judíos de una muerte segura, a manos de los nazis".
En febrero de 2001, un rabino neoyorquino, David Dalin, publicó un largo artículo en el Weekly Standard Magazine, afirmando que "Pío XII fue auténtica y profundamente un justo (...) puesto que el papa Pacelli ha sido el máximo apoyo de los judíos". El mismo autor acaba de publicar un libro definitivo: El mito del papa de Hitler. Como el papa Pío XII salvó a judíos de los nazis (en inglés, Washington, Regnery Publishing, 2005, 209 p).
Rabino, historiador, universitario autor de varios libros, toma la defensa de Pío XII con gran maestría y mayor eficacia. Cuenta cómo la Iglesia católica hizo más que cualquier otra institución religiosa, cómo el papa hizo más que cualquier jefe de Estado democrático, para salvar a los judíos. Después del aluvión de libros, panfletos, películas contra la memoria de Pío XII, David Dalin ha venido a ganar el pleito a su favor, desde una perspectiva judía, de inspiración religiosa. Su meticulosa erudición desmonta todas las acusaciones y demuestra que el papa fue un enemigo efectivo del racismo nazi. David Novak, titular de la cátedra de Estudios Judíos de la Universidad de Toronto, comenta: "Los judíos, en particular, no solamente deben rechazar la calumnia contra el papa, además de-ben recordar con gratitud su vida y su obra. El importante libro de Da-lin da a los judíos una buena razón para semejante gratitud".
Lejos de ser condenado como enemigo del pueblo judío, dice David Dalin, Pío XII debe ser honrado como "justo entre las naciones". Los "justos entre las naciones" son los no judíos que lucharon durante el genocidio para salvar la vida de sus hermanos condenados al exterminio por el sólo hecho de ser judíos. Formaron una valiente minoría de unos 20 mil, cuya memoria está honrada y recordada en Israel por Yad Vashem, la Autoridad Nacional para el Recuerdo de los mártires y héroes del Holocausto.
El rabino Dalin termina su libro así: "En 2005, como en los años 1930 y 1940, el papado ha sido y es el amigo del pueblo judío. Quien lo niega, niega la historia y, peor, da una coartada para el antisemitismo de nuestro tiempo".
Durante la guerra, ni el presidente Roosevelt, ni el primer ministro Winston Churchill, ni el general De Gaulle, ni el mariscal Stalin acusaron públicamente a la Alemania nazi de exterminar a los judíos. Pío XII habló. Esos jefes de Estado no tomaron ninguna iniciativa contra el genocidio: su prioridad era ganar la guerra. Pío XII actuó y dio órdenes de ac-tuar, en la medida de sus posibili-dades y de su naturaleza.
¿Por qué tuvo tanto éxito la calumnia? Porque es un capítulo de las guerras culturales contra la Iglesia católica, contra la reconciliación entre judíos y cristianos, contesta el rabino David Dalin.
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Profesor investigador del CIDE[/QUOTE]