Byron, amigo:
No me molesta que me digas sabático o sabatista; al contrario, me enorgullece. ¿sabes por qué? Porque el primer sabatista fue el mismo Dios al crear el sábado, una vez terminó sus seis días de creación (Géensis2:1-3). Fueron también sabatistas los profetas, partiendo de Moisés (Exodo 31:13-17), hasta Isaías (Isaías 56:1-6) y el resto de los santos heraldos de Dios. Fue sabatista el mismo Jesús (Lucas 4:16) y las mujeres creentes (Lucas 23:55,56). Fueron sabatistas los discípulos (Hechos 16:13), incluyendo a Pablo (Hechos 17:1,2; 18:1-5). Fue sabatista la iglesia de Cristo, hasta que se enchufó el domingo pagano luego de la mitad del siglo 2ndo.
Lo que no quiero que me llames es dominguista. Porque fueron los medrosos cristianos que, para que no los confundieran con los Judíos del siglo II (en época de Adriano), fueron abandonando el sábado bíblico para dar lugar al día del sol pagano. Fue dominguista Constantino, al dar su edicto del 7 de marzo del 321, obligando a sus súbditos a guardar el día del sol mitraísta. Fueron dominguistas los católicos que en el siglo IV, en el Concilio de Laodicea, hicieron el final y oficial cambio del día de reposo de Dios por el día panano del sol. Fueron dominguistas los inquisidores que llegaron a matar a miles por observar el sábado. Los colonos puritanos de Norteamérica impusiron el domingo, siendo así dominguistas, seguidores de Roma. Serán dominguistas los que, al fin, cuando ese día artificial de descanso sea obligatorio y serán los perseguidores de los leales hijos de Dios que guardan los mandamientos (Apocalipsis 12:17).
Que el Dios sabatista te bendiga en nombre del Cristo sabatista.