Re: es malo masturbarse
eBio, primero que nada, no te lo tomes personal. Yo creo que eres honesto en tus puntos de vista, al igual que lo somos todos aquí, o tratamos de serlo. Segundo, recuerda lo que mencioné sobre el hecho de que hay diferentes clases de masturbación, y estamos hablando de una que los terapeutas clasifican claramente como adicción (incluso se incluye dentro del grupo de las parafilias, es decir, las desviaciones sexuales).
Algunos pueden beber socialmente de manera, según dicen, controlada. Bien por ellos (yo no bebo, personalmente). Ese ambiente facilita que, por circunstancias muy difíciles de controlar, algunos de ellos, que antes bebían "controladamente", se vuelvan adictos al alcohol. Determinar quién será alcoholico y quien no es prácticamente imposible. El consejo de evitar el alcohol es sumamente prudente. En ese caso no hablamos de represión.
Los mandamientos de Dios son como semáforos que regulan nuestra vida. A veces se ponen en rojo y marcan un alto. Es una advertencia. Quizás el primer alto se lo pueda "volar" uno de manera exitosa. No sabe uno hasta cuando será así. Cuando uno quebranta las leyes de Dios termina uno lamentándolo.
¿Por qué podría ser "mala" la masturbación? Bueno, porque tiene que ver con la lujuria y con el control de los pensamientos. Porque en muchas personas, al ser un placer aislado y solitario, impulsa el egoísmo del placer, inhibiéndoles para encontrar el otro tipo de placer, el placer en compañía de una persona amada. Incluso, en algunas personas, la habilidad de relacionarse con personas del sexo opuesto se inhibe considerablemente, afectando sus posibilidades para amar y ser amados en forma correcta. El mastubarse altera también el funcionamiento normal de los órganos sexuales. Normalmente el cuerpo se autoregula y cuando hay un aumento de líquido seminal se termina eliminando por medio de los llamados "sueños húmedos". Pero en la persona que se masturba el organismo secreta cada vez más hormonas, lo que provoca un aumento constante de presión sexual. Esto es un disparador importante de la adicción (su componente físico) y también de la predisposición hacia la lujuria de quien no es adicto. En otras palabras, le hace más fácil caer en pecados más graves.
En la Biblia, los pensamientos sexuales y el comportamiento lujurioso son condenados por Dios, instándonos más bien hacia el amor verdadero y los pensamientos puros. En otras palabras, la masturbación no es catalogada por la Biblia como pecado, pero la lujuria sí. Sin embargo, es prácticamente imposible que exista una cosa sin la otra. La masturbación es compañera inseparable de la lujuria. Regulando una, se elimina la otra.
En la Biblia existe un caso en que la masturbación fue condenada por Dios, el caso de Onán. Vale la pena estudiarlo. Existen también, en casi todas las iglesias cristianas, libros en los que se trata el problema de la masturbación. Quienes no quieran verlo desde el punto de vista cristiano, lo pueden ver desde el punto de vista terapéutico. La masturbación fue ampliamente defendida por los terapeutas de los años 60-80's, pero ese punto de vista ya no está vigente y los terapeutas modernos han reconocido que se trata de un comportamiento parafílico y adictivo, presente, además en todas las demás parafilias. La presencia de la masturbación y la pornografía en los comportamientos parafílicos constituye un hecho ya en sí revelador. Existe un comportamiento de "escalada": la persona comienza masturbándose, se acostumbra a ese placer y quiere más e, igual que sucede con la droga, comienza a incorporar más y más comportamientos en busca de un placer que no puede alcanzar (y no puede alcanzarlo porque la necesidad real del parafílico no es de índole sexual, sino de carencia emocional y afectiva).
Los hechos anteriores deben de ser suficientes como, para por lo menos, ponernos a pensar en lo que decimos. Quienes defienden la masturbación suelen estar ligados a los argumentos manejados por los psicólogos de los años 60 y 70, pero, como dijimos, esos argumentos simplemente ya han sido rebatidos y rebasados. Quienes defienden dichos argumentos están claramente desactualizados y desinformados.
Existen, entonces agrupaciones que se han formado en procura de ayuda para quienes padecen del hábito de la masturbación. Muchas iglesias cristianas han promovido sus propios libros y movimientos, al entender la conexión inevitable de la masturbación con la lujuria.
¿Qué hacer entonces? ¿Reprimir los pensamientos, la masturbación y la conducta lujuriosa? ¡NO! No se trata de reprimir sino de canalizar. Canalizar los pensamientos, canalizar esa energía en obras provechosas, canalizar esos impulsos de forma adecuada para promover la formación de buenas relaciones románticas, etc. El deporte, por ejemplo, ha probado ser una excelente ayuda en este respecto.
Pero, antes de que se pueda canalizar, la conducta debe ser cambiada. El hermano Taujo hace bien en reconocer que tiene un problema y el hermano chechobon ha dado en el clavo al decir que se debe preguntar al hermano Taujo si no se sentirá mejor cuando elimine de su vida ese problema. Esa es la clave del asunto. Si el se sentirá mejor con ello, sería contradictorio el impedírselo, mucho más cuanto que sabemos que, de no resolverlo, podría convertirse rápidamente para él en una adicción... una que ha destrozado la vida de muchas personas, al impulsarlos por un desfiladero interminable. No, hermano, no hablamos por hablar a este respecto. Se trata de casos vigentes, reales y bien documentados, muchos de los cuales me ha tocado, incluso, presenciar personalmente. De manera que soy testigo del daño que puede provocarse. Taujo, con sus 16 años, se encuentra en un tiempo excepcionalmente bueno para prevenirlo.
Y recuerda, hermano, por favor, para eliminar el prejuicio, que no se trata de reprimir, sino de canalizar. En quien padece esta conducta eso es lo importante.
eBio, primero que nada, no te lo tomes personal. Yo creo que eres honesto en tus puntos de vista, al igual que lo somos todos aquí, o tratamos de serlo. Segundo, recuerda lo que mencioné sobre el hecho de que hay diferentes clases de masturbación, y estamos hablando de una que los terapeutas clasifican claramente como adicción (incluso se incluye dentro del grupo de las parafilias, es decir, las desviaciones sexuales).
Algunos pueden beber socialmente de manera, según dicen, controlada. Bien por ellos (yo no bebo, personalmente). Ese ambiente facilita que, por circunstancias muy difíciles de controlar, algunos de ellos, que antes bebían "controladamente", se vuelvan adictos al alcohol. Determinar quién será alcoholico y quien no es prácticamente imposible. El consejo de evitar el alcohol es sumamente prudente. En ese caso no hablamos de represión.
Los mandamientos de Dios son como semáforos que regulan nuestra vida. A veces se ponen en rojo y marcan un alto. Es una advertencia. Quizás el primer alto se lo pueda "volar" uno de manera exitosa. No sabe uno hasta cuando será así. Cuando uno quebranta las leyes de Dios termina uno lamentándolo.
¿Por qué podría ser "mala" la masturbación? Bueno, porque tiene que ver con la lujuria y con el control de los pensamientos. Porque en muchas personas, al ser un placer aislado y solitario, impulsa el egoísmo del placer, inhibiéndoles para encontrar el otro tipo de placer, el placer en compañía de una persona amada. Incluso, en algunas personas, la habilidad de relacionarse con personas del sexo opuesto se inhibe considerablemente, afectando sus posibilidades para amar y ser amados en forma correcta. El mastubarse altera también el funcionamiento normal de los órganos sexuales. Normalmente el cuerpo se autoregula y cuando hay un aumento de líquido seminal se termina eliminando por medio de los llamados "sueños húmedos". Pero en la persona que se masturba el organismo secreta cada vez más hormonas, lo que provoca un aumento constante de presión sexual. Esto es un disparador importante de la adicción (su componente físico) y también de la predisposición hacia la lujuria de quien no es adicto. En otras palabras, le hace más fácil caer en pecados más graves.
En la Biblia, los pensamientos sexuales y el comportamiento lujurioso son condenados por Dios, instándonos más bien hacia el amor verdadero y los pensamientos puros. En otras palabras, la masturbación no es catalogada por la Biblia como pecado, pero la lujuria sí. Sin embargo, es prácticamente imposible que exista una cosa sin la otra. La masturbación es compañera inseparable de la lujuria. Regulando una, se elimina la otra.
En la Biblia existe un caso en que la masturbación fue condenada por Dios, el caso de Onán. Vale la pena estudiarlo. Existen también, en casi todas las iglesias cristianas, libros en los que se trata el problema de la masturbación. Quienes no quieran verlo desde el punto de vista cristiano, lo pueden ver desde el punto de vista terapéutico. La masturbación fue ampliamente defendida por los terapeutas de los años 60-80's, pero ese punto de vista ya no está vigente y los terapeutas modernos han reconocido que se trata de un comportamiento parafílico y adictivo, presente, además en todas las demás parafilias. La presencia de la masturbación y la pornografía en los comportamientos parafílicos constituye un hecho ya en sí revelador. Existe un comportamiento de "escalada": la persona comienza masturbándose, se acostumbra a ese placer y quiere más e, igual que sucede con la droga, comienza a incorporar más y más comportamientos en busca de un placer que no puede alcanzar (y no puede alcanzarlo porque la necesidad real del parafílico no es de índole sexual, sino de carencia emocional y afectiva).
Los hechos anteriores deben de ser suficientes como, para por lo menos, ponernos a pensar en lo que decimos. Quienes defienden la masturbación suelen estar ligados a los argumentos manejados por los psicólogos de los años 60 y 70, pero, como dijimos, esos argumentos simplemente ya han sido rebatidos y rebasados. Quienes defienden dichos argumentos están claramente desactualizados y desinformados.
Existen, entonces agrupaciones que se han formado en procura de ayuda para quienes padecen del hábito de la masturbación. Muchas iglesias cristianas han promovido sus propios libros y movimientos, al entender la conexión inevitable de la masturbación con la lujuria.
¿Qué hacer entonces? ¿Reprimir los pensamientos, la masturbación y la conducta lujuriosa? ¡NO! No se trata de reprimir sino de canalizar. Canalizar los pensamientos, canalizar esa energía en obras provechosas, canalizar esos impulsos de forma adecuada para promover la formación de buenas relaciones románticas, etc. El deporte, por ejemplo, ha probado ser una excelente ayuda en este respecto.
Pero, antes de que se pueda canalizar, la conducta debe ser cambiada. El hermano Taujo hace bien en reconocer que tiene un problema y el hermano chechobon ha dado en el clavo al decir que se debe preguntar al hermano Taujo si no se sentirá mejor cuando elimine de su vida ese problema. Esa es la clave del asunto. Si el se sentirá mejor con ello, sería contradictorio el impedírselo, mucho más cuanto que sabemos que, de no resolverlo, podría convertirse rápidamente para él en una adicción... una que ha destrozado la vida de muchas personas, al impulsarlos por un desfiladero interminable. No, hermano, no hablamos por hablar a este respecto. Se trata de casos vigentes, reales y bien documentados, muchos de los cuales me ha tocado, incluso, presenciar personalmente. De manera que soy testigo del daño que puede provocarse. Taujo, con sus 16 años, se encuentra en un tiempo excepcionalmente bueno para prevenirlo.
Y recuerda, hermano, por favor, para eliminar el prejuicio, que no se trata de reprimir, sino de canalizar. En quien padece esta conducta eso es lo importante.