Re: Conversando con los PRO-VIDA
Me parece que este es el sitio más apropiado para abrir este epígrafe, aunque muchos que se manifiestan ser pro-vida no se den cuenta que existe este subforo.
Mi objetivo es ir planteando interrogantes y luego ir intercambiando opiniones sobre los aspectos más elementales del debate.
Esta es la primera pregunta:
¿Porqué los movimientos pro-vida se oponen a los métodos anticonceptivos?
Quedo atento a las respuestas.
Saludos Charlie.
La verdad es que te puedo dar mi respuesta desde mi óptica católica. No me puedo abstraer de ella.
Nos oponemos a los métodos anticonceptivos por muchas razones, pero yo resumiría diciendo que un matrimonio se casa para ser instrumento de Dios para la construcción de su Reino y para colaborar con Dios en el plan de salvación. Los esposos son colaboradores de Dios en la creación de nuevas personas.
El punto decisivo acá es el siguiente. ¿Cual es el plan de Dios sobre los hombres? El plan de Dios es crear muchos hombres y mujeres para llevarlos al cielo. El plan de Dios es llenar el Cielo de sus creaturas, para hacerlas felices y compartir su Gloria con ellos.
Entonces, los matrimonios colaboran con Dios trayendo hijos al mundo y dándoles cristiana educación para llevarlos a la santidad y que lleguen a la felicidad eterna del Cielo, con lo cual se cumple el designio divino.
Qué sucede: los matrimonios que recurren a la anticoncepción, le cierran las puertas de su matrimonio a Dios, y a fin de cuentas, se oponen al plan de Dios. No quieren colaborar con El.
El plan de Dios es la concepción, para llenar el Cielo de almas. Por eso, la anti-concepción es en el fondo anti-Dios. Procurar evitar la concepción es obstaculizar los planes salvíficos de Dios, es ir contra Dios, oponerse a sus planes misericordiosos.
Hay otra malicia de la anticoncepción, que es separar o disociar el sentido unitivo en la unión sexual, de su sentido transmisor de la vida. Para esto pongo un ejemplo que, como comparación no es muy buena, pero el argumento es el mismo. No se puede separar el placer de comer con la función de alimentación. Yo disfruto la comida, pero al mismo tiempo me nutro de los elementos necesarios para conservar la vida. El placer de comer fue puesto por Dios como acicate o motivación para alimentarnos y conservar la vida. Es lícito usar este placer mientras lo usemos para el fin que Dios lo puso: alimentarnos y conservar la vida. Si usamos este placer en forma desordenada y lo separamos de su fin, se cae en la gula, y en situaciones tan lamentables y patéticas como los banquetes romanos y sus
vomitorios: comían para vomitar y poder seguir comiendo. O sea: placer por placer.
Bueno, perdonando la comparación, pero pasa algo similar en la unión sexual. Usar el placer sexual separándolo de la finalidad a la que está ordenado por voluntad del Creador, es un uso desordenado que va contra Dios y finalmente contra el hombre. El placer sexual es lícito mientras no se cierre la puerta a la función procreadora. Es lícito cuando la unión sexual está abierta a la vida.
Saludos