𝐄𝐋 𝐅𝐀𝐋𝐒𝐎 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐎
La autoridad de Pedro es circunstancial e histórica:
Las “llaves” (Mt. 16:19) se entienden en el contexto judío (Is. 22:22) no fuera de él como hizo el catolicismo romano.
Mat 16:19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Isa 22:22 Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.
𝐂𝐨𝐧𝐭𝐞𝐱𝐭𝐨 𝐣𝐮𝐝𝐢́𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐥𝐥𝐚𝐯𝐞𝐬
En la cultura hebrea, la llave simbolizaba autoridad delegada.
Isaías 22:22 habla de la llave de la casa de David dada a Eliaquim, mayordomo real.
El mayordomo no era el rey, sino el administrador que abría o cerraba acceso según la autoridad recibida.
Así, las llaves no significan supremacía personal, sino responsabilidad administrativa bajo el Rey verdadero.
Pedro abrió la puerta a los judíos (Hch. 2) y a los gentiles (Hch. 10), pero no se le confirió supremacía perpetua sobre la Iglesia.
El nombramiento de Matías por métodos de suerte es la expresión de la influencia del tentador (Mt.16:23) que lo acechaba (1P.5:8) y lo hizo tropezar varias veces.
El área del nombramiento de los doce apóstoles del Cordero es exclusiva de Dios Padre y del Señor Jesucristo (Lc.6:12-16).
Toda una noche de oración al Padre, Pedro la transformó en un método de suerte, sin entender que estaba invadiendo áreas prohibidas.
Ya ambos, el Padre y el Hijo, tenían preparado el sustituto de Judas (Gál.1:1,15)
Pablo afirma que su apostolado no depende de hombres: “Pablo, apóstol… no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y Dios Padre” (Gál. 1:1).
La Iglesia se edifica sobre el fundamento de todos los apóstoles y profetas, siendo Cristo la piedra angular (Ef. 2:20).
La autoridad suprema es de Cristo, Cabeza de la Iglesia (Col. 1:18).
Pedro fue un siervo fiel, pero no el “primer Papa” en sentido romano.
𝐏𝐫𝐞𝐞𝐦𝐢𝐧𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨
La llave no es propiedad de Pedro, sino de Cristo, quien la entrega.
Cristo mismo es el que tiene la llave definitiva:
El que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre” (Apocalipsis 3:7).
Pedro y los demás apóstoles son administradores, pero Cristo es el Dueño de la casa.
𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐌𝐚𝐭𝐢́𝐚𝐬, 𝐞𝐬 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨.
Saulo fue separado desde el vientre de la madre en Tarso de Sicilia, y llegó siendo niño a Jerusalén, educado a los pies de Gamaliel (Hch.22:3) trabajó como policía en el Sanedrín, formaba parte de aquellos fariseos que durante tres años no le perdieron pisada al Señor a donde quiera que iba, no para aprender de él, sino para vigilarlo y buscar como acusarlo ante el Sanedrín.
No tengo dudas que presenció el falso juicio hecho a Jesús.
Y allí derribado en tierra por el resplandor refulgente de la gloria de Cristo, camino a Damasco, tuvo que haber recordado las palabras del Señor como respuesta al conjuro del sumo sacerdote:
Mat 26:64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
"𝐕𝐈𝐍𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐄𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐍𝐔𝐁𝐄𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎"
Cristo es Soberano, acaba de descender del cielo para mostrarle a Saulo de Tarso que todo aquel que persigue y ataca a un redimido por su sangre, lo enfrenta directamente a él:
-"Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón"-
Cristo es Soberano, Pedro también lo entendió así cuando les dijo a los de su nación:
Hch 3:19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
Hch 3:20 y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;
Los apóstoles fueron guiados por Dios a declarar que si, incluso entonces, los «varones israelitas» se arrepentían, su Mesías regresaría para cumplir para ellos todo lo que sus propios profetas habían predicho y prometido sobre la bendición espiritual y nacional.
𝑷𝒂𝒃𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒆́𝒍:
1Co 11:23 𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐜𝐢𝐛𝐢́ 𝐝𝐞𝐥 𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫 lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
Hch 26:16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto,
𝐲 𝐝𝐞 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫𝐞́ 𝐚 𝐭𝐢,
Pablo corrigió a Pedro por su hipocresía, en Gálacia, más bien el caso de Pedro ilustra claramente como una cuota de poder puede hacernos perder el límite de control que nos ha sido asignado.
No existe un solo versículo que autorice a Pedro a nombrar apóstoles, él se levantó en medio de la congregación por sí mismo y considero pertinente llenar el vacío de Judas el traidor.
Pero esa esfera no le pertenece a ningún hombre, los doce cimientos de la Jerusalén celestial llevan el nombre de los doce apóstoles del Cordero, nombrados por Dios Padre y el Señor Jesucristo.
𝐍𝐈𝐍𝐆𝐔𝐍𝐀 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐀𝐂𝐈́𝐀 𝐃𝐄 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐎.
A Pedro ya entrado en años, a punto de abandonar el cuerpo (2P.1:14) lo contemplamos maduro, dueño de sí mismo como siervo de Cristo, sentando en medio de los demás ancianos de la asamblea, leemos:
1Pe 5:1 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada
La época de su impetuosidad había pasado para dar lugar a un-Pedro más centrado en su servicio al Señor como siervo; el evangelio de la gracia de Dios revelado a Pablo (Hch.20:24) es una responsabilidad de cada redimido por la sangre de Cristo, no es potestativo de nadie.