Los izquierdistas odian y persiguen el cristianismo, pero no se dan cuenta de que sus valores y su moral vienen directamente del cristianismo. No creen en en su parte mística, pero sí creen y promulgan firmemente su parte moral.
"Todos somos iguales ante Dios" (igualdad), "todos somos pecadores" (culpa y autodesprecio), "no juzguéis" (pasividad y tolerancia), "poned la otra mejilla", "perdonad setenta veces siete", "amad a vuestros enemigos" (welcome refugees), "no améis al mundo" (nihilismo), "sed mansos" (debilidad), "devolved bien por mal" (injusticia), "vended todo y dádselo a los pobres" (socialismo, comunismo), "bienaventurados los pobres" (exaltación de la miseria), "los que sufren", "los humildes", etc., son los preceptos que defienden a rajatabla los izquierdistas, son la base de su moral.
El izquierdismo es, pues, la evolución secular del cristianismo, el resultado de siglos de inculcación de moral cristiana.