La providencia de Dios ha preservado Su Palabra por siglos.¿Y por qué no?
Hay muchas otras cosas santas que fueron alteradas: la condición del hombre, los valores santos en la familia y en el matrimonio, etc.
Y muchas han sido alteradas con ese universal consenso. Y Dios no lo ha impedido.
Se ha servido dé hombres divinamente inspirados, pero también de personajes non sanctus como Ciro, una ramera, Satanás mismo y una muda bestia de carga.
Negar la veracidad y la inerrancia de la Biblia es poner dudas sobre la fidelidad de Dios, Su providencia divina y de Su compromiso para preservarla.
Hay maldición para quien sustraiga como para quien añada una sola tilde a Su Palabra.
Quienes más la cuestionan y procuran ponerla en duda, abusan de la crítica textual y se inconforman con “escrito está”viene de aquellos que sin el espíritu de Cristo mueren con la letra y no viven por la Palabra, son aquellos que sin la guía del Espíritu Santo se pierde, pervierten, descontextualizan e interpretan privadamente, torciendo así y para su propio mal la sana doctrina.
Sectas como la russellita se han hecho versiones a modo, afines a sus heterodoxas doctrinas de hombre. Conforme a sus propias concupiscencia se amontonan en rededor de falsos maestros.
Los falsos discípulos a su vez, desde su propia maldad e incredulidad les es imposible creer que el Verbo de Dios sea Dios y que se haya hecho carne y habitara entre nosotros.