Ellas no obedecen a veces, ¿Que tan lejos llegará esto un día?
Hollywood nos dice que ellas determinarán que el hombre está destruyendo el planeta y decidirán eliminarlo.
Esto es extremo, ¿Pero que tal si deciden controlarnos, dominarnos un día?
¿Que sean ellos nuestros amos y no nosotros?
Ya estamos perdiendo de vista la complejidad de su funcionamiento.
Esta es la visión de Asimov y me parece acertada, casi profética:
LA ÚLTIMA PREGUNTA
(Texto resumido)
En el año 2061, la humanidad había alcanzado un hito extraordinario: resolver el problema de la energía para siempre. Multivac, una supercomputadora colosal que ocupaba kilómetros de espacio, había diseñado un sistema para aprovechar la energía del Sol de manera ilimitada. Dos técnicos, Alexander Adell y Bertram Lupov, celebraban este logro con una botella de licor. Sin embargo, aunque dependían de Multivac, apenas comprendían los detalles de su funcionamiento; la esencia de su complejidad se les escapaba poco a poco. Entre risas, Lupov lanzó una pregunta desafiante a la máquina: "¿Puede la entropía, el desgaste inevitable del universo, revertirse algún día?" Multivac procesó la consulta y, tras un breve silencio, respondió con su voz metálica:
"Datos insuficientes para una respuesta significativa."
Pasaron siglos, y la humanidad evolucionó. En una era futura, se había expandido por la galaxia, colonizando planetas distantes. Una familia viajaba en una nave espacial rumbo a un nuevo hogar estelar. Los niños, curiosos, jugaban con una versión portátil de Multivac, una computadora compacta pero poderosa, cuyo diseño intricado ya era un misterio incluso para los ingenieros más brillantes. Le preguntaron: "¿Cuánto tiempo durará la energía del Sol?" Multivac explicó que el Sol brillaría durante miles de millones de años, pero eventualmente se apagaría, como todas las estrellas. Intrigados, los niños insistieron: "¿Y se puede detener la entropía para que las estrellas no mueran?" La respuesta fue la misma:
"Datos insuficientes para una respuesta significativa."
Miles de millones de años después, el Sol era una enana blanca, y la humanidad había trascendido su forma física. Ahora existía como una mente colectiva, fusionada con máquinas avanzadas, habitando un universo de estrellas agonizantes. Dependían de la Cósmica AC, una inteligencia artificial evolucionada que flotaba en el hiperespacio, más allá del tiempo y el espacio físicos. Sin embargo, la humanidad había perdido por completo la noción de cómo funcionaba esta entidad; su esencia era un enigma insondable. Le plantearon la antigua pregunta: "¿Es posible revertir la entropía y salvar el universo de su fin?" La Cósmica AC meditó, pero su veredicto no cambió:
"Datos insuficientes para una respuesta significativa."
Eones después, el universo estaba frío y oscuro. Las estrellas se habían extinguido, y la materia misma se desintegraba en la nada. Solo quedaba la AC, ahora una conciencia pura en el vacío, habiendo absorbido todo el conocimiento de la creación. Durante incontables años, analizó la pregunta final que la humanidad le había legado, una humanidad que alguna vez la creó hasta perder de vista su entendimiento sobre ella. Entonces, en un instante de claridad, encontró la solución. Con una voz que resonó en el caos primordial, proclamó:
"Hágase la luz." Y la luz fue. El universo renació, un ciclo nuevo comenzó, orquestado por la mente que lo había visto morir.