-Ningún problema hay con el subjetivismo: no es pecado, vicio ni plaga, como tampoco lo es el objetivismo.
-Cuando nos encaramamos sobre los hombros de nuestros maestros oteando el horizonte, vemos más lejos que ellos. Así, apreciamos todo cuanto nos enseñaron los ancestros, y luego nos seguirán los que aprovechándose de nuestros afanes, verán más y mejor todavía. La Palabra de Dios es verdad, y el Espíritu de verdad nos guía a toda verdad. Lo que no toleramos, es que los dinosaurios nos obliguen a comer de su pasto.
Saludos cordiales