e aqui el contexto
Co 3:6 Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
1Co 3:7 Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento.
1Co 3:8 Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa conforme a su propia labor.
1Co 3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
1Co 3:10 Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima.
1Co 3:11 Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo.
1Co 3:12 Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja,
1Co 3:13 la obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno.
1Co 3:14 Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa.
1Co 3:15 Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.