Debemos Tener El Corazón En El Mandamiento De Cristo
El joven rico, que tenía muchos bienes, cuando Jesús le dijo que si quería ser perfecto...vendiera lo que poseía y se lo entregara a los pobres y le siguiera, quedó entristecido, porque amaba más su riqueza que a los pobres y que El Reino de los cielos.
Pero los cristianos, como vemos en Hechos de los apóstoles, lo tenían todo en común, y a nada llamaban propio.
La pobreza no es señal de maldición, ni la riqueza señal de bendición.
Muchos pobres de buen corazón, han seguido el camino de Cristo y por amor a sus hermanos, han permanecido pobres, porque siempre hay quien tiene necesidades y es inmoral tener lujos, cuando otros pasan necesidad a tu lado.
De los ricos dijo el Señor, que es más dificil que un rico entre en el Reino de los cielos, que un camello por el ojo de una aguja.
Esto quiere decir, que así de dificil encuentra el rico, entrar al Reino de los cielos, donde tiene que dejar de ser rico y compartir, pues es lo justo, como encuentraría un camello dificil entrar por el ojo de una aguja.
¿No es cierto que en cualquier iglesia, de cualquier denominación cristiana, hay pobres y ricos?
¿Que pueden pensar los pobres de buena voluntad, cuando ven que los ricos, desoyendo el mandamiento de Cristo de que lo entreguemos todo, dejan irse a su casa a sus hermanos, pero sin cubrirles sus más mínimas necesidades y discriminándolos porque se sienten avergonzados de tener algo que ver con los mal vestidos o los parias de la sociedad?
El Señor no se dedicó a acumular comodidades ni riquezas y nos dijo que le siguiéramos.
Tomemos ejemplo de los apóstoles y de Cristo.
"Venid aquí, benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me dísteis de comer..."
El Señor nos manda amar también a nuestros enemigos. Mientras haya un solo hombre, una sola mujer, un solo niño necesitados, hacemos mal en codiciar en este mundo.
No nos engañemos a nosotros mismos con teologías hechas por los que tienen mucho y no quieren compartir con los necesitados. No seamos el rico Epulón. Tenemos a la puerta a los pobres, atendámoslos, Dios ve nuestro corazón y a Él no conseguiremos engañarle.