Gracias Carpenter pero personalmente yo no creo en la preexistencia del hombre y menos en un hombre eterno.Dependiendo de lo abierto que tu corazón esté al amor de Dios, la Palabra se te revelará con más o menos claridad.
Puedes entender esto como una fábula o alegoría, o también puedes creer que fue así literálmente...
El caso es que fuere lo que fuere, da la impresión de que alguna vez fuimos como bebés en brazos de Papá y Mamá, pero nos sentíamos incómodos y nos quejábamos. Entonces nos soltaron en esta vida, para que poco a poco nos naciese el anhelo de volver a sus brazos, acabando con nuestra dualidad, y volviendo a ser uno con Dios. Esa es la meta, abandonarse para que poco a poco Dios nos vaya retomando de nuevo en sus brazos y lo valoremos como se merece.
ESO ES RECUPERAR EL PARAISO PERDIDO.
Entonces puedes hacer una analogía entre el arbol de la vida y querer permanecer en los brazos de Dios, o querer "emanciparte" del cuidado divino y escoger el arbol del bien y del mal. En este segundo caso se crea la dualidad, porque somos separados de Dios y caemos en una frecuencia más baja en la que la misma dualidad es el prisma que distingue entre el bien y el mal. Pero de vuelta a casa, experimentamos la unidad con Dios y se acaba la dualidad, la percepción cambia porque es en "la mente", en la carne o en el ego en donde habita esa dualidad. Cuando renuevas la mente en el espíritu, cuando migras al piso de arriba, cuando te desplazas hacia la conciencia - a tu parte conectada con Dios - esa dualidad desaparece, y ese es el fín.
Si cada vez sientes más cerca a Dios en tu vida, si cada vez sientes que las señales se agudizan y se multiplican, es porque empiezas a percibir lo que tu mente dormida no percibía, es porque estás despertando espiritualmente y es porque Dios te está llevando de la mano para poco a poco volver a tenerte en sus brazos.
Mis disculpas si te entendí mal.