Re: Respuesta a Pablo Blanco sobre los Adventistas
Hola Pablo.
Acerca de tu desafío, es sutilmente tramposo.
¿Porqué es tramposo? Porque hace creer, para el que no conoce mucho de la Biblia, que el sábado no se guardó antes del Sinaí. Cuando en realidad simplemente no hay un texto que mencione algún patriarca guardándolo.
Pero tampoco sabríamos que Abraham devolvió el diezmo (guardando ese precepto), si a Moisés no se le hubiera dado por contar la historia de la cautividad de Lot. Y menos aún encontraríamos ese mandamiento antes del Sinaí. Ésto es porque Moisés se limitó a dar un pantallazo general de la historia y no a mostrar las leyes y mandamientos de Dios, para eso tendría después desde Éxodo hasta Deuteronomio.
Pero en ese pequeño "pantallazo" que dió encontramos lo siguiente:
Abraham guardó los preceptos, leyes, y mandamientos de Dios (Gén 26:5), y Dios sabía que mandaría a sus descendientes a hacer lo mismo (Gén 18:19).
Luego de que los descendientes de Abraham estuvieron 400 años como esclavos en Egipto, Dios les envía el maná para probar si andaban en su ley o no (Éxodo 16:4). Entonces les manda a que recogan todos los días una porción, pero el sexto día debían recoger una porción doble (vers. 5).
Luego, cuando ellos recogen más de una porción por día, el maná se pudre al otro día, y Moisés se enoja con ellos (vers. 20). Pero Dios no dice nada, porque por lo visto no era eso lo que él quería probar.
Pero en el sexto día (vers. 22), Moisés aclara a qué apuntaba Dios en todo esto: "Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová" (vers. 23-24). No dice que "mañana será el santo día de reposo que consagrarían a Jehová", dice "mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová".
Así que sabemos qué ley quería ver Dios si los hijos de Abraham seguían cumpliendo en esta ocasión, pues es recién cuando ellos salen a recoger en el sábado cuando Dios vé que no andan en su ley: "algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger... Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días" (vers. 28:29)
Analicemos el mandamiento de Éxodo 20 primeramente, sin remontarnos al de Deuteronomio 5 que lo analizaremos después, analicémoslo como si no existiera el otro, y veamos si éste serías suficientemente válido para hacer reposar al pueblo en el séptimo día:
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó." (Éx. 20:8-11)
La primera parte contiene la orden de "santificar" el sábado. La segunda parte explica lo que implica "santificarlo". Y la tercera parte dá el motivo de porqué "santificarlo".
El ÚNICO motivo que se dá aquí para santificarlo, el cual es suficiente en sí mismo, es porque Dios, luego de haber creado los cielos y la tierra en seis días, reposó el séptimo día, lo bendijo, y lo santificó. Según las palabras de Jehová, el ÚNICO HECHO de que él haya resposado, bendecido y santificado el sábado, era suficiente motivo para que ellos recordaran santificarlo. Por lo tanto, Adán y Eva, también debían santificar el séptimo día, por el mismo motivo, aquí no hay vuelta que darle hermano Pablo.
Y se enseña lo que significa "santificar" el sábado: reposar del trabajo semanal. Más adelante, Jesús mostró cómo se debía santificar ese día, no como una carga como si el hombre hubiera sido hecho para guardar el sábado, sinó como un reposo necesario y beneficioso que fué creado para el hombre cuando "todo era bueno en gran manera".
Dios no estaba cansado después de la creación como para necesitar descansar y santificar el séptimo día. Ese descanso fué un ejemplo para el hombre, y la santificación de tal día por parte de Dios implicaba que el hombre también debía santificarlo (Éx. 20:11).
En la creación hubieron dos instituciones, de las que tengamos registros Bíblicos por lo menos. Aunque ninguna fué expresada en forma de mandamiento u orden por parte de Dios, por lo menos no está registrado que hubiera sido así, Dios no las dió en forma de lecciones como para un hijo amado, ya que Adán era el "hijo de Dios" (Lucas 3:38).
Una de estas insituciones fué el sábado, y la otra el matrimonio.
Éste último, al igual que el sábado, tampoco se expresa en forma de mandamiento, sinó que Dios simplemente "hizo una mujer, y la trajo al hombre". Pero no sin antes haber enseñado a su hijo, a través de la tarea de nombrar a los animales, que su existencia sería vacía sin una "ayuda idónea". Y para enseñarle a su hijo que esa mujer que le haría, debía ser una sola carne con él, y debían permanecer juntos para toda su vida (Mat. 19:8). ¿Pero adónde se menciona aquí que Dios los unió? (Mat. 19:6), aquí solo dice que Adán entendió eso, pero no que Dios los haya unido. Hay dos opciones: o esto ocurrió explícitamente pero no se menciona, o el solo hecho de la lección que Dios le dió a su hijo ya bastaba para ser una insitución divina, y con esa simple lección Adan entendía el propósito de Dios: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Gén. 2:24)
Por lo tanto, decir que Dios reposó el séptimo día, lo bendijo y lo santificó, y que lo hizo sin ningún motivo, sin ningún ejemplo que dar, ni ninguna lección que dar, es negar la objetividad del Creador para hacer las cosas, especialmente cuando Él no necesitaba reposar, ya que no se cansa, y más aún siendo que él afirma que el sólo hecho de haber santificado el sábado es suficiente motivo para que nosotros también lo santifiquemos (Éx. 20:11).
El hecho de que Dios haya especificado apedreamientos y distintas normas para el pueblo de Israel por violar el sábado, fué solamente "por causa de la dureza de sus corazones", "pero en el principio no era así". De la misma forma que con lo del matrimonio (Mat. 19:8; Mar. 10:5-6). Pero Jesús vino y mostró la voluntad de su padre.
Pasando al tema del mandamiento en Deuteronomio 5.
Aquí se dá un segundo motivo para guardar el Sábado. Porque Jehová los sacó de la tierra de Egipto (Deut. 4:15). Ahora ya no solamente Jehová era su creador, sinó también su redentor, por lo cual con más razón debían guardar el día de reposo. Por lo tanto, nosotros, con más razón debemos guardar el día de reposo, porque además que que Jehová es nuestro Creador, es también nuestro Redentor.
Debemos notar que no se está mandando celebrar el día en el que fueron sacados de la tierra de Egipto, ni siquiera sabemos que día de la semana ellos salieron, y no dice que debían guardar el séptimo día porque "en él" los sacó de Egipto. El día de la liberación de Egipto lo celebraban una vez por año en la pascua, y ésta podía caer cualquier día de la semana (Éx. 12:17).
Por lo tanto para los cristianos también es irrelevante el día semanal en el que él nos liberó del pecado y nos redimió, eso lo celebraremos una vez al años (justamente en la pascua, así como la salida de Egipto), y si queremos recordar su muerte haremos santa cena "en memoria" de él el día que querramos.
El único día de reposo, que fué santificado ya en el Edén, cuando "todo era bueno en grán manera" es el sábado, el séptimo. No el día en que hizo la luz, o el octavo día que ni siquiera existe. El día que él santificó.
El mensaje del primer ángel no llama a adorar al que hizo la luz, o al que resucitó de los muertos. El mensaje del primer ángel dice: "adorad a aquel hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (Apoc. 14:7). Y la forma de adorar al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas siempre ha sido la misma desde que Él acabó de hacer ésto:
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó." (Éx. 20:8-11)
Que Dios te bendiga.
Hola Pablo.
Acerca de tu desafío, es sutilmente tramposo.
¿Porqué es tramposo? Porque hace creer, para el que no conoce mucho de la Biblia, que el sábado no se guardó antes del Sinaí. Cuando en realidad simplemente no hay un texto que mencione algún patriarca guardándolo.
Pero tampoco sabríamos que Abraham devolvió el diezmo (guardando ese precepto), si a Moisés no se le hubiera dado por contar la historia de la cautividad de Lot. Y menos aún encontraríamos ese mandamiento antes del Sinaí. Ésto es porque Moisés se limitó a dar un pantallazo general de la historia y no a mostrar las leyes y mandamientos de Dios, para eso tendría después desde Éxodo hasta Deuteronomio.
Pero en ese pequeño "pantallazo" que dió encontramos lo siguiente:
Abraham guardó los preceptos, leyes, y mandamientos de Dios (Gén 26:5), y Dios sabía que mandaría a sus descendientes a hacer lo mismo (Gén 18:19).
Luego de que los descendientes de Abraham estuvieron 400 años como esclavos en Egipto, Dios les envía el maná para probar si andaban en su ley o no (Éxodo 16:4). Entonces les manda a que recogan todos los días una porción, pero el sexto día debían recoger una porción doble (vers. 5).
Luego, cuando ellos recogen más de una porción por día, el maná se pudre al otro día, y Moisés se enoja con ellos (vers. 20). Pero Dios no dice nada, porque por lo visto no era eso lo que él quería probar.
Pero en el sexto día (vers. 22), Moisés aclara a qué apuntaba Dios en todo esto: "Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová" (vers. 23-24). No dice que "mañana será el santo día de reposo que consagrarían a Jehová", dice "mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová".
Así que sabemos qué ley quería ver Dios si los hijos de Abraham seguían cumpliendo en esta ocasión, pues es recién cuando ellos salen a recoger en el sábado cuando Dios vé que no andan en su ley: "algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger... Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días" (vers. 28:29)
Analicemos el mandamiento de Éxodo 20 primeramente, sin remontarnos al de Deuteronomio 5 que lo analizaremos después, analicémoslo como si no existiera el otro, y veamos si éste serías suficientemente válido para hacer reposar al pueblo en el séptimo día:
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó." (Éx. 20:8-11)
La primera parte contiene la orden de "santificar" el sábado. La segunda parte explica lo que implica "santificarlo". Y la tercera parte dá el motivo de porqué "santificarlo".
El ÚNICO motivo que se dá aquí para santificarlo, el cual es suficiente en sí mismo, es porque Dios, luego de haber creado los cielos y la tierra en seis días, reposó el séptimo día, lo bendijo, y lo santificó. Según las palabras de Jehová, el ÚNICO HECHO de que él haya resposado, bendecido y santificado el sábado, era suficiente motivo para que ellos recordaran santificarlo. Por lo tanto, Adán y Eva, también debían santificar el séptimo día, por el mismo motivo, aquí no hay vuelta que darle hermano Pablo.
Y se enseña lo que significa "santificar" el sábado: reposar del trabajo semanal. Más adelante, Jesús mostró cómo se debía santificar ese día, no como una carga como si el hombre hubiera sido hecho para guardar el sábado, sinó como un reposo necesario y beneficioso que fué creado para el hombre cuando "todo era bueno en gran manera".
Dios no estaba cansado después de la creación como para necesitar descansar y santificar el séptimo día. Ese descanso fué un ejemplo para el hombre, y la santificación de tal día por parte de Dios implicaba que el hombre también debía santificarlo (Éx. 20:11).
En la creación hubieron dos instituciones, de las que tengamos registros Bíblicos por lo menos. Aunque ninguna fué expresada en forma de mandamiento u orden por parte de Dios, por lo menos no está registrado que hubiera sido así, Dios no las dió en forma de lecciones como para un hijo amado, ya que Adán era el "hijo de Dios" (Lucas 3:38).
Una de estas insituciones fué el sábado, y la otra el matrimonio.
Éste último, al igual que el sábado, tampoco se expresa en forma de mandamiento, sinó que Dios simplemente "hizo una mujer, y la trajo al hombre". Pero no sin antes haber enseñado a su hijo, a través de la tarea de nombrar a los animales, que su existencia sería vacía sin una "ayuda idónea". Y para enseñarle a su hijo que esa mujer que le haría, debía ser una sola carne con él, y debían permanecer juntos para toda su vida (Mat. 19:8). ¿Pero adónde se menciona aquí que Dios los unió? (Mat. 19:6), aquí solo dice que Adán entendió eso, pero no que Dios los haya unido. Hay dos opciones: o esto ocurrió explícitamente pero no se menciona, o el solo hecho de la lección que Dios le dió a su hijo ya bastaba para ser una insitución divina, y con esa simple lección Adan entendía el propósito de Dios: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Gén. 2:24)
Por lo tanto, decir que Dios reposó el séptimo día, lo bendijo y lo santificó, y que lo hizo sin ningún motivo, sin ningún ejemplo que dar, ni ninguna lección que dar, es negar la objetividad del Creador para hacer las cosas, especialmente cuando Él no necesitaba reposar, ya que no se cansa, y más aún siendo que él afirma que el sólo hecho de haber santificado el sábado es suficiente motivo para que nosotros también lo santifiquemos (Éx. 20:11).
El hecho de que Dios haya especificado apedreamientos y distintas normas para el pueblo de Israel por violar el sábado, fué solamente "por causa de la dureza de sus corazones", "pero en el principio no era así". De la misma forma que con lo del matrimonio (Mat. 19:8; Mar. 10:5-6). Pero Jesús vino y mostró la voluntad de su padre.
Pasando al tema del mandamiento en Deuteronomio 5.
Aquí se dá un segundo motivo para guardar el Sábado. Porque Jehová los sacó de la tierra de Egipto (Deut. 4:15). Ahora ya no solamente Jehová era su creador, sinó también su redentor, por lo cual con más razón debían guardar el día de reposo. Por lo tanto, nosotros, con más razón debemos guardar el día de reposo, porque además que que Jehová es nuestro Creador, es también nuestro Redentor.
Debemos notar que no se está mandando celebrar el día en el que fueron sacados de la tierra de Egipto, ni siquiera sabemos que día de la semana ellos salieron, y no dice que debían guardar el séptimo día porque "en él" los sacó de Egipto. El día de la liberación de Egipto lo celebraban una vez por año en la pascua, y ésta podía caer cualquier día de la semana (Éx. 12:17).
Por lo tanto para los cristianos también es irrelevante el día semanal en el que él nos liberó del pecado y nos redimió, eso lo celebraremos una vez al años (justamente en la pascua, así como la salida de Egipto), y si queremos recordar su muerte haremos santa cena "en memoria" de él el día que querramos.
El único día de reposo, que fué santificado ya en el Edén, cuando "todo era bueno en grán manera" es el sábado, el séptimo. No el día en que hizo la luz, o el octavo día que ni siquiera existe. El día que él santificó.
El mensaje del primer ángel no llama a adorar al que hizo la luz, o al que resucitó de los muertos. El mensaje del primer ángel dice: "adorad a aquel hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (Apoc. 14:7). Y la forma de adorar al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas siempre ha sido la misma desde que Él acabó de hacer ésto:
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó." (Éx. 20:8-11)
Que Dios te bendiga.