Al lector sincero.
Uno de los problemas de no creer la escritura se basa en prejuicios.
Ironicamente los escépticos de la interpretación textual, se meten en sus propias coyunturas, se creen más listos que las escrituras.
Cuando la Biblia dice que el Señor se deparramó como aguas, es cierto, pero el clásico comentario sin argumento, es el "no es cierto", pero al Biblia dice qus si, que el Mesías se desparramó como aguas.
¿Cual es la razón de esto?
Porque el escéptico no alcanza a entender que el desparramiento de sangre no solo es extrínseco sino también intrínseco. Trataré de resumir:
El Señor Jesucristo tuvo un problema de distres respiratorio, falla cardiaca, renal, un estado crítico multisistemico; explicado de otra manera:
"La disfunción del sistema hemostático puede ir acompañada de hemorragias, pero quizá es otro el mecanismo lesivo que de manera sistemática y constante aparece en el paciente
crítico y que puede comprometer, y de hecho lo hace, su situación posterior y su evolución clínica: la producción de lesión endotelial y la subsiguiente trombosis microvascular". (1)
Ojo: esto no significa que las heridas cerraron, no. Esto significa un terrible abatimiento en los factores de la coagulación, el agotamiento de los factores de coagulación; entre hemorragias y microcoagulos que literalmente colapsan el sistema circulatorio en este síndrome de coagulación intravascular diseminado (CID) que se presenta en el politrauma y que es parte de una falla multiorgánica severa y que termina con la muerte. En suma: Cristo literalmente se desangró por nosotros.
1.-Quintana-Diaz M, Cabetrero-Alonso D, García de Lorenzo y Mateos A. Coagulación y hemorragia en el paciente crítico: patrón, pruebas diagnósticas y etiología. Med Intensiva 2003;27(9):605-14.
