Re: El Concilio de Constanza y el Mito de la Sucesión Apostólica.
Bueno relacionado con la presencia de Pedro en Roma:
- Ireneo de Lyon:
'Contra los herejes': "1. Los Apostoles no comenzaron a predicar el Evangelio...
3. "...en el dialecto propio de ellos, mientras Pedro y Pablo estaban predicando en Roma, y estableciendo los cimientos de la Iglesia."
Cap.3
"A refutaciones de los herejes, por el hecho de que, en las diversas Iglesias, una sucesion perpetua de Obispos se mantuvo. ........la muy antigua, y universalmente conocida Iglesia fundada y organizada en Roma por los dos apóstoles mas gloriosos, Pedro y Pablo; como también la fe predicada a los hombres, la cual llega a nuestros tiempos por medio de las sucesiones de los Obispos."
- Tertuliano:
Objecion contra los herejes': Capitulo.22.
"Ninguno de los herejes reclaman sucesion de los Apostoles. ...8. ...como la iglesia de Smyrna, la cual establece que Policarpio fue colocado ahí por Juan; como también la iglesia de Roma, la cual presenta a Clemente como si hubiera sido ordenado en manera similar por Pedro."
- Lactancio:
"La manera por la cual los perseguidores murieron: Esta carta está dirigida a Donatus. No solamente muestra que Pedro estaba actualmente en Roma, sino que murió ahí a manos de Nerón. .....capitulo 2. Sus apóstoles eran en ese tiempo once en número, a los cuales se agregaron Matías, en el lugar de Judas el traidor, y enseguida Pablo. Después se dispersaron a través de toda la tierra a predicar el Evangelio, como el Señor el Maestro les había ordenado; y durante 25 años, y hasta los comienzos del reino del Emperador Nerón, ellos se ocuparon de asentar los cimientos de la Iglesia en cada provincia y ciudad. Y mientras Nerón reinaba, el Apóstol Pedro vino a Roma, y, a través del poder de Dios comprometido en él, realizó ciertos milagros, y, al volverse muchos a la verdadera religión, edificó un templo fiel y estable al Señor. Cuando Nerón escuchó estas cosas, y observó que no sólo en Roma, pero en todas partes, una gran multitud se rebelaba diariamente a la adoración de ídolos, y, condenando sus caminos viejos, iban a la nueva religión, él, un odiado y pernicioso tirano, saltó adelante para arrasar el angélico templo y destruir la verdadera fe. El fué el primero en perseguir a los siervos de Dios; el crucificó a Pedro, y asesinó a Pablo: el no se escapó con impunidad, pues Dios vió la aflicción de Su gente, y por lo tanto el tirano, despojado de autoridad, y precipitado desde lo alto del imperio, de repente desapareció, e incluso el lugar de entierro de esa perniciosa bestia salvaje no se vió en ninguna parte.
- Obispo Papias de Hierápolis y de Clemente de Alejandría, apelan al testimonio de los antiguos presbíteros (i.e., los discípulos de los Apóstoles), conocemos que Marcos escribió su Evangelio en Roma a pedido de los Cristianos Romanos, que deseaban un memorial escrito de la doctrina predicada a ellos por San Pedro y sus discípulos (Eusebio, "Hist. Eccl.", II, xv; III, xi; VI, xiv); esto es confirmado por Irineo (Adv. haer., III, i)
- Clemente de Roma en su Epístola a los Corintios (escrita alrededor del A.D. 95-97), donde afirma (v): "Mediante el ardor y la astucia, los mayores y más rectos sustentos [de la Iglesia] han sufrido la persecución y han sido guerreados hasta la muerte. Coloquemos ante nuestra mirada a los buenos Apóstoles-San Pedro, quien a consecuencia de un injusto ardor sufrió, no uno o dos, sino numerosos agravios y, habiendo dado así testimonio (martyresas), ha ingresado al merecido lugar de gloria". Después menciona a Pablo y un número de elegidos, que estaban reunidos con los otros y sufrieron el martirio "entre nosotros" (en hemin, i.e., entre los Romanos, sentido que la expresión también tiene en el capítulo iv). Indudablemente habla, como lo prueba el párrafo completo, de la persecución Nerónica, refiriendo de esa manera el martirio de Pedro y Pablo a esa época.
etc.