Re: MENTES CAUTERIZADAS!
Estimada Áhab, entiendo tu punto de vista, pero no lo comparto porque, en mi opinión, la palabra de Dios no se puede clasificar como "tradicional" ni "de vanguardia". Pues es eterna y libre de clasificaciones. Es por lo que cuando algo es voluntad de Dios, Él lo ha dicho: "Mi Palabra no regresa a mí vacía, sino que va y hace lo que yo quiero"... Así que la libertad es en las personas mediante el conocimiento de la verdad de Cristo, tal como Él lo dijo: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres".
Por otro lado, no solo en las alturas se encuentra al Señor: "Porque así dice el Alto y Sublime Que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: "Yo habito en lo alto y santo, Y también con el contrito y humilde de espíritu, Para vivificar el espíritu de los humildes Y para vivificar el corazón de los quebrantados". Is 57:15.
Que el Señor te bendiga y te guarde en completa paz.
Buenas noches,
Isle.
Te comprendo, pero recordemos que la Religión del Espíritu significa fe, esfuerzo, lucha, determinación, paz, amor real, servicio desinteresado, respeto y desde luego...progreso. Las religiones institucionales -Las iglesias de teología de la autoridad- poco o nada requiere de estos esfuerzos. Por eso es que la teología dogmatizada y cristalizada en credos se torna tan atractiva para muchas almas indiferentes y temerosas que prefieren el estilo de vida "ya conocido". La religión del Espíritu es adentrase a la aventura, a la vida, a lo desconocido, es adentrarse más allá de lo que conocemos, es un riesgo, porque no sabes que pasará, es un riesgo, por que lo dás todo.... ¡Es vivir todos los días una vida dinámica y con sentido!.
Es como una pecera, quizás hallas visto una llena de peces. Pues para que los peces puedan vivir se necesita que el agua esté en movimiento, por eso que vemos filtros de agua, el agua emposada causa muerte. Mientras que el agua que está en movimiento, la energía y el oxígeno están siempre activos.
La religión se torna una expereriencia puramente personal y espiritual para el individuo que se arriesga a esta grandiosa aventura, porque está creado cada vez metas nuevas y objetivos realizables, está produciendo cada vez más
frutos espirituales, descubriendo así una nueva belleza cada día. Aquel que se atrave, avanza y progresa y No se estanca, no se apega a nada. Sino que es libre, y sólo ahí puede volar. Alcanzando en su propia vida interior... Las alturas espirituales.
El problema surge cuando un ser humano temeroso e indiferente, incapáz de dar el paso y de avanzar, se apega a lo que ya tiene. Jesús mismo lidió en su momento con hombres apegados a la tradición, a los rabinos de Jerusalen, que voltearon sus corazones a esas BUENAS NUEVAS de salvación por medio de la fe en el Padre Celestial, Ab-ba Padre, y el consecuente servicio y amor desinteresado al prójimo. Esos rabinos de Jerusalen, en su mayoría, estaban tan apegados y tan "cómodos" con lo que tenían, que rechazaron casi unánimamente esas NUEVAS de salvación, ese mensaje tan dinámico, que en su vida misma el Maestro de Nazaret lo estaba experimentando y viviendo. La Religión del Espíritu es experimentar y compartir con el Padre Celestial, es vivir cada momento, es una experiencia dinámica y es toda una aventura.
Es como la historia de los dos hombres que heredaron dos porciones de tierra. El primer hombre adquirió una enorme porción de tierra, y construyó en ella una bonita casa. Y finalizada la casa dijo: -Estoy satisfecho con esto, no necesito nada más. Estoy cómodo, ¿qué más se puede pedir en la vida?.
El otro hombre construyó también una casa pero dijo para sus adentros: -Sería muy hermoso si además de la casa, plantara un hermoso jardín y tener rosas. Así por las mañanas y en las tardes tendría un hermoso lugar para meditar, descanzar y contemplar la flores y el atardecer. Así que lo hizo, y al poco tiempo el rosal floreció, y así en las tardes contemplaba el hermoso ocaso y disfrutaba plenamente de ese hermoso jardín. Siempre decía: Cuando hacemos una cosa hoy intentaremos hacerlo un poco mejor mañana.
Cierto día se preguntó: Aúnque mi porción de tierra es pequeña, y he hecho mi casa y mi jardín, sería también muy productivo que pudiera hacer una pequeña parcela para plantar pues el viaje a la ciudad es muy largo y la comida cada vez es más costosa. Y así que lo hizo, con esfuerzo y tenacidad pudo producir sus propios alimentos. Este hombre estaba sumamente felíz pues poco a poco estaba realizando todas esas metas que se había propuesto.
Y un dia pensó: - Ya que cada vez veo que produzco más alimentos del que consumo, sería conveniente ofrecerlo a otros que necesitan también, así mis vecinos igual que a mi, se sentirán beneficiados. Y así lo hizo, por muchos años compartió libremente esos alimentos. Sus amigos y vecinos se sintieron tan agradecidos.
La historia es hermosa y muy instructiva, porque mientras el primer hombre se apegó a lo que tenía porque temía perderlo, quizás alguien robe lo que tiene se preguntaba, quizás alguien se lo quite, así que únicamente se conformó con lo que tenía. El segundo hombre en cambio se arriesgo. Y es que así es la vida... un riesgo, una aventura, una oportunidad para crecer y progresar.
El amor real no conoce el apego, porque entre más dás, más recibes. El amor y la religión del Espíritu no conoce el apego, y aquellos que conocen el apego no conocen el amor. Eso es sino deseo de posesión, dominación, miedo, avaricia, pueden ser un millón de cosas, pero nunca amor. Por eso es que las religiones institucionales (iglesias que han cristalizado y fosilizado en credos y doctrinas) son tan atractivas, porque ya todo está hecho, y no se arriesgan a nada. En cambio, la Religión del Espíritu, tú lo dás todo, tu tiempo, tu vida, tus preciados momentos, todo. Pero aún así, te produce un gozo tan profundo, los frutos del Espíritu y la alegría del compartir se desborda en tu alma. Es la suprema aventura, que todos los días (no sólo un día entre semana) sino todos los días y en cada momento
Que estés bien.
Pd: Quizás quisistes decir "estimado (con o)". Soy hombre. El nombre Áhab viene del arameo, probablemente fuera una de las más hermosas palabras que el Maestro utilizara pues significa AMOR. Pero un diferente tipo de amor del que "comúnmente conocemos"... ¡Es el amor elevado, genuino, eterno!. Áhab significa más que un "enamoramiento". Es un Amor profundo, un amor desinteresado, que lo dás sin esperar nada a cambio.
Una cosa es el amor humano y otra muy distinta es el Áhab. Al tomar ese nombre me recuerda constantemente El Amor del Padre que hace posible la vida, el movernos y tener nuestro ser en Él.