Amado hermano, recordemos que Lutero, aún la importante manifestación del Espíritu Santo en su vida, para hacerle ver que la justificación es por fe, y ésta fe siendo un don de Dios (lo que hace que la justificación sea un acto de la gracia de Dios), aún así, esa pequeña luz que lo impulsó a él a renegar de la doctrina de la Iglesia Católica, por considerarla anti Bíblica o anti Cristiana (anti Cristo, o sin respaldo Bíblico), eso no evitó que él aún saliera con mucha contaminación Católica en su vida, práctica y doctrina. Así como Israel, cuando salió de Egipto, éste hecho no lo santificó por completo: ellos fueron justificados por la sangre en los postes y dintel de sus puertas pero, aún esa correcta actitud delante de Dios, ellos llevaron consigo prácticas abominables y creencias que hubieron admitido a lo largo de sus más de 400 años en Egipto (el mundo), y que por ello fue necesario introducir la Ley para santificar al pueblo con mandamientos y ordenanzas de ritos. Y así sucedió con Lutero: él salió de la Iglesia Católica, merced a la revelación del Espíritu Santo, de que el justo por la fe vivirá pero, aún así, llevó consigo mucha práctica y aún doctrina Católica, como el bautismo de bebés y otros que, como ustedes reconocerán, no son Bíblicas. Finalmente, el fundamento Cristiano es la Biblia, y en Ésta se dice que hay un solo Dios e, igualmente, un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5). Desde que el pecado entró por primera vez al mundo, fue necesario sangre para volver a recuperar la comunión con el Dios santo, porque el pecado había hecho separación o muerte entre Dios y el hombre; pero la sangre de animales solo fueron un tipo y sombra de lo Verdadero que iba a venir y, cuando llegó Jesús, Él fue el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo, porque Su sacrificio y sangre si pagaron por nuestros pecados, y eso no lo pudo hacer María, ni Pedro o Pablo, ni ningún ángel en el cielo. Juan, en Apocalipsis 5 reconoció que no había ningún digno para abrir el libro sellado con siete sellos, Y LLORÓ, porque no había nadie digno en el cielo (María, Pablo, Juan, Pablo y cualesquier otro santo), en la tierra (los santificados por la fe de Jesucristo, hoy) o debajo de la tierra; hasta que se le dijo que el León de la tribu de Judá era el único digno, y ésto porque Él fue el Cordero degollado que nos permite ahora entrar con libertad a la Presencia de Dios. Toda la Biblia está centrada en la sangre de animales en el Antiguo Testamento y, enn el Nuevo Testamento,en la sangre de nuestro Señor Jesús, como señal de que Él fue el sacrificio que satisfiso la demanda de la justicia de Dios, y que por eso Él es el mediador: el Sumo Sacerdote mediando mediante Su propia sangre. ¡Aleluya!