Sra. Draconian, si alguna vez algun descerebrado le quiere hacer creer que, usted, o cualquier otra mujer, es inferior a otro ser humano, pase de tal como se pasa de un mal virus, o de un mal dolor de cabeza; pues, ciertamente, el que afirme y diga tal cosa es, tan solo, un pobre diablo impotente y acomplejado. Lastima, tremenda lastima y pena siento por aquellas personas que no pueden sumar sus fuerzas con las de otro ser humano por causa de una religion mal entendida; pues, entre otras muchas cosas, se pierden la mitad de lo bueno que hay en esta vida.
Sabe? mi hermana, de pequeñito, de bien niño, me encantaba jugar con mis amigos y amigas, y todos juntos disfrutabamos de lo lindo sin ningun amago de malicia. Sin duda, aquellos años fueron los mas felices de mi vida. Aunque, quizas, tambien deberia de decir que, un hombre muy sabio, se preocupo de coger a los niños y niñas que jugabamos por las calles, y fundar, con esos niños y niñas, un centro para jugar, hacer excursiones, aprender los unos de los otros; en fin, hacernos ver lo precioso que es que nadie se sienta apartado, o despreciado, por culpa del sexo, o la religion. Por tanto, aquel bendito señor, pudo enseñarnos, a unos niños y niñas de apenas siete y ocho años lo bonita y fructifera que puede ser una buena convivencia con tus vecinos. Y lo mucho que tal actitud puede alegrate la vida. Y es por esta misma razon que tanta pena me dan aquellas personas que, de niños, no han podido, o no han sabido, aprender a jugar con los demas niños y niñas de la barriada. Saludos.