No tengo el don de la sanidad. Enseño la sanidad por fe. Enseño lo que significa la redención, el caracter de Dios, la vida de Cristo, la voluntad de Dios, el poder de la fe, el poder de la Palabra, la autoridad del creyente, etc. Es la Verdad que conocemos que nos hace libres. La fe es por el oír, y los enfermos que pasan tiempo escuchando la Palabra activan la fe para recibir su sanidad.
El don de la sanidad es otra cosa, según lo que yo entiendo. No es algo para poseer. El Espíritu da los dones según Su voluntad en las reuniones. (1 Cor. 12, 14).
Hechos 3 es un don de sanidad para el hombre cojo, y un milagro visible para la gente, y tal vez un don de fe en Pedro. Es un caso interestante, sin duda.