Re: El Divorcio y Los Divorciados
Típico de Julio Parada..................
Dando boca ancha como el mayordomo infiel.... ¿Cuanto debes a mi Señor?.. ¿cien barriles de aceite?... ¡¡No te preocupes... escríbe cincuenta solamente!!
Suavizando la falta... como un buen mayordomo infiel.... como si el fuese el dueño de lo que administra.
Jesús enseña que cuando vamos a tomar alguna decisión importante; o vamos a emprender alguna empresa; nos sentemos "bien sentaditos"; saquemos bien las cuentas y entonces digamos ¡vamos! (Lucas 14:228 al 32)
Cuando Dios nos enseña que el matrimonio es para toda la vida;... entendemos entonces que el paso al matrimonio no es un asunto tan superficial;... es un asunto de primer orden, y por tanto, no se puede asumir tan ligeramente.
Por otro lado, la Palabra de Dios nos enseña la forma correcta de llegar al matrimonio (Génesis 24) Pablo, aún sin la experiencia práctica, dedica más de un capítulo al asunto del matrimonio. Dios fue explícito en cuanto a excepciones para un matrimonio "conforme a su voluntad".
Ahora, que los padres cristianos, y algunos pastores (sobretodo los grandes, pero livianos) no asuman la tarea de educar a los hijos, o a los jóvenes de la iglesia, para que el ingrediente más importante de un matrimonio con buen futuro; Dios, esté siempre presente;... para educar y enseñar como buen administrador, que el matrimonio conforme a la voluntad de Dios es para toda la vida; de manera que el joven o la señorita, sepan ciertísimamente de que se trata el matrimonio;... ya no es culpa ni de Dios, ni obviamente de los candidatos al matrimonio; pero que esos padres y esos pastorcillos tendrán que dar cuenta a Dios del fracaso matrimonial de algunos, no les quepa duda.
Cierto es que la culpa de los fracasados matrimonialmente no es toda de los padres y de "algunos" pastores; porque frecuentemente, a pesar de toda la información, de los consejos de los padres, el joven igualmente llega inconsideramente al matrimonio; y por supuesto tendrá que cargar con sus errores, especialmente por seguir solo los impulsos de su corazón, y no tomar en cuenta la voluntad de Dios; y haber masticado bien que el matrimonio "en el Señor", ES PARA TODA LA VIDA.
Hay decisiones que las tomamos solitos, pero despues del fracaso, cargamos con la culpa a cuantos encontramos en el camino. Hay jóvenes que contra viento y marea, porfiadamente, desestimando todo consejo, se casan; y cuando se acabó el "enamoramiento" y el matrimonio va al fracaso; entonces con la mejor cara de victimas afectados; recien, van donde los ancianos o al pastor, a pedir consejo; y buscan especialmente a los pastores ligth (que no ponen carga) para divorciarse y recasarse.
Ya dije que el ingrediente insustituible de un buen matrimonio es Dios. Si arrobados por el encanto de alguna señorita no tomamos en cuenta a Dios primeramente, ...estamos destinados al fracaso; pero en caso contrario.SIEMPRE nos irá bien, con Dios participando de nuestro matrimonio, SIEMPRE nos ira bien.
Yo conozco otro joven, que nunca jamás estuvo de noviazgo (como muy bien lo admiten los grandes pastores de hoy), que no mantuvo ningún tipo de relaciòn sentimental con su futura esposa; solo relación como hermanos en la fe; que antes de mandarle a pedir matrimonio a través de una familiar de ella, antes de hacerle notar sus intenciones y afecto que sentía por ella; PRIMERO, consultó a Dios por largo tiempo en oración y ayuno; luego lo consultó con su pastor, y cuando su anciano pastor le confirmó que ese sentimiento era de Dios, entonces contrajo matrimonio, ¡sin conocer a su futura esposa sentimentalmente, y sin haber conversado jamás con ella a solas!... contrajo matrimonio por el civil, luego, cada uno para su casa, hasta que se casó por la iglesia, y con la bendición de Dios en su matrimonio;... recien después de la boda, le tomaba por primera vez la mano a su esposa y conversaba a solas con ella.... ese joven lleva treinta y cuatro años de matrimonio, y a pesar de los altibajos de todo matrimonio, es feliz, y volvería a casarse con la misma esposa QUE DIOS LE DIO.
¡Si los pasores de hoy, fueran como aquel anciano pastor que instruyó a este joven!
Pero hoy por hoy, los pastores modernos, que le doran la pildora a los contrayentes, que permiten larguísimos noviazgos en la iglesia, que dicen ¿cuanto es la responsabilidad del matrimonio;...cien?... ¡no se preocupe, es solo cincuenta, cásese no más!... luego del fracaso de aquellos ingenuos jóvenes, no les queda otra cosa para arreglar el "entuerto"; que aconsejar el divorcio, y luego preparar la fiestecita para casarlos nuevamente;... "porque sufre mucho;... porque el (ella) no tuvo la culpa;... porque el (ella) tiene derecho a rehacer su vida;.. porque a él (ella) no se le puede poner carga para toda la vida" etc. etc. etc. etc. etc.
Es preferible ponerle la carga a los jóvenes cuando están pensando en casarse; decirle que si debe cien barriles de aceite, tiene que pagar los cien y no ochenta ni cincuenta;... que después del fracaso, vivir amancillados.
Hay pastorcillos que hablan mucho de Dios; pero cuando llega el momento en que tienen que involucrar a Dios en todos los actos de la vida de los congregados bajo su cuidado, se olvidan de él y le ponen de su propia cosecha.
"Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios" Comer y beber es lo más mecánico que hacemos cada día, casi instintivamente; y en algo en lo que ni siquiera tenemos que poner la razón para hacerlo; debemos hacerlo para su gloria;... ¿cuanto más hemos de procurar que nuestros actos, sobretodo el matrimonio, sea confrome a la voluntad de Dios y para la gloria de Dios?
Dios les bendiga
Estimado leal
En relación a tu último aporte; verás que algo similar ya había comentado atrás; pero en parte de lo que escribes no puedo estar de acuerdo. Tienes mucha razón en lo de "
su" mujer, es decir, en la mujer que Dios ha destinado para el varón; en lo que no tienes razón, y te darás cuenta si examinas con imparcialidad, es en llegar a decir que si uno no se unió en matrimonio a
su mujer, existe la posibilidad de divorciarse. Esto no es un error;
es un grave error.
¿Que te parece que cualquier cristiano invoque éste argumento para volver a casarse diez veces si quiere... buscando a
su mujer?
Hipotéticamente, aunque alguno se halla casado con
su mujer, y por "ene" razón no le gustó (porque aunque Dios de a sus hijos
su mujer, no por esto es pefecta) puede decidir divorciarse y decir que esa no era
su mujer.
¿Quien,... siguiendo tu argumento;... podría asegurar que tal o cual mujer es
su mujer? Creo que solo Dios; ni siquiera uno mismo. (no olvides que estoy asumiendo esto hipotéticamente bajo tu argumento) ¿Cual es entonces el punto?
Yo creo igual que tu, en cuanto a que Dios nos tiene preparada una esposa. Esto mismo, por ejemplo, echa por tierra el tan permitido noviazgo en algunas iglesias; ya que con este asuntito del noviazgo (algo extrabíblico) los jovencitos que se creen galanes de cine, "prueban" un montón de novias, y pasan por una, luego por la otra y finalmente decide casarse, para durar apenas un par de años... buscando
su mujer.
Como te decía, Dios tiene destinada nuestra esposa; ¿cual es entonces el problema?, el problema está en someterse a la voluntad de Dios, y esperar el tiempo "de Dios", para luego, después de haber entendido la voluntad del Señor para nuestro matrimonio, asumirlo, con la absoluta convicción, que aquella mujer es
nuestra mujer. Porque lo cierto mi estimado Leal, es que aun cuando sea nuestra mujer, deberemos enfrentar altibajos y dificultades con nuestra mujer o esposa, en el proceso de ensamblar dos vidas y acomodarnos a una nueva situación desconocida por nosotros; lo que por cierto, más tarde o temprano, cuando hemos permitido que el ingrediente infaltable en todo el proceso del matrimonio sea Dios, todo terminará bien, para toda la vida. Por eso digo, que el matrimonio perfecto no depende del hombre o de la mujer perfecta, sino dependerá siempre de una perfecta relación con Dios.
Y aquí, ahora, abordo en lo que diferimos... Tu preguntas:
"¿Cómo saben si a dos personas las unió Dios realmente, o se unieron ellas?" ...Esto amado hermano, es responsabilidad única y exclusivamente de los contrayentes; conocer la voluntad de Dios para el matrimnoio, es nuestra responsabilidad, inquirir con diligencia; ayudados por la enseñanza de los ministros, de los padres, de los ancianos; inquirir digo... delante de Dios, especialmente con mucha oración, si tal o cual jovencita, que ha despertado nuestro interés, es o no
nuestra mujer.
Pero, estimado hermano, cuando estamos bajo la cobertura de Dios, cuando pertenecemos a su pueblo, cuando somos parte de la familia de Dios;... y nos unimos en matrimonio y nos equivocamos; ya no hay pie atrás, lisa y llanamente, deberemos asumir el paso que hemos dado, y la decisión que hemos tomado, sea o no sea
nuestra mujer.
Simplemente el error se asume, si nos equivocamos, deberemos vivir con la que hemos tomado como nuestra esposa; por eso digo que debemos sentarnos bien sentaditos a tomar una decisión que será para toda la vida, y que por tanto no se puede asumir a la ligera;
ni deshacerla;... porque indudablemente eso sería licencia mundana, para casarse cuantas veces uno quiera.
Pensar que nos equivocamos y que la mujer con la que nos hemos casado, finalmente resultó que no era
nuestra mujer, y por lo tanto tenemos el divorcio, para separarnos de ella y ahora sí, casarnos de nuevo con la que era
nuestra mujer; es simplemente la mejor de las licencias para la carne, estimado hermano.
Con este argumento de que "no era mi mujer", "no era la que Dios me había destinado"; podemos casarnos 5, 10, y 20 veces si quisieramos. Cualquiera, aunque se haya casado con la mujer que Dios le dió, puede luego decir, "
NO ERA MI MUJER" ¿te fijas? Estaríamos igual que en el mundo, cambiando mujer a cada rato.
Por lo tanto, aunque es ciertísimo que Dios nos ha destinado una esposa, si hemos dado el paso al matrimonio "en el Señor" o no, correcto o equivocado;... asumimos nuestro error y punto. Por eso la necesidad de que cada ministro enseñe lo tocante al matrimonio, los padres guien a sus hijos, y los ancianos tambièn se involucren para enseñar a los jóvenes y jovencitas, de tal manera que sus decisiones sean las correctas y el matrimonio llegue a feliz término. Por lo demás la Palabra de Dios abunda en directrices, enseñanzas y ejemplos tocante al matrimonio, equivocarse, es solo porque no hemos puesto atenciòn a su Palabra y no hemos buscado la dirección de Dios, y eso,...
SE ASUME.
Dios te bendiga.