Bien, nos guste o no, la iglesia católica viene desde los apóstoles.
Satanás, el padre de mentira, hablando por uno de sus hijos (Jn.8:44).
El Romanismo Católico surge a partir del siglo III, más concretamente en el 325, como fruto de un decreto imperial donde se fusiona la religión con el Estado.
Por tal motivo, su sistema religioso se identifica en los siguientes términos:
"Iglesia católica, apostólica y Romana, fuera de la cual no hay salvación"
Y con esa bandera asesina, masacraron a millones de creyentes, en Cristo, en su Biblia, y no en el magisterio católico romanista.
Desde los antiguos días de la Roma pagana, pasando a través de los siglos por las llamadas persecuciones «cristianas», incontables millones de mártires, los mejores, los más puros y los más nobles de nuestra raza, han sido entregados a la violencia, al ultraje y a la muerte en formas horrorosas.
Despedazados por bestias salvajes en la arena, atormentados por hombres tan inmisericordes como bestias salvajes, y, lo que es más odioso aún, desgarrados en las cámaras de tortura de la Inquisición, Su pueblo ha muerto, con los rostros dirigidos al cielo, y con sus corazones entregados en oración a Dios; algunos, quemados en la hoguera, solo por traducir la Biblia para que otros tuvieran acceso a la verdad del evangelio de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
NO TENGO ABSOLUTAMENTE NINGUNA DUDA, QUE EL CATOLICISMO ROMANO, CUYO DIOS ES EL DIABLO, ES UN CAMINO, PAVIMENTADO DE RELIGIÓN, DIRECTAMENTE AL INFIERNO.
Es allí donde se despiertan aterrorizados.
Como ocurrió con la señora María, a quien conocimos antes de nuestra conversión a Cristo.
Y cuando fuimos a compartir las buenas nuevas de Salvación, su respuesta fue:
"Nací católica y católica muero"
Pasaron los años, y murió, fuimos al sepelio, su cuerpo fue velado en la capilla del cementerio, y cuando mi Esposa vio su rostro, al igual que este servidor, pudimos observar una rictus de horror.
Al otro lado de la muerte se encontró con la decepción más grande de su vida.
¡¡LA HABÍAN ENGAÑADO!!