En cuanto a la supuesta sucesiòn apostòlica, nadie ha podido demostrarlo porque no existe, es un invento màs del clero catòlico romano; ya que, como reconoce la 'new catholic encyclopedia' (1967), "la escasez de documentos deja en oscuridad a la etapa màs temprana del episcopado". De hecho, en ningùn lugar de la Biblia dice que el apòstol Pedro estuviese en Roma, mucho menos que fuese obispo de Roma, y en caso de que hubiese estado allì fuè al final de sus dìas, donde, segùn la tradicciòn, no la Biblia, muriò; puesto que el apòstol Pedro fuè comisionado especialmente para predicar a los judìos, por èso se fuè a predicar a Babilonia donde habìa un asentamiento judìo (Gàlatas 2:7-9; 1ªPedro 5:13), mientras que el apòstol Pablo fuè comisionado, por el Espìritu Santo, para ir a predicar a Roma, y por extensiòn, a la gente de las naciones (no judìos) (Hechos 23:11). No obstante, lo que sì se puede demostrar es que los Papas son sucesores de los antiguos emperadores romanos; èso sì se puede demostrar, con la Biblia, y con buenas enciclopedias.
Por tanto, que se dejen de cuentos, pues no estamos en tiempos de los reyes catòlicos ni en tiempos del sacro imperio germano romano con Carlomagno como emperador, bajo el mando del Papa Leòn III, que fuè quien lo coronò. Estamos en el siglo XXI, al final de la 'siega', tiempo para que la verdad y la justicia resplandezcan (Salmos 97:11; Proverbios 4:18; Daniel 12:3,4,9,10,13; 1ªTimoteo 2:3-6; Apocalipsis 22:17-19).
Respecto al apòstol Pedro, es una de las "piedras", junto con los demàs apòstoles, que se edifica sobre la "Piedra Angular", que es Jesucristo (Mateo 21:42; Efesios 2:19-22; 1ªPedro 2:4-8), en armonìa con las palabras del Hijo de Dios, en Mateo 16:15-19, donde todo el contexto indica que se està hablando sobre la identidad de Jesucristo, no del apòstol Pedro, a quien Jesùs cambia el nombre de Simòn a Pedro, pues es una de las "piedras" principales, junto con el resto de los apòstoles, que conforman la casa o templo espiritual, cuya Piedra principal o angular es Jesucristo mismo (Efesios 2:19-22; 1ªPedro 2:4-8), y ademàs, el apòstol Pedro, junto con otros apòstoles y ancianos (presbìteros), era uno de los pilares o columnas de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana en el primer siglo, despuès de resucitar Jesucristo y subir al Cielo (Gàlatas 2:9); era uno de los que llevaban la delantera en predicar las Buenas Nuevas (Evangelio) del Reino de Dios entonces, sobre todo a los circuncisos, a los judìos (Gàlatas 2:7,8), por èso Jesucristo le dijo que le darìa las llaves del Reino de los Cielos, porque fuè el apòstol Pedro quien abriò la oportunidad de entrar en ese Reino (de los Cielos), a los judìos, a los samaritanos y a los gentiles (paganos) (Hechos 2:14; 8:14; 10:34,35).
Por tanto, la Iglesia (Congregaciòn) cristiana entonces, en el siglo I, estaba sòlidamente edificada sobre Jesucristo, pero, ademàs, con la solidez que le daban todos los apòstoles, especialmente el apòstol Pedro, quien fuè comisionado directamente por el Hijo de Dios para llevar la delantera en la predicaciòn del Evangelio del Reino de Dios, siendo otro apòstol, Pablo, comisionado tambièn por Jesucristo, pero para predicar, ademàs, a la gente de las naciones (a los paganos) (Hechos 23:11; Gàlatas 1:1; 2:7,8). Hay que destacar tambièn que Jerusalèn era el centro del cristianismo hasta el 70 e.c., cuando fuè destruida; siendo en Jerusalèn donde tuvo lugar una reuniòn de los que dirigìan entonces la Iglesia (Congregaciòn) cristiana, entre los cuales estaban los apòstoles y ancianos (presbìteros) de Jerusalèn, entre èllos el apòstol Pedro, quien aunque hablò diciendo que fuè èl a quien Jesucristo comisionò para que por primera vez la gente de las naciones (paganos) escuchasen el Evangelio del Reino de Dios (Hechos 10:34,35), sin embargo, fuè Santiago, el hermano (por parte de madre) de Jesucristo, quien, tomando la palabra, dictò la resoluciòn que se halla en Hechos 15:13-29, estando todos los demàs de acuerdo con dicha resoluciòn.
Asì que, no habìa ninguno que fuese cabeza de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana, pues la Cabeza de la Iglesia (Congregaciòn) cristiana es el Hijo de Dios, siendo toda la Iglesia su cuerpo (Efesios 1:22,23; Colosenses 1:18), y como dice el apòstol Pablo, Jesucristo està vivo para siempre y no le hace falta sucesor de ningùn tipo (Hebreos 7:24,25). Asì pues, tanto el apòstol Pedro, como Pablo, como el resto de apòstoles y presbìteros, cuyo significado es "ancianos", de Jerusalèn, entre los cuales estaba Santiago, formaban un grupo de cristianos que dirigìan la Iglesia o Congregaciòn cristiana entonces (Hechos 15:2,6), mientras èllos estaban vivos, cuando murieron, obviamente, dejaron de ser los dirigentes de la Iglesia (Congregaciòn), formàndose despuès otro grupo de dirigentes cristianos, cuya cabeza seguìa siendo Jesucristo, que està vivo para siempre; pero despuès entrò la apostasìa y se desviaron del cristianismo verdadero, sobre todo despuès de la muerte de los apòstoles, como estaba predicho, y despuès de la destruciòn de Jerusalèn en el 70 e.c., cuando, parece ser, el centro del cristianismo se trasladò a la capital del imperio romano, a Roma, y donde el cristianismo, finalmente, fuè absorbido por el paganismo, corrompièndose cada vez màs, sobre todo despuès de unirse Iglesia y Estado en los siglos IV/V (cuarto/quinto).
Ademàs, y como dijo tambièn el apòstol Pablo, "nadie puede poner otro fundamento que el que ya està puesto, que es Jesucristo" (1ªCorintios 3:11), y como el Hijo de Dios està vivo para siempre, no le hace falta sucesor de ningùn tipo (Hebreos 7:24,25).
Esa creencia de poner al apòstol Pedro por encima de los demàs apòstoles, va en contra de lo que dijo Jesucristo, cuando mencionò, por ej., que todos los apòstoles eran iguales, y quien quisiera hacerse el mayor, deberìa ser el menor (Mateo 18:1-6; Marcos 10:42-45), y a todos por igual les dijo que lo que atasen en la Tierra serìa atado en los Cielos, y lo que desatasen en la Tierra, quedarìa desatado en los Cielos (Mateo 18:18). Ademàs, no fuè hasta los siglos IV/V cuando se aplicaron las palabras de Cristo Jesùs en Mateo 16:15-19 al apòstol Pedro; cuando el contexto indica que se està hablando sobre la identidad del Hijo de Dios, que es quien tiene las llaves del infierno (Hades) porque serà èl quien resucite a los muertos que allì estàn (Juan 5:28,29; Apocalipsis 1:18); mientras que se diò al apòstol Pedro las llaves del Reino de los Cielos, es decir, fuè el apòstol Pedro, mientras estaba vivo, el que diò la oportunidad de entrar en ese Reino, de los Cielos, a los judìos, a los samaritanos y a los gentiles (paganos) (Hechos 2:14; 8:14; 10:34,35).
Asì que, esa doctrina apòstata se metiò despuès de morir los apòstoles, como estaba predicho, gestàndose en los siglos II y III, cuando se empezò a llamar a los obispos de Roma "papas", pero no fuè hasta en los siglos IV/V, cuando se unieron Iglesia y Estado, que se aplicaron las palabras de Cristo Jesùs, en Mateo 16:15-19, al apòstol Pedro, al mismo tiempo que los "papas", obispos de Roma, se apoderaron del tìtulo pagano "màximo pontìfice", que hasta entonces habìan llevado los emperadores romanos, quienes eran considerados como un "dios"; y fuè a partir de ahì cuando se formò el clero, o lo que es lo mismo, la Iglesia Catòlica romana, corrompièndose, espiritual y moralmente, cada vez màs a partir de esos siglos, IV/V (cuarto(/quinto).
Por otra parte, la Iglesia (Congregaciòn) cristiana verdadera se destacarìa por su santidad y pureza, por su fidelidad al Hijo de Dios (Efesios 5:22-27,32); pues los pecadores impenitentes, que no se arrepienten ni cambian de proceder, deben ser expulsados de la Iglesia o Congregaciòn cristiana (1ªCorintios 5:11-13; 6:9,10). Asì que, los cristianos verdaderos, durante un tiempo, estuvieron ocultos, "ahogados" por la cizaña, por los apòstatas, quienes se extendieron como la cizaña y la gangrena despuès de la muerte de los apòstoles, como estaba predicho, especialmente despuès de unirse Iglesia y Estado, siglos IV/V (Mateo 13:36-43; 15:8,9; Hechos 20:29,30; Colosenses 2:8; 2ªTesalonicenses 2:3-12; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4, 1ªJuan 2:18,19; etc..); y hasta al final de la siega, al final de los dìas, el 'trigo', los verdaderos cristianos, no se distinguirìan, cuando se està dando a saber el conocimiento de Dios, parte principal e inalterable de las enseñanzas bàsicas de la Biblia (Daniel 12:9,10,13; Juan 4:23,24; 17:3,17, 1ªTimoteo 2:3-6).