¿Y SI PIERDO MI SALVACION?

Originalmente enviado por: Malcom

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¿Acaso no enseña Wensly lo que el llama "decreto horrible de predestinación"?

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Bendiciones de lo alto
Malcom [/B]

Estimado Malcom:

No tengo ahora tiempo para contestar apropiadamente sus observaciones (lo haré apenas pueda). No obstante, quería hacerle notar en el interín que la expresión "decreto horrible" pertenece a Calvino, con referencia a los que son reprobados desde la eternidad .

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Originalmente enviado por: Malcom

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¿Acaso no enseña Wensly lo que el llama "decreto horrible de predestinación"?

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Bendiciones de lo alto
Malcom


Estimado Malcom:

No tengo ahora tiempo para contestar apropiadamente sus observaciones (lo haré apenas pueda). No obstante, quería hacerle notar en el interín que la expresión "decreto horrible" pertenece a Calvino, con referencia a los que son reprobados desde la eternidad .

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Bueno, esos…snips… tal vez se aclaren si vemos el contexto de mi frase, ósea el ejemplo algo filosófico donde vemos que implícitamente la idea arminiana de la presciencia tiene que ver también con el llamado “decreto horrible”.
Calvino no dice que es un “decretum horrendum” eso se lo atribuyen a el, pero como digo, analiza el ejemplo que di y veremos otro “decretum orrendum” estilo arminiano.
Pero no hay ni un “decreto horrible” de parte de Dios, si se entiende la teoría calvinista.


Estimado Jetonius

Con lo poco que se sobre el calvinismo y después de haber leído el sermón de Wensly sobre la Gracia y como dije antes, este sermón refleja muchas cosas equivocadas sobre lo que ataca, porque es un ataque, por lo tanto creo necesario el siguiente escrito donde aclara algunas objeciones al respecto. No es mi intención que nadie se convierta al calvinismo, de ninguna manera, lo importante es que seamos cristianos reconociendo los dos aspectos tan importantes que la Palabra de Dios enseña: La Soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre, no podemos separar o minimizar la una de la obra, sino recibir “todo el consejo de Dios”. Mi conclusión es que no debemos enfatizar una verdad sobre la otra, las dos se enseñan y lo saludable es tener un sano equilibrio entre ambas. Yo he insistido mas sobre un punto que el otro por el alejamiento que tiene la gente por la soberanía de Dios y el centralismo de uno mismo, pero de ninguna manera soy hipercalvinista.
Lo siguiente tiene la intención de que si no se cree en lo que creo al menos para la próxima ves no se utilicen los mismos argumentos.



OBJECIONES MAS COMUNES A LAS OCTRINA DE LA ELECCION RESPONDIDAS

For J.L. Dagg, D.D. (1794-1884)
Pastor y autor del "MANUAL DE TEOLOGIA"

La doctrina de la elección encuentra generalmente oposición entre los hombres no regenerados. Y aun en las mentes de aquellos que han sido reno-vados por la gracia, tales objeciones surgen a menudo e impiden que esta doctrina sea recibida cordial-mente. Entonces, es menester que consideremos las objeciones mas comunes hechas contra la elección.

Objeción No. 1 La doctrina de la elección no ofrece ningún incentive para el esfuerzo humane. Bajo esta creencia, los hom­bres concluyen que si son elegidos, serán salvos sin importar lo que hagan; y que si no son elegidos serán condenados, no importa lo que hagan. Así pues concluyen que todo esfuerzo por parte de ellos es inútil, y que les seria mejor vivir como quieran y olvidarse de cualquier preocupación respecto de su destino sobre el cual no poseen ningún control.

Respuesta: Que algunos hombres quienes profesan creer la doctrina de la elección hayan hecho mal uso de ella, no lo podemos negar. Pero no se puede afirmar que todos los que reciben la doctrina, razonan y actúan en la manera declarada en la objeción. Muy al contrario, multitudes eminentes por su santidad de vida y sus labores de auto negación en la causa de Cristo, no solo reci­ben cordialmente la doctrina de la elección, sino además atribuyen toda su santidad y labores de auto negación, a la gracia que han recibido del amor electivo de Dios. Muchos que desprecian y odian esta doctrina deciden vivir como a ellos les place, y no preocuparse por las cosas de Dios y la religión. La doctrina producirá efectos similares en los hombres no regenerados que la admiten, y la pervierten debido a sus razonamientos carnales para usarla con una tendencia no legitima.
Esta objeción a la elección se aplica igualmente a cada parte del propósito divino, y esta basada en la suposición de que Dios ha predeterminado el fin sin tomar en cuenta los medios por los cuales será realizado. Dios tiene su propósito en la providencia igual como en la gracia; y Dios obra todas las cosas en cada área de sus operaciones según el consejo de su propia voluntad. Pero ningún hombre sabio diría, "Si he de tener una cosecha, la tendré, aunque are y siembre o deje de hacerlo; por lo tanto, no necesito trabajar ni preocuparme acerca de como obtener pan para comer". El propósito de Dios deja a los hombres en completa libertad, dándoles igualmente animo para laborar por la comida que perece, como por la que no perece. El propósito de Dios nunca corta la conexión entre los medios y el fin, sino mas bien la establece. No hay nada en una perspectiva correcta de la soberanía de Dios (no importa si se refiere a la gracia o a la providencia) para inducir la creencia de que el fin puede ser obtenido sin el uso de los medios apropiados; o de que tenemos motives para dudar que se logre el fin, a pesar de que hemos usado los medios apropiados. La palabra de Dios nos asegura que, "el que cree en Cristo será salvo, y el que no cree será condenado ". No hay ninguna cosa en el propósito divino o en una perspectiva correcta de su propósito para anular estas declaraciones de su palabra. El propósito de Dios determina su propia acción, pero su palabra revelada es la regla de nuestra acción. Si actuamos de tal manera que tengamos la promesa de Dios a nuestro favor, podemos estar seguros de que su propósito estará a nuestro favor también. Pero su propósito no puede lograr la salvación de ninguno que permanezca en la impenitencia y la incredulidad, y bajo la condenación de su palabra revelada.
No obstante, es verdad que la elección desanima los esfuerzos humanos que están mal dirigidos. Humilla toda esperanza humana ante los pies del Dios soberano y le enseña a orar: "Señor, si quieres puedes limpiarme ". Termina con todo esfuerzo para salvarnos por nuestras propias obras de justicia y conduce al pecador a entregarse de inmediato a la misericordia soberana de Dios. Aquel que sabe que es condenado e incapaz de ayudarse a si mismo, se entrega de todo corazón en la manos del Dios sobe­rano, confiando enteramente en su gracia para salvación. La doctrina de la elección tiende a producir este tipo de confianza en Dios y una entrega completa de nosotros mismos a El. Y si rechazamos la doctrina deberíamos considerar al mismo tiempo, si no estamos rechazando nuestra única esperanza de vida eterna.

Objeción No.2 La doctrina de la elección no es favorable a los intereses de la moralidad. Si los hombres creen que Dios les ha destinado a la salvación o a la condenación en base a Su propio beneplácito, sin tomar en cuenta sus obras; entonces el motivo para hacer buenas obras con la expectación de recibir recompensas o castigos en el futuro, dejara de influenciarles.

Respuesta: En el día ultimo, los hombres serán juzgados con-forme a sus obras. La elección divina de los hombres para la santidad y la obediencia, y la gracia otorgada a ellos para hacerles santos y obedientes, no cambian la norma por la cual el juicio final será pronunciado. Por lo tanto, ellas dejan que la expectativa de retribución futura tenga su pleno efecto sobre las mentes de los hombres. Nadie será condenado en base al mero placer de Dios. Cada sentencia de condenación será pronunciada por los pecados cometidos. Entonces, el temor del castigo futuro debería detener a los hombres de cometer el pecado. Nadie tiene derecho de esperar aceptación en el gran día si no ha servido a Dios con sinceridad y perseverancia en la vida presente. Una creencia de que Dios por su gracia inclina a algunos hombres a servirle, y que ha determinado desde la eternidad concederles su gracia, no puede disminuir "en una mente sana" la influencia correcta que surge de la expectativa de una retribución futura; ni tampoco puede producir indiferencia respecto a las exigencias de la moralidad. Al elegir a los hombres a la salvación, Dios no ha diseñado ningún método distinto para lograr sus propósitos soberanos respec­to a ellos, salvo el método de hacerlos santos y obedientes. Por lo tanto, la doctrina de la elección enseña la necesidad indispensa­ble de santidad y obediencia para la salvación. La doctrina es pervertida y abusada cuando los hombres la convierten en un pretexto para la indulgencia en el pecado. (1)

(1) Nota del traductor: Efesios 1:4 declara mas allá de cualquier duda, que hemos sido escogidos para ser santos. Entonces es una elecci6n para santidad y por lo tanto, no puede ser algo que conduce a la inmoralidad y la indulgencia con el pecado.

Objeción No.3 La doctrina de la elección presenta a Dios como parcial, y es por lo tanto inconsistente con la enseñanza de la Escritura que enseña que, "La sabiduría que precede de lo alto es... imparcial" (Stg.3:17 Versión Actualizada).

Respuesta: La sabiduría que es de lo alto, la cual Santiago afirma que es imparcial, mora en la mente de los hombres cristianos y es ejercitada en su contacto con la raza humana. Esta sabiduría no les inclina, ni les obliga a que sientan afecto igual hacia todos, ni tampoco que hagan bien igualmente a todos. Los límites de la justicia exigen que cada hombre reciba lo que merece, y si violamos esa regla con parcialidad, entonces es injusticia. Con respecto a la benevolencia, el hombre cristiano no esta obligado a otorgar sus favores por igual a todos sus semejantes. La sabiduría que es de lo alto le guía en la distribución de sus favores por otras reglas.
Así pues Dios, la fuente de toda sabiduría, es sin parcialidad en la administración de su justicia; pero en el otorgamiento de su gracia, El actúa como soberano y exige y ejerce el derecho de hacer lo quiere con lo que es suyo. La parcialidad en un juez que pretende administrar la justicia es un grave mal; pero el mismo juez puede otorgar su favor especial sobre sus propios hijos, o amigos cercanos, o sobre personas escogidas como objetos de su caridad, sin ninguna acusación justa de cometer injusticia. Acusar a Dios de parcialidad porque El otorga sus favores como le place es menospreciar su soberanía y negar indirectamente su derecho de hacer lo que quiere con lo que es suyo. Dios puede decir al hombre que le hace esta acusación: "No me es licito a mi hacer lo que quiero con lo mío? o ¿Es malo tu ojo porque yo soy bueno?" (Mat.20:15).

Objeción No.4 La doctrina de la elección presenta a Dios como uno que hace acepción de personas; pero Pedro afirmo "que Dios no hace acepción de personas" (Hech. 10:34).

Respuesta: La frase "acepción de personas" tiene diferentes significados en conformidad a la manera en que es usada. Podemos afirmar que Dios hace, en un sentido de la frase, acepción de personas porque su Palabra declara que "miro con agrado
Dios a Abel y a su ofrenda" (Gen.4:4). Los primeros creyentes fueron ensenados a no hacer acepción de personas, dando en sus asambleas religiosas un lugar superior a los ricos y a los mejor vestidos. (Stg.2:3) A los jueces hebreos les fue requerido que no hicieran acepción de personas, favoreciendo a algunos por encima de otros. (Vea Lev. 19:15) En este sentido, Dios no hace acepción de personas. Ante El, los ricos y los grandes de la tierra son como nada. Y sin embargo, El hace acepción de personas respecto a los creyentes, no importando cuan humildes y menospreciados sean entre los hombres. Cuando Pedro afirmo que Dios no hace acepción de personas, se estaba dirigiendo al primer grupo de personas incircuncisas a las cuales el Evangelio fue predicado; y sus palabras sin lugar a dudas, señalaban la aceptación por igual de los gentiles y los judíos, a los privilegios y las bendiciones del Evangelio. "Dios no hace acepción de personas; sino que de cualquier nación que le teme y obra justicia, se agrada." (Hech: 10:34-35) Estas palabras no expresan nada contrario a lo que Pedro dice en otro texto: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios. " (1 Pe.2:9-10)

Objeción No.5 La doctrina de la elección presenta a Dios como insincero. El invita a todos los hombres a que participen de las bendiciones del Evangelio; y sin embargo, si esta doctrina es verdad, las bendiciones del Evangelio no están determinadas para todos.

Respuesta: Si la palabra de Dios enseña la doctrina de la elección, y si la palabra contiene mandamientos e invitaciones para todos los hombres a que busquen la salvación por medio de Cristo, es sumamente presuntuoso por nuestra parte acusar a Dios de ser insincero, porque no podemos reconciliar estos dos aspectos. Debemos recordar que somos gusanos de la tierra, y que es cri­minal arrogancia en nosotros juzgar y condenar al Dios infinito. Pero, en verdad, no hay ninguna base del todo para acusar a Dios de insinceridad. Dios exige que todos los hombres crean en Cristo; y este es su deber, no importa cuan indispuestos estén para cumplirlo. El hecho de que no quieran creer, y que Dios sabe que permanecerán indispuestos a creer a menos que El mismo cambie sus corazones, no quita nada de la sinceridad de la exigencia. Dios prueba su sinceridad haciéndoles responsables ante su exi­gencia y condenando su incredulidad. El promete salvación a todos los que creen en Cristo; y comprueba su sinceridad cumpliendo su promesa en cada instancia. El otorgamiento de gracia espe­cial que cambia los corazones de los hombres y les trae a creer en Cristo no es en ningún sentido inconsistente con ninguna prome­sa o exigencia que Dios haya hecho. Mientras que los hombres consideren el llamamiento del Evangelio como una invitación la cual pueden recibir o rechazar según su agrado, les conviene cuestionar si la invitación es sincera o no. Pero, cuando los hombres consideran la invitación como una solemne exigencia y su deber, por la cual Dios ciertamente les hará responsables, ya no trataran de encontrar pretextos para cuestionar la sinceridad de la invitación.

Objeción No.6 La doctrina de la elección limita la benevolencia de Dios solo a una parte de la raza humana; pero las Escrituras enseñan que, "Bueno es Jehová para con todos; y sus misericordias sobre todas sus obras" (Sal. 145:9).

Respuesta: Dios es benigno con los ingratos y los malos, y otorga bendiciones a los justos y a los injustos; pero su benevolencia, aunque es infinita, no produce en cada una de sus criaturas el mas alto grado de felicidad. En el mundo que habitamos abunda la miseria, y las Escrituras nos advierten de que hay un mundo de tormento inmitigable al cual los hombres malvados serán arrojados para ser castigados por sus pecados, juntamente con el diablo y sus ángeles. La justicia de Dios limita el ejercicio de su benevolencia. Aun si negáramos la doctrina de la elección, todavía seria cierto que la benevolencia de Dios efectuara la salvación solamente de una parte de la raza humana. Ahora, a menos que se pueda demostrar que la elección de gracia disminuye el numero de los salvos, ninguna objeción puede prevalecer contra ella (con respecto a la benevolencia de Dios). Pablo no consideraba la elección como algo que disminuyera la bondad divina. Según su perspectiva de este asunto, todo Israel hubiera sido des-echado si Dios no hubiese reservado un remanente por la elección de gracia. (Vea Rom. 11:1 -5). Y lo que es cierto respecto a la nación de Israel, es cierto también con respecto a todas las demás naciones. Existen causas aparte de la elección, las cuales impiden el flujo de la bondad divina a los hombres pecaminosos; y la elección, en vez de incrementar los obstáculos, abre un camino por el cual la misericordia divina pueda fluir para bendecid y salvar a los perdidos.

Objeción No.7 La doctrina de la elección, al enseñar que Dios ha reprobado a una parte de la raza humana a la miseria y a la desesperación, le presenta a El como un ser horrible.

Respuesta: Los hombres pecaminosos están en verdad re-probados, no por la elección de gracia, sino por la justicia de Dios; pero su reprobación no es sin esperanza mientras que el Evangelio de la salvación resuene en sus oídos. Sin embargo, la única esperanza de la cual son autorizados a echar mano surge del amor elective de Dios. En vez de cubrir las esperanzas de los hombres con la oscuridad de las tinieblas, la doctrina de la elección manda un rayo de esperanza, la única esperanza posible de iluminar las tinieblas.
La justicia de Dios algún día condenara a los que permanecen en la impenitencia, igual como ya ha condenado a los ángeles caídos a la miseria sin esperanza. El aspecto desagradable del carácter divino que esta objeción encuentra es la justicia que les parece horrible a los que son obreros de iniquidad. Si la elección de gracia fuera a aniquilar por complete la justicia de Dios, recibiría las alabanzas de los hombres inconversos; pero nunca hará tal cosa. Ni la bondad infinita de Dios puede hacer esto. Si los hombres pronunciaran el carácter de Dios como no amable por-que El es justo y condena a los seres pecaminosos a la miseria sin esperanza, entonces demostrarían por lo tanto que no aman al Dios que las Escrituras revelan y al Dios por quien han de ser juzga-dos. Su pleito contra la doctrina de la elección en realidad es un pleito contra la justicia de Dios (la justicia de la cual la elección no les ha librado).
De los obreros de la viña quienes recibieron cada uno su denario, aquellos que habían llevado el calor y la carga de todo el día, se quejaron de que quienes laboraron solamente una hora, recibieron el mismo pago como ellos. La ocasión de esta queja no habría existido si nadie hubiera recibido mas de lo que le correspondía en estricta justicia, conforme a la cantidad del servicio prestado. Así pues, si toda la gracia fuera detenida de la raza humana, y cada uno recibiera de Dios lo que sus hechos merecen en estricta justicia, no existiría ninguna ocasión para que esta misma objeción fuese levantada contra la elección de Dios. Pero, ¿Esto les ayudaría en algo a los hombres? o ¿Haría a Dios mas amable? El Señor en la parábola contesto esta objeción en la siguiente manera: "amigo, no te hago agravio... ¿No me es licito a mi hacer lo que quiera con lo mío? ¿Es malo tu ojo porque yo soy bueno? " (Mat.20:13,15). Así se nos muestra como silenciar las objeciones a la soberanía de la gracia divina. Mientras que Dios no hace mal a ningún hombre aunque hace lo que quiere con lo que es suyo, nos conviene postrarnos ante su soberanía y reconocer que El es infinitamente atractivo en todas sus perfecciones.
No contentos con el Dios que la Biblia revela, (Quien hace su voluntad en los ejércitos del cielo y entre los habitantes de la tierra), los hombres se fabrican para si mismos un Dios mas ama­ble según su punto de vista, que el Dios de la Biblia. Si los hom­bres no se atreven a quitarle su justicia (y así asegurar la salvación de todos), trataran de inventar un método de salvación que les agrade mas. Su meta es la de librar a Dios de la responsabilidad de determinar quienes han de ser salvos. Entonces formularan un plan, y fijaran los términos de la salvación con el propósito de hacer que los resultados dependan de las acciones de los hom­bres. Su plan de salvación (si son honestos tienen que admitirlo) no aseguraría la salvación de todos los hombres. Si el infinite y sabio Dios fuera a adoptar tal plan, El sabría de antemano todos sus resultados y precisamente cuantas y cuales personas serian salvas al final. Ahora, si Dios hiciera que este plan humano fuera el suyo (con el preconocimiento de sus resultados), entonces seria Su plan e igualmente fijaría tan definitivamente la salvación de aquellos que habían de ser salvos, como con Su propio plan
(¡dejando igualmente al resto de la humanidad en la perdición tal como el plan divino los deja ahora!) Un plan de fabricación humana pudiera concordar mejor con el punto de vista de gusanos finitos como nosotros que no sabemos el fin desde el principio. Pero si Dios lo fuera a adoptar, entonces El seria responsable para efectuarlo hasta sus ultimas consecuencias. Al seleccionar Su propio plan, Dios lo escogió con el pleno conocimiento de cuales serian todos sus resultados. Como el plan es Su plan escogido, así el pueblo que será salvo es su propio pueblo escogido. Tenemos que probar que nuestro plan seria mejor, antes de que pudiéramos mantener que el dios de nuestra imaginación seria mas bondadoso que el Dios de la Biblia. (2)
Cada plan de salvación que deja el asunto dependiente de la voluntad humana es defectuoso. Siempre se ha encontrado que los hombres no vendrán a Cristo para tener vida. El Evangelio es predicado a cada criatura, pero todos a una piden ser excusados. La voluntad del hombre tiene que ser cambiada, pero este cambio no puede ser efectuado por la voluntad misma. La gracia divina tiene que intervenir. A menos que Dios obre en el pecador tanto el querer como el hacer, la salvación es imposible. Dios sabe la fuerza de oposición que su gracia encontrara en cada corazón, y también la cantidad de influencia necesaria que vencerá dicha oposición. El da o retiene esa influencia conforme a su beneplácito. El tiene su propia regla para actuar en este asunto, una regla infinitamente sabia y buena. Con el pleno conocimiento de como esta regla afectara a cada caso en particular, El persevera en ac­tuar conforme a ella, no importa como los hombres se quejen. La regla la cual la sabiduría infinita adopta tiene que ser la mejor.

(2) Nota del traductor: En este párrafo, el autor quiere demostrar a todos aquellos que no les gusta el plan divino tal como lo tenemos revelado en la Biblia, que cualquier intento humano de cambiarlo o modificarlo, tendría que mostrar de antemano que obtendría mejores resulta­dos que los que el plan divino ha contemplado y determinado. Queda evidente que el intento por parte de los hombres, de cambiar el plan divino de la elección soberana de aquellos que han de ser salvos, solo demuestra el orgullo y la rebeldía de la naturaleza humana caída .
 
Una Salvacion Grande

Una Salvacion Grande

Amados si la salvacion no se pierde y creemos en la predestinacion entonces tenemos que aceptar de que algunos nacieron ya salvos y otros ya perdidos? de ninguna manera, la biblia ensena que debemos "Cuidar esta Salvacion con temor y temblor" Moises le dijo a Dios "Borrame de tu libro"( el libro de la vida) a lo que el Senor contesto " Al que pecare contra mi a ese borrare" que significa la palabra "impio" "apostata"Recuerde que Saul hasta profetisaba con los profetas pero "perdio la salvacion" Esau vendio su primogenitura por un plato de lentejas ,El Salmista dijo " por poco resbalaba" claro si ya Cristo murio por nosotros y pago el precio que debe hacer el hombre? bueno la respuesta esta en el mensaje a las 7 iglesias constantemente el Espiritu Santo ( que ha venido a guiarnos a toda verdad y a toda justicia) dice " al que venciere..." como se vence? Orando ,Ayunando, Congregandose, Escudrinando las escrituras, " haciendo estas cosas no resbalareis Jamas"