¿Y SI PIERDO MI SALVACION?

Escrito originalmente por Malcom



Estimado Jetonius

Veamos lo que dice Romanos 11:29

"Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios"

Independientemente de lo que diga el contexto de este pasaje, que no claramente esta afirmando que aquellos israelitas o ramas que fueron desgajadas se refiere a creyentes que perdieron la salvacion, mas bien fueron desgajados por su incredulidad (ver. 23) los que nunca creyeron, estos y no los fieles hijos de Dios.


Estimado Malcom:

Me disculpará si no me resulta muy clara su argumentación. Por lo que intuyo, lo que quiere decir es que los "desgajados" no eran creyentes, por tanto no es que se les quitase una salvación que una vez tuvieron, sino que nunca la alcanzaron en primer lugar.

Si esto es lo que usted quiere decir, y aun admitiendo que esto fuese correcto, me parece que de ninguna manera podría decirse otro tanto de la severa advertencia al creyente gentil individual ("tú"): "la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado" (v. 22).



Romanos 11:29 nos esta hablando de dones y estaras de acuerdo que la salvacion es un don de Dios y asi mismo un llamamiento, bien pues este versiculo lo podemos tomar a favor de que una ves salvos, siempre salvos por ser un don y como dice el texto "irrebocable".


Este es el problema de tomar un texto fuera de contexto. Romanos 11:28-29 dice que los israelitas por una parte son enemigos, pero por otra, con referencia a la elección de Dios son amados "por causa de los padres" ... y ahí sigue el texto que cita.

Dice Calvino en su Comentario a Romanos:

El Apóstol no opone la elección al Evangelio, como si fuesen cosas contrarias, porque aquellos a quienes Dios elige también los llama; mas porque repentinamente y sin esperarlo el mundo, el Evangelio fue predicado a los paganos, con razón hace él la comparación entre esta gracia y la elección antigua de los judíos manifestada siglos antes. La elección es llamada así por causa de la antigüedad, porque Dios, dejando a un lado a todo el mundo, eligió a un pueblo.
Dice el Apóstol: por causa de los padres, no porque en éstos haya habido algo que obligase a Dios a amarles o a los suyos, sino porque de ellos la gracia divina descendió sobre la posteridad según la forma de la promesa: "Tu Dios y el de tus descendientes".

Juan Calvino, La Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos. Trad. Claudio Gutiérrez Marín. Grand Rapids: SLC, 1977, p. 308.

En otras palabras, lo que dice Pablo es que Dios no se ha arrepentido de lo que les ha dado a los hebreos, y está presto a honrar las promesas hechas a los patriarcas. La palabra traducida "irrevocable" es en griego ametamelêta, literalmente, "sin arrepentimiento".

Pablo presenta al principio mismo de esta sección de la carta una lista de estos dones de Dios a los hebreos:

De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas. De ellos son los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.

Romanos 9: 4-5, NVI

Todos estos dones permanecen. Y por cierto, Dios sigue llamando a los hebreos. Sin embargo, muchos judíos no pueden disfrutar de ellos a causa de su incredulidad, aunque no es la voluntad de Dios que permanezcan en tal estado. Es decir que el texto simplemente significa que Dios no ha retirado sus promesas; la puerta está abierta para todo quien desee entrar.

Y por otra parte, aquellos que han sido injertados lo han sido porque han recibido el don de Dios por fe, y permanecen en la bondad de Dios. Pero esta misma bondad a la cual se nos llama a permanecer exige un reverente temor, precisamente porque Dios puede podar su Olivo santo.



Las palabras del Señor Jesus son claras El ha prometido que NO perdera NINGUNA de sus obejas y que NADIE las arrabatara de su mano. Aqui esta la bara de medir, podriamos decirlo asi, de todo el asunto por el cual debemos juzgar los pasajes de la escritura que aparentan la posibilidad de perdida de dicho don o arrebatamiento del llamamiento santo.


Sin duda que las afirmaciones del Señor en Juan 10: 27-28 deben tomarse seriamente; pero no veo por qué hayan de ser más importantes que otras palabras también dichas por el Señor, como por ejemplo el mandato de permanecer en Él (Juan 15:1-8).


En cambio estas exhortaciones sean los versiculos que fuese que aparentan la posibilidad de caer totalmente de la Gracia (que es parcial y no total) son grandes exhortaciones tanto para salvos como para los no salvos. Para los que nos creemos tener vida eterna son exhortaciones que nos hacen temblar para perceverar y no vivir en el engaño pues no tenemos nada fisicamente que nos acredite ya salvos, asi que, aunque la Biblia nos exhorta la salvacion de los hijos de Dios es segura.

Bendiciones
Malcom


Pero si las amenazas presentes en estas exhortaciones no son ciertas (es decir, son meras apariencias), entonces ¿cómo han de causarnos temor? ¿qué habremos de temer, si creemos que "una vez salvos, siempre salvos"?

Yo creo que poner delante algunos versículos que aparentan una seguridad por completo independiente de lo que hagamos y hacer a un lado todos los que subrayan la necesidad de perseverar en la obediencia es simplificar la compleja relación entre el don divino y la respuesta humana.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Mis más calurosos saludos a todos mis hermanos, he seguido por un largo tiempo yendo y viniendo en este foro en silencio, pero leyendo las afirmaciones de algunos hermanos, le verdad no he podido resistirme, y he decidido dar, no mi opinión (que bien poco vale), sino lo que considero (dentro de mis limitaciones) esta enmarcado en las sagradas escrituras.

Según lo que mi limitado conocimiento acerca de la salvación y gracia respecta, creo que afirmar que la salvación puede perderse no tiene ni pies ni cabeza, y me remitirme a analizar 3 puntos, brevemente:


“Y de la manera que está establecido para los hombres mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola ve para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” Hebreos 9:27 y 28

Me gustaría hacer ver que al Cristo morir una sola vez por los que han de ser salvos, es imposible que el fruto de este sacrificio se pierda. Cristo pago una vez por los pecados de los que han de ser salvos, ¿como se explica que luego los que fueron lavados y hechos santos, luego tengan que pagar por su pecado en el infierno?. Declarar que esto es posible, seria declarar que el sacrifico de Cristo fue inútil (Dios nos libre de pensar algo así), puesto que expiar algo dos veces es algo totalmente ilógico, la paga del pecado es muerte, no doble muerte, o Cristo muere por nosotros, o nosotros tendremos que morir, pero aceptar que Cristo murió, y que fui inútil, que no basto, que fue ineficaz, es herejía.
Esto me lleva a pensar que aquellos que perdieron su salvación, han perdido algo que nunca tuvieron, lo único que perdieron fue a ellos mismos.

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucito, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?. Como esta escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestad, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:31-39

Bien. Queda claro, más claro que el agua. Si Dios nos amó, y Cristo murió por nosotros, y fuimos sellados por el Espíritu Santo, ¿quien podrá contra nosotros?, porque al final, no es uno el que se salvo, uno no hizo nada, decir que hay alguna obra, incluso aceptar o denegar la gracia, es asesinarla, es hacer el sacrifico de Cristo parcial (Cristo murio, peor yo lo ayude, yo lo acpete), nadie tiene el poder de resistirse al llamado de Cristo, si esta dentro de los designios del Padre, del Todopoderoso, nada creado nos podrá separar (mmm, todo es creado, excepto --> Dios (en las tres formas), ¿quien nos podrá separar del amor de Dios?, solo Dios, y no por esto deja de ser SANTO, SANTO y SANTO (ver Romanos 9:15-29)), salvos una vez, sellados una vez, Cristo muerto por nosotros una vez, NADA NOS PODRA ARREBATAR EL REGALO INMERECIDO, ni siquiera los asesinos de la gracia. Si Dios nos guarda (1 Pedro 1:5), nadie nos podrá arrebatar de sus manos

“Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamas, ni nadie las arrebatara de mi mano. Mi Padre me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de mi Padre.” Juan 10:25-29

Las ovejas, sus ovejas oyen su voz, el resto puede percibir sonidos que asemejen su voz, más si no es EL LLAMADO, claro, potente, irresistible, podrán creerse salvas, pero nunca lo han sido, y nunca lo serán, no han perdido nada, y pagaran el precio ellos mismos. No pereceremos, y el Padre, que es mayor que todos (incluso que el sujeto en cuestión, a quien algunos le atribuyen supero poderes, mayores a los de Dios... no depende del que quiere o no quiere, el barro no vale nada, el alfarero es el rey de reyes, y hará lo que quiera, conforme a su voluntad, y por lo demás, barro inmundo somos, si dependiera de nosotros aceptar o rechazar, mantener o perder la salvación, todos seriamos muertos, pues el hombre, la carne, aborrece a Dios, ni en el edén, ambiente perfecto, pudo mantenerse de pie solo).


Esta es mi breve aportación, pero puedo ver que toda la Biblia habla, muestra la gloria de Cristo, y la perfección de su sacrifico, y aunque algunos quieran opacarlo, quieran asesinar la gracia, y darse ínfulas de superioridad, hasta llegar al punto de decir: “se puede resistir el llamado de Dios”... muera la carne, muera la soberbia del hombre, solo cuando reconozcamos que es Dios el que hace y deshace, cuando le demos toda la gloria a Dios, cuando mengüemos, y dejemos que Cristo crezca, podremos servirle como corresponde.

Bendiciones :cool:
 
Estimado Jetonius

Dije:

En cambio estas exhortaciones sean los versículos que fuese que aparentan la posibilidad de caer totalmente de la Gracia (que es parcial y no total) son grandes exhortaciones tanto para salvos como para los no salvos. Para los que nos creemos tener vida eterna son exhortaciones que nos hacen temblar para perseverar y no vivir en el engaño pues no tenemos nada físicamente que nos acredite ya salvos, así que, aunque la Biblia nos exhorta la salvación de los hijos de Dios es segura.

Jetonius:

Pero si las amenazas presentes en estas exhortaciones no son ciertas (es decir, son meras apariencias), entonces ¿cómo han de causarnos temor? ¿qué habremos de temer, si creemos que "una vez salvos, siempre salvos"?

Malcom:

Bueno lo que dije es precisamente las respuestas a sus preguntas. ¿Qué es lo que debería hacer algún cristiano cuerdo que crea en “una ves salvo siempre salvo”? ¿Acaso no temer a las exhortaciones Bíblicas, al fin y al cabo no puede perderse? En cierto sentido un cristiano no debe de temer pues debe de saber que el maligno no le toca ni tiene potestad sobre el y que el Señor lo cuida. Las exhortaciones en cierto sentido nos santifican porque nos frenan a no pecar y algo muy importante es que nos da EVIDENCIA de que somos salvos. Reconozco que muchos “salvos siempre salvos” viven como el demonio. Pero usted debería de saber bien la piedad y el cuidado con que esta doctrina fue enseñada por los reformadores, puritanos y posteriores piadosos hermanos. Estimado Jetonious no estoy solo en creer en esta doctrina, los hombres mas piadosos e inteligentes la han enseñado.

Jetonius:

Yo creo que poner delante algunos versículos que aparentan una seguridad por completo independiente de lo que hagamos y hacer a un lado todos los que subrayan la necesidad de perseverar en la obediencia es simplificar la compleja relación entre el don divino y la respuesta humana.

Malcom:

El problema aquí y me extraña de usted es sus frases “independientemente de lo que hagamos” Y “hacer un lado todos los que subrayan la necesidad de perseverar” No estimado hermano, estas frases no debería mencionarla si en verdad conoce la doctrina de la perseverancia de los santos. Yo son simpatizante del calvinismo y le aseguro que sus dos frases salen sobrando en este sistema por completo, no hay sistema que enfatiza tanto la soberanía de Dios como la responsabilidad humana, ósea, es un sistema sin complejos que sabe exaltar estas dos verdades INSEPARABLES y sobretodo que no rehúsa el hablar sobre todo el consejo de Dios por el que dirán o el quedar bien con los demás.

Bendiciones
Malcom
 
Bienvenido Fenrir !!!!!!!!

Bienvenido Fenrir !!!!!!!!

Gracias por tu aportación Fenrir


Ha sido interesante leerte.


Anímate y escribe más a menudo



Maripaz
 
Escrito originalmente por Fenrir
Mis más calurosos saludos a todos mis hermanos, he seguido por un largo tiempo yendo y viniendo en este foro en silencio, pero leyendo las afirmaciones de algunos hermanos, le verdad no he podido resistirme, y he decidido dar, no mi opinión (que bien poco vale), sino lo que considero (dentro de mis limitaciones) esta enmarcado en las sagradas escrituras.


Estimado Fenrir:

Lamento que haga esta distinción. En realidad, aunque usted por cierto se basa en las Escrituras, no puede dejar de expresar su opinión, tal como lo hacemos todos nosotros.

No quiero ser irritante con esta observación, pero creo que todos (empezando por mí mismo) debemos siempre distinguir cuidadosamente entre lo que dice la Biblia y la interpretación que nosotros hacemos. De lo contrario, corremos el grave riesgo de identificar nuestros puntos de vista con la revelación divina misma.

Desde luego, lo que todos los creyentes debemos hacer es buscar que nuestras opiniones se amolden más y más a la Palabra de Dios. Pero justamente de eso se trata este foro, de compartir nuestra necesariamente limitada comprensión unos con otros para crecer en el conocimiento de la verdad.



Según lo que mi limitado conocimiento acerca de la salvación y gracia respecta, creo que afirmar que la salvación puede perderse no tiene ni pies ni cabeza, y me remitirme a analizar 3 puntos, brevemente:


“Y de la manera que está establecido para los hombres mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” Hebreos 9:27 y 28

Me gustaría hacer ver que al Cristo morir una sola vez por los que han de ser salvos, es imposible que el fruto de este sacrificio se pierda. Cristo pago una vez por los pecados de los que han de ser salvos, ¿como se explica que luego los que fueron lavados y hechos santos, luego tengan que pagar por su pecado en el infierno?


Le responde el mismo autor inspirado que acaba de citar:

Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó ser inmutable, y toda transgresión y desobediencia recibió una justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?

Hebreos 2:1-3a

Por tanto, hermanos santos, participantes en el llamamiento celestial, considerad a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe ... Y Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde; pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza.

Hebreos 3:1, 5-6

Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como también a ellos; pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que oyeron ... Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguno caiga siguiendo el mismo ejemplo de desobediencia.

Hebreos 4:1-2, 11

Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y lo exponen a la ignominia pública. Porque la tierra que bebe la lluvia que con frecuencia cae sobre ella y produce vegetación útil a aquellos a causa de los cuales es cultivada, recibe bendición de Dios; pero si produce espinos y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida, y termina por ser quemada.

Hebreos 6:4-8




. Declarar que esto es posible, seria declarar que el sacrifico de Cristo fue inútil (Dios nos libre de pensar algo así), puesto que expiar algo dos veces es algo totalmente ilógico, la paga del pecado es muerte, no doble muerte, o Cristo muere por nosotros, o nosotros tendremos que morir, pero aceptar que Cristo murió, y que fui inútil, que no basto, que fue ineficaz, es herejía.
Esto me lleva a pensar que aquellos que perdieron su salvación, han perdido algo que nunca tuvieron, lo único que perdieron fue a ellos mismos.


Esta última frase no por repetida dejar de ser intrigante. ¿Cómo se puede llegar a perder algo que nunca se ha tenido en primer lugar? Uno podría decir que alguien no alcanzó, o no recibió la salvación, o incluso que perdió la oportunidad de ser salvado, pero no que perdió la salvación si nunca la tuvo realmente.

Con respecto a lo primero, es claro que existe un único y suficiente sacrificio por el pecado. De ahí a decir que el hecho de que algunos se pierdan implica que el sacrificio de Cristo fue inútil hay una gran distancia.

Sin duda esto último es una herejía, pero el hecho es, según las propias Escrituras, que el sacrificio de Cristo cuyo valor es infinito, y por tanto mucho más que suficiente para salvar a toda la raza humana (Romanos 5:12-21), no resulta en una salvación universal.

Según la Biblia, Dios quiere que todos los hombres se salven (Marcos 10:45; Juan 3:16; 2 Corintios 5:18-21; 1 Timoteo 2: 3-4; 2 Pedro 3:9). Por otra parte, muchos pasajes nos revelan que no todos se salvarán. ¿Significa esto que el sacrificio de Cristo fue inútil? Claro que no, puesto que a los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.


“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucito, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?. Como esta escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestad, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:31-39

Bien. Queda claro, más claro que el agua. Si Dios nos amó, y Cristo murió por nosotros, y fuimos sellados por el Espíritu Santo, ¿quien podrá contra nosotros?


Antes de responder a esto, veamos el siguiente párrafo.


, porque al final, no es uno el que se salvo, uno no hizo nada, decir que hay alguna obra, incluso aceptar o denegar la gracia, es asesinarla, es hacer el sacrifico de Cristo parcial (Cristo murio, peor yo lo ayude, yo lo acpete), nadie tiene el poder de resistirse al llamado de Cristo,


De nuevo, vamos a las Escrituras:

A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

Juan 1:11

Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Juan 5:39-40

Entonces los judíos le rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo claramente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis...

Juan 10:24-25

Vosotros, que sois duros de cerviz e incircuncisos de corazón t de oídos, resistís siempre al Espíritu Santo; como hicieron vuestros padres, así también hacéis vosotros.

Hechos 7:51

Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número adonde él posaba, y desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando fielmente sobre el reino de Dios, y procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Algunos eran persuadidos con lo que se decía, pero otros no creían.

Hechos 28:23-24


Dios podría hacer su llamado totalmente irresistible, de modo que nadie pudiese rechazarlo. De hecho, en el curso de la historia y cuando convino a sus propósitos, Dios a veces ha hecho precisamente esto; tal el caso, por ejemplo, de Jonás, profeta a pesar suyo. Otro ejemplo es la vocación apostólica de Pablo a partir de que el mismo Señor lo interceptó en el camino de Damasco.

Sin embargo, no veo que éste sea el proceder de Dios en orden a la salvación. Dios nos llama a la salvación, Dios pone en nosotros la fe para recibirla, Dios nos sostiene para que perseveremos. Pero como cualquier don o regalo, no puede ser impuesto: debe ser recibido y guardado. Y eso depende en cierta medida de nosotros. Decir que sólo podemos ser salvos por gracia es totalmente correcto, pero no suprime la necesidad de la respuesta individual. La noción de salvación a la fuerza que parece proponer es ajena a la Escritura. Incluso Pablo, quien estaba muy consciente de su misión y autoridad apostólica, escribió:

¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero sólo uno obtiene el premio? Corred de tal modo que ganéis. Y todo el que compite en los juegos se abstiene de todo. Ellos lo hacen para obtener una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado.

1 Corintios 9:24-27



si esta dentro de los designios del Padre, del Todopoderoso, nada creado nos podrá separar (mmm, todo es creado, excepto --> Dios (en las tres formas), ¿quien nos podrá separar del amor de Dios?, solo Dios, y no por esto deja de ser SANTO, SANTO y SANTO (ver Romanos 9:15-29)), salvos una vez, sellados una vez, Cristo muerto por nosotros una vez, NADA NOS PODRA ARREBATAR EL REGALO INMERECIDO, ni siquiera los asesinos de la gracia. Si Dios nos guarda (1 Pedro 1:5), nadie nos podrá arrebatar de sus manos


No entiendo muy bien a qué se refiere lo de "asesinos de la gracia", pero sí es claro en las Escrituras que la gracia de Dios puede (lamentablemente) ser resistida y rechazada.



“Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamas, ni nadie las arrebatara de mi mano. Mi Padre me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de mi Padre.” Juan 10:25-29

Las ovejas, sus ovejas oyen su voz, el resto puede percibir sonidos que asemejen su voz, más si no es EL LLAMADO, claro, potente, irresistible, podrán creerse salvas, pero nunca lo han sido, y nunca lo serán, no han perdido nada, y pagaran el precio ellos mismos.


Pero precisamente Jesús dice que estos no son de sus ovejas porque se resisten a creer; en otras palabras, resisten tercamente la gracia de Dios expresada en Cristo.


No pereceremos, y el Padre, que es mayor que todos (incluso que el sujeto en cuestión, a quien algunos le atribuyen supero poderes, mayores a los de Dios...


Misterioso "sujeto" ... ¿a quién se refiere, a Satanás?



no depende del que quiere o no quiere, el barro no vale nada, el alfarero es el rey de reyes, y hará lo que quiera, conforme a su voluntad, y por lo demás, barro inmundo somos, si dependiera de nosotros aceptar o rechazar, mantener o perder la salvación, todos seriamos muertos, pues el hombre, la carne, aborrece a Dios, ni en el edén, ambiente perfecto, pudo mantenerse de pie solo).


Aquí hay una confusión (frecuente, por otra parte) entre (1)la posibilidad de que el hombre se salve a sí mismo por sus exclusivos méritos (herejía conocida como pelagianismo) o al menos que dé el primer paso hacia su salvación (herejía llamada semipelagianismo) y (2) el hecho de que Dios quiere y exige que seamos receptores activos de la salvación que recibimos por gracia. Por eso se nos dice "Permaneced", "Perseverad" , "Corred la carrera", "Pelead la batalla" , "Sed fieles hasta el fin" . Jamás podríamos hacer tales cosas fuera de la soberana gracia de Dios, pero dentro de ésta hay una responsabilidad que nos cabe, y sobre la cual la Escritura es muy explícita.



Esta es mi breve aportación, pero puedo ver que toda la Biblia habla, muestra la gloria de Cristo, y la perfección de su sacrifico, y aunque algunos quieran opacarlo, quieran asesinar la gracia, y darse ínfulas de superioridad, hasta llegar al punto de decir: “se puede resistir el llamado de Dios”... muera la carne, muera la soberbia del hombre, solo cuando reconozcamos que es Dios el que hace y deshace, cuando le demos toda la gloria a Dios, cuando mengüemos, y dejemos que Cristo crezca, podremos servirle como corresponde.

Bendiciones :cool:

Se torna aquí un poco ofensivo nuestro recién llegado. Desde Adán para acá, la humanidad ha estado resistiendo de manera manifiesta la gracia de Dios, negándose hasta a reconocer que tal gracia, o el Dios que la otorga, existe siquiera.

¿Cómo se puede negar un hecho tan evidente, del cual dan testimonio las Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis, y llamar "asesinos de la gracia" "opacadores del sacrificio de Cristo" o "inflados de superioridad" a quienes simplemente señalan este dato de la realidad?

Sugiero, estimado Fenrir, que modere sus expresiones cuando se refiera a otros foristas.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Escrito originalmente por Malcom
Estimado Jetonius

Malcom:

Bueno lo que dije es precisamente las respuestas a sus preguntas. ¿Qué es lo que debería hacer algún cristiano cuerdo que crea en “una ves salvo siempre salvo”? ¿Acaso no temer a las exhortaciones Bíblicas, al fin y al cabo no puede perderse? En cierto sentido un cristiano no debe de temer pues debe de saber que el maligno no le toca ni tiene potestad sobre el y que el Señor lo cuida. Las exhortaciones en cierto sentido nos santifican porque nos frenan a no pecar y algo muy importante es que nos da EVIDENCIA de que somos salvos. Reconozco que muchos “salvos siempre salvos” viven como el demonio.


Lo que la Biblia enseña es que el creyente no debe temer a Satanás ni a cualquier otra criatura. En cambio debe mantener siempre un temor reverente por Dios:

Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.

Mateo 10:28

¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo! Porque es inevitable que vengan piedras de tropiezo; pero ¡ay de auqel hombre por quien viene el tropiezo! Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies, ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo que, teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.

Mateo 18:7-9

Entonces, llamándolo su señor, le dijo: Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. ¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti? Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.

Mateo 18: 32-35

Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.

Lucas 11:4



Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, y le dijo: "Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?" Y él enmudeció. Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes". Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

Mateo 22:11-14

Y mientras iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero respondiendo él, dijo: "En verdad os digo que no os conozco". Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.

Mateo 25: 10-13

Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: "Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste, y tuve miedo, y escondí tu talento en la tierra; mira, aquí tienes lo que es tuyo. Pero su señor respondió, y le dijo: "Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. Debías entonces haber puesto mi dinero en el banco, y al llegar yo hubiera recibido mi dinero con intereses. Por tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará . Y al siervo inútil, echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Mateo 25: 24-30

Así también vosotros, consideráos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias, ni presentéis vuestros miembros como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos , y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.

Romanos 6: 11-14

Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque tambien puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo que presumir, que no se compare con nadie. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña.
No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada cual cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.

Gálatas 6: 1-10 (NVI)

Tengan cuidado de no rechazar al que habla, pues si no escaparon aquellos que rechazaron al que los amonestaba en la tiera, mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos amonesta desde el cielo ... Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. inspirados por esa gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro «Dios es un fuego consumidor».

Hebreos 12:25, 28-29


Pero usted debería de saber bien la piedad y el cuidado con que esta doctrina fue enseñada por los reformadores, puritanos y posteriores piadosos hermanos. Estimado Jetonious no estoy solo en creer en esta doctrina, los hombres mas piadosos e inteligentes la han enseñado.
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Supongo que uno habitualmente tiene por mejores a los que piensan como uno :D

Desde luego que estoy enterado de lo que enseñaron los reformadores (que a la vez lo tomaron de Agustín, quien a mi juicio fue más allá de los datos bíblicos en su celo contra los pelagianos).

Yo podría replicar que la tal doctrina es desconocida antes del Concilio de Nicea, pero no seguiré este argumento.

Por el contrario, con todo respeto por los mencionados hombres de Dios, creo mejor sugerir que ellos serían los primeros en admitir que la piedra de toque de toda doctrina es si se enseña claramente en la Biblia o no.

Por tanto, cortésmente rechazo el recurso a la autoridad que usted presenta. La historia de las doctrinas es apasionante, pero es más importante determinar lo que enseña la Escritura.



Jetonius:

Yo creo que poner delante algunos versículos que aparentan una seguridad por completo independiente de lo que hagamos y hacer a un lado todos los que subrayan la necesidad de perseverar en la obediencia es simplificar la compleja relación entre el don divino y la respuesta humana.

Malcom:

El problema aquí y me extraña de usted es sus frases “independientemente de lo que hagamos” Y “hacer un lado todos los que subrayan la necesidad de perseverar” No estimado hermano, estas frases no debería mencionarla si en verdad conoce la doctrina de la perseverancia de los santos. Yo son simpatizante del calvinismo y le aseguro que sus dos frases salen sobrando en este sistema por completo, no hay sistema que enfatiza tanto la soberanía de Dios como la responsabilidad humana, ósea, es un sistema sin complejos que sabe exaltar estas dos verdades INSEPARABLES y sobretodo que no rehúsa el hablar sobre todo el consejo de Dios por el que dirán o el quedar bien con los demás.

Bendiciones
Malcom

Me doy cuenta de que es simpatizante del calvinismo. Yo lo fui en un tiempo, pero actualmente prefiero simpatizar con el "biblismo".

Sin embargo, dicho esto puede que convenga elaborar un poco más mi respuesta.

En realidad hay dos vertientes de la noción de "una vez salvos, siempre salvos". Una es lo que podría llamarse una versión popular y bastante superficial, según la cual si uno alguna vez tomó la decisión de seguir a Cristo, en ese mismo instante y por la eternidad fue salvo, sin que nada de lo que subsecuentemente haga pueda privarlo de la salvación. La santidad no es, pues, importante, y quien adopta este punto de vista tiende a tornarse antinomiano, es decir, rechazar las normas que para nuestro bien Dios ha dispuesto en las Escrituras. Algunos de estos llegan a vivir , según sus propias palabras, "como demonios".

La segunda vertiente es la que usted dice, es decir, la que proviene de la tradición reformada. Toma en serio tanto el comienzo del camino, la justificación, como el tránsito, la santificación, y el resultado final, la perseverancia y la glorificación. Esta forma se asocia con los llamados "cinco principios" del calvinismo:

1. Depravación total del hombre
2. Elección incondicional
3. Redención limitada
4. Gracia irresistible
5. Perseverancia de los santos

En beneficio de otros foristas, me arriesgaré a una simplificación para explicar muy brevemente estos principios (quien quiera una versión completa, puede leer el tratado de Teología Sistemática de Louis Berkhof o, mejor, la Institución de la Religión Cristiana de Juan Calvino):

1. La condición corrupta del hombre natural es tal, que no solamente está perdido, sino que no quiere ni puede recibir ayuda de Dios.

2. Dios ha elegido desde la eternidad a algunos para la salvación, no sobre la base de ninguna condición sino por su completamente soberana voluntad. Del mismo modo, según Calvino, Dios ha elegido a otros (el resto) para la perdición desde toda la eternidad (ver Institución..., Libro III, Capítulos XXI y sig.)

3. Si bien el sacrificio de Cristo puede por su valor infinito salvar a todos, solamente es aplicable a los elegidos según el punto 2; por tanto la redención es limitada a ellos.

4. La gracia con que Dios llama a los elegidos es de tal naturaleza, que no puede ser resistida. En otras palabras, todos los elegidos, y sólo los elegidos, la recibirán inexorablemente.

5. Una vez que estos elegidos han sido salvados por la gracia irresistible de Dios, la misma gracia no menos irresistible asegurará su perseverancia hasta el fin.

Según este punto de vista, entonces, quienes verdaderamente son salvos según la elección incondicional divina, perseverarán. Si se ha sido justificado, se será santificado y se perseverará.

Por tanto, si alguien no perseverase, demostraría con ello que sólo era salvo en apariencia, sin pertenecer realmente al número de los elegidos de Dios.

Esto significa que, según las premisas calvinistas, uno solamente puede estar absolutamente seguro de su salvación en dos circunstancias:

1. En el caso que por revelación especial Dios le haya comunicado que pertenece al número de los elegidos (recuérdese que sólo Dios sabe quiénes son, y que la elección es totalmente soberana y prefijada desde la eternidad).

2. En el mismo momento antes de su muerte, porque sabe que ha perseverado hasta el fin y por lo tanto, se encontraba entre los elegidos.

Por tanto, aunque según el sistema calvinista los elegidos pueden estar absolutamente seguros de su salvación, no existe forma excepto las señaladas, de saber que se está entre los elegidos.

Personalmente, no conozco a ningún calvinista que haya recibido una confirmación por revelación divina directa. Y la segunda forma de enterarse (al morir) es de poca o ninguna ayuda para nuestro diario peregrinar.

En conclusión, creo que si se aceptan las premisas del calvinismo, éste resulta una doctrina muy lógica y con gran consistencia interna, pero paradójicamente la mayoría de quienes la suscriben no pueden estar seguros de pertenecer a los elegidos, y por tanto de su propia salvación.

Lo siento, pero no puedo suscribir este sistema porque no creo que sea lo que la Biblia enseña.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Jetonius;

Lo que la Biblia enseña es que el creyente no debe temer a Satanás ni a cualquier otra criatura. En cambio debe mantener siempre un temor reverente por Dios:

Malcom:

Eso es lo que he venido diciendo, no se porque me cita esos 10 versículos. El creyente no debe de temer a Satanás pero si debe de temer a aquel que puede destruir no solo el cuerpo sino el alma en el infierno, pero como dice bien este temor es reverente y no de pavor. Y este temor es por supuesto para todos, y este no existiría sin las exhortaciones en discusión que como le digo nos dan evidencia de que si somos salvos si no las descuidamos. Pero si nos vamos al mundo y morimos ¿Quién aseguraría que una ves fuimos regenerados por Dios? NADIE. Por eso es que en las iglesias debe ser una constante exhortación Bíblica a todos los oyentes.

Jetonius:

5. Una vez que estos elegidos han sido salvados por la gracia irresistible de Dios, la misma gracia no menos irresistible asegurará su perseverancia hasta el fin.

Malcom:

Así es, y que lamentable que los que no crean en este punto tengan que “ganarse” su salvación, al menos es lo que nos da a entender la antitesis de este punto no. 5 siendo que claramente la escritura dice que no seremos justificados por las obras aunque si obtendremos galardones o recompenses por ello en el Cielo unos mas otros menos.

Jetonius:

Según este punto de vista, entonces, quienes verdaderamente son salvos según la elección incondicional divina, perseverarán. Si se ha sido justificado, se será santificado y se perseverará.

Por tanto, si alguien no perseverase, demostraría con ello que sólo era salvo en apariencia, sin pertenecer realmente al número de los elegidos de Dios.

Malcom:

Eso creo que la Biblia enseñe

Jetonius:

Esto significa que, según las premisas calvinistas, uno solamente puede estar absolutamente seguro de su salvación en dos circunstancias:

1. En el caso que por revelación especial Dios le haya comunicado que pertenece al número de los elegidos (recuérdese que sólo Dios sabe quiénes son, y que la elección es totalmente soberana y prefijada desde la eternidad).

2. En el mismo momento antes de su muerte, porque sabe que ha perseverado hasta el fin y por lo tanto, se encontraba entre los elegidos.

Por tanto, aunque según el sistema calvinista los elegidos pueden estar absolutamente seguros de su salvación, no existe forma excepto las señaladas, de saber que se está entre los elegidos.



Personalmente, no conozco a ningún calvinista que haya recibido una confirmación por revelación divina directa. Y la segunda forma de enterarse (al morir) es de poca o ninguna ayuda para nuestro diario peregrinar.
...Snip… :)

Malcom:

No nos trate de confundir estimado Jetonius por favor. ¿A que se refiere con revelación especial de Dios? Espero que no se refiera a que un ángel susurre al oído “eres elegido de Dios”. Yo entiendo por revelación especial de Dios en referencia a su Palabra escrita y que a través de ella el Espíritu Santo nos da testimonio (nos confirma) de que somos hijos de Dios.

Dice usted que un calvinista al momento de morir de poca o ninguna ayuda le servirá haber perseverado hasta el fin y que por lo tanto se encontrara entre los elegidos. Con todo respeto pero se equivoca.
Mire estimado es todo lo contrario el que es salvo debe de tener un fuerte consuelo y seguridad de que lo es y nunca dudar pues el que duda es semejante a la ola del mar que va y viene. También esta doctrina es un consuelo porque a pesar de nuestra humana y frágil debilidad Dios no nos abandonara, aunque en el temor del momento de la muerte entren las dudas, gritos desesperados, clamores de no querer morir (algo natural) seria suficiente para “perder la salvación” pero no es así EL sabe que somos débiles e infieles nos conoce y no nos va a desamparar nunca. El permanece siempre fiel aunque nosotros seamos infieles.

El justo por la Fe vivirá, El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios de que somos elegidos de Dios y que estamos en las manos del Gran Pastor de las ovejas y que si nos descarriamos dejara a todas e ira por tal oveja y que jamás regresara al redil diciendo Padre la he perdido. Y de esto nos aferramos.

Jetonius:

En conclusión, creo que si se aceptan las premisas del calvinismo, éste resulta una doctrina muy lógica y con gran consistencia interna, pero paradójicamente la mayoría de quienes la suscriben no pueden estar seguros de pertenecer a los elegidos, y por tanto de su propia salvación.

Malcom:

Que equivocado estas querido hermano, esta doctrina es de la que mas consuelo da a la débil y turbada alma, léete cualquier sermón referente al tema, uno de Spurgeon te iría bien. ¡Que extraña tu conclusión!

Bendiciones de lo alto
Malcom
 
Escrito originalmente por Malcom
Jetonius;

Lo que la Biblia enseña es que el creyente no debe temer a Satanás ni a cualquier otra criatura. En cambio debe mantener siempre un temor reverente por Dios:

Malcom:

Eso es lo que he venido diciendo, no se porque me cita esos 10 versículos. El creyente no debe de temer a Satanás pero si debe de temer a aquel que puede destruir no solo el cuerpo sino el alma en el infierno, pero como dice bien este temor es reverente y no de pavor. Y este temor es por supuesto para todos, y este no existiría sin las exhortaciones en discusión que como le digo nos dan evidencia de que si somos salvos si no las descuidamos. Pero si nos vamos al mundo y morimos ¿Quién aseguraría que una ves fuimos regenerados por Dios? NADIE. Por eso es que en las iglesias debe ser una constante exhortación Bíblica a todos los oyentes.


Le cito estos pasajes (son más de 10 versículos) porque estas advertencias fueron todas o casi todas dirigidas a creyentes. Sin embargo, "hacer perecer cuerpo y alma", "ser echado en el horno de fuego" o "a las tinieblas de afuera", "ser entregado a los verdugos", etc, suena bastante como la perdición. ¿o cree usted que Dios amenaza en vano?

Pablo dice que cada uno debe hacerse cargo de su responsabilidad y que Dios no puede ser burlado, ya que cosecharemos lo que sembramos. El autor de Hebreos exhorta a prestar atención al que nos amonesta desde el cielo, pues de lo contrario no escaparemos. Todas advertencias a creyentes, y en todas o casi todas asoma la posibilidad de perdición.

Usted dice que tales exhortaciones "nos dan evidencia de que si somos salvos si no las descuidamos". No sé si quiso decir "si somos salvos no las descuidamos" o "somos salvos si no las descuidamos". Si es lo primero la exhortación sale sobrando. Solamente puede tener sentido en el segundo. caso.
Si alguien por desoir las exhortaciones se pierde. según el punto de vista calvinista munca fue salvo en primer lugar. Esto a su vez implica que nunca estuvo entre los elegidos. Si es así, ninguna cantidad de exhortaciones hubiese bastado para salvarle en primer lugar, porque desde la eternidad Dios ya dispuso otra cosa. Si por otra parte se encuentra entre los elegidos, la gracia irresistible debiera conducirle inexorablemente a la salvación, y en tal caso, ¿a qué vienen las advertencias?



Jetonius:

5. Una vez que estos elegidos han sido salvados por la gracia irresistible de Dios, la misma gracia no menos irresistible asegurará su perseverancia hasta el fin.

Malcom:

Así es, y que lamentable que los que no crean en este punto tengan que “ganarse” su salvación, al menos es lo que nos da a entender la antitesis de este punto no. 5 siendo que claramente la escritura dice que no seremos justificados por las obras aunque si obtendremos galardones o recompenses por ello en el Cielo unos mas otros menos.


Que no somos justificados por las obras no está en discusión.
Pero si se admiten las premisas calvinistas el hecho de que entre los salvos por decreto algunos reciban más galardones o recompensas que otros es un contrasentido, pues si todo lo que hacemos es fruto de la gracia irresistible de Dios no hay ninguna razón para un trato diferencial.



Jetonius:

Según este punto de vista, entonces, quienes verdaderamente son salvos según la elección incondicional divina, perseverarán. Si se ha sido justificado, se será santificado y se perseverará.

Por tanto, si alguien no perseverase, demostraría con ello que sólo era salvo en apariencia, sin pertenecer realmente al número de los elegidos de Dios.

Malcom:

Eso creo que la Biblia enseñe


Pero ese es precisamente el punto en discusión: ¿enseña esto la Biblia, o es la interpretación que Calvino y otros hacen de las Escrituras?




Jetonius:

Esto significa que, según las premisas calvinistas, uno solamente puede estar absolutamente seguro de su salvación en dos circunstancias:

1. En el caso que por revelación especial Dios le haya comunicado que pertenece al número de los elegidos (recuérdese que sólo Dios sabe quiénes son, y que la elección es totalmente soberana y prefijada desde la eternidad).

2. En el mismo momento antes de su muerte, porque sabe que ha perseverado hasta el fin y por lo tanto, se encontraba entre los elegidos.

Por tanto, aunque según el sistema calvinista los elegidos pueden estar absolutamente seguros de su salvación, no existe forma excepto las señaladas, de saber que se está entre los elegidos.

Personalmente, no conozco a ningún calvinista que haya recibido una confirmación por revelación divina directa. Y la segunda forma de enterarse (al morir) es de poca o ninguna ayuda para nuestro diario peregrinar.
...Snip… :)

Malcom:

No nos trate de confundir estimado Jetonius por favor. ¿A que se refiere con revelación especial de Dios? Espero que no se refiera a que un ángel susurre al oído “eres elegido de Dios”.


Lejos de mí esté quererlo confundir a usted o a cualquier otro hermano. Por el contrario, intentaba clarificar algunos corolarios del sistema calvinista.



Yo entiendo por revelación especial de Dios en referencia a su Palabra escrita y que a través de ella el Espíritu Santo nos da testimonio (nos confirma) de que somos hijos de Dios.


Reformulo mi pregunta. Según el punto de vista que usted sustenta, se salvarán todos los que Dios ha decidido que se salven y sólo éstos. La elección de Dios no está condicionada en absoluto; depende de su soberana voluntad y libre arbitrio. Nadie sino Dios sabe quiénes son estos elegidos. Entonces,

¿cómo puede alguien saber que está en este grupo?

¿qué declaración bíblica le asegura que está incluido en el decreto que Dios sancionó antes de que el mundo fuese?



Dice usted que un calvinista al momento de morir de poca o ninguna ayuda le servirá haber perseverado hasta el fin y que por lo tanto se encontrara entre los elegidos. Con todo respeto pero se equivoca.


Me entendió mal. En el momento de morir será un grande consuelo. Sin embargo, no lo será durante toda su vida previa.


Mire estimado es todo lo contrario el que es salvo debe de tener un fuerte consuelo y seguridad de que lo es y nunca dudar pues el que duda es semejante a la ola del mar que va y viene. También esta doctrina es un consuelo porque a pesar de nuestra humana y frágil debilidad Dios no nos abandonara, aunque en el temor del momento de la muerte entren las dudas, gritos desesperados, clamores de no querer morir (algo natural) seria suficiente para “perder la salvación” pero no es así EL sabe que somos débiles e infieles nos conoce y no nos va a desamparar nunca. El permanece siempre fiel aunque nosotros seamos infieles.


Y si le negamos, él nos negará.

Yo me alegro de que usted esté seguro de ser salvo, pero me gustaría saber en qué exactamente basa su certeza.


El justo por la Fe vivirá, El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios de que somos elegidos de Dios y que estamos en las manos del Gran Pastor de las ovejas y que si nos descarriamos dejara a todas e ira por tal oveja y que jamás regresara al redil diciendo Padre la he perdido. Y de esto nos aferramos.


Esto ocurrirá si el tal está en el número de los elegidos. De nuevo, ¿cómo saber esto?
Si alguien se descarría y no pertenece a los elegidos, en vano esperará que Dios le rescate, sin importar lo seguro que subjetivamente pueda estar.


Jetonius:

En conclusión, creo que si se aceptan las premisas del calvinismo, éste resulta una doctrina muy lógica y con gran consistencia interna, pero paradójicamente la mayoría de quienes la suscriben no pueden estar seguros de pertenecer a los elegidos, y por tanto de su propia salvación.

Malcom:

Que equivocado estas querido hermano, esta doctrina es de la que mas consuelo da a la débil y turbada alma, léete cualquier sermón referente al tema, uno de Spurgeon te iría bien. ¡Que extraña tu conclusión!

Bendiciones de lo alto
Malcom

Le agradezco el consejo. Por cierto que he leído los sermones de Spurgeon. Yo a mi vez le sugiero los de John Wesley, en particular uno titulado Free Grace que puede hallar en

http://www.ccel.org/w/wesley/sermons/sermons-html/serm-128.html

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Estimado Jetonius

Antes de leer mi siguiente respuesta a usted le sugiero, o mas bien le exhorto, a que lea los dos extractos de un sermón de Spurgeon sobre la elección en la siguiente hoja. Lo cito porque tiene que ver con gran parte de su argumentación y así evitar que me responda lo que el sermón ya aclara.

Jetonius;
Si alguien por desoir las exhortaciones se pierde. según el punto de vista calvinista munca fue salvo en primer lugar. Esto a su vez implica que nunca estuvo entre los elegidos. Si es así, ninguna cantidad de exhortaciones hubiese bastado para salvarle en primer lugar, porque desde la eternidad Dios ya dispuso otra cosa. Si por otra parte se encuentra entre los elegidos, la gracia irresistible debiera conducirle inexorablemente a la salvación, y en tal caso, ¿a qué vienen las advertencias?

A lo primero, No es que por descuidar las exhortaciones uno se pierde, el elegido de Dios puede caer en tan graves pecados pero se levanta siempre y para ello Dios utiliza las exhortaciones. Nunca hubiera sido salvo si no hubiere permanecido en Cristo hasta el día de su muerte, pero esto SOLO es del conocimiento de Dios por ello nadie debe juzgar a nadie sobre este punto. Es una verdad Bíblica que hay muchos que viven engañados (y nos engañan) creyendo ser hijos de Dios, pero que al final oirán las terribles palabras del Señor “nunca os conocí, apartaos de mi malditos..” Es evidente de que estos no fueron “ordenados para vida eterna” y que nunca estuvieron dentro del pueblo de Dios,” porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros” ósea con los elegidos palabra que los apóstoles no temían en emplear.
¿De que vienen las advertencias? Ya he dicho que la advertencias nos frenan de pecar, hay que entender que si nos creemos elegidos, esto, no nos quita nuestra responsabilidad de obedecer de ninguna manera, pues si no obedecemos no veo yo como podamos llamarnos elegidos de Dios, ¿o, si?

Malcom:

Así es, y que lamentable que los que no crean en este punto tengan que “ganarse” su salvación, al menos es lo que nos da a entender la antitesis de este punto no. 5 siendo que claramente la escritura dice que no seremos justificados por las obras aunque si obtendremos galardones o recompenses por ello en el Cielo unos mas otros menos.

Jetonius:

Que no somos justificados por las obras no está en discusión.
Pero si se admiten las premisas calvinistas el hecho de que entre los salvos por decreto algunos reciban más galardones o recompensas que otros es un contrasentido, pues si todo lo que hacemos es fruto de la gracia irresistible de Dios no hay ninguna razón para un trato diferencial.

El problema que veo es que usted afirma que los elegidos de Dios son salvos automáticamente hagan lo que hagan. No se niega que la responsabilidad humana es una verdad innegable, el hombre es responsable ante Dios aun los elegidos, por supuesto tienen que esforzarse para entrar al Cielo. Pero el punto no era este, sino que aquellos que creen que se pueden perder su salvación como usted (con respeto lo digo) tiene que ganar su salvación y que esta depende de usted por sus obras, por sus esfuerzos + fe, cuando la salvación es exclusivamente por Gracia.


Jetonius:
Me entendió mal. En el momento de morir será un grande consuelo. Sin embargo, no lo será durante toda su vida previa.

Sigo sin entender porque usted sigue afirmando que no es un consuelo para aquellos que creemos que nuestra salvación es segura. Pregunte a cualquiera que crea en esta doctrina y le aseguro que dirá que, si es, un consuelo.

Lo que no es un consuelo es que podemos perder nuestra salvación, por la sencilla razón que no hay garantía alguna que en un futuro la tengamos. Por ejemplo, (perdón el tono de mis palabras) ¿Quién le asegura a usted estimado Jetonius que en unos años mas usted seguirá en los caminos del Señor? Nadie, usted no tiene ninguna garantía de ello porque aunque nuestro Dios infinito con toda su Omnipotencia desee que usted se salve no podrá si usted decide dejarlo. Esto si que no es un consuelo. Ósea al final de cuentas la salvación no depende de Dios sino de uno según el sistema arminiano por eso es semipelagiano y no enteramente por Gracia.

Jetonius
Yo me alegro de que usted esté seguro de ser salvo, pero me gustaría saber en qué exactamente basa su certeza.

En que he sido escogido, predestinado, elegido, destinado, y ordenado para vida eterna, solo por Gracia del amor de Dios. Yo he creído y no tengo porque dudar de mi salvación que es eterna, pero haría bien en dudar si vivo como me da la gana.

Jetonius

¿cómo puede alguien saber que está en este grupo (de los elegidos)?

¿qué declaración bíblica le asegura que está incluido en el decreto que Dios sancionó antes de que el mundo fuese?

Esto ocurrirá si el tal está en el número de los elegidos. De nuevo, ¿cómo saber esto?

Ya he comentado sobre ello, pero sin duda C.H. Spurgeon contestara a estas preguntas mucho mejor en unos extractos de su sermón sobre la “elección” que le comparto a continuación.

Bendiciones de lo alto
Malcom
 
Parte del punto 5 sobre el sermón de Spurgeon titulado “La Elección”

Ésta es la elección de Dios: elección para santificación y para fe. Dios escoge a su pueblo para ser santo y creyente. ¿Cuántos de vosotros, pues, sois creyentes? ¿Cuántos de mi congregación pueden levantar la mano y decir que creen en El, que son santificados? ¿Hay alguno de vosotros que diga: "Soy elegido", mientras yo pueda recordarle cómo blasfemaba la semana pasada? Uno dirá: "Creo que soy elegido". Mas yo llamo la atención de tu memoria para que recuerdes algunas cosas poco honorables que hiciste durante los últimos seis días. Otro dirá también: "Soy elegido"; pero puedo mirarle a la cara y decirle: "¿Elegido?; tú eres el más maldito de los hipócritas; eso es lo que eres". Habrá otro que diga igualmente: "Soy elegido", mas ha olvidado el trono de la gracia y no ora.
¡Oh, amados!, no creáis nunca que sois elegidos a menos que seáis santos. Podéis venir a Cristo como pecadores, pero jamás como elegidos si no veis vuestra santidad. No interpretéis mal mis palabras; no digáis: "soy elegido", y creáis que aún es posible seguir viviendo en pecado. No puede ser así; los elegidos de Dios son santos. No son puros, ni perfectos y sin mancha; pero, considerando sus vidas en general, son personas santas; son marcados y distintos de los demás; y nadie tiene el menor derecho a considerarse elegido, sino es en su santidad. Puede serlo y continuar aún en tinieblas, pero no tiene derecho a creerlo; nadie lo ve, no hay evidencia de ello. El hombre puede vivir un día, pero hoy está muerto. Si vivís en el temor de Dios, tratando de agradarle y obedecer sus mandamientos, no dudéis que vuestros nombres hayan sido escritos en el libro de la vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Y, caso de que lo dicho hasta aquí sea demasiado profundo para vosotros, notad la otra señal de la elección: la fe. "La fe de la verdad." Todo aquel que cree en la verdad de Dios y en Jesucristo, es elegido. Frecuentemente encuentro personas que tiemblan y se estremecen ante este pensamiento: "¡Oh, Señor!", dicen ellas; "¡y si yo no fuera elegido!" "He puesto mi esperanza en Jesús; es cierto que creo en su nombre y confío en su sangre; pero, ¡ay! ¿seré yo elegido?" ¡Pobre querida criatura!, no sabes mucho del Evangelio, o de otra manera no hablarías así, porque el que cree es elegido. Aquellos que son elegidos, lo son para santificación y fe; así, pues, si la tenéis sois de los elegidos de Dios. Podéis y debéis conocerlo, porque es de certeza absoluta. Si tú, como pecador, miras a Jesucristo esta mañana y dices:
"Nada traigo en mis manos a tu luz
Sólo vengo a abrazarme a tu cruz".
Eres elegido. No tengo miedo de que la elección espante a santos y pecadores. Hay clérigos que responden a quien les pregunta acerca de este tema: "No te preocupes por la elección". Pero los que así responden obran mal, porque la pobre alma no va a quedarse tranquila. Si quedase conforme, bien valdría la respuesta; pero continuará preocupada sin poder remediarlo. Contestadles, pues, que si creen en Jesucristo son elegidos. Si se entregan a El, son suyos A ti, al mayor de los pecadores, te digo esta mañana en su nombre que si te acercas a Dios sin ninguna obra por tu parte, y confías en la sangre y en la justicia de Jesucristo; si vienes ahora y depositas tu confianza en Él, eres elegido, has sido amado por Dios desde antes de la fundación del mundo: porque no podrías haber actuado de esa forma si Él no te hubiera dado la fuerza, y te hubiera escogido para hacerlo.
Así, pues, sois salvos y estáis seguros con solo descansar en él, desear ser suyos y anhelar su amor. Pero no creáis que alguien vaya a ser librado sin fe y sin santidad. No esperéis que algún extraño decreto escondido en la eternidad pueda salvaros, si no creéis en Cristo; ni imaginéis que escaparéis de la condenación si no tenéis fe y santidad. Esta es la más abominable y maldita de las herejías, la cual ha perdido a millares. No uséis la elección como almohada para dormir, porque podríais despertar en la condenación. No permita Dios que yo os ponga un mullido cojín para que descanséis cómodamente en vuestros pecados. ¡Pecadores!, no hay nada en la Biblia que pueda paliar vuestro pecado. ¡Oh, hombres y mujeres!; si estáis condenados, si estáis perdidos, no encontraréis en ella ni una gota de agua para refrescar vuestras lenguas, ni una doctrina que pueda disimular vuestras culpas; vuestra perdición será totalmente la paga de vuestro delito, merecida en gran manera porque no habéis creído y el que no cree es condenado. "Vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas." "Y no queréis venir a Mí para que tengáis vida." No imaginéis, ni por un momento, que la salvación excusa el pecado; ni os mezcléis dulcemente en la complacencia del pensamiento de vuestra irresponsabilidad. Sois responsables. Debemos reconocer ambas cosas. Es necesario que haya soberanía divina y responsabilidad humana. Es necesario que haya elección, pero también es necesario que acosemos vuestros corazones, que os demos la verdad de Dios; es necesario que os recordemos que, aunque está escrito: "En Mí está tu ayuda", también está escrito: "Te perdiste, oh Israel".
 
Parte del punto 5 sobre el mismo sermón de Spurgeon

No conozco nada, nada en el mundo, que sea más humillante para nosotros que esta doctrina de la elección. Muchas veces he tenido que caer postrado ante ella cuando he intentado comprenderla. He agitado mis alas, y, cual águila, me he remontado al sol. Constante ha sido mi ojo y seguro mi vuelo; pero cuando he llegado cerca de Él, y aquel pensamiento
"Dios os ha escogido desde el principio para salvación"-, se ha apoderado de mí, me he perdido en su resplandor, he sido cegado por su luz; mi alma ha temblado ante tan inescrutable idea, y ha caído deshecha y rota desde aquella cima de vértigo, diciendo: "Señor, yo no soy nada, yo soy menos que nada. ¿Por qué yo? ¿Por qué yo?"
Amigos, si queréis ser humillados, estudiad la elección, porque ella os humillará por el poder del Espíritu Santo. El que sienta orgullo por su elección no es elegido; y aquel que se sienta humillado por ella, puede creer que lo es; porque tiene uno de sus más benditos efectos: que nos ayuda a todos a humillarnos delante de Dios.
La elección debería hacer al creyente muy temerario y muy osado. Ningún hombre es tan intrépido como el que se sabe elegido por Dios. ¿Qué le importa a él el hombre, si ha sido escogido por su Hacedor? ¿Qué le importa a él el compasivo piar de los pajaritos, cuando sabe que es águila real? ¿Qué le importará que el mendigo le señale, cuando sangre real del cielo corre por sus venas? ¿Temerá si todo el mundo se levanta contra él? Si toda la tierra se levanta en armas, el vive en perfecta paz, porque mora en el lugar secreto del tabernáculo del Altísimo, en el gran pabellón del Todopoderoso. "Soy de Dios", dice. "Soy diferente a los demás. Ellos son de una raza inferior. ¿No soy noble? ¿No soy aristócrata del cielo? ¿No está mi nombre escrito en el libro de Dios?" Así pues, ¿le preocupará el mundo? De ninguna manera: es como el león que no se inmuta por el ladrido del perro, y se ríe de todos sus enemigos; y si se le acercan, con sólo moverse los destroza. ¿Por qué se turbara por ellos? "Se mueve entre sus adversarios como un coloso; mientras enanos que andan bajo sus pies, le ignoran". Su cabeza es de hierro y su corazón de pedernal; ¿qué le preocupará del hombre? Si fuese silbado y despreciado por el mundo entero, podría sonreír y decir:
"El que ha hecho de Dios su amparo,
Hallará en Él la morada sin marro".
"Soy uno de sus elegidos. Escogido por Dios y estimado; y aunque el mundo me aborrezca, no tengo miedo." ¡Ay de vosotros, acomodaticios!, algunos os doblaréis como los sauces. Hay pocos robles cristianos hoy día que puedan aguantar la tormenta; y os diré la razón: no tienen la confianza en ellos mismos de haber sido elegidos. Al hombre que sabe que lo es, su orgullo le impedirá pecar; no se humillará para hacer lo que los demás hacen. El creyente en esta verdad dirá: "¿Comprometeré mis principios? ¿Cambiaré mis doctrinas? ¿Me apartaré de mis ideas? ¿He de esconder lo que creo que es la verdad? ¡No!, y porque se que soy elegido de Dios, en los mismos oídos de los hombres hablaré de Su verdad, digan lo que digan". Nada hace a un hombre tan osado como el saber que es un escogido de Dios. No temblará ni se amedrentará, porque sabe que Él lo ha elegido.
Más aún, la elección nos hace santos. No hay cosa bajo la maravillosa influencia del Espíritu Santo que pueda hacer al cristiano más santo que el pensamiento de saberse elegido. "¿Pecaré yo, dice, después que Dios me ha escogido? ¿Seré un transgresor, considerando tanto amor? ¿Me apartaré al ver tan tierna misericordia y bondad? No, Dios mío; ya que Tú me has escogido te amaré y viviré para ti.
"Ya que Tú, mi Dios eterno,
Mi santo Padre te has hecho".
Quiero entregarme a ti y ser tuyo para siempre, por la elección y la redención, y consagrar solemnemente mi vida entera a tu servicio.
Y ahora, finalmente, unas palabras para el inconverso. ¿Qué te dice a ti la elección? Antes que nada tengo que deciros que os excuso. Sé que a muchos no os gusta esta doctrina, y no puedo censuraros por ello; porque yo mismo he oído decir tranquilamente a algunos que la predican que "no tienen una palabra que decir al pecador". Es lógico que os desagrade tal predicación, y os repito que, en ese caso, no sois vosotros los culpables de tal aversión. Animaos, tened esperanza, pecadores, porque hay elección. Lejos de desalentaros y descorazonaros, es verdaderamente risueño y esperanzador que la haya. ¿Qué pasaría si yo os dijera que nadie puede salvarse; que no hay ninguno ordenado para vida eterna?; ¿No retorceríais vuestras manos con desesperación, diciendo cómo nos salvaremos, pues, si no hay elegidos?" Mas yo os digo que hay multitud de ellos, incontables; hueste innumerable más allá de todo cálculo. Por lo tanto, ¡tened ánimo, pobres pecadores! Sacudid vuestro abatimiento; ¿no podrás ser tu elegido como cualquier otro, si hay una hueste innumerable? ¡Hay gozo y consuelo para ti! No solamente ten ánimo, sino ven y prueba al Señor. Recuerda que, si no fueras elegido, no perderías nada con ello. ¿Qué dijeron los cuatro leprosos? "Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos". ¡Oh!, pecador, ven al trono de la gracia que elige. Puedes morir donde estás. Ve a Dios, y aún suponiendo que te rechazara, suponiendo que apartara tus manos implorantes -cosa imposible- con todo, no perderás nada; no serás más condenado de lo que eres ahora; y si lo fueras, tendrías al menos la satisfacción de poder decir a Dios, levantando tus ojos en el infierno: "Dios, te pedí misericordia y no quisiste concedérmela; Supliqué y lloré por ella, pero me la negaste". ¡Eso nunca podrás decirlo, pecador! Si vas a El, y se la pides, la recibirás; porque ¡aún no ha despreciado a nadie! ¿No te infunde esperanza esto? Y aunque hay un número determinado, todos los que la buscan pertenecen a él. Ve y busca la misericordia, pecador; y si fueras el primero en ir al infierno de todos los que la buscaron, di a los demonios cómo pereciste; di a los espíritus perversos que fuiste echado fuera después de haber ido a Jesús como un culpable pecador. Sabe, pecador; que ello deshonraría al Eterno -con reverencia a su nombre es más, y no permitirá tal cosa. Es celoso de su honor, y no puede dar lugar a que nadie hable así.
Y lo que es más, ¡pobre alma!, cree no sólo que no perderás nada con venir, sino que hay algo mucho mejor. ¿Amas la doctrina de la elección? ¿Estás dispuesto a aceptar su justicia? Di pues: "Sé que estoy perdido y lo merezco; y que si mi hermano es salvado, yo no puedo murmurar. Si Dios me destruye, soy digno de ello, pero si salva a los que están sentados a mi lado, a Él le es licito hacer lo que quiera con lo suyo, y yo no puedo sentirme ofendido por ello". ¿Podéis decir esto sinceramente desde lo más profundo de vuestro corazón? Si así es, la doctrina de la elección ha hecho su justo efecto en vuestro espíritu, y no estáis lejos del reino de los cielos. Habéis sido traídos a donde debíais estar, donde el Espíritu ha querido; y siendo así esta mañana, marchaos en paz; Dios ha perdonado vuestros pecados. No podríais sentir esto si no hubiereis sido perdonados. Es imposible tener esa sensación si el Espíritu de Dios no obrara en vuestros corazones. Alegraos, pues, de ello. Descansad vuestra esperanza en la cruz de Cristo. No penséis en la elección, sino en El. Jesús en el principio, después y por toda la eternidad.

http://www.archivospurgeon.com/sermones/indice_sermones.htm
 
Estimado Luman,

Perdone Ud. que nop haya reparado antes de su amable respuesta.

Dice Ud:

Escrito originalmente por Id_y_haced

Mi respuesta es que es posible que como a mi algunos de mis hermanos en la fe protestantes-evangelicos, presenten ciertas dudas respecto a su salvacion.

También cabe la posibilidad opuesta: que Ud. presente ciertas dudas que puede condenarse .....

Hoy dia, pienso que ese varon que me dio esa doctrina radical, me la dijo por el mismo estar en error, hoy que vivo en la gracia de Cristo le puedo decir a usted, que la vida en CRisto se ha vuelto eficaz y especial, he descubierto que a pesar de que me equivoque mil o mas veces, si yo voy y confieso mi pecado a Cristo y me arrepiento de haberlo hecho, el me perdona, y amigo sabes que , hoy estoy mas enamorado que nunca de ese Hermoso, Misericordioso y Justo Dios.

100 % de acuerdo.

Pero ............ ¿y si Ud. no se confiesa? (mas allá del modo de confesión que no estamos discutiendo).

Ud. ha sido mas que claro al poner este condicional. Y no se equivoca. Este es el tema por el cual los católicos sabemos que la Salvación puede perderse, aunque no por "culpa" de Dios que todo lo perdona.

No es por obras que vamos a ir al cielo, es como dijo el Hno. que abrio este epigrafe...por GRACIAS...por la Charis de Dios.

Claro que es por Gracia. Pero ¿qué sentido tiene la Parábola de los Talentos si es que no es necesario ponerlos en juego y multiplicarlos para cuando el Señor vuelva?

Dios te bendiga.
 
Estimados hermanos en Cristo:

Estoy muy de acuerdo con lo siguiente.

La salvación o vida para siempre junto a ÉL es un regalo comprado a precio de sangre y que por ende una vez alcanzado por la fe no se puede perder.

Hemos alcanzado dicha salvación exclusivamente debido a la sangre preciosa derramada por nuestro Salvador Jesús, el Cristo, el Mesías en la Cruz del Calvario.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

¡QUÉ REGALO TAN ESPECIAL PORQUE PROVIENE DE DIOS!

¡ES EL ÚNICO QUE LO PUEDE DAR!

¡ES VIDA ETERNA JUNTO A ÉL!

¡ ALELUYA! ¡GLORIA A DIOS!

Aquella que engañados por Satanás no alcanzaron nuestros primeros padres y por ende la prole.

Por la NATURALEZA del regalo, una vez recibido no se puede perder.

¡¡¡ No podría ser de otra manera!!!

Por la sencilla razón de que por su NATURALEZA es un regalo evidentemente ¡¡¡INSEPARABLE !!! de la vida del creyente.

Si no lo cuidamos, la vida eterna se estropeará y se dañará y si la cuidamos se engrandecerá y se hará más plena en relación directa a nuestras obras porque recordemos que para nuestro Padre Celestial no hay imposibles.

Él hizo el universo con la Palabra y con la Palabra hará justicia y pondrá en la vida de cada creyente
absolutamente TODAS las cosas en su lugar, en definitiva en...... el Tribunal de Cristo.

“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.” (Romanos 14:10)

“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2° Corintios 5:10)

Es el verdadero significado espiritual –difícil de asimilar humanamente hablando- que tienen una gran parte de los versículos que muchas veces se toman erróneamente en el sentido de que la salvación (o vida eterna) se puede perder.

Sin embargo, la Palabra del Señor también nos enseña para que confiemos y vivamos en victoria, que el Espíritu de Dios que comenzó la buena obra, la terminará.

“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;” (Filipenses 1:6)

LA GRACIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEA CON TODOS VOSOTROS. AMÉN.
 
Querido Malcom:

Ya que ha tenido la amabilidad de transcribir parte de un sermón de Charles H. Spurgeon sobre el tema que nos ocupa, le retribuyo con el sermón de John Wesley que le recomendé.



Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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John Wesley
SERMON 128
(texto de la edición de 1872)
GRACIA GRATUITA
Predicado en Bristol, en el año 1740
AL LECTOR

Nada sino la más firme convicción, no sólo de que lo que aquí se propone es “la verdad como está en Jesús”sino también de que estoy indispensablemente obligado a declarar esta verdad a todo el mundo, podría haberme inducido a oponerme abiertamente a los sentimientos de aquéllos a quienes estimo por causa de su obra: ¡A cuyos pies pueda ser hallado en el día del Señor Jesucristo!
Si alguien creyera su obligación replicar a esto, solamente tengo una solicitud que hacer – Que cualquier cosa que hagas, sea hecha inherentemente en amor y en el espíritu de humildad. Que tu disputa misma muestre que “como los escogidos de Dios” te has revestido de “tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia” [Colosenses 3:12] ; que aun según este tiempo pueda decirse “¡Mirad como estos cristianos se aman unos a otros!”
ANUNCIO
Aunque un panfleto titulado “Gracia gratis, por cierto” se ha publicado contra este sermón, esto es para informar al publicador que no puedo contestar su tratado hasta que él parezca ser más diligente. Pues no me atrevo a hablar “las cosas profundas de Dios” en el espíritu del competidor por un premio o de un actor de teatro.



El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?” Romanos 8:32 .

1. ¡Cuán gratuitamente ama Dios al mundo! Mientras éramos aún pecadores, “Cristo murió por los impíos”. Mientras estábamos “muertos en nuestro pecado”, Dios no reservó a su propio Hijo, sino que “lo entregó por todos nosotros”. ¡Y cuán gratuitamente con Él nos “da todas las cosas”! ¡Verdaderamente, la GRACIA GRATIS es todo en todos!
2. La gracia o amor de Dios, de donde proviene nuestra salvación, es GRATUITA EN TODOS y GRATUITA PARA TODOS.
3. Primero. Es gratuita en todos a quienes le es dada. No depende de ningún poder o mérito en el hombre; no, no en ninguna medida, ni total ni parcialmente. No depende en absoluto ni de las buenas obras o la justicia del receptor, ni en nada que éste haya hecho, o nada que él sea. No depende de sus esfuerzos. No depende de su buen temperamento, o buenos deseos, o buenos propósitos o intenciones, pues todos estos fluyen de la gracia gratuita de Dios; solamente son los arroyos, no el manantial. Son los frutos de la gracia gratuita, no la raíz. No son la causa de ella, sino sus efectos. De todo lo bueno que está en el hombre, o sea hecho por el hombre, Dios es el autor y hacedor. Así es su gracia gratuita en todos; esto es, no dependiente en modo alguno de cualquier poder o mérito en el hombre, sino de Dios solo, quien gratuitamente nos dio a su propio Hijo y con Él “gratuitamente nos da todas las cosas”.
4. Pero es libre para TODOS, así como EN TODOS. A esto han respondido algunos: “No: Es gratuita solamente para aquéllos a quienes Dios ha ordenado para vida; y ellos no son sino un rebaño pequeño. Dios ha ordenado a la mayor parte para muerte, y no es gratuita para ellos. A ellos Dios los detesta; y por tanto, antes de que naciesen, decretó que muriesen eternamente. Y esto lo decretó absolutamente, porque así le plugo; porque esta fue su soberana voluntad. Consecuentemente, nacen para esto – ser destruidos en cuerpo y alma en el infierno. Y crecen bajo la irrevocable maldición de Dios, sin ninguna posibilidad de redención; pues la gracia que Dios les da, la da sólo para esto, para aumentar, no impedir, la condenación de ellos”.
5. Este es aquel decreto de predestinación. Pero me parece escuchar a alguno decir: “Esta no es la predestinación que yo sostengo: Sostengo solamente la elección de gracia. Lo que yo creo no es más que esto: que Dios, antes de la fundación del mundo, eligió un cierto número de hombres para ser justificados, santificados y glorificados. Ahora bien, todos estos serán salvados, y nadie más; pues al resto de la humanidad Dios los abandona a sí mismos. De forma que siguen las imaginaciones de sus propios corazones, los cuales son continuamente sólo malos, y, yendo de mal en peor, son en definitiva justamente castigados con destrucción perpetua”.
6. ¿Es ésta toda la predestinación que sostienes? Considéralo; quizá esto no es todo. ¿No crees que Dios los ordenó para esta mismísima cosa? Si es así, tú crees en todo el decreto; sostienes la predestinación en el sentido pleno en que ha sido descrito arriba. Pero puede que tú pienses que no. ¿No crees, entonces, que Dios endurece los corazones de aquéllos que perecen? ¿No crees que (literalmente) endureció el corazón del Faraón, y que con este fin lo levantó, o lo creó? Pues bien, esto equivale exactamente a lo mismo. Si crees que el Faraón, o cualquier otro hombre sobre la tierra, fue creado para este fin –para ser maldito- sostienes todo cuanto se ha dicho de la predestinación. Y no hay necesidad de que añadas que Dios apoya su decreto, el cual se supone inmutable e irresistible, endureciendo los corazones de aquellos vasos de ira a quienes aquel decreto había antes dispuesto para destrucción.
7. Bien, pero puede que tú no creas ni siquiera esto; no sostienes ningun decreto de reprobación, no piensas que Dios decrete que ningún hombre sea maldito, ni que lo endurece e irresisteblemente lo prepara para la condenación; solamente dices: “Dios eternamente decretó que estando todos muertos en pecado, él le diría a algunos de estos huesos secos, «Vive», y a otros no; que, consecuentemente, áquéllos serían vivificados, y éstos permanecerían en la muerte – aquéllos glorificarían a Dios por su salvación, y éstos por su destrucción”.
8. ¿No es esto lo que quieres significar con la elección de gracia? Si así fuera, haría una o dos preguntas: ¿Se salva alguien de los que no han sido así elegidos? O ¿hubo algunos, desde la fundación del mundo? ¿Es posible que hombre alguno se salve a menos que sea así elegido? Si dices “No”, no estás sino donde estabas; no has avanzado ni el espesor de un cabello; todavía crees que, como consecuencia de un decreto inmutable e irresistible de Dios, la mayor parte de la humanidad permanece en la muerte, sin ninguna posibilidad de redención; en la medida en que nadie puede salvarlos sino Dios, y él no los salvará. Crees que él ha decretado absolutamente no salvarlos; y ¿qué es esto sino decretar condenarlos? En efecto, no es más ni menos; desemboca en lo mismo; pues si estás muerto, y totalmente incapaz de vivificarte a ti mismo, entonces, si Dios ha decretado absolutamente que él haría vivir solamente a otros, y no a ti, él ha decretado absolutamente tu muerte eterna; estás absolutamente consignado para la condenación. Así pues, aunque uses palabras más suaves que otros, significas la mismísima cosa; y el decreto de Dios concerniente a la elección de la gracia, según tu versión, no es ni más ni menos que lo que otros llaman el decreto de reprobación de Dios.
9. Llámalo pues con cualquier nombre que te plazca, elección, preterición, predestinación o reprobación; al final se llega a lo mismo. El sentido de todo es claramente este: en virtud de un decreto de Dios eterno, inmutable, irresistible, sólo parte de la humanidad es infaliblemente salvada, y el resto infaliblemente condenado; siendo imposile que ninguno de los primeros sea condenado, ni que ninguno de los segundos sea salvado.
10. Pero si esto fuese así, entonces toda la predicación es vana. Es innecesaria para aquellos que son elegidos; pues ellos, sea con predicación o sin ella, serán infaliblemente salvados. Por tanto, el objetivo de la predicación –salvar a algunos- es vacuo con respecto a ellos; y es inútil para quienes no son elegidos, pues ellos no pueden ser salvados: ya sea con predicación o sin ella, serán infaliblemente condenados. El fin de la predicación es pues vacuo con respecto a ellos de similar manera; de modo que en cualquier caso nuestra predicación es vana, como tu escucha es también vana.
11. Esta, entonces, es una prueba clara de que la doctrina de la predestinación no es una doctrina de Dios, pues nulifica la ordenanza de Dios, y Dios no está dividido contra sí mismo. Una segunda [prueba] es que directamente tiende a destruir aquella santidad que es el objetivo de todas las ordenanzas de Dios. No digo [que] ninguno que la sostiene es santo (pues Dios es de tierna misericordia hacia aquéllos que están inevitablemente enredados en errores de cualquier especie), sino que la doctrina misma – que todo hombre es o bien elegido o no elegido desde la eternidad, y que el uno debe inevitablemente ser salvado, y el otro inevitablemente condenado – tiene una tendencia manifiesta a destruir la santidad en general; pues quita totalmente aquellos motivos primarios para buscarla, tan frecuentemente propuestos en la Escritura, la esperanza del futuro y el temor del castigo, la esperanza del cielo y el temor del infierno. Que éstos irán al castigo eterno, y aquéllos a vida eterna, no es motivo para que quien cree que su parte está ya determinada de esforzarse por la vida; no es razonable para él hacerlo, si piensa que está inalterablemente asignado o a la vida o a la muerte. Dirás, “Pero él no sabe si es vida o muerte”. ¿Y qué entonces? Esto no contribuye para nada; pues si un hombre enfermo sabe que es él debe inevitablemente morir, o inevitablemente recuperarse, auqnue no sepa cuál, es irracional que tome ningún medicamento en absoluto. Él puede justamente decir (y así he escuchado hablar a algunos, tanto en enfermedad corporal como espiritual): “Si estoy ordenado para la vida, viviré; si para muerte, moriré; de modo que no necesito preocuparme por esto”. Así directamente esta doctrina tiende a cerrar el portal mismo de la santidad en general – de impedir que hombres impíos siquiera se acerquen, o se esfuercen por entrar por ella.
12. De manera igualmente directa tiende esta doctrina a destruir varias ramas particulares de la santidad. Tales son la mansedumbre y el amor – amor, quiero decir, a nuestros enemigos – por los malos y los ingratos. No digo que ninguno de quienes la sostienen carezcan de mansedumbre y amor (pues como es el poder deDios, también es su misericordia), sino que naturalmente tiende a inspirar o aumentar una agudeza o brusquedad de temperamento que es muy contraria a la mansedumbre de Cristo, como se manifiesta especialmente cuando se les oponen en este asunto. Y naturalmente inspira desprecio o frialdad hacia quienes se suponen abandonados de Dios. “Oh, pero”, dirás, “yo no supongo réprobo a ningún hombre en particular”. Quieres decir que no lo harías si pudieras evitarlo. Pero a veces no puedes evitar la aplicación de tu doctrina general a personas particulares. El enemigo de las almas la aplicará por ti. Tú sabes cuán a menudo lo ha hecho. Pero tú rechazaste el pensamiento con repugnancia. Cierto; tan pronto como pudiste, pero ¡cómo amargó y aguzó tu espíritu en el interín! Tú sabes bien que no era el espíritu de amor aquello que sentiste hacia aquel pobre pecador, a quien supusiste o sospechaste, lo quisieras o no, haber sido odiado por Dios desde la eternidad.
13. Tercero. Esta doctrina tiende a destruir el consuelo de la religión, la felicidad del cristianismo. Esto es evidente con respecto a todos cuantos se creen reprobados, o quienes solamente lo sospechan o temen. Todas las grandes y preciosas promesas están perdidas para ellos; no les proporcionan ningún rayo de consuelo. Pues si no son los elegidos de Dios; por tanto, no tienen parte ni porción en ellas. Este es un obstáculo efectivo para que encuentren ningún consuelo o felicidad, ni siquiera en aquella religión cuyos caminos están diseñados para ser “caminos placenteros, y todas sus sendas de paz”.
14. Y con respecto a vosotros que os creéis los elegidos de Dios, ¿cuál es vuestra felicidad? No me refiero a una noción, una creencia especulativa, una mera opinión de cualquier clase; sino a una sentida posesión de Dios en tu corazón , traída a ti por el Espíritu Santo, o el testimonio del Espíritu de Dios en tu espíritu de que eres un hijo de Dios. Esto, que también se llama “la plena certidumbre de la fe” es el verdadero terreno de una felicidad cristiana. Y ciertamente implica una plena certidumbre de que todos tus pecados pasados están perdonados, y que eres ahora un hijo de Dios. Pero esto no necesariamente implica una certeza plena de nuestra futura perseverancia. No digo que nunca esté unida a ella, sino que no necesariamente está implícita allí; pues muchos tienen una sin tener la otra.
15. Ahora bien, esta experiencia del testimonio del Espíritu resulta ser muy obstruida por esta doctrina; y no solamente para aquellos quienes, creyéndose reprobados, por esta creencia la arrojan lejos de sí, sino hasta en aquéllos que han gustado aquel buen don, quienes aún así pronto lo han perdido otra vez, y caído de nuevo en dudas, y temores, y oscuridad – ¡horrible oscuridad, que puede ser sentida! Y apelo a cualquiera de vosotros que sostenéis esta doctrina, para que diga, entre Dios y vuestros propios corazones, ¡hasta qué punto no habéis tenido a menudo un retorno de las dudas y temores concernientes a vuestra elección y perseverancia! Si preguntas, “¿Y quién no?”, yo respondo “Muy pocos de quienes sostienen esta doctrina, pero muchos, muchísimos, de quienes no la sostienen, en todas partes de la tierra – muchos de estos han gozado el testimonio ininterrumpido de su Espíritu, la luz continua de su presencia, desde el momento en que ellos primeramente creyeron, por muchos meses o años, hasta este día.
16. Aquella certeza de fe que estos gozan excluye toda duda o temor. Excluye todas clases de duda y temor concernientes a su perseverancia futura; aunque no es propiamente, como se dijo antes, una seguridad de lo que es futuro, sino solamente de lo que ahora es. Y esto no requiere apoyarse en una creencia especulativa, de que quienquiera que una vez es ordenado para la vida debe [necesariamente] vivir; pues es traído de hora en hora, por el eficaz poder de Dios, “por el Espíritu Santo que les es dado”. Y por tanto aquella doctrina no es de Dios, porque tiende a obstruir, si no destruir, esta gran obra del Espíritu Santo, de la cual fluye la principal consolación de la religión, la felicidad del cristianismo.
17. De nuevo: ¡Cuán desconsolador pensamiento es éste, que miles y millones de hombres, sin ninguna ofensa o falta previa de ellos, fuesen inmutablemente condenados a quemaduras perpetuas! ¡Cuán peculiarmente desconsoloador debe de ser para quienes se han revestido de Cristo! ¡Para quienes, siendo llenos de misericordia, ternura y compasión, podrían hasta “desear ellos mismos ser malditos en beneficio de sus hermanos!”
18. Cuarto. Esta desconsoladora doctrina tiende directamente a destruir nuestro celo por las buenas obras. Y esto lo hace, primero, porque naturalmente tiende (según lo que fue observado antes) a destruir nuestro amor por la mayor parte de la humanidad, es decir, los malos y desagradecidos. Pues cualquier cosa que rebaje nuestro amor debe rebajar nuestro deseo de hacerles el bien. Esto lo hace, en segudo lugar, en la medida en que arranca uno de los motivos más fuertes para todos los actos de misericordia corporal, como alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, y semejantes – es decir [el motivo de] la esperanza de salvar sus almas de la muerte. Pues, ¿ de qué sirve aliviar sus necesidades temporales, de quienes están simplemente cayendo al fuego eterno? “Bien, pero correr y arrebatarlos como ramas del fuego...” No, esto lo supones imposible. Fueron dispuestos para esto, dices, desde la eternidad, antes de que hubiesen hecho ya sea bien o mal. Tú crees que es la voluntad de Dios que ellos mueran. Y “¿quién ha resistido su voluntad?” Pero tú dices que no sabes si éstos son elegidos o no. ¿Qué entonces? Si sabes que son uno o lo otro – ellos son elegidos o no elegidos- toda tu labor es vacía y vana. En cualquier caso, tu consejo, reproche, o exhortación es tan innecesaria e inútil como nuestra predicación. Es innencesaria para aquellos que son elegidos; pues ellos serán salvados infaliblemente sin ella. Es inútil para quienes no son elegidos; pues con ella o sin ella serán infaliblemente malditos; por tanto no pueden consistentemente con tus principios ocuparte en absoluto de la salvación de ellos. Consecuentemente, aquellos principios tienden directamente a destruir tu celo por las buenas obras, por todas las buenas obras, pero particularmente por la mayor de todas, salvar a las almas de la muerte.
19. Pero, quinto, esta doctrina no sólo tiende a destruir la santidad, la felicidad y las buenas obras cristianas, sino que tiene también una directa y manifiesta tendencia a derribar toda la revelación cristiana. El punto que los más sabios de los incrédulos modernos más industriosamente trabajan para probar es que la revelación cristiana no es necesaria. Ellos saben bien que, una vez que pudiesen demostrar esto, la conclusión sería demasiado clara como para ser negada: “Si no es necesaria, no es verdadera”. Ahora, tú les concedes este punto fundamental. Pues suponiendo aquel decreto eterno e inmutable, una parte de la humanidad debe ser salvada, aunque la revelación cristiana no estaba en existencia, y la otra parte de la humanidad debe ser maldita, a pesar de aquella revelación. Y ¿qué podría un infiel desear más? Tú le concedes todo lo que pide. Al hacer el Evangelio así innecesario para toda clase de hombres, entregas toda la causa cristiana. “¡No lo digáis en Gat! No sea que se regocijen las hijas de los incircuncisos” [Miqueas 1:10], ¡no sea que los hijos de la incredulidad triunfen!
20. Y como esta doctrina manifiesta y directamente tiende a derribar la entera revelación cristiana, así hace lo mismo, por obvia consecuencia, al hacer que la revelación se contradiga a sí misma. Pues está basada en una interpretación tal de algunos textos (más o menos no importa) que de plano contradice todos los otros textos, y de hecho la extensión y el tenor enteros de la Escritura. Por ejemplo: Los sostenedores de esta doctrina interpretan aquel texto de la Escritura, “A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” [Romanos 9:13] como implicando que Dios en un sentido literal aborreció a Esaú, y a todos los reprobados, desde la eternidad. Ahora bien, ¿cuál podría posiblemente ser una contradicción más evidente que ésta, no solamente de la extensión y tenor completos de la Escritura, sino de todos aquellos textos particulares que declaran “Dios es amor”? De nuevo: Ellos infieren de aquel texto, “Tendré misericordia de quien tenga misericordia” (Romanos 9:15) que Dios es amor solamente para algunos hombres, o sea los elegidos, y que él tiene misericordia de ellos solamente; obviamente contrario a lo que es el tono completo de la Escritura, como lo es aquella declaración expresa en particular, “El Señor es bueno para con todos, y su compasión, sobre todas sus obras” (Salmo 145:9). De nuevo: Infieren de este texto y otros similares, “No depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” [Romanos 9:16], que él muestra misericordia solamente a aquéllos por quienes tuvo consideración desde toda la eternidad. No, pero ¿quién contradice a Dios ahora? Tú ahora contradices el conjunto de los oráculos de Dios, que declaran uniformemente, “Dios no hace acepción de personas” (Hechos 10:34). “Porque en Dios no hay acepción de personas”(Romanos 2:11). De nuevo: de aquel texto, “porque aún cuando los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama) se le dijo a ella” , a Rebeca, “El mayor servirá al menor” [Romanos 9:11-12] infieres que nuestro ser predestinados, o elegidos, no depende en modo alguno de la presciencia de Dios. Contrarias de plano a esto están todas las escrituras; y aquéllas en particular “elegidos conforme a la presciencia de Dios”(1 Pedro 1:2); “A quienes conoció, a estos predestinó” (Romanos 8:29).
21. Y “el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan” (Romanos 10:12, NVI) . Pero tú dices, “No; él es tal solamente para aquéllos por quienes Cristo murió. Y estos no son todos, sino unos pocos, a quienes Dios ha escogido del mundo; pues él no murió por todos, sino sólo por aquéllos que fueron “escogidos en él antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4). Claramente contrario a tu interpretación de todas estas escrituras, también, es todo el tenor del Nuevo Testamento, como lo son en particular aquellos textos – “No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió” (Romanos 14:15) – una clara prueba de que Cristo murió no sólo por aquéllos que son salvados, sino también por aquéllos que perecen: Él es “el Salvador del mundo” (Juan 4:42). Él es el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). “El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero”(1 Juan 2:2). “Él”, el Dios viviente, “es el Salvador de todos los hombres” (1 Timoteo 4:10). Él “se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:6). Él probó “la muerte por todos” (Hebreos 2:9).
22. Si preguntas, “¿Por qué entonces no se salvan todos los hombres?” toda la ley y el testimonio contestan. Primero, no a causa de ningún decreto de Dios, ni porque sea su placer que mueran; pues “Vivo yo –declara el Señor Dios – no me complazco en la muerte de nadie” (Ezequiel 18: 3, 32). Cualquiera sea la causa del perecer de ellos, no puede ser la voluntad de Él, si los oráculos de Dios son verdaderos; pues ellos declaran, Él “no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9, NVI). “Él desea que todos se salven”. Y ellos, en segundo lugar, declaran cuál es la causa por la cual no todos los hombres son salvados, a saber, que no quieren ser salvados. Así expresamente nuestro Señor, “no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40). “El poder del Señor está presente para sanarlos”, pero no quieren ser sanados. “Ellos rechazan el consejo”, el misericordioso consejo, “de Dios contra sí mismos” como lo hicieron sus padres duros de cerviz. Y por tanto están sin excusa; porque Dios los salvaría, pero ellos no quieren. Esta es la condenación: “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos ... y no quisiste!” (Mateo 23:37).
23. Y como esta doctrina manifiestamente tiende a derribar la entera revelación cristiana, así hace lo mismo, por obvia consecuencia, al hacer que la revelación se contradiga a sí misma. Pues está basada en una interpretación tal de algunos textos que de plano contradice todos los otros textos, y de hecho la extensión y el tenor enteros de la Escritura – una abundante prueba de que no es de Dios. Pero tampoco es esto todo. Pues, séptimo, es una doctrina llena de blasfemia; de tal blasfemia que debiera temer [siquiera] mencionar, pero que el honor de nuestro Dios de gracia, y la causa de su verdad, no me tolerarán que calle. En la causa de Dios, pues, y por una sincera preocupación por la gloria de su gran nombre, mencionaré unas pocas de las horribles blasfemias contenidas en esta horrible doctrina. Pero primero, debo advertiros a cada uno de vosotros que oís, como que habréis de responder sobre ella en aquel gran día, que no me culpéis (como algunos han hecho) de blasfemia, porque mencione la blasfemia de otros. Y cuanto más os entristezcáis con aquellos que así blasfeman, ved que “confirmáis vuestro amor hacia ellos”, y que el deseo de vuestro corazón, y la oración continua hacia Dios sea “¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!”
24. Esto dicho, obsérvese que esta doctrina representa a nuestro bendito Señor, “Jesucristo el Justo” [1 Juan 2:1], “el unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” [Juan 1:14], como un hipócrita, un engañador de la gente, un hombre carente de vulgar sinceridad. Pues es innegable que él en todas partes habla como si desease que todos los hombres se salven. Por tanto, decir que él no quería que todos los hombres se salvasen, es representarle como un mero hipócrita y simulador. No puede negarse que las palabras de gracia que salieron de su boca están llenas de invitaciones a todos los pecadores. Decir, pues, que él no se proponía salvar a todos los pecadores es representarlo como un burdo engañador de la gente. No puedes negar que él dice, “Venid a mí, todos cuantos estáis trabajados y cargados. Si, entonces, tú dices que él llama a quienes no pueden venir; a quienes él sabe que serán incapaces de venir; a quienes él podría hacer capaces de venir, pero no los hará, ¿cómo es posible describir una mayor falta de sinceridad? Le representas como mofándose de sus indefensas criaturas, al ofrecerles lo que no se propone darles nunca. Le describes como diciendo una cosa, y significando otra; como simulando el amor que no tiene. A él, “en cuya boca no se halló mentira”, lo haces lleno de engaño y privado de común sinceridad – especialmente, entonces, cuando acercándose a la ciudad, lloró sobre ella y dijo: “¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos ... y no quisiste!” [Mateo 23:37; griego] êthelêsa ... kai ouk êthelêsasate . Ahora bien, si tú dices, “ellos querían, pero él no quería” , ¡le representas a él (quién lo diría) como llorando lágrimas de cocodrilo; llorando sobre la presa que él mismo había condenado a la destrucción!
25. ¡Esta es un blasfemia tal, que uno creería capaz de hacer zumbar los oídos de un cristiano! Pero hay todavía más; pues así como honra al Hijo, también esta doctrina honra al Padre. Destruye todos sus atributos de un golpe. Subvierte a la vez su justicia, misericordia y verdad; sí, representa al Dios santísimo como peor que el diablo, como a la vez más falso, más cruel y más injusto. Más falso, porque el diablo, mentiroso como es, nunca ha dicho, “El desea que todos los hombres se salven”. Más injusto; porque el diablo no puede, si quisiera, ser culpable de tal injusticia como le adjudicas a Dios, cuando dices que Dios condenó a millones de almas al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles, por continuar en el pecado, el cual, por falta de aquella gracia que él no les dará, no pueden evitar. Y más cruel, porque aquel infeliz espíritu “busca reposo y no lo halla” de modo que su propia miseria inquieta es una especie de tentación para que él tiente a otros. Pero Dios reposa en su alto y santo lugar; de modo que suponerle, por su propia mera iniciativa, de su pura voluntad y placer, que sea feliz al condenar a sus criaturas, sea que lo quieran o no, a interminable miseria, es imputarle una crueldad tal como no podemos imputársela siquiera al gran enemigo de Dios y del hombre. ¡Es representar al altísimo Dios (¡el que tenga oídos para oír, que oiga!) como más cruel, falso e injusto que el diablo!
26. ¡Esta es la blasfemia claramente contenida en el decreto horrible de predestinación! Y aquí planto mi pie. En esto me opongo a todo sostenedor de él. Tú representas a Dios como peor que el diablo; más falso, más cruel, más injusto. Pero dices que lo probarás por la Escritura. ¡Detente! ¿Qué has de probar por la Escritura? ¿Qué Dios es peor que el diablo? No puede ser. Sea lo que sea que la Escritura pruebe, nunca puede probar esto, cualquiera sea el verdadero significado. Este no puede ser su verdadero significado. Preguntas, “¿cuál es, entonces, el verdadero significado?” Si digo, “No lo sé”, no has ganado nada’; pues hay tantas escrituras cuyo verdadero significado ni tú ni yo sabremos hasta que la muerte sea sorbida en victoria. Pero esto sé, mejor sería decir que no tiene sentido, que decir que tiene un sentido tal. No puede significar, cualquiera otra cosa que signifique, que el Dios de verdad es un mentiroso. Que signifique lo que quiera, no puede significar que el Juez de todo el mundo sea injusto. Ninguna Escritura puede significar que Dios no es amor, o que su misericordia no está sobre todas sus obras; esto es, cualquiera otra cosa que pruebe además, ninguna escritura puede probar la predestinación.
27. Esta es la blasfemia por la cual (por más que ame a las personas que la afirman) aborrezco la doctrina de la predestinación, una doctrina sobre el supuesto de la cual, si uno pudiese posiblemente suponerla por un momento (llámala elección, reprobación o lo que desees, pues todo se reduce a lo mismo) uno podría decir a nuestro adversario, el diablo, “Tú, necio, ¿por qué sigues rugiendo por ahí? Tu acecho de las almas es tan innecesario e inútil como nuestra predicación. ¿No has oído que Dios te ha quitado el trabajo de las manos, y que lo hace mucho más eficazmente? Tú, con todas tus principalidades y poderes, puedes solamente asaltar de tal modo que podemos resistirte; ¡pero él puede irresistiblemente destruir tanto cuerpo como alma en el infierno! Tú puedes solamente tentar; pero sus decretos inmutables, de dejar miles de almas en la muerte, les obliga a continuar en pecado, hasta que caigan en perdurables quemaduras. Tú tientas; él nos fuerza a ser condenados, pues no podemos resistir su voluntad. Tú, necio, ¿para qué sigues aún rondando, buscando a quién devorar? ¿No has oído que Dios es el león devorador, el destructor de las almas, el asesino de los hombres?” Moloc solamente hacía que los niños pasaran por el fuego, y aquel fuego pronto se extinguía; o, siendo consumido el cuerpo corruptible, su tormento llegaba a su fin; pero Dios, se te dice, por su decreto eterno, fijado antes de que hubiesen hecho bien o mal, causa que no solamente niños de un palmo, sino los padres también, pasen a través del fuego del infierno, el “fuego que jamás se apaga”, y el cuerpo que es arrojado en él, siendo ahora incorruptible e inmortal, estará siempre consumiéndose sin consumirse jamás, sino que “el humo de su tormento”, porque es el buen placer de Dios, “asciende por siempre jamás”.
28. ¡Oh, cuánto se regocijaría el enemigo de Dios y del hombre de escuchar que las cosas eran así! ¡Cuánto gritaría sin reservas! Cómo elevaría su voz y diría “¡A tus tiendas, oh Israel! ¡Huye del rostro de este Dios, o pereceréis irremediablemente! Pero ¿a dónde huirás? ¿Al cielo? Él está allí. ¿Al infierno? Está allí también. No podéis huir de un tirano omnipresente y todopoderoso. Y sea que huyáis u os quedéis, llamo al cielo, su trono, y a la tierra, su pedestal, a testimoniar contra vosotros, pereceréis, moriréis eternamente. ¡Canta, oh infierno, y regocijaos, vosotros que estáis bajo la tierra! ¡Pues Dios, el mismo poderoso Dios, ha hablado, y dedicado a la muerte a miles de almas, desde donde sale el sol hasta donde se oculta! ¡Aquí, oh muerte, está tu aguijón! Ellos no escaparán, no podrán; pues la boca del Señor lo ha dicho. Aquí, oh sepulcro, está tu victoria. ¡Naciones aún sin nacer, o siquiera antes de que hayan hecho bien o mal son condenadas a no ver nunca la luz de la vida, sino que tú las roerás por siempre y para siempre! ¡Que todas aquellas estrellas de la mañana que cayeron con Lucifer, hijo de la mañana, canten juntas! ¡Que todos los hijos del infierno griten de gozo! Pues se ha emitido el decreto y ¿quién lo deshará?”
29. Sí, se ha sancionado el decreto, y así fue antes de la fundación del mundo. Pero, ¿qué decreto? Este: “Pondré delante de los hijos de los hombres «vida y muerte, bendición y maldición». Y quien elija la vida, vivirá, como el alma que elija la muerte morirá”. Este decreto por el cual “a quienes Dios conoció, los predestinó” era por cierto desde la eternidad; este, por el cual todos quienes permiten que Cristo les vivifique son “elegidos conforme a la presciencia de Dios”, ahora están firmes, tal como la luna, y como los testigos fieles en el cielo; y cuando el cielo y la tierra pasen, esto no pasará, pues es tan inmutable y eterno como lo es el ser de Dios que lo otorgó. Este decreto proporciona el más fuerte aliento para abundar en toda buena obra y en toda santidad; y es un manantial de gozo, de felicidad también, para nuestro grande e interminable contentamiento. Este es digno de Dios; es en toda manera consistente con todas las perfecciones de su naturaleza. Nos da la más noble opinión tanto de su justicia como de su misericordia y verdad. Con esto concuerda la completa amplitud de la Revelación cristiana, como asimismo todas sus partes. De esto Moisés y todos los Profetas dan testimonio, y nuestro bendito Señor y todos sus Apóstoles. Así Moisés, en el nombre de su Señor: “Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia” [Deuteronomio 30:19]. Así Ezequiel (para citar a un profeta por todos): “El alma que peque, esa morirá. El hijo no cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo; la justicia del justo será sobre él y la maldad del impío será sobre él” (18:20.) Así nuestro bendito Señor: “Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba” (Juan 7:37). Así su gran Apóstol, San Pablo: “Dios ... manda a todos en todas partes que se arrepientan” (Hechos17:30), todo hombre en todo lugar, sin excepción ni de lugar ni de persona. Así Santiago: “Si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”(Santiago 1:5). Así San Pedro: “El Señor ... no quiere que nadie perezca sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9, NVI). Y así San Juan: “Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero” (1 Juan 2:1-2).
30. ¡Oh, escuchad esto, vosotros que olvidáis a Dios! ¡No podéis acusarle a él de vuestra muerte! “¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío – declara el Señor Dios – y no en que se aparte de sus caminos y viva?” (Ezequiel 18:23). “Arrepentíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, para que la iniquidad no os sea piedra de tropiezo. Arrojad de vosotros todas las transgresiones que habéis cometido ... ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?” [Ezequiel 18: 31-32]. “Vivo yo” – declara el Señor Dios – que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habréis de morir, casa de Israel?” (Ezequiel 33:11).

[Editado por Ken Harris (estudiante del Northwest Nazarene College) con correcciones por George Lyons del Northwest Nazarene College (Nampa, Idaho) para el Centro Wesley para la Teología aplicada].

Traducción al español: Jetonius. Las citas bíblicas en español están en su mayoría tomadas de la Biblia de las Américas; algunas son de la Nueva Versión Internacional (NVI).

http://www.ccel.org/w/wesley/sermons/sermons-html/serm-128.html
 
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida

Gracias Señor que no eres hombre para mentir.

Dios los bendiga.

Carlos
 
Originalmente enviado por: ccfftt
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida

Gracias Señor que no eres hombre para mentir.

Dios los bendiga.

Carlos

¡Amén y amén!

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Originalmente enviado por: ccfftt
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida

Gracias Señor que no eres hombre para mentir.

Dios los bendiga.

Carlos




Una de las cosas que más me gusta de este versículo y de otros, es la forma verbal, NO DICE "pasará de muerte a vida", sino "ha pasado de muerte a vida", está en pasado, es decir, algo que ya se ha realizado.


Los tiempos verbales dicen mucho, y si entendieramos bien su significado en griego ¡¡¡ nos quedaríamos pasmados ante la contundencia de la Palabra!!!
 
Estimado Jetonius:


Si "ha pasado de muerte a vida"......¿se puede pasar de vida a muerte? :confused:


;) ;) ;)
 
Amén Maripaz, estoy de acuerdo con los tiempos verbales, por esa razón coloqué el versículo. Creo que es uno de los pasajes más claros, hemos pasado de muerte a vida y a vida eterna, hay vida eterna y condenación eterna, y si tenemos (en pasado) vida eterna, es eterna, parece que es difícil para algunos de mis hermanos entender que eterno significa “para siempre”

¿Qué le dijo el Señor a Nicodemo?
Juan 3:3
“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”

Es necesario nacer de nuevo, !!qué hermosa frase!!. Debemos nacer de nuevo para ver el reino de Dios. Por el contexto sabemos que está hablando de la salvación, “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(v 14,15), al igual que en el desierto, donde la serpiente levantada en ese madero era un tipo de Jesucristo, debemos poner nuestra mirada en Él, colocar nuestra fe en Jesucristo (quien fue hecho pecado por nosotros) después de haber reconocido y habernos arrepentido de nuestros pecados.

Ahora, si el “Nuevo Nacimiento” es requisito para obtener la salvación, ¿cuántas veces se menciona en la Biblia, que debemos “Nacer de Nuevo”, sólo una vez, primero el nacimiento físico y después el nacimiento espiritual. Sólo se “nace de nuevo” una vez.
El Señor nos exige que debemos ser santos, vivir como Él vivió, esto lo digo porque sé que muchas veces algunos piensan que cuando defendemos la fe sin obras, estamos fomentando el pecado, en ninguna manera, somos salvos, somos “creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10). Creados para andar en buenas obras, no es que debemos andar en buenas obras para ser creados en Cristo Jesús.

Volviendo al “Nuevo Nacimiento”, como dice Juan “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros” (1 Juan 1:10). Sabemos que si pecamos debemos confesar nuestro pecado y apartarnos para alcanzar misericordia. Si esos pecados que cometemos luego de haber “nacido de nuevo”, hacen nulo ese nuevo nacimiento, exigiendo por lo tanto otro “nuevo nacimiento”, pregunto:
· ¿Cuántas veces se debe “nacer de nuevo”?
· ¿Cuánto tiempo pasa, para que ese “primer” “Nuevo Nacimiento”, se haga nulo o se pierda, necesitando un “nuevo” “Nuevo Nacimiento”? (porque sabemos que a veces pasan días para que reconozcamos que hemos pecado, como a veces lo reconocemos inmediatamente)

Creo que no hay respuesta bíblica para estas preguntas.

El Señor les bendiga

Carlos
 
"Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo"
Prv. 16:4


Antes que nada gracias estimado Jetonius por el tiempo y la dedicación que empleaste en traducir tan largo sermón. Aunque mas que un sermón me parece una ferviente critica donde no tubo sensibilidad, no es un mensaje adecuado para ser predicado. Wensly se equivoca en mucho de lo que escribe pues parece no conocer la enseñanza correcta de lo que ataca, se deja llevar por sus malas interpretaciones acerca del calvinismo.
Dice entre otras cosas:

1.- Si no eres elegido de Dios hagas lo que hagas estarás condenado.

No es verdad, porque aquel que creer NO es condenado y no tiene porque dudar de que es salvo, las dudas solo provienen de Satanás. Dios no nos da un espíritu de incertidumbre para dudar. No hay mas culpables de aquellos que atacan la doctrina de la predestinación infundiendo temor infundado. SI crees y obedeces eres salvo, Dios te ha recibido como Hijo y ni todo el poder del infierno podrá arrebatarte de las manos de Dios a ninguno de sus Hijo.

2.- Pero si esto fuese así, entonces toda la predicación es vana.

No es verdad, Dios ha establecido la predicación de la Palabra para salvar, ningún elegido de Dios nace salvo, todos necesitan arrepentimiento y a estos a quien Dios ha amado desde la eternidad recibirán de Dios la fe y el arrepentimiento por medio de la palabra como dones de Dios a ellos no de ellos a Dios. Los hombres no pueden ejercer o desarrollar el don de la fe. Si Dios no da la fe no habrá fe, y si la diera a todos todos creerían, pero no todos creen.

3.- Es innecesaria (la predicación) para aquellos que son elegidos; pues ellos, sea con predicación o sin ella, serán infaliblemente salvados.

Lo mismo podríamos decir que la oración es innecesaria, ¿para que orar si Dios ya lo sabe todo?. Una de las ordenanzas de Dios es que se predique la Palabra y es por eso que se debe predicar. Además es sano creerse salvo y no dudar e ir tras la plenitud de la salvación. Pero pensar como dice Wensly es un error porque la doctrina (tengo que decir el nombre solo para hacer referencia) calvinista rechaza ese pensamiento categóricamente.

4.- “Si estoy ordenado para la vida, viviré; si para muerte, moriré; de modo que no necesito preocuparme por esto”.

No se si reir o llorar, otro error infundado y propagado por los buenos arminianos y por algunos errados calvinistas. El calvinismo enseña todo lo contrario, es mas no hay sistema que enseñe mas santidad a sus miembros y gozo.

5.- Así directamente esta doctrina tiende a cerrar el portal mismo de la santidad en general - de impedir que hombres impíos siquiera se acerquen, o se esfuercen por entrar por ella.

No cabe duda Wensly con su desconocimiento del calvinismo ha hecho mucho daño a este sistema ya que es el fundador del Metodismo. Nada mas errado que lo que acaba de decir.

6.- Esta doctrina tiende a destruir el consuelo de la religión, la felicidad del cristianismo.

Todo lo contrario estimado Wensly, el saber que puedo perder mi salvación eso si es un desconsuelo. ¿Usted cree que los calvinistas no tienen consuelo? tendría que serlo para saberlo. Lo único que hace Wensly con su escrito es infundir temor a sus oyentes hacia el calvinismo porque desconoce como son las cosas.

7.- ¡Esta es la blasfemia claramente contenida en el decreto horrible de predestinación!

La predestinación es una palabra bíblica, esta en la Biblia. Wensly dice parafraseando que Dios predestino porque vio de antemano quien creería en El. Bien, abajo comento sobre esto, pero supongamos que asi fuere que Dios predestina según el vio en el futuro quien creería. Pregunto entonces ¿para que Dios trajo a la vida a aquellos que sabe por su omnisciencia que no creerían? Nacen bebes pero estos bebes Dios sabe que no van a creer nunca por lo tanto irán al infierno. Y mas aun ¿para que mando Dios a Cristo a morir por aquellos que de antemano sabrá que no vendrán?

¿Acaso no enseña Wensly lo que el llama "decreto horrible de predestinación"?

Pero veamos que Dios no predestina porque el vio de antemano quien creería y quien no:

"Hay algunos que hacen que la fe y las buenas obras sean la base de la elección. Ellos presuponen que Dios escogió a su pueblo porque vio de antemano (antes de la fundación del mundo, en su preconocimiento de todas las cosas) su fe y sus buenas obras. Este punto de vista trastorna la causa y el efecto, porque hace que la elección dependa de la fe y las buenas obras, cuando bíblicamente, la fe y las buenas obras dependen de la elección. Cuando leemos, "escogidos... para que seamos santos", es obvio que la elección no es a causa de la santidad, sino para que seamos santos.
El propósito de la elección incluye la santificación de los elegidos, y por lo tanto, los ve como pecadores que necesitan ser santificados. La misma verdad es sugerida por las palabras en Romanos 8:29. "Porque a los que antes conoció, también los predestino para que fuesen hachos conforme a la imagen de su Hijo..."
Aqui resulta evidente que la predestinación, incluso la elección, no tuvo su base en la conformidad de los predestinados a la imagen de Cristo, sino que la conformidad a CRisto es el resultado de la predestinación.
En el pasaje tan controversial de Hechos 13:48, "Y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna", la interpretación mas natural es que creyeron a causa de su preordenación a vida eterna. El punto de vista arminiano que invierte este orden, es sin fundamento en la palabra de Dios; porque la elección es la fuente, la única fuente de la cual surgen la fe, la santidad y las buenas obras.

J.M. Pendlenton, La fe bíblica e histórica de los bautistas sobre las doctrinas de la Gracia. pag.28-29

Bendiciones de lo alto
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