Y MIENTRAS TANTO AQUÍ, LOS NEGACIONISTAS DE LA REALIDAD LO NIEGAN...
Un equipo de cuatro investigadores de la Universidad de California, coordinados por Beverly Rubick, ha demostrado que las radiofrecuencias debilitan el sistema inmune y pueden ser la causa de la enfermedad Covid-19. Entre otros efectos, contribuye a la hipercoagulación, que fue precisamente lo que hallaron los forenses italianos, alemanes, búlgaros, británicos y suizos al practicar autopsias.
Este es el resumen del trabajo:
La política de salud pública COVID-19 se ha centrado en el virus SARS-CoV-2 y sus efectos en la salud humana, mientras que
los factores ambientales se han ignorado en gran medida. Al considerar la tríada epidemiológica (agente-huésped-entorno) aplicable a todas las enfermedades, investigamos un posible factor ambiental en la pandemia de Covid-19: la radiación de radiofrecuencia ambiental de los sistemas de comunicación inalámbrica, incluidas las microondas y las ondas milimétricas, cada vez más presentes en un mundo hiper-tecnológico.
El Covid-19 apareció en Wuhan, China, poco después de la implementación de 5G (quinta generación de radiación inalámbrica) en toda la ciudad, y se extendió a nivel mundial, demostrando una correlación estadística con las comunidades internacionales con antenas 5G instaladas.
En este estudio, examinamos la literatura científica revisada por pares sobre los efectos biológicos perjudiciales de la radiación de radiofrecuencia (RFR) e identificamos varias formas en las que la RFR puede estar contribuyendo al Covid-19 como cofactor ambiental tóxico.
Concluimos que la radiación de radiofrecuencia y, en particular, 5G ha exacerbado la prevalencia y la gravedad de COVID-19 al debilitar la inmunidad del huésped y aumentar la virulencia del SARS-CoV-2 al causar cambios morfológicos en los eritrocitos, lo que puede estar contribuyendo a la hipercoagulación, la alteración de la microcirculación y reducción de los niveles de hemoglobina, la exacerbación de la hipoxia, la amplificación de la disfunción del sistema inmunológico, que incluye inmunosupresión, autoinmunidad e hiperinflamación, el aumento del estrés oxidativo celular y la producción de radicales libres que exacerban la lesión vascular y el daño orgánico, el aumento del Ca2 + intracelular -esencial para la entrada, replicación y liberación viral, además de promover vías proinflamatorias- y el empeoramiento de las arritmias y los trastornos cardíacos.
En resumen, la radiación de radiofrecuencia es un factor de estrés ambiental omnipresente que contribuye a los resultados de salud adversos del COVID-19.
Invocamos el principio de precaución y
recomendamos encarecidamente una moratoria en la infraestructura inalámbrica 5G en este momento crucial para ayudar a mitigar la pandemia y preservar la salud pública hasta que se definan y empleen los estándares de seguridad gubernamentales para la exposición a radiaciones de radiofrecuencia basados en investigaciones actuales y futuras.
Fuente:
https://osf.io/