A QUIEN CORRESPONDA:
Deja que los muertos entierren a sus muertos
Jesús de Nazaret tenía un mensaje para el mundo. Uno de sus seguidores le dijo que lo acompañaría, pero le pedía tiempo para una ceremonia funeraria. En los rituales judíos era muy importante la ceremonia de acompañar a sus difuntos a su última morada.
Jesús lo miró fijo y le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”.
En esta frase, aún desata polémicas en el mundo de la teología cristiana, pues no resulta fácilmente comprensible que Jesús usara palabras tan duras. Él se refería a los “muertos espiritualmente”, pues la muerte nunca fue para Jesús otra cosa que la entrada al Reino para aquellos que lo hayan elegido.
No es mi intención hacer un debate teológico. Lo tomo como una metáfora para referirme a la enorme cantidad de “muertos en vida” que, ya sea por falta de iniciativa en la búsqueda de la verdad, o también como no, por la devoción absoluta a los medios de comunicación, decidieron inocularse una sustancia desconocida simplemente porque los “líderes de opinión” políticos y mediáticos así lo aconsejaron.
Para quienes además nos tomamos el tiempo para leer los prospectos, sabemos también que no brinda inmunización alguna. Y hoy, eso es demostrable.
Existe una tendencia entre aquellos que fuimos capaces de investigar (en mi caso personal más de 1.500 horas) a intentar “salvar almas” de las garras del perverso Nuevo Orden Mundial, representado por un informático eugenésico incrustado como un okupa en el mundo de la medicina y unas instituciones globalistas ( Rockefeller Foundation, OMS, Foro de Davos, ONU, etc. etc.). No escapé de esa tendencia, he intentado mediante lo poco que las redes sociales permiten, alertar a amigos y a algunos conocidos. Pero desde el momento en que comprobé que la mayoría de la gente aceptaba la pócima, dejé de enviar información, por conocer el daño que estaban provocando estas inoculaciones, siendo consciente que divulgar esta información podría generar miedo en las personas que, de buena fe, pusieron el brazo para este experimento. Y el miedo, es mal consejero. Si las autoridades (mediáticas y políticas, a sueldo de las mega-corporaciones) se dedicaron a generar miedo para lograr doblegar a la gente, yo no quise ser otro factor que lo promueva, especialmente, en momentos en que todo el mundo ya tomó la mejor decisión que consideró posible.
Se nota además el odio que se genera contra los que con intenciones sanas, quieren alertar e informar a los demás. El médico Luis Miguel De Benito explicaba en uno de sus directos en la plataforma Rumble (porque Youtube le cerró el canal, claro…) de una manera muy didáctica por qué las personas inoculadas no quieren saber nada que contradiga la decisión tomada:
“…es como una persona que lleva meses con la intención de comprar un coche determinado, soñando con él, hasta que un día va al concesionario y lo compra. De pronto, un ingeniero mecánico amigo le dice: vaya mierda de coche te compraste…”
Intenté entonces pasar por alto la clave del problema (la situación sanitaria programada), enviando de vez en cuando imágenes, pequeños videos o reflexiones acerca del conglomerado elitista que toma las decisiones que afectan al mundo, con el “lote” de excrementos culturales que penetran el mundo occidental por obra y magia de los políticos (sean de la tendencia que sean), incrustándose en el inconsciente colectivo mediante la fagocitación social en los medios, el cine, las series (Netflix se lleva el Oscar), falsos movimientos sociales; como por ejemplo la aniquilación de la familia como eslabón social, la culpabilización del hombre blanco, la ingeniería de género, la mentira del cambio climático “por culpa del hombre”, la inteligencia artificial, la ridiculización de todo lo espiritual y un largo etcétera. Todo esto, hoy representado iconográficamente con el círculo multicolor de la perversa “Agenda 2030” que patrocina el Foro de Davos.
Un fracaso. No se puede convencer a nadie de que la mierda es solo mierda. (mientras millones de moscas la sigan consumiendo).
Y no voy a pasar por enviar vídeos de gatitos, frases de Pablo Coehlo, y todo lo que tenga que ver con disfrazar la realidad que estamos viviendo, y que no es ni más ni menos que la tercera guerra mundial sin misiles ni bombas. Y las guerras traen muchos damnificados. Para quienes no saben lo que hay hasta hoy, se verá a mediano plazo.
Durante la ocupación nazi en Francia, había muchos colaboracionistas. Pero había una resistencia que sintonizaba radios clandestinas para conocer la realidad y que no se resignaba a la desaparición de su país y a la germanización de sus gentes. Así pues, empatizo con esos franceses de la resistencia y sus radios clandestinas. Y no me apetece compartir cursilerías. Sé que estoy en la recta final de mi vida pero quiero vivir esa recta con dignidad, con verdadero empoderamiento, con información real, acercándome a la realidad por dura que sea (y lo es). En esta guerra (como en todas), la verdad es la primera que muere. Miles de millones de dólares han comprado la opinión de los pueblos mediante sicarios informativos. El 90 % de los medios de comunicación están en manos de los mega fondos de inversión como Black Rock, Vanguard, Black Stone… (dueños a su vez de la gran banca). Lo mismo que los grandes operadores de internet (Google, Youtube, Facebook, etc). Así pues, la realidad imperante en nueve de cada diez personas está restringida a la cantidad de botones del mando a distancia. Solo una red social, propiedad de un multimillonario ruso ha dejado a sus usuarios expresarse. Se trata de Telegram, que pasó de 50 millones a 600 millones de usuarios durante estos tiempos plandémicos. Los comunicadores reales migraron a plataformas de video como rumble, twitch u odisee. Y allí, es donde están los nuevos “franceses con sus radios”. Con un ejercicio de selección cualquiera puede quedarse con muy pocos canales de información y verá una realidad para la que hay que estar preparado, si se toma la decisión de abordarla.
Y así, es como vuelvo a la frase de Jesús: “…Deja que los muertos entierren a sus muertos…”. Dejaré que lo hagan, y mientras esté en este mundo, me acercaré más a los vivos. A las personas con alta vibración y conciencia. A los demás también, claro, comprendiéndolos desde mi compasión cristiana y no abordando temas que los pueden desestabilizar con excepción de aquellos que se interesen por la visión de “la cara oculta de la luna”, y menos aún discutir, jamás podría convencer a nadie compitiendo con un personajillo de la TV. Tampoco a esta altura, lo deseo.
Habrá que dar a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César…
Deja que los muertos entierren a sus muertos - El Diestro
Deja que los muertos entierren a sus muertoswww.eldiestro.es
Y de momento nadie ha demostrado (ni muchísimo menos) que estas vacunas sean de Dios, por tanto dejemos que los 'muertos' hablen , lloren y entierren a sus muertos y defiendan la ponzoña, que lo que tengo claro es una cosa, Dios es Justo y pagará a cada uno según sus actos y sus hechos. (Me refiero sobre todo a los 'muertos' que viven sin el salvoconducto del Reino de los Cielos, JESUCRISTO.)
Pta: Para ser un peridiodico facha y de derechas no está nada mal el artículo.
En un documental sobre los monjes anacoretas en la actualidad vi la historia de un médico que dejó su vida en Australia para viajar a Egipto, dejó lo que uno pudiera pensar es una vida cómoda para ir a vivir en una cueva en las montañas de Egipto, San Agustín también quiso hacer lo mismo en algún momento, es decir, retirarse a la vida contemplativa, pero Dios no se lo permitió. Hay muchos caminos para llegar a Dios.