Estimado Norberto7:
Estimado Norberto7:
1 - Ya decía Pablo que “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2Ti.3:12), por lo cual no es arriesgado predecir que donde cualquier hermana haga a conciencia conforme dice la Escritura - aunque eso vaya contra la costumbre imperante allí – tendrá problemas, aunque no los busque.
2 -En todas las iglesias – de cualquier denominación -, se presume de ser fieles a la Palabra de Dios y la sana doctrina. No conozco ninguna que confiese lo contrario. Así que cualquier miembro – mujer o varón -, que asuma una actitud diferente a la de los demás, incurre en el tácito desagrado de todos ellos, pues la diferencia que marca con el resto del grupo los deja en evidencia de que no están procediendo bien, prescindiendo de cuanta razón bíblica pueda estar de su parte. En estos casos es muy difícil que una congregación y sus guías espirituales reaccionen como Dios quiere, pidiendo explicaciones y escudriñando las Escrituras para ver si ellas avalan tal innovación (Hch.17:11). Normalmente se reacciona mal y pronto, como los fariseos ante actitudes del Señor y sus discípulos.
3 – Mal podrías entenderme bien respecto a la aplicación del v.6 (1Co.11) cuando en ningún momento dije nada de él, no por obviarlo por alguna posible dificultad, sino por no venir al caso de lo que exponía. De la misma manera que resulta absurda la opción a que las hermanas puedan prescindir de cubrir su cabeza por lucir su cabello largo – aislando el v.15 del contexto -, me resulta que Pablo pudiera aquí sugerir una segunda alternativa: que ore o profetice con la cabeza pelada (como los monjes budistas). Me resulta obvio aquí el sarcasmo de Pablo: si no quiere cubrirse con el segundo velo artificial (mantilla, sombrero, etc.) que tampoco conserve el primero que Dios por naturaleza le ha dado: su cabellera. Pero esto no lo presenta como una opción legítima sino como una demostración por el absurdo de su argumento. Lo mismo podía haber dicho: “Si la mujer no se cubre, entonces que se corte la cabeza; y si le resulta incómodo cortarse la cabeza, que se cubra”.
Para mejor entender el uso que hace Pablo de este recurso dialéctico, véase Gálatas 5:12: “!Ojalá se mutilaran los que os perturban!”. Una lectura ligera y superficial podría inferir del contexto que Pablo realmente les desea a los perturbadores que se circunciden de una buena vez; pero el caso es que ellos ya se habían circuncidado y por ello insistían con la necesidad del rito. Pablo les desea que se mutilen o amputen bastante más que lo requerido para la circuncisión.
Así, la hipotética hermana del caso que propones, si entendió bien el v.6 en todo su contexto, jamás caería en cortarse el cabello “bien cortito”, como dices.
4 – No te equivocas; y si los buenos hermanos machistas no se han cubierto todavía, será por no querer imitar a los judíos o por no haber desarrollado todavía una doctrina paralela a la que hicieron para las hermanas. Pero si Cristo no es verdaderamente Cabeza de ellos, podrían ser consecuentes con su actitud general desconocedora de Su señorío y calarse el sombrero hasta las orejas.
5 – Vuelves a acertar con que la resolución de las hermanas a hacer como Dios manda - aunque ello implique desacatarse a los hombres que imponen sus opiniones y costumbres -, es todo un acto de "suprema" liberación femenina, como bien dices.
6 – La reacción del pastor – como de la misma congregación – será sintomática con la posición – escritural o no – de esa iglesia, y de la condición espiritual de la misma. Si son en verdad una expresión local del cuerpo de Cristo, sujeta a su Cabeza, administrada por el Espíritu que confiere los dones y guía a los hermanos a lo que Él quiere, apelando siempre al dictamen de las Sagradas Escrituras, ese y otros cambios son factibles.
Pero si esa congregación es meramente una sucursal de una denominación extranjera que desde lejos y hace ya tiempo ha establecido las normas y reglas, a las que puntillosamente se aplica su pastor egresado de uno de sus Seminarios, más esperanza hay que el Papa deje de usar su mitra y los cardenales sus capelos, a que ellos introduzcan cambios nada más que porque la Biblia así lo enseñe.
7 – Me ha resultado sumamente graciosa tu conclusión que la consecuente de la hermana, a la par de su perseverancia vaya viniendo con un velo de mayor tamaño. Yo creo que aunque se cubriera con velos tan grandes como los del Tabernáculo de Reunión, harían como si no vieran nada.
Cordiales saludos.
Ricardo.
Estimado Norberto7:
1 - Ya decía Pablo que “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2Ti.3:12), por lo cual no es arriesgado predecir que donde cualquier hermana haga a conciencia conforme dice la Escritura - aunque eso vaya contra la costumbre imperante allí – tendrá problemas, aunque no los busque.
2 -En todas las iglesias – de cualquier denominación -, se presume de ser fieles a la Palabra de Dios y la sana doctrina. No conozco ninguna que confiese lo contrario. Así que cualquier miembro – mujer o varón -, que asuma una actitud diferente a la de los demás, incurre en el tácito desagrado de todos ellos, pues la diferencia que marca con el resto del grupo los deja en evidencia de que no están procediendo bien, prescindiendo de cuanta razón bíblica pueda estar de su parte. En estos casos es muy difícil que una congregación y sus guías espirituales reaccionen como Dios quiere, pidiendo explicaciones y escudriñando las Escrituras para ver si ellas avalan tal innovación (Hch.17:11). Normalmente se reacciona mal y pronto, como los fariseos ante actitudes del Señor y sus discípulos.
3 – Mal podrías entenderme bien respecto a la aplicación del v.6 (1Co.11) cuando en ningún momento dije nada de él, no por obviarlo por alguna posible dificultad, sino por no venir al caso de lo que exponía. De la misma manera que resulta absurda la opción a que las hermanas puedan prescindir de cubrir su cabeza por lucir su cabello largo – aislando el v.15 del contexto -, me resulta que Pablo pudiera aquí sugerir una segunda alternativa: que ore o profetice con la cabeza pelada (como los monjes budistas). Me resulta obvio aquí el sarcasmo de Pablo: si no quiere cubrirse con el segundo velo artificial (mantilla, sombrero, etc.) que tampoco conserve el primero que Dios por naturaleza le ha dado: su cabellera. Pero esto no lo presenta como una opción legítima sino como una demostración por el absurdo de su argumento. Lo mismo podía haber dicho: “Si la mujer no se cubre, entonces que se corte la cabeza; y si le resulta incómodo cortarse la cabeza, que se cubra”.
Para mejor entender el uso que hace Pablo de este recurso dialéctico, véase Gálatas 5:12: “!Ojalá se mutilaran los que os perturban!”. Una lectura ligera y superficial podría inferir del contexto que Pablo realmente les desea a los perturbadores que se circunciden de una buena vez; pero el caso es que ellos ya se habían circuncidado y por ello insistían con la necesidad del rito. Pablo les desea que se mutilen o amputen bastante más que lo requerido para la circuncisión.
Así, la hipotética hermana del caso que propones, si entendió bien el v.6 en todo su contexto, jamás caería en cortarse el cabello “bien cortito”, como dices.
4 – No te equivocas; y si los buenos hermanos machistas no se han cubierto todavía, será por no querer imitar a los judíos o por no haber desarrollado todavía una doctrina paralela a la que hicieron para las hermanas. Pero si Cristo no es verdaderamente Cabeza de ellos, podrían ser consecuentes con su actitud general desconocedora de Su señorío y calarse el sombrero hasta las orejas.
5 – Vuelves a acertar con que la resolución de las hermanas a hacer como Dios manda - aunque ello implique desacatarse a los hombres que imponen sus opiniones y costumbres -, es todo un acto de "suprema" liberación femenina, como bien dices.
6 – La reacción del pastor – como de la misma congregación – será sintomática con la posición – escritural o no – de esa iglesia, y de la condición espiritual de la misma. Si son en verdad una expresión local del cuerpo de Cristo, sujeta a su Cabeza, administrada por el Espíritu que confiere los dones y guía a los hermanos a lo que Él quiere, apelando siempre al dictamen de las Sagradas Escrituras, ese y otros cambios son factibles.
Pero si esa congregación es meramente una sucursal de una denominación extranjera que desde lejos y hace ya tiempo ha establecido las normas y reglas, a las que puntillosamente se aplica su pastor egresado de uno de sus Seminarios, más esperanza hay que el Papa deje de usar su mitra y los cardenales sus capelos, a que ellos introduzcan cambios nada más que porque la Biblia así lo enseñe.
7 – Me ha resultado sumamente graciosa tu conclusión que la consecuente de la hermana, a la par de su perseverancia vaya viniendo con un velo de mayor tamaño. Yo creo que aunque se cubriera con velos tan grandes como los del Tabernáculo de Reunión, harían como si no vieran nada.
Cordiales saludos.
Ricardo.