La clave para entender esta declaración es: “Era uno con el Padre antes de que los ángeles fuesen creados”.
Esta frase demuestra que para White "el Hijo era eterno como el Padre".
En esto insiste ella:“Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno solo con el Padre eterno, uno solo en naturaleza, en carácter y en propósitos; era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios. "Y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz" "sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo." (Isa. 9: 6; Miq. 5: 2.) Y el Hijo de Dios, hablando de sí mismo, declara: "Jehová me poseía en el principio de su camino, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternalmente tuve el principado. . . . Cuando establecía los fundamentos de la tierra; con él estaba yo ordenándolo todo; y fui su delicia todos los días, teniendo solaz delante de él en todo tiempo." (Prov. 8: 22-30)” (PP c. 1).